sábado, 16 de marzo de 2024

La ola del pesimismo y sus consecuencias


 Mientras Petro busca distraer a los colombianos generando noticias todos los días mientras está demoliendo la institucionalidad de nuestro país, a muchas personas se les olvida mirar hacia afuera de nuestras fronteras para preguntarse qué tendencias se están viendo que nos puedan impactar, positiva o negativamente .


El comentario anterior nos invita a mirar  el mundo, para entender cómo interpretar nuestra coyuntura actual en Colombia, en el marco de las grandes preocupaciones que hoy ocupan la atención mundial. Nuestro país ha tenido una tradición de verse más hacia adentro que hacia afuera, pero la realidad  es que no nos podemos sustraer de las grandes tendencias globales porque vivimos una época de creciente interconexión.



El Foro de Davos, es el espacio  que ha servido durante más de 50 años como plataforma global para reunir líderes de empresas, gobiernos, organizaciones internacionales, la sociedad civil y al mundo académico, para dialogar acerca de los  temas más críticos que se ven hacia adelante. Hoy en día, este es un espacio muy importante para leer las preocupaciones y tendencias desde las  ópticas muy diversas de sus asistentes. Y también, en el momento en que la institucionalidad multilateral, que se formó después de la Segunda Guerra Mundial, está hoy en crisis y pierde cada vez más relevancia gracias a la confrontación geopolítica que hoy sacude al mundo. 




El Foro anual de Davos, le  ponerle el pulso a los grandes temas que desvelan a los dirigentes que asisten a este evento. El año anterior, la gran preocupación fue la “policrisis”, terminó  que se refiere a la convergencia de múltiples problemas  que generan una inmensa incertidumbre y desorientación colectiva.  En el evento de este año, que se realizó a mediados del pasado mes de enero, hubo un tema sombrilla: la necesidad de construir confianza para enfrentar precisamente estas crisis simultáneas y varios mensajes importantes.



La incertidumbre sobre las perspectivas económicas, fue el telón de fondo de muchas conversaciones durante el evento, a pesar de una aterrizaje suave tras las turbias épocas del COVID, las subida de las tasas de interés y la inflación. Sin embargo, el primer mensaje es que se necesitan nuevos modelos y paradigmas  colaborativos de desarrollo entre el sector público y privado, basados en la productividad, la equidad y la sostenibilidad, teniendo en cuenta que hoy hay múltiples factores y riesgos que configuran la economía mundial para el 2024.


El segundo mensaje fue el poner a la mujer en el primer plano, no solo por temas de equidad de género, sino porque es un recurso cada vez más valioso en estas épocas de crisis. También fue muy importante el tema de las habilidades que requiere la la fuerza laboral en la nueva economía , gracias a los cambios producidos por la tecnología como la inteligencia artificial. Este tópico ocupó muchos espacios en el Foro de este año, la necesidad sobre su despliegue y control, así como las consideraciones de tipo ético que hay que enfrentar. 



Un tercer mensaje se relaciona con “la ayuda que necesitan los directivos para apoyar a sus equipos en la transición y habilidades y la necesidad de buscar formas creativas para generar alianzas entre los sectores público y privado”. Petro fue a Davos pero parece que este mensaje no lo tocó porque no pierde oportunidad para atacar a los empresarios.


Un cuarto mensaje fue la urgencia con la que se debe abordar el cambio climático y el desarrollo acelerado de fuentes energéticas alternativas, así como los recursos que se necesitan . Es muy claro el mensaje: no podemos seguir los futuros modelos de negocio en el agotamiento la naturaleza y los recursos. Las empresas que no entiendan el mensaje desaparecerán. Pero también fue motivo de conversación los otros impactos del cambio climático, especialmente en la salud. 



