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sábado, 24 de abril de 2021

Caminando al borde del abismo

 



Con el título: “Al borde del abismo”, la revista Caretas encabeza uno de los artículos en su edición del 22 de abril de este año, donde varios comentaristas analizan la peligrosa encrucijada en la que quedó el Peru, después de los resultados de la primera vuelta para la elección del Presidente, que debe regir los destinos del vecino país hasta el 2026. 


Para la segunda vuelta que se realizará en junio, quedó de primero el maestro y sindicalista Pedro Castillo de Perú Libre, quien se disputará la Presidencia con Keiko Fujimori de Fuerza Popular. 



Castillo representa el ala más recalcitrante de extrema izquierda con vínculos demostrados con el Sendero Luminoso. En el 2017, lideró el paro de maestros más prolongado de la historia de ese país que doblegó al gobierno de Kuczynsky, lo que le permitió contar con una base política para su campaña presidencial. 



Castillo cuenta con el respaldo total del MOVADEF (Movimiento para la admistía y los derechos fundamentales) que busca la liberación Abimael Guzmán, fundador del Sendero Luminoso, y de otros terroristas de ese grupo. Además, tiene el apoyo de CONARE SUTEP que es la división que Castillo propició para la toma  marxista de este sindicato de maestros.



El Partido Perú Libre, que le dio el respaldo a Castillo, fue fundado por Vladimir Cerrón. Este personaje estudió medicina en Cuba, y actualmente está condenado a tres años de prisión  aunque  hoy se encuentra en libertad, por actos de corrupción cuando era gobernador de la región de Junín. Este señor es quien le ofreció una alianza a Castillo y le redactó el plan de gobierno, de orientación leninista, como plataforma de su campaña. 


Keiko es la hija del expresidente Fujimori. Desde hace más de dos décadas, montó un partido político que ha gravitado en la vida política peruana desde que su padre fue condenado a 25 años de prisión. Participó en la contienda presidencial en el 2011 y el 2016,  cuando obtuvo una bancada mayoritaria en el Congreso, con la cual hizo una feroz oposición a los cuatro presidentes que ha tenido el Peru en este último periodo.  


Fujimori,  fue acusada hace dos años, de haber recibido dineros de Oderbrecht, como otros políticos peruanos. Después de más de un año, su prisión preventiva fue revocada mientras avanzan las investigaciones en su contra. Esta decisión judicial le permitió lanzarse a otra campaña por la Presidencia de su país para el periodo 2021 - 2026. De llegar al poder,  uno de sus principales objetivos, es concederle la amnistía a su padre, con quien se reconcilió y quien paga una condena de 25 años, por los abusos de poder y corrupción cometidos durante su mandato.


La paradoja de esta nueva elección en el Perú, es que se enfrenta un dirigente sindical, que busca liberar a Abimael Guzmán, con la hija de quien lo puso tras las rejas,  porque lideró un movimiento terrorista que le hizo un inmenso daño al país. 


Pero las paradojas no paran ahí. Castillo representa una visión del mundo de una ideología política de más de cien años, que ha demostrado su rotundo fracaso para avanzar en el desarrollo de la sociedad. Fujimori, carga con las acusaciones en contra de su padre como si fueran de ella, pero también, es responsable de sus errores políticos recientes, lo que la ha vuelto una figura divisaba y repudiada por mucha gente. Y los peruanos tienen que escoger en junio entre estos dos personajes, “entre el sida y el cancer”, como afirmaba hace cinco años el Nobel Vargas Llosa en esa oportunidad.



En el contexto anterior, me parece fundamental ponerle el foco a las principales propuestas que hace Castillo, porque son un campanazo de alerta para Colombia. Este señor, asesorado por Cerrón, de ganar las alecciones propone un viaje al pasado utilizando como modelos a Correa del Ecuador, Morales de Bolivia y Chávez y Maduro en Venezuela: una dictadura del proletariado versión 2021. Veamos algunos de sus planteamientos públicos.


