Definitivamente se confirma el comentario de que cuando la Carrera 7, importante vía de norte a sur de Bogotá, a uno le parece muy amplia, llegó el momento de viajar para tener una mejor perspectiva. ( Este comentario no se podrá hacer después de que se construya el corredor verde que va a infartar la movilidad en esta zona de la ciudad, no va ver forma de verlo como una gran vía, ni siquiera en la imaginación )
Por esta razón, escribo estas líneas desde Vietnam, que desde hace más de dos décadas, se ha venido convirtiendo en un referente de crecimiento en el Sur Este Asiático. Con una población de 98 millones, en una área que es casi la tercera parte de Colombia, su economía ha crecido sostenidamente en este periodo a tasas superiores al 6% y ha reducido los niveles de pobreza del 40% al 12%. Para el 2022, se espera que el crecimiento esté por encima del 7% con una inflación actual y proyectada envidiable del 4%.
Estas cifras colocan a Vietnam como la economía de mayor crecimiento de esta región del mundo. La recuperación después de la pandemia ha sido impresionante. Le está sacando mucho provecho a tener una estructura de costos laborales mucho más bajos que su gran vecino del norte.
Dada la ventaja de costos, y la estabilidad del país, Vietnam ha sabido capitalizar el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la China. Pero también, a la absurda política de este país, de mantener encerrados a sus ciudadanos durante el 2021 y el 2022. Esta decisión se reversó recientemente, pero el daño que causó se sentirá por mucho tiempo.
Los indicadores económicos de inversión extranjera no mienten: en Vietnam se aumentó en el 2021 a US 38.000, con un crecimiento del 25% con relación al año anterior. Y ya en el primer trimestre del 2022, se había incrementado en el 16%, lo que permite proyectar una cifra superior a los UD 50.000 millones al terminar este año.
El aumento de esta cifra, está relacionada con las decisiones de retirarse de China de muchas empresas multinacionales, por el riesgo geopolítico que hoy presenta ese país y la inmensa disrupción que se ha generado en la cadena de suministros. El caso de los componentes electrónicos ha sido patético, obligando a empresas como Foxconn, Google , Microsoft y Apple, ha desplazar sus operaciones a Vietnam.
Foxconn abrió este año siete plantas siguiendo a la Apple que está desplazando la manufactura de los IPhone. Para estas y otras muchas empresas, se hizo evidente el inmenso riesgo de haber concentrado sus operaciones en la China.
Pero no solo se han movido, o están planeando hacerlo, las empresas de tecnología. Otros negocios de manufactura de bienes de consumo, textiles y vehículos, también lo están haciendo. En estas empresas, hay muchas compañías chinas que exportan su producción fuera de Vietnam.
El impacto que ha tenido esta tendencia para Vietnam, de diversificación de las cadenas de suministro, se puede medir en dólares . Por ejemplo, US24.000 millones de la inversión extranjera que llegó al país el año pasado, fueron invertidos en manufactura. Vietnam se ha convertido en un país muy atractivo, como base de operaciones de estas compañías, diversificando el riesgo sin perder presencia en una región de alto crecimiento mundial.
Ahora bien, si hay algo que hoy preocupa al gobierno de Vietnam, es el alto costo de la energía, a pesar de que el país es autosuficiente en gas. También les preocupa la subida exponencial de muchas de las materias primas que ellos importan para sus plantas de producción. Igualmente los desvela que tengan una dependencia importante de la China de donde viene el 55% de sus importaciones.
Pero se preguntará el lector: ¿cómo es posible que un país que era muy pobre y aislado después de la Guerra de Vietnam, hoy haya llegado tan lejos en su desarrollo, en el marco de un gobierno comunistas y con todas las limitaciones que eso implicaba?
Pues esta historia inicia con unas decisiones muy pragmáticas, como lo había hecho la China a finales de los año 70. El proceso se inició con la reforma conocida como Do Moi en 1986. En ese año se legalizaron y se incentivo la creación de empresas en un régimen de libre mercado. Los cambios se iniciaron en el sector agrícola cuya base era colectivizada. Esta tendencia reformista se llevó a otros sectores de la economía.
El siguiente paso coherente con las primeras decisiones, fue promulgar una ley que invitaba a la inversión extranjera a apoyar estos cambios. También, normalizaron sus relaciones con el resto del mundo, incluyendo con los Estados Unidos que había sido su gran enemigo en los años 60.
El impacto no tardó mucho en sentirse en el país. Antes del 86, Vietnam importaba 1 millón de toneladas de arroz al año, ahora produce 6 millones de toneladas y es el tercer exportador mundial de este producto. También, es el segundo exportador de café después del Brasil.
No es extraño que la agricultura se haya convertido en un motor de crecimiento. Desde las épocas que era una colonia francesa, el Delta del Mekong fue una canasta de alimentos para toda Indochina. Desde finales de los 70, la colectivización se fue acabando, lo que permitió que productos como el arroz alimentaran a la población y evitaran las hambrunas. Si hay que aclarar que el Estado es el dueño del suelo y lo arrienda a los agricultores. Esto ha sido motivo de muchas protestas que no han cambiado la postura del Estado.
A nivel político, se reafirmó la primacía del Partido Comunista y su apoyo al desarrollo de una mística en torno a su pasado heroico, dejando atrás los tintes soviéticos. “ En 1991, cuando la URSS se estaba desmoronando y Vietnam tuvo que adaptarse a una nueva realidad, el "pensamiento de Ho Chi Minh" se convirtió entonces en una de las ideologías rectoras del país, junto con el marxismo-leninismo” .
De todas maneras estos cambios abrieron una puerta a una cierta liberación política aunque no existen partidos de oposición. Se desarrolló una visión multipolar para no depender de una sola economía, desarrollando la institucionalidad que se necesitaba en el campo financiero..
En ese marco de apertura económica, pero con el dominio del Partido Comunista, los habitantes de Vietnam han podido disfrutar cada vez más de ciertas libertades personales, religiosas, económicas y sociales. Como ya se dijo al principio, los niveles de pobreza han bajado sustancialmente.
Todo este proceso no sólo ha hecho atractivo a Vietnam para la inversión extranjera. Su geografía, su cultura y la amabilidad de su gente, ha convertido a este país en un magneto para el turismo. Antes de la pandemia lo visitaron 15.4 millones de turista en ese año, generando unos ingresos de más de US 10.000 millones al año.
Que lecciones podrían ser útiles para Colombia en estos momentos donde tenemos un gobierno de izquierda que afirma, sin ruborizarse , que la infraestructura vial de las 4 G , “ se tiran un poco de plata en unas inversiones que solo sirven para traer productos de los puertos y matar la producción nacional. Quienes van por esas autopistas son las tractomulas cargas de mercancías de los dueños del gran capital”
Se queda uno sin palabra al entender que es el presidente que tenemos y parece que no merecemos, quien hizo esa afirmación, y cuya visón de la izquierda está tan lejos del ejemplo pragmático de Vietnam. Allá tienen la dictadura del Partido Comunista, pero al menos han tenido la inteligencia para fomentar las empresas y la iniciativa privada, desarrollar su infraestructura para sacar del campo, los productos para exportar y poder crecer sostenidamente a tasas que son envidiables
Han creado las condiciones muy atractivas para atraer a “ese gran capital” que Petro y sus acólitos tanto odian y desprecian. Pensar así es ir en contravía del progreso del cual depende el bienestar colectivo como si lo entendieron los comunistas en Vietnam.
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