sábado, 29 de septiembre de 2018

El galeón San José una controversia vigente

En el contexto del Festival Internacional de Historia, que tuvo lugar en Villa de Leyva hace dos semanas, una de las presentaciones que me llamó mucho la atención estuvo a cargo del Dr Ernesto Montenegro, arqueólogo marino, quien ha estado muy vinculado al proceso del descubrimiento de los restos del Galeón San José. En los últimos meses, este tema, ha sido registrado en las noticias, por la importancia del hallazgo y las reclamaciones que España ha tenido sobre el mismo. 

En una excelente exposición, el presentador explicó de manera muy amena, la historia de esta nave y su importancia económica. En este blog, voy a compartir con el lector, lo que aprendí y que me pareció más  interesante, sobre este hecho histórico que sucedió hace más de tres siglos.

El 10 de marzo de 1706, zarpó de Cádiz la Flota de Tierra Firme,  con el Galeón San José como la nave capitana, y el Galeón San Joaquin  la nave almirante, junto con otros diez barcos de carga, con destino a Cartagena de Indias.  Estos dos galeones, representaban los mejores exponentes de la Armada Española de la época, después de otra gran nave: la Santísima Trinidad. Habían sido construidos en el País Vasco con las mejores maderas de los bosques cantábricos y de Andalucía.

Los dos galeones venían armados con una artillería naval de cañones de bronce que les daban la mayor capacidad militar de la época. Este material permitía concentrar de manera más efectiva la energía y lograr un mejor alcance. 

Algo que me sorprendió, fue conocer la vulnerabilidad de los barcos de madera, cuando están expuestos a microorganismos en su obra viva ( la parte sumergida). Para evitar que estos ataquen al casco, es necesario que no se queden quietos y naveguen en otras aguas. Solo así , se puede contrarrestar su deterioro con otros microorganismos diferentes. Dejar a una nave parada por mucho tiempo en las mismas aguas la puede afectar seriamente. 

Pues bien, los dos galeones recién construidos, debían zarpar  para Cádiz en el año 1701, pero un rayo destruyó el mástil del San José, que se tuvo que remplazar en una intervención mayor a todo el barco. Esto demoró su partida, y cuando finalmente llegaron al puerto de salida, se demoraron dos años más, exponiendo sus cascos al deterioro, como se explicó en el párrafo anterior. 

En el momento de su partida hacia America, en España se desarrollaba la Guerra de Sucesión, como consecuencia de la muerte de Carlos II, quien no había dejado descendencia y había sido el último representante de la Casa de Habsburgo. La misión de la flota era la de traer de regreso la recolección de tributos atrasados, que  había sido ordenada por parte de Felipe V, con el fin de contar con los recursos necesarios para enfrentar el conflicto.

Los barcos enviados, finalmente llegaron a Cartagena, donde volvieron a quedar fondeados por dos años más. En el viaje a este puerto, al San José  ya le había entrado agua por el casco que estaba  dañado. La reparación posterior, realizada a su llegada en este puerto, quedó mal hecha, situación que les hizo perder más tiempo, y  volvió aún más vulnerable el casco de este galeón. 

En Cartagena  se realizaba periódicamente una feria, donde se vendían los bienes venidos de España, y se embarcaban las remesas de los colonos que enviaban a la Madre Patria. En esa época, la gente de Popayán y de Santa Fé, enviaban su dinero a través de este puerto del Caribe. Y en la ciudad de Portobelo, en Panamá, se recibían los recaudos provenientes del Perú, así como las remesas que también venían de Mexico. 

Según el itinerario del viaje, la flota llegó a Cartagena, donde recibió su primera carga. Posteriormente navegó a Portobelo, donde cargaron los recaudos y remesas provenientes del Perú y de México, que fueron transportados principalmente en los dos barcos insignias. Al finalizar esta parada, la idea era regresar de nuevo a Cartagena, para luego tomar la ruta a La Habana, las Azores, de regreso a  España. 

En esta época, los ingleses mantenían espías en los diferentes puertos españoles del Caribe. Por lo tanto, tenían  una presencia permanente con sus naves de guerra en esta zona, con el fin de causar el mayor daño  y robarse el envío de mercancías hacia España desde sus colonias. 

La razón anterior, explica la presencia de 3 naves de guerra inglesas, que habían sido alertadas para apoderarse  del valioso tesoro que iba en el Galeón San José. Por su tamaño, está nave era la más cargada de la flota, pero a su vez, la más armada de todas.  

Después de una larga discusión en Portobelo, sobre si debían partir o no hacia Cartagena, porque se sabía de la presencia de las naves inglesas en la zona, el General Fernández de Santillana al mando de la flota, tomó la decisión de emprender el regreso. Había un incentivo para hacerlo a pesar del riego de ser atacados por los barcos ingleses: la oferta de acompañamiento para el viaje hacia España, que había recibido de unas naves francesas que también se encontraban en la zona. 