    • El Estado debe ser el único responsable en salud, educación y seguridad. Los privados ya no podrán intervenir en estos rubros, es la idea de nuevo régimen económico del Estado.
    • El Estado será el nuevo empresario que combatirá el monopolio de los medios de comunicación, electricidad, luz, agua, cemento, etc. 
    • Estado fuerte con facultades. Cambio del Estado vigilante supervisor por un Estado interventor, planificador, innovador, empresario y protector.
    • Todos los contratos firmados por el Estado se podrán revisar y recuperar las empresas privatizadas que fueron vendidas, sin previa consulta al pueblo.
    • Estado regulador del mercado. Cambio del Estado regulado por el mercado por un Estado que regula al mercado.
    • Estado nacionalizador. Cambio del Estado privatizador y exportador de capitales por un estado nacionalizador y soberano, que fortalezca la economía interna invirtiendo sus capitales en el país

Ademas, tiene como otros de sus principales planteamientos, el cambio la Constitución política del Perú, porque la actual propuso un modelo neoliberal contrario los intereses populares. Esto requiere de una modificación constitucional basada en las experiencias venezolanas , ecuatoriana y boliviana.


Lo que está sucediendo en el Perú es tremendamente preocupante. Es una clara demostración de lo que sucede cuando el sistema político se fragmenta (18 candidatos en primera vuelta), la corrupción corroe las mismas bases de la democracia, la capacidad del Estado es desbordada por las expectativas de la gente y la complejidad de la realidad (pandemia descontrolada: Perú con el más alto índice de muertos por cien mil habitantes). 


 El ejemplo del Perú muestra el peor de todos los escenarios: tener que votar por el mal menor porque su sociedad no ha formado verdaderos líderes políticos, sino una casta de dirigentes que aprendieron a lucrarse del Estado, entronizando la corrupción como modus de vida . Esto ha generado una cultura  de gran desconfianza y escepticismo en la sociedad, particularmente entre  los jóvenes. Y la verdad es que no les falta razón, veamos


El nivel de deterioro al que ha llegado la gobernabilidad del Perú es impresionante. Fujimori condenado a 25 años, Toledo prisionero en los USA esperando extradición, García se suicidó antes de ser aprendido, Ahúmala estuvo en la cárcel y con otro juicio en curso, Kuczinski con arresto domiciliario, Vizcarra declarado incapaz moral e inhabilitado por el Congreso. Y los dos contendientes actuales también con problemas legales.


El caso peruano, muestra otro ejemplo de cómo la extrema izquierda ya aprendido la lección. Al no haber podido cambiar el sistema por la fuerza y desde afuera, se acogen a las reglas del mismo para demolerlo desde adentro y perpetuarse en el poder, como lo ha recomendado el propio  Guzmán desde la prisión. 


El gran interrogante es qué camino van a tomar las Fuerzas Armadas: ¿Se repetirá la historia de ese país en los años 70 cuando los militares de izquierda destrozaron  su economía? , o ¿seguirá la  ruta de Venezuela, donde se convirtieron en el brazo armado de la mafia que se quedó en el poder?


El solo hecho que se piense que los ejemplos de Venezuela , Ecuador, Bolivia, Nicaragua, no sirvan de disuasores, especialmente el primero que ha destruido a ese país y impulsado al vacío a más de cinco millones de sus ciudadanos que han migrado escapándose de la miseria, nos muestra el grado de postración al que ha llegado la democracia, como la hemos practicado en AL. ¿Será que en Colombia reaccionaremos antes de que sea tarde, como lo acaba de hacer el Ecuador que caminó al borde del abismo hasta hace pocas semanas?. Estas preguntas son muy relevantes ad portas de una elección presidencial en mayo del 2022.


PD: parecería que muy poco si se tiene en cuenta el escasísimo cubrimiento que ha tenido el proceso electoral peruano por parte de los medios y los inexistentes comentarios de los formadores de opinión. ¿Que se necesita para llamar su atención?










sábado, 17 de abril de 2021

Las conversaciones y el lenguaje




 “Las historias suelen ser unas fuerzas conservadoras, y junto con los juicios, nos pueden diferente prisioneros” Rafael Echeverría 


“Un conversación es una danza que tiene lugar entre el hablar y el escuchar y entre el escuchar el hablar” y son el espacio en el que los seres humanos se comunican utilizando el lenguaje ( Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje) . Ellas definen nuestras relaciones personales, así como también, juegan un papel fundamental en nuestros éxitos o fracasos en la vida.