Pero el gran mensaje de este año en el Foro de Davos, es que la “policrisis” está retando cada vez más las capacidades de la sociedad para enfrentarla. Y lo más importante: “ agotando la condición de energía humana, que de otro modo, podría canalizarse hacia la configuración de un futuro más optimista” . De hecho estamos viendo niveles inéditos de pesimismo y de desconfianza en las instituciones y en la sociedad



Lo que hace más aguda la situación es el efecto amplificador de los medios de comunicación , la tecnología y las redes sociales que aumenta el pesimismo, la desorientación y la desconfianza . Este crea el caldo de cultivo que es aprovechado en su beneficio por los populistas de diferentes corrientes que hoy han llegado al poder montados en la ola del pesimismo y generando mayor polarización .  



En un entorno tan complejo , incierto y con cambios cada vez más rápidos con impactos imprevistos, no es es extraño que en el Foro de Davos, la atención se haya puesto sobre la necesidad imperiosa para restituir la confianza . Recordemos que esta esa el elemento fundamental para tener “Capital Social” , sin el cual una sociedad no puede avanzar. 


Y la construcción de confianza es un prerequsito para poder fortalecer una cultura global, nacional, regional y local, para propiciar la colaboración desde la diversidad. El mensaje desde Davos es contundente: la confianza  es indispensable para enfrentar los tremendos retos que la sociedad tiene que lidiar hoy y hacia el futuro. 


En Davos se vieron  varias las  consecuencias de este entorno tan complejo .


No es de extrañar el aumento de las enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad, que se están convirtiendo en la marca de esta época.  Es el resultado de un incremento muy marcado  de la pérdida del sentido de control sobre nuestras vidas. 


Otro efecto muy negativo del momento actual, es que hace perder la perspectiva de los inmenso avances realizados en las últimas cinco décadas, donde se mejora el nivel de vida en general y se sacaron a más de 1000 millones de personas de la pobreza . 


En el caso colombiano, el desconocimiento del gobierno actual de los logros conseguidos y de no querer construir y mejorar sobre lo ya construido, nos está llevando hacia el desmantelamiento de lo que hemos avanzado como sociedad. Es claro que se necesitan mejoras, y en algunos casos cambios importantes, pero sin desconocer los avances realizados. 


Pero hay otra consecuencia que no es menor: el no pararse  para avanzar, sobre que hemos construido con mucho esfuerzo, recursos y tiempo, es especialmente muy peligroso, cuando se quieren cambios sin tener las capacidades para lograrlos. Pero lo es aún más, cuando son propiciados ideológicamente desde un  Estado, que tiene inmensas falencias, que desprecia el aporte del sector privado a quien ve como parte del problema y no de la solución, en lugar de buscar su colaboración que es la marca de nuestra época,  


Los desafíos son inmensos, y hay forma de responder a ellos de manera solitaria porque desbordan de lejos  la capacidad individual de un gobernante o de una comunidad. Este otro llamado que salió de Davos este año. El problema es que las ideologías extremas, están volviendo sordos y ciegos a muchos dirigentes políticos en el mundo. Y mientras tanto, los problemas como el calentamiento climático, siguen inexorablemente su curso, poniendo en riesgo la misma existencia de la humanidad con un aumento creciente del malestar en la sociedad.


La pregunta es ¿ qué hacer ? . 


Cómo se conversó en Davos, “ para avanzar, es necesario identificar las causas profundas que generan estos malestares. Hay que reconocer que nos encontramos en un momento decisivo de la historia y, sin embargo, seguimos aferrándonos a soluciones obsoletas”. Y como ya lo vimos, lo que complica más las cosas, es el hecho que nos enfrentamos la “policrisis”. Es el resultado  de  tener   muchos problemas simultáneos y  profundamente interconectados ,  que se refuerzan mutuamente. “No hay soluciones rápidas ni remedios únicos. Se trata de abordar todos los síntomas de forma holística”


Hay que reconocer que la narrativa que traíamos hasta antes de la pandemia, ya no está funcionado y se necesita construir confianza para colaborar en la búsqueda  creativa de una nueva narrativa para el desarrollo,  de cara a los inmensos retos que enfrentamos y la creciente ola de desconfianza. . Se necesita hacerlo con un sentido de urgencia porque los problemas no dan espera. Y también aprovechar las nuevas tecnologías como la IA, para encontrar respuestas creativas e innovadoras pero reconociendo los riesgos de su utilización .


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