viernes, 8 de septiembre de 2017

El Camino de Santiago: una lección de vida



Soy un soñador pero nos soy el único. “Imagine” de Jhon Lenon

Por solicitud de unos amigos, y aprovechando la venida del Papa Francisco, voy a compartir con mis lectores las palabras que les dirigí a 140 estudiantes, que se graduaron en diferentes carreras en el mes de julio en la Universidad Central. Para esta seremonia especial, quise aprovechar la metáfora del Camino de Santiago de Compostela para inspirar a estos egresados en el camino de sus vidas.

A muchos jóvenes de hoy en día, que han crecido en la cultura de la gratificación instantánea y la línea del menor esfuerzo, es oportuno recordarles que la vida es un camino largo y duro, que puede ser una extraordinaria experiencia, si y sólo si, estamos abiertos a evitar los atajos, tenemos un norte ético, y aprendemos de nuestras caídas. 



“Para esta ocasión memorable, he querido utilizar una metáfora que es muy poderosa. Ver la vida como un camino emocionante, con muchas etapas, algunas más desafiantes que otras, algunas más largas, otras más cortas, y donde siempre la incertidumbre y el cambio serán sus compañeros permanentes.

La manera en que ustedes decidan recorrer cada etapa del camino de sus vidas, definirá el tipo de huella y el legado por el cual van a ser recordados. Y recuerden, que es su decisión y de nadie más. Asumirla con entereza y valentía, será uno de los más grandes retos que van a tener hacia adelante. Los atajos que tomen, los aciertos y equivocaciones que cometan, serán su responsabilidad.

En los próximos minutos, quiero formularles una invitación para hacerles soñar y reflexionar. Quiero invitarlos a pensar cómo van a seguir hacia adelante el camino de sus vidas.

Hace unos años, tuve la oportunidad de recorrer el Camino de Santiago de Compostela con mi señora en España. Este era un sueño que teníamos, ya que nos encanta caminar, y también por una motivación espiritual. Y como normalmente sucede, cuando se está abierto a las oportunidades,  nuestro sueño compartido se volvió  una realidad.

Esta es una aventura que emprenden muchos peregrinos desde la Edad Media. Quienes la inician, para recorrer 790 km desde la frontera con Francia, lo hacen inspirados por la oportunidad de llegar a conocer el sitio donde se dice fue sepultado el apóstol Santiago. Para no desfallecer en esta aventura, es necesario estar inspirado por un propósito superior, que trasciende lo turístico, y tener la apertura para enfrentar los obstáculos que se presentan.

Otra característica muy particular del Camino de Santiago, es que se hace por trayectos cortos de 25 a 35 km. Durante cada tramo, se encuentran caminantes de todas partes del mundo, con quienes se comparten la experiencia. Por lo tanto, para disfrutar el camino, es necesario tener curiosidad y apertura, para integrarse a grupos de gente muy diversa, y aceptar su compañía, que se vuelve muy importante en algunos tramos del Camino.

Una recomendación que se le hace al viajero, es llevar un equipaje ligero. Cuando esto se olvida, las consecuencias se pagan más adelante. Por esta razón, es muy importante la preparación que se haga, en la planeación de esta aventura, pero teniendo la flexibilidad de ajustar lo pensado cuando se presentan cambios en el entorno.

Pero también, hay que aceptar que las sorpresas lo acompañan a uno en el camino. Muchas son  muy especiales y hay que saberlas disfrutar. Pero en algunos momentos, la experiencia es extenuante, gracias a las ampollas en los pies, que le hacen a uno la vida miserable. Sin embargo, el propósito que inspira al caminante, el reto que esto implica, y  la compañía que se encuentra en cada trayecto, permite que surjan las fuerzas necesarias para seguir adelante. No hay una mayor alegría que ir coronando cada etapa. Ni hay más satisfacción, que haber tenido la perseverancia y la tenacidad para no desfallecer y llegar a la meta.

Hay algo más que quiero resaltarles de esta aventura que se constituye en una experiencia de vida única. El Camino de Santiago tiene varias rutas, y nosotros escogimos el Camino Francés. Este se recorre por trayectos entre pueblos y ciudades, pero sin utilizar las carreteras principales. Para evitar que la gente se pierda, recorriendo senderos que en algunos casos son muy agrestes, se han colocado unas señales que se convierten muy rápidamente en las compañeras permanentes del viajero. Ahora bien, para no perderse, es necesario estar muy alerta para irlas identificando. El costo de no hacerlo es muy alto, especialmente, cuando se ha caminado muchos km y hay que retroceder para retomar el sendero.