Pero antes de profundizar en los diferentes tipos de conversaciones, vale la pena explicar cómo se relacionan con “los quiebres” y su significado. Estos suceden cuando algo, que era transparente, deja de serlo y capta nuestra atención. Y cuando pasa, emitimos un juicio en relación a lo sucedido que no era lo esperado. Se puede ver como un problema o una oportunidad imprevista, que altera el curso de los acontecimientos. Lo que pasa después, depende solo del juicio del observador, es decir, de quien experimenta el quiebre.


Un ejemplo personal de dos tipos posibles de quiebres que sirven para ilustrar el punto anterior. Hace quince años iba caminando por la calle y tuve una hemorragia. Fue algo imprevisto que me obligó a ir a donde el médico. Lo que parecía algo menor, terminó siendo más grave: un cáncer que me incapacitó casi un año y que cambio mi vida. Este “quiebre” 

 me sacó de la transparencia de una vida sin problemas de salud, y me obligó a enfrentar el mayor reto de mi existencia. Es un ejemplo de un quiebre que sucede  sin  que  haya un juicio previo a lo acontecido.


Pero más adelante, gracias a la dura experiencia vivida,  me obligó a declarar  el segundo tipo de  quiebre. Tuve un cambio del juicio sobre la importancia de la salud preventiva, a la  que antes no le daba mayor importancia. Esto me obligó a declarar my decisión de hacerme sin falta los chequeos médicos periódicos. Como dice el refrán: más vale prevenir que tener que lamentar”. Esta lección me costó un año de mi vida. 


Echeverría llama la atención, sobre la tendencia a ver los problemas, sin tener en cuenta que los son en función de la interpretación que califica la situación como tal. Para alguien, con una interpretación diferente, puede ser una oportunidad. 


De ahí se desprende que, al ser un quiebre un juicio, lo que presupone una declaración, al enfrentar una situación insatisfactoria la podemos declarar como un “quiebre”, sin esperar a que sucedan cosas imprevistas. Ejemplo: “si mi situación laboral no cambia, tendré que buscar otras opciones y no voy a esperar hasta que me despidan”. Esta declaración posibilita moverse a la acción y cambiar la situación para  que las cosas pueden ser distintas.


Cuando sucede un quiebre, este es un llamado a la acción para restablecer la transparencia y hacernos responsables de sus consecuencias. Cuando esto sucede, lo normal es que se suscite una conversación que podemos diseñar, para poder avanzar y lograr cambiar la realidad y los resultados. 



Volviendo a mi ejemplo personal. Al enfrentarme con el cancer, me di cuenta que lo hubiera podido evitar de no haber cancelado seis meses antes un chequeo y darle prioridad a un asunto de negocios.  Esto generó un primer tipo de conversación privada: la de juicios personales que se realizan con uno mismo: “Por estúpido me tenía que haber pasado esto a mi y he metido a mi familia en una situación muy difícil”. 


En este tipo de conversación, hacemos un juicio personal sobre el quiebre pero no se genera acción. Mucha gente se queda ahí, en un círculo vicioso de juicios personales, buscando culpables, lamentándose de la mala suerte, no ven que haya una salida porque piensan que el impacto es permanente etc. Esto les impide  hacerse cargo de las consecuencias del quiebre y como resultado,  se habla mucho pero no se actúa para cambiar la realidad percibida.


Para evitar caer en esta trampa, existen “las conversaciones para coordinar acciones” que nos permiten actuar para responder a los quiebres. Se generan acciones futuras para que algo cambie el estado actual de las cosas. Actuamos y nos hacemos responsables de las consecuencias del quiebre para poderlo superar. 


Para lograrlo,  usamos los actos del lenguaje como las peticiones, las ofertas, las promesas, y las declaraciones. Esto implica el saber “pedir ayuda” oportunamente. Pero hay gente que tiene juicios negativos sobre las consecuencias de  hacerlo, a pesar de que hoy es imposible vivir desconectado y sin la ayuda de otros, lo que los frena a la acción. Hay que prender a pedir y a aceptar un no sin verlo como un rechazo personal.


Cuando se logran desarrollar las conversaciones para la coordinación de acciones, se puede apreciar el poder que tienen para cambiar nuestra realidad. Por esta razón es tan importante dejar el miedo de intentarlo, porque si no lo hacemos, nos privamos de muchas oportunidades.


