sábado, 25 de julio de 2020

Divergencia y convergencia


En estos meses de pandemia, he he escrito varios blogs sobre las consecuencias que se podrán ver hacia adelante en varios campos. Un tema común a todos ellos es la aceleración de los cambios que ya estaban en marcha en muchos frentes. Por esta razón, me llamó mucho la atención una charla que le escuche a Orlando Ayala, quien fuera vicepresidente de Microsoft y miembro de la Comisión de Sabios conformada por el Gobierno, para recomendar una propuestas concretas de una agenda nacional, apalancada en la ciencia, la tecnología y la innovación, para el desarrollo de nuestro país. 
En su charla, Ayala se refirió a algunos conceptos que están detrás de los grandes cambios que han sido acelerados por el Covid - 19, y cuyo impacto se ha evidenciado en estos meses  en diferentes niveles de la sociedad. Su charla es una invitación a pensar sobre otros temas que pueden impactar, positiva o negativamente, la agenda del desarrollo nacional. Depende de si lo entendemos o no y de que hagamos al respecto.

Su planteamiento de base es sencillo: Estamos viviendo un momento de gran gran divergencia cultural y de convergencia tecnológica.

En cuando a la primera,  sus efectos se van a sentir en los modelos económicos y sociales, que a su vez, se están reflejando en las dinámicas geopolíticas entre China y Estados Unidos. El tema relevante en estos próximos años, será el asenso de la China como primera potencia, en un momento histórico de gran debilidad, de quien fuera el país líder después de la II Guerra Mundial : los Estados Unidos. 

Esta dinámica se ha agudizado por los efectos del Covid - 19 en la economía mundial. Tasas de crecimiento negativo, superiores al -10%, se están dando en los países más desarrollados. En nuestro caso, los pronósticos superan ampliamente esa cifra. Con otro efecto sumamente grave: el colapso a nivel internacional de la confianza en los sistemas democráticos, las instituciones  del estado, y los dirigentes políticos. Esta situación no se ve en la China, donde la dictadura totalitaria del Partido Comunista, está cerrando cualquier brote nuevo de Covid-19 y de protestas contra el régimen, como se acaba de ver con su intervención en Hong Kong.

En cuanto a la convergencia tecnológica, según Ayala, el concepto de la cuarta revolución industrial se queda corto ante la realidad del proceso que está en marcha y que se centra inicialmente en lo digital . Tiene cuatro pilares 


  • La ultraconectividad. Para dentro de una década, se calcula que habrán 30 billones de dispositivos inteligentes con la capacidad de interconectarse entre sí 
  • El efecto red.  Las redes permitirán esta conexión, lo que facilitará que estos diferentes dispositivos puedan tomar decisiones sin intervención humana. 
  • La computación ilimitada. No será necesario tener computadores ya que se podrá comprar el servicio por demanda. La capacidad de almacenamiento de información crecerá exponencialmente. Y la velocidad, se podrá multiplica un billón de veces, gracias a los computadores quánticos que se están desarrollando. 
  • La data masiva inteligente. Esta será el resultado del desarrollo de los tres pilares anteriores. 

En conjunto, el impacto será enorme porque permitirá encontrar respuestas a problemas muy complejos, que hoy no tienen solución, en campos tan críticos como el de la salud, que está en en la actualidad en el centro del huracán generado por el coronavirus.

Cuando se analizan estas tendencias, Ayala ve varios escenarios que pueden suceder.



