viernes, 25 de enero de 2019

Reviviendo nuestra historia

Regreso a Colombia para encontrarme con la noticia del atentado cobarde del ELN que le costó la vida a 20 cadetes de la Escuela General Santander. El vil acto, trae a la memoria otro similar al Club del Nogal, realizado en el 2003 por las FARC. Por haber sido los dos atentados en la capital, tienen una resonancia mucho mayor, a pesar de que en la historia sangrienta, de muertes sin sentido, que tenemos en Colombia, ha habido masacres más salvajes y con más muertos. 

Vale la pena refrescarle la memoria a quienes hoy se rasgan las vestiduras, y claman de nuevo por remplazar la paloma de la Paz, por los helicópteros artillados Black Hawk. Muchas de estas masacres sucedieron sin generar una reacción similar. De hecho fue notable la indiferencia de la gente ante estos terribles actos en la época de los paramilitares, durante el gobierno de Uribe, cuando muchos de ellos fueron propiciados en complicidad  con agentes del  estado.

Sin embargo, en este caso el pais se movilizó el domingo pasado, para rechazar adolorido e indignado, este criminal atentado, cuando se pensaba como algo ya superado, después de la firma con las FARC hace dos años. Pero lo sucedido, también nos recuerda, que a los colombianos nos cuesta mucho trabajo dejar el pasado, y revivimos con mucha facilidad nuestra historia. 

Muchas personas clamaban con rabia la mano dura contra estos crimínales. Y en esto estoy de acuerdo. Pero no se nos debe olvidar nuestro pasado, donde la fuerza  fue utilizada y no fue suficiente, para doblegar a a las FARC. Hubo que sentarse a negociar. En la historia de movimientos guerrilleros, yo entiendo que solo hubo un caso en Sir Lanka, donde se logró usar  la fuerza para acabar con el problema. 

En algún momento será necesario regresar a las mesas de negociación con el ELN. Por esta razón, la decisión de Duque de desconocer los protocolos firmados con este grupo y con los paises garantes, es equivocada. ¿Quien, en su sano juicio, le va a creer al estado colombiano la próxima vez?. Es un pésimo precedente, que unido a lo que comentare a continuación, demuestra que la falta de confianza, alargará innecesariamente el conflicto, con el consiguiente costo en vidas humanas y recursos de todos los colombianos.

Pero más  allá de lo abominable, cobarde y repudiable, que fue el atentado en la Espuela General Santander, a mi no me sorprende para nada lo sucedido. Es la consecuencia natural de una serie de hechos que hacían muy improbable tener un escenario distinto al que vivimos hoy. Y me explico

No deja de ser paradójico que el Presidente Duque haya hecho un llamado a la unidad y solidaridad después del atentado. 

Cuando Uribe le montó a la oposición a Santos en el 2010, se opuso con patas y manos a la negociacion de paz, asumiendo una postura muy destructiva, que fracturó cualquier posibilidad de unidad en el pais. Ese era el momento de hacer un llamado constructivo a la unidad,  para sacar adelante un proceso tan complejo, y sin tantos cabos sueltos, como el que dejó Santos al final de su periodo. 

Al Centro Democrático, hoy en el poder, este tipo de eventos,  le debe recordar el dicho popular: “el que siembra vientos cosecha tempestades” Y ahora, cuando necesita despertar la solidaridad y la unidad, tiene que enfrentar las consecuencias de la polarización que propició,  y que tanto daño le ha hecho al país.

La triste realidad es que a este gobierno le tocó lidiar a las malas, con las consecuencias de varias decisiones muy equivocadas cometidas por Santos, en su afán de firmar a cualquier costo con las FARC, para ganarse el Nobel de la Paz . Decisiones que posiblemente hubieran sido distintas, si Uribe, no hubiera adoptado una posición tan negativa, motivada en buena medida medida, por el odio personal contra su ex colaborador. 

