Blog de FM: ¿Necesita Bogotá un Probogotá?
Hace más de cuatro años, desde que Alejandro Santos me invitó a colaborar con un blog en Semana, he venido escribiendo de manera permanente sobre los temas de Bogotá. Antes, lo había hecho en El Espectador y en El Tiempo, a mediados de los 90 y principios del 2000. Y con el Foro de Presidentes, participé en varias iniciativas de trabajo con las diferentes administraciones desde 1993. Una de ellas, el estudio Monitor de Competitividad con la CCB, fue un hito en su momento, para mostrar qué necesitaba hacer Bogotá para ser una ciudad relevante a nivel internacional.
Hago este pequeño recuento, para mencionar que, como ciudadano pero también como empresario, he tenido un interés de muchos años por las cosas que suceden en nuestra ciudad. En estos últimos tres años, me he dedicado a viajar, para aprender y entender, lo que han hecho otras regiones que hoy son referentes mundiales, en materia de desarrollo y de calidad de vida. En este contexto, y desde mediados del año pasado, también he escrito cuatro blogs sobre el ejemplo de Medellín. En mi opinión, tanto los casos internacionales, como el caso Antioqueño, deben de ser unos referentes obligados para quienes queremos hacer algo importante por Bogotá.
Recientemente, por motivo de la situación cada vez más critica que vive nuestra ciudad, me he enterado que se ha despertado el interés de un grupo de poderosos empresarios, residentes en esta ciudad, para agruparse alrededor de una propuesta similar a Proantioquia en Medellín ( ver mis blogs sobre Medellín).
Que un grupo de empresarios importantes, finalmente se estén pellizcando y preocupándose por Bogotá, cuando sus intereses normalmente estaban más en la órbita nacional e internacional, es una señal muy positiva, pero a la vez arriesgada, y me explico.
Es muy positivo, porque significa que hay una mayor comprensión del tremendo impacto, que puede tener para sus negocios y su calidad de vida, el desplome acelerado de la capital del país. Mientras que en Medellín, los principales empresarios han sido unos dolientes muy activos de su ciudad, lamentablemente hasta ahora, este no ha sido el caso de Bogotá. Por esta razón, hay que celebrar con la expresión coloquial: más vale tarde que nunca.
Y es positivo, porque quiere decir que continúa la tendencia de crear nuevas instituciones, que apoyen el desarrollo de nuestra ciudad, con una activa participación de los actores relevantes de la comunidad. Este es el caso de la creación hace dos años, de CONNECT Bogotá Region, por parte de empresas y universidades muy importantes con sede en la ciudad, que poco a poco han venido entendiendo la necesidad de tener espacios de encuentro, donde se analicen y se propongan proyectos, para enfrentar los gravísimos problemas que hoy impactan a la región.
El aspecto que puede ser arriesgado, es que este tipo de iniciativas sea mal interpretado por Petro. Recordemos, que desde que se inició esta Alcaldía, la posición descalificadora y de desconfianza hacia el sector privado, ha sido la norma y no la excepción. En una etapa de polarización política, como la que se está viviendo en Colombia en la actualidad, un personaje tan cuestionado como es el alcalde actual de Bogotá , puede distorsionar las mejores intensiones con fines políticos. Sería una sorpresa muy positiva, si este temor no se materializara, y que finalmente esta Administración entienda, que solos no pueden enfrentar los grandes problemas que hoy afectan a la capital del país.
Sin embargo, si se materializa la iniciativa de tener un Probogotá, esta noticia debe ser muy bien recibida por la comunidad empresarial y la sociedad en general. La razón es muy sencilla: nuestra capital y su región, necesitan de muchos grupos de dolientes, que tomen más en serio lo que pasa en su ciudad. La indiferencia de tanta gente, entre ellos los empresarios de esta ciudad, es la razón por la que se le abrieron las puertas al Polo y al desastre que hoy padecemos en Bogotá.
CONNECT Bogotá Región, es una iniciativa similar pero más focalizada, que ya cumplió dos años de estar operando. Quienes creamos esta organización, nos propusimos una misión importante: ayudar a liderar la transformación del desarrollo de nuestra región, alrededor de tres fuerzas impulsoras: la ciencia, la tecnología y la innovación. Sus socios son hoy en día 21 universidades y 30 empresas.
Entre todos los socios de CONNECT, hemos hecho el compromiso de sostener esta iniciativa, que ha abierto un espacio de encuentro, para los diferentes actores interesados en estos temas. Recordemos, que hoy en el mundo entero, el uso del conocimiento es el motor para el desarrollo y la calidad de vida de una region.
