sábado, 1 de julio de 2023

Crece la brecha de productividad

 


En momentos cuando un gobierno de izquierda en Colombia está buscando hacer cambios estructurales, uno esperaría que estos tuvieran una mirada internacional más amplia, y no solo una visión local y parroquial. Nuestro país no es una isla perdida en medio del océano y sin conexión con otras naciones que se han venido desarrollando más rápidamente. 

De hecho, así Petro y sus colegas no lo quieran reconocer, formamos parte de un sistema cada vez más interconectado e interdependiente. Temas de gran trascendencia como  que tan productivos somos vrs otras naciones, deberían ser consideraciones de fondo en el diseño de las políticas públicas y los cambios que se les quieran hacer.  


Dada la ausencia de la productividad en la discusión de la reformas que hoy se quieren imponer desde la ideología de la izquierda en el país, en temas tan sensibles como el laboral, el pensiónal o la salud, me pareció muy interesante traer a la mesa unas reflexiones de  un artículo reciente de la revista inglesa “The Economist”, que aborda de frente el problema a nivel de la región.



Menciona esta publicación un hecho muy preocupante:  por más de 50 años América Latina (AL ) no ha podido tener un crecimiento similar al de otras regiones del mundo, frustrando las expectativas de los expertos . La década perdida de los 80; la trampa del ingreso medio de los 90; la maldición de los recursos naturales de la primera década del nuevo siglo. 


A principios de los 60 el ingreso per capita en la región era tres veces el  de Asia del Este. Cincuenta años después estaban al mismo nivel y a finales del 2022 estos países habían crecido 40% más que AL. 


Otra información alarmante: descontando la inflación, el ingreso per cápita de AL, se ha mantenido en un 25% de los Estados Unidos durante tres décadas. Y desde 2010 al 2020 la región fue la del más bajo crecimiento en el mundo. Para este año,  y los  siguientes 7 años, el tema va a empeorar según las proyecciones de Banco Mundial. 


Colombia tuvo una recuperación muy importante del PIB en el 2022, pero para el 2023 y 2024 se proyecta por debajo del 2%. 


Y la pregunta que se hace  The Economist, en este  artículo sobre AL, es ¿porqué su historia de más de seis décadas  ha sido así?. Una región que ha tenido un bono demográfico a favor, donde la población laboral se ha doblado en las últimas tres décadas, y la relación de trabajadores a retirados ha seguido creciendo, cuando en la China hace más de una década llegó a su punto de inflexión.


La conclusión a la que llega el artículo, es muy relevante en momentos cuando en Colombia se está forzando una reforma laboral que agravaría aún más la productividad en nuestro país. El gran problema de la fuerza laboral latinoamericana es que su productividad es muy baja , ocupando el penúltimo lugar a nivel mundial, donde los peores países están en el Oriente Medio. 


Las cifras son contundentes y muy preocupantes en relación al crecimiento anual de la productividad en la región. En la última década ese crecimiento ha estado entre el 0.2% y el 0.5% anual vrs el 2% de los países del Sur Este Asiático. Es decir de 4 a 10 veces menor !!


Pero la OCDE  menciona otra arista del problema que afecta la fuerza laboral en AL: menos de la mitad tienen la habilitad de desempeñar tareas básicas con un  computador. Esto obliga a las empresas a  buscar gente capacitada en IT y más económica en el Asia y el Africa , porque no lo consiguen en la región. 


La falta de inversión en infraestructura, nuevas tecnologías y educación ,explica parcialmente el problema. A pesar de tener inversión del 22% del PIB  en el caso de Mexico, vrs 25% de sus pares en el Asia, la economía no ha crecido en ese país . 


El Fondo Monetario Internacional plantea que el problema se debe de ver al revés. El bajo crecimiento no promueva una mayor inversión. Se depende del gasto de los hogares que tienen una muy baja capacidad de ahorro por su salarios bajos. Y hay otras oportunidades mejores de inversión que compiten con la región. 


Pero el problema tiene otros  elementos que se deben de ver como las causas principales de la baja productividad laboral. La primera de ellas es los bajos niveles de educación, donde los jóvenes de 15 años están atrasados en promedio 3 años con relación a sus pares en el Asia y países del la OECD. Gracias a la pandemia la situación se ha agravado aún más.


La segunda causa son los oligopolios. En Chile 50 firmas son responsables del 70% del PIB. En Colombia las empresas públicas representan el 25% de los ingresos de las 100 compañías más grandes. Estas condiciones explican el porqué las empresas latinoamericanas tienen los márgenes más grandes que en el resto de países del OECD. 


Los gobiernos agravan aún más el problema generando barreras proteccionistas o  poniendo regulaciones que suben los costos. Se crea un entorno no competitivo que premia el status quo y no la innovación. 


La tercera causa es la inmensa informalidad que hace que más de la mitad de la fuerza laboral  en países como Colombia, Brasil o Mexico, pertenecen a ella, son menos productivos y se promueven las micro empresas que están por fuera del radar del sector formal. A esto se suma , leyes laborales que hacen prohibitivo despedir a un empleado, como sucede en Argentina y ahora se busca imponer en Colombia, con la reforma que busca cambiar Petro.


La corrupción que afecta al sector formal es la cuarta causa   que impacta la productividad. Esto sucede en las aduanas o cuando la policía no actúa cuando hay criminalidad, lo que promueve  la informalidad. Pero las políticas públicas que reparten subsidios, también incentivan  la informalidad. Más de 300 millones de personas se han acostumbrado a recibir estos apoyos en la región. Cambiar esta realidad es políticamente muy difícil 

 

El resultado de esta situación es una base productiva muy poco diversificada y una dependencia muy grande de la explotación de los recursos naturales o de empresas que no son tan productivas. Las regulaciones es la quinta causa que tampoco  promueve la competencia innovadora, lo que  hace más complejo el problema de productividad.


Ahora cuando los Estados Unidos está promoviendo el romper la dependencia de la China y atraer más empresas hacia adentro de sus fronteras, o poder hacerlo en los países de la región, AL, con la posible excepción de Mexico, la alerta del artículo llama la atención sobre otro hecho muy preocupante: la región, y países como Colombia, se están quedando por fuera de esta oportunidad histórica, porque no cuenta con las empresas innovadoras ni la fuerza laboral productiva, que podría llenar esa demanda. 


Pero además, el problema se agrava  cuando el ambiente es negativo para atraer a las empresas, o se ataca al sector productivo como lo hace hoy Petro en Colombia. Lo que se suma a la falta de seriedad en las reglas de juego y el aumento de las tasas impositivas, como acaba de suceder en nuestro pais, tema que está llevando a muchas empresas, especialmente extranjeras en el campo de la energía, a buscar oportunidades mejores en otras partes. 



A la luz de lo anterior, debe generar un gran rechazo el comentario de la Ministra de Trabajo, cuando afirmó que la reforma laboral no está hecha para crear más empleo, y tampoco  menciona para nada la necesidad urgente de incentivar un aumento significativo de la productividad y flexibilidad de la fuerza laboral. Al contrario, la propuesta del gobierno, es amarrar a quienes ya  tienen trabajo, y hacer muy costoso contratar más gente o salir  de quienes no son productivos. 


Aleluya, aleluya: el camino perfecto para volver a Colombia un país no competitivo, que no entiende o le importa las reglas que conllevan el  estar incierto en el mundo. Y el daño es monumental porque la distancia con los Paises que si entienden muy bien estos temas, será cada día mayor y la brecha muy difícil de cerrar. 


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