  • Los computadores podrán entender e interpretar el leguaje hablado, pero también el lenguaje corporal, y de ahí inferir el estado emocional de la gente.
  • El uso de la realidad virtual y mixta. En este escenario las realidades físicas y virtuales se combinan, lo que va a permitir nuevas formas de aprendizaje, pero también, de prototipado de nuevos productos y servicios.
  • La nueva electricidad. Con este nombre, Ayala se refiere al resultado de la combinación de todo lo anterior. En este contexto es que adquiere mucha importancia la Inteligencia Artificial ( IA).  Los computadores van a poder aprender a medida que se realiza una tarea, pero también, identificar la emocionalidad que tiene la persona que la está haciendo. Esto va permitir ir realizando ajustes a medida que se avance,  y en el caso de una película que se esté viendo, estaría diseñada para hacer variaciones al guión, que respondan al estado anímico del espectador. 
  • Auto aprendizaje a partir de la experimentación. Un ejemplo que ya se dio, es la máquina que derrotó a los maestros chinos en el juego del GO después de tres partidos perdidos.  En los juegos que se hicieron después, nunca fue derrotada porque ya había aprendido. Esta capacidad ya está siendo incorporada en muchos procesos.

A partir de lo anterior, Ayala propone que se genera un nuevo concepto que tiene varios desafíos: la computación cognitiva. Con estos avances, los computadores van a poder aprender continuamente, interactuar, sentir, inferir y pensar. Se van a generar unos dilemas éticos en la medida que estos avances queden en manos de unos pocos.

Pero detrás de la convergencia digital viene otra: la convergencia tecnológica basada en varias áreas del conocimiento. 

  • Biotecnología: genes y células 
  • Nanotecnología: átomos y moléculas
  • Ciencias cognitivas: neuronas
  • Tecnología de la información: bits

Cuando estas cuatro áreas converjan, los dilemas éticos se van aumentar significativamente. Por ejemplo, va a ser posible diseñar las características genéticas de los hijos, o evitar que estos se vean afectados por las enfermedades de sus padres. Esto ya sucedió hace un año en la China, donde el ADN de los fetos de dos gemelas, fueron alterados para evitar ser contagiadas por el VIH de la madre. 

Esta convergencia, sumada al desarrollo de la IA, va a impulsar muchísimo más lo que se podrá hacer con esta tecnología. El gran salto nos va a llevar a la Economía del Comportamiento, que puede significar nuevos modelos de sociedad. Se está creando una nueva fuente de generación de riqueza asociada a la manipulación del comportamiento humano. Pero también, esto tendrá un impacto profundo en la generación de nuevos modelos culturales, políticos y de negocios. Inclusive se afectará el balance de poder mundial.

Estos avances ya están en manos de pocas empresas, como Netflix, Google, Amazon y Apple en los Estados Unidos, y de Ali Baba y otras tres en la China. Su utilización les está permitiendo hoy en día, una micro segmentación muy fina, y la lectura de la emocionalidad de estos grupos. 

En el campo político, ya hay dos ejemplos emblemáticos: la manipulación de un pequeño grupo de votantes en los Estados Unidos para afectar la elección de Trump y el Brexit en Gran Bretaña. En ambos casos el villano fue una empresa: Cambridge Analitics. Esta compañía, hoy ya desaparecida después del escándalo que se generó, desarrolló unos métodos y algoritmos, para hacer unos análisis muy precisos psicosociales y de micro segmentación, para difundir información falsa, y manipular con fines políticos, los sentimientos nacionalistas de la gente seleccionada en ambos casos.

El mensaje de Orlando Ayala es muy contundente. Además de los múltiples cambios que la pandemia está produciendo, la convergencia de las diferentes tecnologías y áreas del conocimiento, son ya una realidad que es irreversible y no se puede ignorar. 

A partir de esta afirmación, las preguntas que deja su presentación son muy importantes: ¿cómo vamos a manejar estas nuevas realidades en Colombia, cuando adicionalmente, tenemos una agenda tan grande de temas pendientes en campos tan diversos como la seguridad, la salud, la educación y el manejo del Estado? ¿Cómo podemos aprovechar estos cambios para dar un salto significativo en el desarrollo de esta agenda? ¿Es posible? ¿Qué se necesita?

Si algo bueno podemos sacar de tsunami del Covid - 19, son las preguntas duras que nos tenemos que hacer como sociedad y que hemos venido ignorando o posponiendo por muchos años. 

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