El 8 de julio de 1708, en el viaje de cabotage de la flota que los llevó cerca de las Islas del Rosario, las naves inglesas fueron detectadas. Pero el viento favoreció inicialmente a la flota española para poder llegar primero a Cartagena. Sin embargo, hacia las 4 pm, la situación cambió y se generó una brisa que favoreció  más a  las tres naves inglesas, mientras  que el  San José, y las otras naves que lo acompañan, quedaron sin viento para avanzar. 

Rápidamente, los españoles se dieron cuenta que no podrían entrar en Cartagena, y resolvieron llevar al San José y al San Joaquin hacia mar adentro, para tratar de protegerlos de sus adversarios, pero no lo lograron. Hacia las 6 pm se inició el combate con los ingleses, quienes abrieron fuego contra el San José, para apoderase de este galeón. Los españoles trataron de generar un círculo alrededor de esta nave porque era la presa mas valiosa que debían de proteger.

A pesar de este esfuerzo, los españoles vieron con horror, como su nave insignia fue impactada por un disparo de cañón en su santa barbara, que era la zona donde se guardaba la pólvora. Una explosión sacudió al galeón  y lo hizo hundir rápidamente en las profundidades del mar. En este ataque murieron 589 tripulantes y se perdió el valiosísimo cargamento que llevaba el San José. La ubicación  exacta sería un misterio  en los siguientes trescientos años.

Por el valor incalculable de la carga que había en su interior, durante muchos años, el descubrir donde se hundió este galeón y el cómo llegar a él, se convirtió en una obsesión para muchos aventureros y casa tesoros. 

En 1981, la compañía norteamericana Sea Search Armada, afirmó haber descubierto el lugar donde el galeón San José se  había hundido, reclamando la propiedad del tesoro según las reglas vigentes en ese momento. Esta compañía ha tratado de demandar al estado colombiano aduciendo una sentencia de la Corte Suprema de Justicia, que según ellos, les da derecho a la mitad del tesoro.

Gracias a la información de los archivos en España, y del Instituto Metereológico de los Estados Unidos, años después, se pudo precisar el lugar donde se habría podido hundir el Galeón San José. En el año 2015, el Gobierno de Colombia, contrató a una firma privada, para que ubicara los restos de la nave, utilizando la tecnología militar más avanzada. Con imágenes de sonar y fotográficas, se buscó identificar con un gran nivel de detalle, anomalías en el fondo del mar,  en una zona con una extensión de 72 millas náuticas.

Finalmente, el esfuerzo conjunto, permitió identificar los restos del San José. En las fotos se pudo observar como la madera había desaparecido, pero también se veían algunos cañones de bronce, junto con vasijas y ánforas, donde se sospecha que está parte del tesoro. También _se ha podido fotografiar con gran precisión objetos de una vajilla de porcelana  china 

Si bien el descubrimiento del San José es un logro histórico, se ha suscitado una gran controversia sobre su propiedad con España, quien aduce ser la verdadera dueña del tesoro que se encuentra en este barco hundido. Hasta 1985, era aceptado que los tesoros descubiertos eran de quien los encontrara. 

Pero después del Convención de la UNESCO sobre el patrimonio subacuático, estos descubrimientos se definieron como bienes de interés general. El problema se suscita  porque Colombia nunca subscribió este acuerdo, pensando precisamente en el tesoro del San José. En este momento, la recuperación de los restos de la nave está suspendida temporalmente por orden del Ministerio de Cultura, y la discusión con España  sigue sin resolverse. 

Un aspecto  importante de la reclamación gira alrededor de dos temas. El primero de ellos se relaciona con el hecho de que el San José era un barco de guerra, lo cual hace que esté protegido por “la inmunidad soberana”. Esto implica que sobre el galeón  ningún Estado pude tomar decisiones unilaterales sobre los restos sin la conformidad del Estado dueño de la nave. 

Pero la segunda razón se relaciona con la propiedad que reclama el Banco Central de España sobre la moneda emitida por la Corona en esa época. De hecho, en la actualidad, esta entidad es el mayor comprador de roblones españoles en el mundo. 

Esta reclamación,  es otro de los legados que hereda la administración del Presidente Duque, quien tendrá que manejar este chicharrón internacional en los próximos años. El Concejo de Estado, en Colombia, ha estudiado el caso, dada la polémica que se ha producido alrededor del San José. 

Mediante varias sentencias, esta corporación se ha pronunciado afirmando, que se considera tesoro, todos los objetos que no tengan una marca distintiva dentro de los restos del barco. En caso contrario, se deben considerar cómo patrimonio cultural, y por lo tanto deben ser conservados.



1 comentario:

  1. Interesante. Ojalá que el interés por la propiedad del tesoro se expresará también en el compromiso por asegurar todas las condiciones para que este pudiera ser exhibido con dignidad en museos con ingresos gratuito y de fácil acceso para investigadores y estudiosos.

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