De lo anterior se deriva un tercer tipo de conversaciones: para posibles acciones. Estas se tienen cuando no hay claridad sobre las acciones a emprender para enfrentar el quiebre. Este tipo de conversaciones busca aumentar el panorama de posibles opciones. Requiere de nuevos juicios e historias sobre lo que es posible lograr con el compromiso de actuar. Cambia el estado de ánimo, no se busca explicar lo sucedido, sino de encontrar nuevas opciones y aceptar que hay que explorarlas, solos o con otros, para volver a la transparencia. Estas posibilidades las generamos con las conversaciones.


Para lograrlo, también cabe la necesidad de tener “conversaciones para posibles conversaciones”. Este camino, busca eliminar la prevención que se tenga, sobre la disponibilidad y/o apertura a escuchar de la otra persona, para abrir una conversación de coordinación. En este caso, la conversación se orienta a evidenciar un quiebre diferente al que originalmente teníamos: la dificultad de poder conversar sobre este tema con alguien.


Rafael Echeverría, quien ha inspirado mis últimos tres blogs que recomiendo leer, advierte que hay que cuidar la emocionalidad para plantear este tipo de conversaciones. Como lo menciona el biólogo chileno Humberto Maturana , toda conversación es una trenza entre el lenguaje y la emocionalidad. Hay que entender que es muy frecuente que sea nuestro estado de ánimo, y no nuestro interlocutor,  lo que no permite que abramos ciertas conversaciones difíciles. Se requiere por lo tanto, adoptar una emocionalidad como la del respeto mutuo y la apertura, para lograr una respuesta adecuada.


En resumen, son cuatro tipo de conversaciones que se pueden tener y planear, en función del tipo de quiebre que se enfrenta, para que nos conduzcan a las accion. Es posible abrir unas y cerrar otras si la situación lo amerita. Hay que entender que la calidad de nuestras conversaciones definen la calidad de nuestras relaciones y “generan el tejido en el que estas viven”. Para tener una relación abierta y franca se necesita tener una conversación  equIvalente. Por esta razón, es posible determinar el tipo de relación entre dos o más personas, o en una empresa, en función de la calidad de las conversaciones que se practican. 


Una advertencia que hace Echeverría: muchos de los juicios que emitimos, están afectados por la cultura de la comunidad donde se producen, y por lo tanto, la facilidad o no de tener cierto tipo de conversaciones en ese entorno. Sin olvidar también, que las conversaciones tienen el poder de transformar nuestras relaciones, por las acciones que emprendemos o dejamos de hacer cuando hay quiebres. 

Es importante recordar que, en una buena relación existen necesariamente los quiebres, pero también,  la capacidad de conversarlos y actuar para transformarlos, para que la relación siga fluyendo. 


Y quisiera terminar este ciclo sobre el lenguaje, mencionando otro tipo de conversaciones, que Rafael Echeverría no las menciona explícitamente, pero que son cada vez más importantes: las conversaciones de futuro. Se podría pensar que están incluidas en las de coordinación de acciones o en las de posibles conversaciones. 


Sin embargo, yo pienso que en una cultura como la colombiana, es muy difícil plantear estas conversaciones que permitan sacar el periscopio, para mirar más allá e imaginarse potenciales futuros, sobre los cuales se pueda actuar para accionarlos o evitarlos. Y dado que el lenguaje es acción, el tener conversaciones de futuro, nos permite que la historia pasada no nos secuestren, y podamos dejar abierta la imaginación para que nos impulse hacia un horizonte mejor. 


Como podrá observar el lector, al tomar el conjunto de los cuatro blogs sobre el poder del lenguaje, es mucho lo que nos falta comprender sobre este tema, que lo manejamos de manera transparente y ligera. Al no estar concierte de sus diferentes aristas, cometemos muchos errores que son afectan en nuestras relaciones de todo orden y en nuestra efectividad para actuar con otras personas

sábado, 10 de abril de 2021

El papel de los juicios en el lenguaje



En este blog voy a de cubrir otro aspecto relacionado con el lenguaje y que juega un papel fundamental en las relaciones humanas: los juicios. En el último  blog de esta serie me voy a referir a las conversaciones. 

Quiero repetir algo que ya había mencionado en los blogs anteriores. Hablamos cómo respiramos, es decir, lo hacemos la mayoría de la veces sin pensar . Con el lenguaje construimos juicios acerca de lo que observamos, y estructuramos diferentes tipos de conversaciones sin darnos cuenta de sus implicaciones para nosotros y para los demás. 


