viernes, 23 de diciembre de 2016

2016 año inolvidable !!!

"Nada en la vida debe ser temido solamente entendido", Thomas Friedman

Estamos terminando un año donde lo imprevisible fue previsible, donde la certidumbre de lo conocido es remplazada por el salto a lo desconocido, y donde  la verdad y los aportes de los los expertos, son remplazados por las mentiras y la ligereza de las redes sociales.

Es un año donde las encuestas fracasaron estruendosamente, y donde "la dirigencia política", falló miserablemente en su lectura del estado de ánimo de los votantes. Es un año donde los partidos políticos, perdieron su relevancia como cadenas de transmisión e interpretación de la sociedad, para ser remplazados por populistas, misóginos, racistas y mentirosos descarados.

Es un año inolvidable, donde los medios tradicionales perdieron su respetabilidad, para servir irresponsablemente de cajas de resonancia a todo lo anterior, tratando de competir con Twitter y Facebook. Estas redes sociales, viralizaron como una peste, los insultos y mentiras que salieron de las campañas electorales, y de los populistas irresponsables, que dieron voz a los miedos y fobias represadas de millones de votantes.

El 2016 es el año  cuando la  Gran Bretaña pierde el norte. Una mayoría de votantes, con avidez y absoluta falta de juicio, compran las mentiras que les vendieron, para romper las  amarras con la CE, y saltar al despeñadero de lo desconocido. Pero también será un año memorable, porque los gringos despiden a Obama después de dos periodos, y suben a Trump que es un personaje muy peligroso y totalmente cuestionable.

El 2016 es un año memorable, porque los menos educados y más marginados, le dan literalmente una patada en el trasero a las élites tradicionales. Y donde los malos como Putin en Rusia, Erogan en Turquía y Duarte en Filipinas, tienen el respaldo mayoritario de su gente, a pesar del uso declarado de la violencia para acabar con los opositores del régimen y los genocidios que han propiciado. Y en el caso de Putin, derrota a Clinton, entrometiéndose impunemente en las elecciones gringas, increíblemente  con el aplauso de los republicanos y la complicidad de Trump.

En nuestra región, el 2016 también es inolvidable. En nuestro vecindario, el incompetente Maduro,  se atornilla en su cargo, pauoperizando cada vez más al país más rico en recursos naturales de Sur America. En Brasil sacan a su presidenta, y nombran como su remplazo, a otro político muy cuestionado. Mientras que en Colombia, Santos gana perdiendo, recibe el Nobel de La Paz, les hace conejo a los ganadores del plebiscito, y deja a un país divido como nunca.

Cuando se observan los resultado electorales del 2016,  que rompieron todos los pronósticos, y se proyectan los costos que las sociedades van a pagar por ello, hay un común denominador en todos. La razón y la verdad pasaron al baúl de los recuerdos. El odio, el miedo y los prejuicios, fueron las teclas emocionales que ocuparon el protagonismo político, tocadas habilidosamente por caudillos y populistas irresponsables. En esas condiciones, la democracia es una presa muy frágil y fácilmente manipulable.

En Europa, los Estados Unidos, Colombia, Turquía, etc, los votantes que dieron la sorpresa, en general resonaron a estas dinámicas de manera irreflexiva. En muchos casos, el miedo a la globalización, a los emigrantes y a los cambios que se han producido, limitaron la capacidad de análisis, y propiciaron una visión muy limitada del mundo. La abstención, y el voto protesta, favorecieron las propuestas basadas en premisas falsas y verdades a medias, que fueron los ganadores de la contienda.

El vacío  tan impresionante de liderazgo político que hoy se manifiesta en diferentes latitudes, es el responsable de que no hayan mensajes orientadores y reflexivos, pero también emocionalmente positivos, que ayuden a entender el mundo actual y prepararse mejor en este entorno. En la medida que más se entiendan las dinámicas de los cambios que hoy se ven, es más fácil no quedar secuestrado por los miedos y los temores que le abren las puertas a los Trump de este mundo.

Es triste pero cierto: no hay líderes políticos, o sociales, haciendo la tarea fundamental de explicar las tendencias que estamos viviendo, su impacto, y las consecuencias nefastas de ignorarlas o rechazarlas, simplemente porque no se entienden. En lugar de preparar mejor a la gente para que se puedan adaptar a los cambios que sienten que los afectan, les venden promesas falsas y los inmovilizan en sus vidas.

Hay muchos ángulos desde los cuales se puede tratar de analizar y formular diferentes hipótesis sobre lo acontecido en el 2016. Para muchos formadores de opinión, se está viviendo un momento de quiebre, cuyas consecuencias e impacto profundo,  las seguiremos viendo en los próximos meses. En los próximos blogs, para cerrar este año bisiesto tan particular, voy a intentar presentar algunos de los fenómenos que pueden explicar lo que hemos vivido durante estos largos 12 meses tan desconcertantes y cuyos efectos los vamos a vivir hacia adelante.



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