El ejemplo de Churchill y las lecciones para Santos

Como lo mencioné en mi blog anterior, tuve la oportunidad recientemente de visitar el Museo de Churchill en Londres, donde están los Gabinetes de Guerra. En este sitio, el visitante puede ver como eran las instalaciones bajo tierra, que el líder británico, utilizó durante los periodos de intenso bombardeo de los Nazis, sobre la ciudad.

Pero también, es una oportunidad para recordar el papel que jugó este gran hombre, en uno de los momentos más difíciles de la historia de Inglaterra y del mundo. En mi caso,  esta visita me sirvió para reflexionar sobre las razones por la cuales Churchill es reconocido como uno de los líderes más importantes de la historia contemporánea. Pero también, para poder extraer algunas lecciones que pueden servir para entender mejor el problema de liderazgo, que hoy tiene el Presidente Santos en Colombia.

Al ver apartes de la biografía de Churchill, es evidente la preparación, que desde muy joven, tuvo para asumir el liderazgo de su país en el momento más crítico de su historia, en 1940. Desde que ingresó al Ejército en 1895, y posteriormente en la política, su carrera se caracterizó por desafiar sistemáticamente los paradigmas existentes.



Su recorrido por diferentes posiciones de poder, dentro de las estructuras del Gobierno, le permitieron adquirir una serie de experiencias muy valiosas, tanto en el campo militar como en el del manejo del Estado, que posteriormente le serviría al llegar a ser el Primer Ministro en los momentos más complejos, cuando estaba en juego la misma existencia del Imperio Británico.

A la hora de asumir el poder en mayo de 1940, habían transcurrido más de cuarenta años de su actividad política, tiempo durante el cual ocupó las más importantes posiciones y adquirió un conocimiento muy importante, del funcionamiento del Gobierno. Pero también, durante estos años, tuvo momentos de total marginamiento de la actividad política. La carrera política de Churchill fue como una montaña rusa. Tuvo épocas donde experimentó la miel del poder, y otras donde le tocó la hiel y la indiferencia de sus conciudadanos.

Es interesante anotar que desde muy joven demostró ser un visionario y un trabajador incansable.  A principios del siglo XX, Churchill fue el promotor de muchas iniciativas de alto contenido social y mecanismos de protección del Estado, para las personas más vulnerables. Fue así como promovió leyes en temas como la  prohibición del empleo de niños menores de 14 años,  la implementación  del salario mínimo, y el desarrollo del Sistema Nacional de Salud.

Pero igualmente, fue un visionario cuando ocupó el cargo de Lord del Almirantazgo antes de iniciar la I Guerra Mundial. Tuvo la capacidad de anticipar lo que se venía y preparar a las fuerzas armadas británicas con anticipación.

Esa capacidad visionaria la extendió a temas relacionadas con la geopolítica del Imperio Británico. A principios de los años 30,  les advirtió a sus conciudadanos de la amenaza que representaba el naciente movimiento nazi, en Alemania. Estas advertencias no fueron escuchadas entonces.  De la misma forma, le prendió las alarmas a Roosevelt después de la reunión de Yalta, sobre la amenaza que representaba el Comunismo en Europa. En 1946, él fue quien premonitoriamente bautizó esta amenaza, cuando advertía: "la cortina de hierro está descendiendo sobre el continente".

Al iniciar el conflicto, en septiembre de 1939, los retos eran grandes, pero estos se aumentaron exponencialmente después de Dunkerque, cuando se logró salvar una buena parte del Ejército Británico, del desastre de ser aniquilado por los alemanes. En los momentos más oscuros a principios de 1940, y en preparación de lo que se podía venir, Churchill se dirigió al pueblo británico a través de la BBC y todavía resuenan sus palabras: " Vamos a defender nuestra Isla, no importa el costo, pelearemos en las playas, pelearemos en todos los terrenos, pelearemos en los campos y en las calles, pelearemos en las colinas, y nunca nos vamos a rendir".