Comencemos con el tema de los juicios.  Como seres humanos estamos formulando juicios a toda hora sobre todo lo que observamos y lo hacemos de manera casi que automática, cuando conocemos a alguien o llegamos a un lugar nuevo. Como decía Nietzsche: “una característica de los seres humanos es que son unos animales que enjuician”. El problema es que no estamos conscientes de cómo los hacemos, o los deberíamos de realizar, ni tampoco del impacto que estos tienen para el futuro de quienes son sujetos de nuestros juicios.



Para entenderlos mejor, es necesario mencionar que los juicios son una categoría especial de las declaraciones. Y que son diferentes a las afirmaciones, que constituyen dos  de los cinco actos del lenguaje, como ya lo expliqué en el blog anterior. No es lo mismo decir que Bogotá es la ciudad capital de Colombia, a afirmar que es el mejor vividero de AL. Otro ejemplo: Juan tiene un computador Apple de última generación , a Juan es un incapaz en el manejo del computador. 


En el primer caso es un hecho que se describe de manera objetiva, en el segundo es un juicio de valor o una opinión que no es independiente del observador. Sin embargo, el problema radica en que no se hace una distinción  entre estas aseveraciones, y esto interfiere en las relaciones, el trabajo, y en nuestra vida en general. Pero la diferencia se logra entender mejor, si se acepta que el lenguaje no describe la realidad, sino que genera acción que modifica el mundo y lo que es posible, como lo mencionaba en los dos blogs anteriores. Esta es la esencia de la ontología del lenguaje.


Y también hay que recordar, que al afirmar algo, nos comprometemos con mostrar la evidencia que lo sustenta, ya que se describe lo que sucede y es verdadero. Nos referimos a los hechos sobre los cuáles hay un consenso social. En los ejemplos dados, todos reconocen a Bogota como la capital, y las comparaciones técnicas aceptadas definen el nieve, de avance del computador de la Apple. 


Estos consensos sociales, pueden variar dependiendo de la comunidad donde ocurren, para definir algo que se reconoce como verdadero o falso. Este es el caso de las comunidades científicas, que aceptan algo como verdadero, si cumple con los criterios del paradigma vigente utilizado por sus miembros. Con el tiempo pueden haber cambios de paradigma y por lo tanto, cambia lo que es verdadero o falso para esa comunidad.


A diferencia de las afirmaciones, en los juicios no hay necesidad de dar una evidencia que los sustente y pertenecen a una categoría especial de las declaraciones, que al emitirlas y gracias al lenguaje, generan mundos nuevos y una realidades diferentes. Cuando alguien emite un juicio, pueden haber discrepancias y ser cuestionado por otras personas .



Todo juicio es una declaración, pero no lo es necesariamente al revés. La declaración de un Juez al emitir un fallo, es válida en función del poder de su autoridad otorgada por una comunidad, sin que tenga que necesariamente explicar las razones para hacerlo. Evidentemente, puede ser reversado por un Tribunal Superior.


A pesar de que que un juicio es una declaración especial, su diferencia reside en que quien emite un juicio no tiene el poder de la autoridad, y por lo tanto puede ser aceptado o rechazado por otros, y ser válido o inválido. Esto implica la obligación de fundamentarlo lo que no es necesario siempre en todas las declaraciones. Y lo más importante: para hacerlo, debe de estar respaldado por observaciones o experiencias anteriores, porque al emitirlo tenemos el potencial de afectar la identidad del que lo recibe, abriéndole  o cerrándole  puertas a su futuro. 


Como dice Rafael Echeverría en su libro “Ontología del Lenguaje”: los juicios nos sirven para diseñar nuestro futuro. Operan como una brújula que da cierto sentido de dirección, pero también, permiten ver las consecuencias esperables para movernos más fácilmente  hacia adelante. El hecho de que el futuro nos inquiete, es lo que le da fuerza al juicio bien fundamentado, a partir de las observaciones del pasado, para diseñar las acciones en la interacción con otros


Veamos un ejemplo. Cuando emitimos el juicio de que Juan es incapaz de utilizar un computador, este debe estar basado en haberlo observado actuar  varias oportunidades en el pasado. Sin embargo, es muy frecuente escuchar a personas que emiten irresponsablemente juicios no fundamentados, que no solo afectan el presente de la persona sujeta del juicio, sino también su futuro. En el caso de Juan, el impedirle acceder a nuevas oportunidades laborales. 