Se preguntarán algunos ustedes en este momento, el porqué traigo esta experiencia para compartirla con ustedes en esta ceremonia de graduación. La razón es muy sencilla: el finalizar esta etapa de sus vidas, que culmina con un título profesional, hay muchas lecciones del recorrido del Camino de Santiago, que se pueden recoger para enfrentar los desafíos que tendrán hacia delante. Y como dice la canción de Serrrat : Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Mi invitación es que vean la vida como un camino que hay que recorrer por etapas, pero no de cualquier modo, y para el cual hay que prepararse. En este contexto, el obtener un título profesional no se debe ver como un fin, sino simplemente como un medio, que los habilita mejor para seguir adelante aprendiendo y desaprendiendo continuamente.

Hay que entender bien las tendencias que hoy se ven en el mundo. Una de ellas, es la continua transformación del conocimiento, en el contexto de una época que tiene cada vez más incertidumbre y cambios permanentes. Por lo tanto, en los próximos años, les espera una vida de actualización continua, y posiblemente de varios cambios de carrera. Esta es una característica que los va a acompañar a ustedes por el resto de sus vidas. El cómo permanecer actual y relevante, en este mundo cambiante, es otro de los grandes retos que van a enfrentar en el futuro.

Para navegar en un mundo con las características descritas anteriormente, es necesario que la persona tenga un norte, que le permita enfrentar los cambios sin perder el rumbo. Por esta razón, es importante tener, uno o varias sueños que alcanzar, a medida que se avanza en el camino de la vida. Pero se debe contar con una visión inspiradora que le de sentido, dirección y propósito superior, al esfuerzo que hay que realizar.

Tener sueños y una visión, son componentes fundamentales para no desfallecer ante los múltiples obstatculos que se van encontrando en el camino de la vida. Pero estos tienen una razón adicional: ayudan a estar alerta para identificar mejor las oportunidades que se presenten y poderlas aprovechar. Esos sueños y esa visión, son los que van a servir para mantener prendida la llama para no perdernos en el trayecto. Y de esta forma, poder responder más inteligentemente a los cambios y a las oportunidades del entorno.

Para muchos peregrinos que hacen el Camino de Santiago, la inspiración tiene un marco espiritual, alrededor de unos valores que se viven en el camino: la solidaridad, la ayuda y el apoyo al que lo necesita, el respeto a la diversidad de razas y creencias, etc. De la misma forma, en el camino de la vida, esa visión y esos sueños, deben de estar siempre enmarcados dentro de una escala de valores éticos que normen el comportamiento y lo haga predecible.

En un entorno donde la corrupción ocupa diariamente la primera plana con escándalos impresionantes, muchos de ellos en cabeza de profesionales como ustedes, vemos con gran preocupación como se ha refundido el componente ético en la sociedad colombiana.

Tener un propósito, enmarcado éticamente, es otra de las decisiones importantes que ustedes tienen que tomar, si se quieren sentir orgullosos de sí mismos, y  dejar una estela que sea un ejemplo para sus hijos y para la sociedad. Una visión sin ética conduce inexorablemente al abismo. El problema es que, en el caso de la sociedad colombiana, para citar solo un ejemplo, hay una gran crisis ética y una falta de visión colectiva. Está en sus manos asumir un rol protagónico para cambiar el curso equivocado que llevamos, el cual compromete seriamente nuestro futuro, para ayudar a establecer un nuevo marco de comportamiento ético en Colombia.

Adicionalmente, está demostrado que las personas que logran una visión inspiradora, enmarcada por unos claros valores éticos, tienen más probabilidad de llevar una vida plena y exitosa. Tienen más posibilidades de tomar mejores decisiones ante las oportunidades que se presentan. Son personas que tienen la capacidad de liderar grandes transformaciones, de trascender y dejar una huella profunda en otros, por la estela que van dejando a lo largo de su vida.

Asociado a todo lo anterior, verán que en el mundo laboral se valora cada vez más el auto conocimiento personal, y el desarrollo de las competencias “suaves”, que son cada vez más  críticas para sostenerse en viaje de la vida. De nada les va a servir estar llenos de conocimientos, que se vuelven obsoletos muy rápidamente, si no son capaces de relacionarse con otros de manera productiva. Vivimos en un mundo cada vez más interconectado donde el trabajar colaborativamente, es más esencial.

A lo largo del trayecto, que les espera hacia adelante en el camino de la vida, es importante definir bien las etapas que lo lleven a la meta. En la medida que se vayan teniendo logros importantes, en el cumpliendo con sueños, hay que celebrar los éxitos conseguidos. Pero también, hay que desarrollar nuevas capacidades y aprendizajes, que servirán para seguir construyendo la experiencia vital de cada uno de ustedes.