Iniciativas como CONNECT, Proantioquia, y esperemos que en el futuro Probogotá, son fundamentales en la construcción de una institucionalidad, que movilice al capital social de una región. Este tipo de organizaciones, pueden y deben de desempeñar un papel muy importante para canalizar propuestas de largo plazo, y para ayudar en la coordinación de proyectos de interés general. Son palancas claves, que las administraciones públicas, deben de aprovechar para movilizar la construcción de una visión colectiva, alrededor de propósitos compartidos, que beneficien a toda la comunidad.
Algunas veces llegar de último no es un problema. Cuando se tiene la capacidad de aprender de las experiencias recorridas por otras regiones en el mundo, y capitalizar sus aciertos y sus errores para acortar la curva de aprendizaje, es posible aumentar la velocidad de cambio de una región. De mi experiencia, viajando por el mundo, conociendo y aprendiendo de casos exitosos, hay varios factores críticos que se deben de tener en cuenta para no fracasar.
La primera lección, es que las distintas iniciativas que surjan, deben de sumar para multiplicar. El objetivo común de todas ellas, debes ser la movilización de los activos de una región, para su desarrollo. Esto implica, que haya la capacidad colectiva, y colaborativa, de promover una visión compartida entre todos los actores, para focalizar y complementar esfuerzos para lograr los resultados deseados.
Una segunda lección , es la necesidad de que este tipo de iniciativas sean incluyentes. Finalmente, se está trabajando para buscar el bien común de una comunidad. En este sentido, los empresarios son actores críticos para una ciudad, pero no son sus únicos dolientes. La capacidad de buscar la diversidad de puntos de vista, que permita la movilización colectiva hacia objetivos comunes, es una de las características de iniciativas de liderazgo exitoso, que he podido documentar, de las experiencias de ciudades como Bilbao en el País Basco, Austin, San Diego, Pittsburg, en los USA.
Una tercera lección, es que se necesita que las personas que van a participar activamente, se capaciten para poder tomar decisiones informadas y fundamentadas, para los proyectos que se quieran impulsar. Sin una preparación adecuada, pretender ejercer un liderazgo colectivo de alto impacto, va ser mucho más difícil, y posiblemente bastante frustrante para muchos. Y la verdad es que Bogota no tiene más tiempo que perder.
Una cuarta lección, es que la rueda ya ha sido inventada por otros, pero que igualmente, las soluciones que han funcionado en otras partes, no necesariamente pueden servir para Bogotá. Esto tiene varias implicaciones.
La primera consecuencia, es que es necesario el identificar previamente una ruta de vuelo de largo plazo, en función de la visión compartida. Es un proceso que toma tiempo y no se puede improvisar. Toma tiempo, porque hay que generar consensos, y sin ellos, es muy difícil avanzar. El ejemplo de Bilbao es un buen referente. En esta ciudad se preparó un Plan a tres décadas, cuya elaboración tardó más de dos años. El proceso de Medellín se viene construyendo desde hace más de quince años. Aquí es bueno aplicar el refrán: vístame despacio que estoy de prisa.
La segunda consecuencia, es que se necesita experimentar. Hay que atreverse a probar para adoptar las mejores opciones posibles. En el camino seguramente se va a fallar. Por esta razón, se necesita un liderazgo importante de múltiples actores de la ciudad. Sería ideal contar con la Administración del momento, como ha sucedido en otras partes del mundo. Pero igualmente, hay que pensar en un plan B, para el caso de que sigamos por la ruta de elegir a personas incompetentes y corruptas, como ha sucedido en los últimos años, con los miembros del Polo, que se tomaron la ciudad.
La tercera consecuencia, es que el proceso de ensamblar las piezas del nuevo rompecabezas, que requiere el desarrollo de Bogotá y su región, necesita de mucho trabajo voluntario, basado en una cultura de confianza y de colaboración entre los actores principales. Es un ejercicio de liderazgo que no tiene antecedentes en Bogotá.
El proceso de aprendizaje puede ser difícil y frustrante para muchos. La razón: nuestros antecedentes culturales que no son los mejores. Por esta tazón, el camino hacia adelante, puede estar sembrado de muchas minas quiebra patas. Hay que estar dispuestos a caer, para volverse a levantar y seguir avanzando. Sólo con esta actitud, será posible lograr el propósito de colocar a Bogotá en el plano de las ciudades globales más innovadoras y atractivas para vivir y hacer negocios. Este es el reto que dio origen a CONNECT y sería al que que debería sumarse la futura Probogotá.
Próximamente, quiero referirme a las condiciones que deben de tener las administraciones públicas de una ciudad como Bogotá, para poder avanzar en la dirección correcta.
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