Juan pudo haber tenido en el pasado problemas en el manejo de  computadores, pero también pudo aprender a superarlos o a innovar con nuevas prácticas, para cambiar sus limitaciones y modificar su comportamiento. También, pueden haber otros factores que cambian la trayectoria de su pasado al proyectarlo al futuro. Por esta razón, la innovación y el aprendizaje son dos mecanismos que sirven para desafiar nuestros propios juicios y los de los demás sobre nosotros. 


El peligro de ver un juicio como una afirmación, es que al afirmar que alguien es incompetente, lo convertimos como un defecto inamovible de una persona que condiciona lo que podrá hacer o no en el futuro. Y no nos damos cuenta que, las acciones de esta persona, al aprender e innovar, pueden hacer cambiar los juicios de si mismas y los que hemos formulado sobre ellas. Hay que recordar que la acción genera ser y al hacerlo cambiamos nuestra identidad.



Dado el impacto de los juicios, Echeverría recomienda revisarlos con cuidado al estar basados en supuestos  y observaciones anteriores que deben de ser validados, porque no siempre el pasado en un buen orientador de lo que se puede esperar más adelante. Si algo es cierto, es la capacidad de cambio del ser humano. Esto implica estar abierto a reexaminar permanentemente nuestros juicios, porque solo debemos de tomarlos “como señales temporales”, para pensar sobre el futuro y evitar que nos hagan prisioneros del pasado.


Desde esta perspectiva, el juicio es un conector entre el pasado, el presente y el futuro a partir de lo que se puede esperar dada la historia de una persona, como lo recuerda Echeverría. También, facilita disminuir los riesgos para tomar mejores decisiones, que afectan no sólo su futuro , sino también el de una organización que pudo haber dejado pasar la oportunidad de contar con un excelente colaborador. 


Para terminar es blog una reflexión final. Si queremos tener conversaciones y diálogos productivos, se necesita de estar consientes de los actos del lenguaje porque este genera acción. Y dentro de estos actos, es fundamental entender como formulamos nuestros juicios, porque al no ser sustentados, pueden ocasionar un impacto muy negativo. En el próximo blog trataré sobre el poder de las conversaciones.


viernes, 2 de abril de 2021

Los actos del lenguaje y el diálogo


Me ha sorprendido la acogida que tuvo mi blog anterior sobre el poder del lenguaje. Por esta razón, decidí seguir profundizando sobre otros aspectos en torno al lenguaje,  porque veo que pueden ser del interés del lector.


También quiero continuar explorando este tema , porque es una pieza fundamental que ha estado ausente en los procesos de diálogo en Colombia. Pero dialogar significa poder y saber utilizar el lenguaje sobre lo cual hay muy poca pedagogía. Y ahora, que estoy comprometido con el proceso de “Diálogos de Futuro”, cuyo propósito es aportar iniciativas para apoyar la transformación de la Educación Superior, creo que es esencial el mostrar los aspectos que hay que tener en cuenta del lenguaje, para lograr un diálogo más productivo.


La primera distinción asociada al poder del lenguaje, que es muy importante recordar: su relación  con la acción que va mucho más allá de usarlo para hacer solo una descripción.  A partir de esta comprensión, el lenguaje adquiere una posición protagónica que es fundamental reconocer. Y lo es, porque vivimos en un mundo donde el lenguaje es crítico para la construcción de  relaciones.


Hay que tener en cuenta que cuando actuamos “nos estamos haciendo cargo de algo”, con lo que le damos sentido a la vida,  que es de la esencia del ser humano. 



Al darle al lenguaje una interpretación generativa y activa nos obliga a entender que su poder se manifiesta a través de los actos lingüísticos, como los define Rafael Echeverría en su libro “Ontología del Lenguaje”, a partir de los aportes hechos por el filósofo norteamericano Jhon R Searle.


La ejecución de los actos lingüísticos generan un compromiso: responder por lo que decimos, y que como dice Echeverría, “el hablar no es un acto inocente”.


Dado que el hablar implica acción, hay situaciones donde la palabra se adecua al mundo que nos rodea. En este caso, el acto lingüístico asociado es el de “las afirmaciones”, basadas en cómo observamos lo que vemos, a partir de una serie de distinciones compartidas con otros en una comunidad. Tiene relación directa con el mundo de los hechos. Cuando afirmamos algo, la palabra está respaldada por las observaciones que hacemos, y son veraces porque hay alguien que los corrobora.