La experiencia del Camino de Santiago, se hace mucho más interesante por la diversidad de personas que se encuentran de todas partes del mundo. Y lo que permite que sea algo muy especial e incluyente, es que la mayoría de ellas, están haciendo el esfuerzo inspiradas por un propósito común: tener una vivencia única para llegar a Santiago de Compostela

La falta de diversidad y de inclusión en el mundo actual, y la tendencia cada vez más preocupante de rodearse de personas con las mismas creencias y visiones, es un problema acrecentado por la tecnología de las redes sociales. La manifestación de este problema se puede ver en la fragmentación actual que vivimos en la sociedad colombiana.

Aquí les quiero dejar otra reflexión muy importante. Un obstáculo cada vez más peligroso para vivir plenamente el camino de la vida, es el de no cuestionar permanentemente los supuestos y creencias que nos limitan. Hay que tener presente, que estos son los filtros que usamos para interpretar la realidad, y para tomar las decisiones que definen nuestro futuro.

Para evitar que nuestras creencias definan nuestro camino de la vida, de manera inexorable, es necesario aceptar la diversidad, viajar, conocer otros mundos, tener otras referencias. Estas deben ser parte del plan de vida de cada uno de ustedes. Cuando esto no se hace sistemáticamente, quedamos prisioneros de nuestras creencias y prejuicios. Nos cegamos,  comenzamos a actuar irracionalmente, y tomar muy malas decisiones.

Si alguien me preguntara en que conociste el arte de vivir una vida plena, hoy le respondería: saberse rodear de personas diversas, como sucede en el Camino de Santiago. Caminantes con visiones diferentes, que lo puedan ayudar y orientar a uno, para sortear los momentos difíciles que se van a presentar en el camino de la vida. Personas que inviten a hacer un alto en el camino, nos ayuden a mirar con perspectiva hacia el pasado y con proyección hacia el futuro.

Como les decía hace un rato, para hacer el  Camino de Santiago, es necesario ir preparados con un equipaje ligero. También, hay que estar listos para ir dejando lo que no sea necesario, porque después de caminar muchos kilómetros, se convierte en una carga insoportable. Pues bien, aquí también hay otra lección que deja esta experiencia para ustedes.

Muchas veces corremos el camino de nuestras vidas con un equipaje inadecuado y muy pesado. Y lo que es peor, no somos capaces de reconocer cuando este equipaje se convierte en una carga muy difícil de llevar, que nos impiden tener la flexibilidad y la agilidad para cambiar de ruta y ajustar nuestra visión de futuro. Esto incluye abandonar conocimientos obsoletos, comportamientos no alineados con las nuevas realidades, y creencias no validadas con los hechos.

Cuando se tiene en frente la expectativa de vivir más de seis décadas más hacia el futuro,  como es el caso de todos ustedes, y en un mundo complejo, cambiante y lleno de incertidumbres, hay que estar preparados para varias caídas en el camino de la vida. Por esta razón, otro gran reto que ustedes van a enfrentar, es el de la resiliencia, que es la capacidad de superar circunstancias difíciles y no desfallecer, de florecer en medio de la adversidad. En el Camino de Santiago nos encontramos con personas minusválidas, caminantes con llagas en los pies, y que a pesar de las adversidades, seguían hacia adelante, movidos por la visión, el sueño,  y el reto que se habían impuesto de no desistir.

Seguramente muchos de ustedes ya se han enfrentado a situaciones muy complejas. Y si están hoy aquí recibiendo su título profesional, es porque han demostrado resiliencia. Mi invitación es a que la continúen cultivando. Hay una alta probabilidad de que la sigan necesitando hacia adelante para continuar en el camino de la vida.


Y para terminar mi intervención, les comentaba que hay unas señales especiales para no perderse en el Camino de Santiago. El truco está en mantenerse pendientes para verlas y no salirse de la ruta. Aquí quisiera dejarles un último aprendizaje. En el camino de la vida hay que estar alertas para leer oportunamente las señales que aparecen.

Muchas personas toman malas decisiones en su vida y se van por el camino equivocado. Posiblemente por qué no supieron leer a tiempo las señales del entorno. No tuvieron la curiosidad de ver e interpretarlas a pesar de que las tuvieron enfrente. O también, porque no supieron buscar y escuchar un consejo sabio a  tiempo.

Pero lo que es más grave, muchas personas no reconocen que son ellas las responsables de definir su destino, y terminan culpando a otros de su propia ceguera. Son personas que viajan por la vida sin un norte definido, quejándose todos los días de su mala suerte. Como resultado de esta actitud, dejan pasar muchas oportunidades que no vieron, mientras otras personas, en circunstancias similares, salen adelante

Espero que la metáfora del Camino de Santiago, les ayude a reflexionar para definir la ruta que van a tener que recorrer hacia el futuro. El grado del día de hoy, es un hito muy importante para ustedes, pero recuerden, es uno más de los muchos que van a tener que enfrentar hacia adelante.


Muchas gracias.



Francisco Manrique.

















































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