Con estas palabras, de acuerdo a sus biógrafos, Churchill fue capaz de articular lo que su pueblo necesitaba oír, después de sufrir los tremendos vacíos de liderazgo de su antecesor Chamberlain. La incapacidad de este, para leer la señales de peligro, cuyo punto culminante fue su afán por apaciguar a Hitler en su reunión en Munich, permitió que este asumiera una posición que finalmente desató la II Guerra Mundial. 70 millones de vidas perdidas en todos los frentes, fue el resultado de esta falta de liderazgo.

Durante la Guerra Churchill tomó varias decisiones claves. Para resaltar, el nombramiento de su segundo a bordo,  quien era la persona que, entre bambalinas, garantizaba la impecable ejecución de las decisiones de Churchill. Un excelente líder tenía a su lado un magnífico gerente, que le ayudaba al aterrizaje exitoso de sus ideas . Esta persona cuidaba por el funcionamiento de las maquinarias del Estado, en medio de una situación de crisis, que amenazaba con comprometer la misma existencia de Inglaterra, como nación libre.

En este muy corto recorrido de la historia de una gran hombre, se pueden observar algunos temas bien interesantes relacionados con su rol de liderazgo, que explican el porqué tuvo tanto impacto.

En primer lugar, Churchill fue un visionario y llegó a la primera posición de su país en un momento crítico de la historia. Su capacidad de articular esa visión, sintonizarla con las aspiraciones de su comunidad, y demostrar una tenacidad impresionante para materializarla y mantener el curso, le generaron la credibilidad y el total respaldo de su pueblo.

Churchill no les endulzó nunca a los británicos la cruda realidad. "Trabajo, sudor y lágrimas", iba a demandar de toda la sociedad el enfrentar un desafío sin antecedentes, como fueron los ataques de Hitler sobre Inglaterra, en los cruentos meses de septiembre y octubre de 1940. Movilizó a los británicos para que asumieran su responsabilidad para enfrentar el problema. Sólo con un esfuerzo colectivo sin antecedentes, era posible salir victoriosos en el futuro. El fue capaz de transmitir este mensaje, y de dar el ejemplo con su capacidad de trabajo incansable, cuando ya iba a cumplir 70 años !!!.

El desafío adaptativo del pueblo británico era enorme. Hasta antes de iniciar la II Guerra, la Gran Bretaña era un imperio. A medida que se desarrollaba el conflicto y aumentó la presencia y el apoyo americano, era evidente que se iban a presentar grandes cambios en el panorama geopolítico mundial y donde la posición de la Gran Bretaña iba a disminuir significativamente. Eso fue claro para Churchill, a pesar de que su corazón y su larga trayectoria en la vida política de su país, estaban atados irremediablemente al paradigma de un imperio, cuya situación iba a cambiar para siempre, después de la guerra. En sus intervenciones públicas, durante los cinco años del conflicto, fue preparando al pueblo británico para que enfrentarán esta nueva realidad, que no era fácil de aceptar.

La paradoja de Churchill es que a escasos dos meses de terminar la guerra , oficialmente el 7 de mayo de 1945, su partido perdió las elecciones y él su posición como Primer Ministro. Ese fue un momento muy agridulce para Churchill. Había logrado la victoria sobre Hitler y el reconocimiento nacional e internacional unánime respecto al inmenso papel que jugó su capacidad de liderazgo, en la victoria sobre los ejércitos del Eje (Alemania, Italia, Japón).

Y sin embargo, en el momento más importante de su carrera política,  no contó con el respaldo de su pueblo, cuando había logrado ser el arquitecto de la paz. Según los analistas de la época, fueron muchas las decisiones tomadas por Churchill, que no fueron las más populares, pero eran las necesarias para el momento crítico que enfrentaba su país. Pero lo interesante es que fueron tomadas en función de lograr un propósito mayor y no para aumentar su popularidad en las urnas o de mantener el status quo, de un imperio que ya no era.