Aquí cabe una pequeña explicación. A un objeto que tiene cuatro patas y un respaldar le decimos que es “una silla”. Al primer día de la semana lo llamamos “lunes”. Y nos podemos comunicar y ser entendidos por otros, si compartimos las mismas distinciones.  Solo así podemos afirmar :”el lunes llovió y se dañó la silla”  y tengo a un amigo que observó lo mismo. Por lo tanto, hay que recordar que una afirmación se hace siempre en “un espacio de distinciones” aceptadas. Y es verdadera o falsa, en la medida que haya otra persona que la valide porque coincide con su observación. Pero también es relevante o no, en función de las decisiones que se pueden tomar.



Otro acto lingüístico es el de “las declaraciones”. Cuando las utilizamos no hablamos acerca del mundo, sino que lo generamos al crear una realidad diferente a la existente antes de la declaración. El mundo cambia como resultado del poder de la palabra. Representan “el acto lingüístico primario por excelencia” porque crean las condiciones para que emerjan las demás.


Un ejemplo citado por Echeverría, es la Declaración de Independencia de los Estados Unidos que dió nacimiento a ese país. Los ingleses no tuvieron el poder de evitarlo, y los americanos si lo tuvieron para sostenerla en el tiempo.


Otros ejemplos: cuando el sacerdote declara a una pareja marido y mujer, o cuando un juez declara a alguien inocente de un crimen. Estos actos generan nuevas realidades para los involucrados, y las cosas dejan de ser como antes,  gracias al poder de la autoridad religiosa y judicial . En ambos casos, se muestra el poder generativo del lenguaje y la palabra. 


Hay que recordar, que, a diferencia de las afirmaciones sustentadas en la observación, las declaraciones son válidas o inválidas, si provienen de un autoridad otorgada a alguien, o cuando se hace uso de la fuerza, para hacerlas cumplir.


Hay otras declaraciones que no requieren de “la concesión social de autoridad” pero que residen en el poder de la dignidad humana de cada persona. El no y el si, que nacen del derecho de decidir el rechazar o aceptar el estado de las cosas. El declarar ignorancia, es fundamental para abrirse al aprendizaje. La declaración de gratitud cuando alguien cumple con nosotros. La declaración del perdón cuando no se ha cumplido con lo prometido o se hace daño a otros , pero también, cuando se perdona a alguien. Con este último acto nos liberamos del resentimiento que nos pone en situación de dependencia dañina de la persona responsable. Y finalmente la declaración de amor, que construye una relación de un mundo compartido.



Otro acto lingüístico importante son las promesas, porque permiten coordinar acciones en el futuro a partir de un acuerdo, sobre las cuales hay el supuesto de que se puede confiar y asumir compromisos mutuos de ejecución. Este es un acto esencial para la convivencia social, que también incrementa nuestra capacidad de acción para hacer cosas que, de otra forma, no serían posibles. Su fundamento es el juicio sobre la sinceridad y la competencia de quien promete que son la base de la confianza en la promesa hecha.


Hay que saber pedir de manera explícita una promesa y sus condiciones de satisfacción de tiempo, modo y lugar, así como el saberla ofrecer, pero también aceptar o poder rehusar. El no hacerlo bien, pone a los demás a adivinar, lo que genera resentimientos si las expectativas no se cumplen y costos innecesarios que minan las relaciones y la productividad. Cuando se  realiza bien el proceso pero se incumple, debería haber una sanción o por lo menos el derecho a un reclamo. Cuando se cumplen las condiciones de satisfacción de la promesa y estas son aceptadas, se cierra el acuerdo.


En resumen,  hay tres actos lingüísticos fundamentales:  las afirmaciones, las declaraciones y las promesas. Sobre ellas los seres humanos sustentan lo que los hace únicos y demuestran la importancia del lenguaje como generador de acción y coordinación con otros. Con las primeras hay un compromiso con la veracidad de lo afirmado, con las segundas con su validez, y con las terceras con la sinceridad y competencia  de cumplirlas.


Para el siguiente blog, me voy a referir a otros componentes que hacen del lenguaje un recurso poderoso: los juicios y las conversaciones.