Un tremendo error, que hoy comienza a ser evidente, fue el haber subestimado el peligro que representaba el dejar la negociacion con el ELN para el final, o el no haber copado las áreas que dejaban las FARC después de su desmovilización, dejándoles a este grupo que se consideraba menor, el espacio libre para su crecimiento, alimentado por la multiplicación  de las siembra de la coca, estimulada por una política ingenua que lo propició.  

Pero el problema se agravó aún más. Desde la llegada del Centro Democrático con Duque al poder, fue evidente que el ritmo de implementación de los acuerdos firmados en La Habana, iba a realizarse a paso de tortuga. O aún peor,  simplemente no iban a ser impulsados en la agenda de gobierno, cosa que efectivamente está sucediendo. 

El mensaje para el ELN no podía ser más claro. Con Duque era regresar al pasado, y les era evidente que no era posible confiar en ninguna acuerdo con el Estado en general, y con este gobierno en particular. Esta realidad, puede explicar el poco interés de este grupo, por lograr avanzar en el proceso iniciado al final del gobierno anterior. Y máxime, cuando el vacío que dejó el Estado en los territorios de las FARC, les daba una ventana de oportunidad para crecer y atraer a los excombatientes que decidieron volver a su vida anterior. 

Súmese a lo anterior, la posición de romper relaciones con Maduro, lo que ha convertido a Venezuela en el santuario perfecto para el ELN, que recibe el apoyo oficial y les está permitiendo meterse de lleno en negocios de contrabando de ganado, la minería ilegal como en Colombia, y otras actividades ilícitas muy rentables. Seguramente, muchas de ellas, de la mano del Cartel de los Soles que hoy mantiene apuntalado a Maduro en el poder. 

Pablito, el jefe del ala dura de este grupo, hoy se sabe que está escampando en ese país, mientras se amaina la tormenta generada por el atentado de hace una semana, y que el ELN ya reconoció su autoría. Y mientras esto suceda, y no se tomen medidas más extremas, como las que se tomaron contra Raul Reyes jefe de las FARC en el Ecuador, tendremos la reedición del fenómeno guerrillero en cabeza del ELN. 

Y para rematar, es evidente que hubo una falla garrafal de seguridad por parte de la Policia. Y me indigna la explicación del Ministro de Defensa tratando de justificar lo injustificable y que posteriormente tuvo que retractarse en su explicación. La Policia merece la solidaridad, pero esto no les quita de encima la responsabilidad como institución, por el descuido que le costo la vida a los jóvenes cadetes. Se les puede aplicar el dicho popular: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. 

La moraleja de toda esta situación es muy sencilla: estamos condenados a revivir nuestra historia. Los hechos recientes ponen en  evidencia la incapacidad de liderazgo de nuestro dirigentes políticos. Igualmente, las falencias institucionales del Estado que no permiten que esté a la altura del reto histórico que vivimos. 

Pero también, hay que anotar la indiferencia de la gente, que en el pasado le volteó la espalda a las barbaridades que se cometieron por  todos los actores violentos de derecha e izquierda. Todo lo anterior, hoy se ve reflejado en los errores en el diseño de lo acordado con las FARC,  y en las  tremendas dificultades para su implementación. Máxime, cuando irónicamente esta debe de ser realizada por un grupo político que se opuso con saña al proceso.

Y para finalizar este blog y que no me interprete mal el lector. Durante cinco años busqué colaborar con el proceso de paz de Santos. Pero al haber estado de alguna manera cerca de los acontecimientos, me pude percatar de las deficiencias de su liderazgo que hoy son evidentes. 


No me cabe la menor duda de que era necesario la apuesta que se realizó con las FARC. Pero hoy ya son claras las tremendas falencias y debilidades que tuvo el proceso, y que han abierto la posibilidad para que el ELN, sea la pesadilla que remplazó a las FARC, y que posiblemente, nos mantendrá despiertos por muchos años mas, anclados en nuestra historia de violencia en Colombia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Favor colocar aquí sus comentarios