La otra lección de esta historia, es que a pesar de varios errores cometidos, especialmente al principio del conflicto, donde la responsabilidad de Churchill era clara, la capacidad de ejecución y de coordinación logística, fueron claves.  Estos aspectos gerenciales fueron fundamentales para manejar los múltiples frentes de guerra en varios continentes, y a la vez, mantener funcionando el Gobierno durante este periodo, en medio de los bombardeos que diariamente caían sobre Londres. El lograr demostrar una capacidad de ejecución sobresaliente, de control y de orden, en medio del caos de una guerra, fue fundamental para darle credibilidad a la visión de Churchill, de que era posible obtener una victoria sobre Hitler más adelante.

Juan Manuel Santos hoy está enfrentando el momento más difícil de su larga carrera política. Como Churchill,  está en una situación inédita para él, después de haberse preparado toda su vida para llegar a ser Presidente de Colombia. Yo diría que igualmente, de manera visionaria le propuso al país, una agenda ambiciosa de temas trascendentales, que como nación estábamos en mora de enfrentar y que implican grandes cambios en la manera como nos vemos, actuamos y valoramos.

Buscar la paz y abordar el tema de la restitución de las tierras para atender el problema monumental de las víctimas de conflicto armado, son dos retos adaptativos monumentales para la sociedad colombiana, que no son nada fáciles de lograr.

Pero también lo es, su propuesta de sintonizar nuestra economía con el Siglo XXI, si queremos ser una nación relevante en el concierto internacional. El poner la Innovación como uno de los ejes del desarrollo y de incorporar a nuestro país al grupo de naciones más desarrolladas, en el marco de una agenda diplomática más amplia que la manejada por Uribe, es un cambio estructural en relación a como nos queremos ver en el mundo.

Sin embargo, el problema de Santos con esa agenda tan ambiciosa de cambios, es que no ha sido capaz de articularla y de hacer que los colombianos aceptemos la responsabilidad que nos corresponde, para lograrla. No ha logrado alinear a los colombianos  con esta visión ambiciosa, que nos permita escribir un nuevo capítulo de nuestra realidad.

Como lo he escrito muchas veces, parece que los colombianos estamos secuestrados por el peso de nuestra historia. Y se requiere de un extraordinario liderazgo para acercar a esas dos Colombias, que hoy cohabitan y chocan permanentemente. Hasta ahora Santos no ha estado a la altura del monumental reto que el mismo se impuso.

Y para agravar su situación, este gobierno ha padecido de una incapacidad de gestión que ha demostrado en temas críticos, como el de la infraestructura, la Justicia y la Salud. O lo que es más grave aún, ha demostrado mucha debilidad en comunicar los logros obtenidos, que si existen, lo cual ha sido aprovechado por la oposición, minando su credibilidad.

La imagen que tengo del ejercicio de liderazgo es la de un juglar que tiene simultáneamente muchas bolas en el aire. Si se descuida en una, todas las demás se le pueden caer al suelo. Santos descuido un flanco crítico con el tema cafetero, y en el proceso, puso en peligro las múltiples apuestas en que está comprometido.

Por esta razón, la impresión general es la de un pésimo manejo que le dio este tema. Su incapacidad de anticipar esta situación, abrió las compuertas para una explosión de movimientos, que están buscando capitalizar la debilidad del Gobierno. Y en el proceso, lo que era impensable hace menos de una año, ha comprometido seriamente su posibilidad de obtener la reelección.

Colombia ha vivido un conflicto continuo por sesenta años. Cambiar esa realidad no es una tarea fácil. La Historia de personajes como Churchill, tienen valiosas lecciones para el manejo de una coyuntura, como la que hoy vive Colombia. Y los conceptos de mi blog anterior, sirven para entender las tremendas dificultades que enfrenta Santos en su rol, no sólo de Presidente, sino de líder de un proceso de cambio, que la sociedad colombiana urgentemente necesita.