sábado, 22 de marzo de 2014

Cesó la horrible noche

Cesó la horrible noche...la libertad sublime...Estas palabras son parte de la segunda estrofa del Himno Nacional de nuestro país. En este caso, son las adecuadas para celebrar la sacada de Petro de la Alcaldía de Bogotá.  Este señor, finalmente se desenmascaró por lo que siempre fue: un agitador profesional, que no estuvo un solo día a la altura, para afrontar como Alcalde,  los tremendos retos de enderezar los destinos de una urbe, de más de siete millones de personas.

Los 27 meses  de la pesadilla de Petro, se sumaron a los ocho años del desmadre de la ciudad en manos del Polo Democrático. Hoy, este desastre tienen sumida a Bogotá en un caos de inmovilidad, y de falta de ejecución de proyectos vitales para la ciudad.

Pero, no contento con esta faena, resolvió que también se llevaba por los cachos, al sistema judicial, Apalancándose en sus mecanismos legales, los uso en beneficio personal. Afortunadamente, y a pesar de sus deseos, no lo logró.



El tortuoso trámite jurídico, que surtió el proceso de Petro, tuvo una característica a su favor: operó muy rápidamente en todas sus instancias hasta llegar al Concejo de Estado, que era su última posibilidad. Esta oportunidad, ya la quisieran tener miles de personas, que hoy se encuentran recorriendo los laberintos de la paquidérmica Justicia colombiana. Las decisiones, tomadas en cada paso, mostraron que habían diferencias de opinión entre los jueces, pero finalmente fueron  por mayoría.

No hay duda que el ex alcalde tuvo todas las garantías. Contó con el apoyo de columnistas , pero también de periodistas, como Sanchez Cristo, quien fue sospechosamente benigno en sus entrevistas  con el burgomaestre, aún cuando la ciudad estaba sepultada en las basuras. También, contó con la defensa de un selecto grupo de abogados,  lo que me lleva a una pregunta que nadie se ha hecho: ¿ De dónde salieron los recursos para pagar este costosísimo montaje jurídico?. Y sin embargo, a pesar de toda la evidencia del proceso, donde habían muchos ojos puestos, Petro se ha querido presentar como una víctima del sistema que el mismo uso y ayudó a crear.

Es importante no olvidar, que Petro participó en el diseño de las reglas bajo las cuales fue expulsado de la Alcaldía de Bogotá. Además, mientras fue congresista, las trató de utilizar en contra de Castro y Moreno, aduciendo los mismos argumentos que hoy fueron utilizados en su contra. En esos momentos no tuvo objeción porque le convenían.

Para rematar, ayudó a elegir al mismo Procurador que lo destituyó. Y lo que se le olvida a la gente que lo apoya, es que Petro estuvo veinte años en el Congreso, tiempo suficiente para haber propuesto reformas para limitar el poder de la Procuraduria que lo sancionó, y sin embargo no lo hizo. ¿Porqué?.

Pero además, utilizó las palancas del poder, para incitar a sus seguidores aprovechándose de su posición, y abusando del uso del espacio público, como lo hizo con la Plaza de Bolívar. Pero lo más increíble, la ciudad estuvo al garete durante cuatro meses, mientras se dedicaba a defenderse, al tiempo que recibía un sueldo pagado con los dineros públicos de la ciudad. Me pregunto, si después de tantas gabelas, ¿puede este señor tener la desfachatez de decir que no tuvo garantías y que se violaron sus derechos?.

Y finalmente cuando se dio cuenta de que había forzado su mano, resolvió recurrir a la CIDH, para que se pronunciara a favor de "sus derechos políticos", buscando que esta lo favoreciera sin medir las consecuencias de su acción. Trató de poner a Santos contras las cuerdas. Le jugó a que este no sería capaz de firmar su destitución y que aceptaría sin titubear el concepto de la CIDH, en caso de que esta instancia solicitara la suspensión de la medida contra Petro.

El agitador profesional se equivocó. Santos y sus asesores, se dieron cuenta que lo que estaba en juego, era la estabilidad de la estructura jurídica establecida por la Constitución del 91. Estaba en juego la posibilidad de que cualquier funcionario elegido popularmente, no estuviera sometido al control, que fue establecido en la Carta Magna, y que el grupo político de Petro -M19- ayudo a redactar.

También, estaban en juego las innumerables demandas que se hubieran venido contra el Estado, por decisiones similares tomadas bajos las normas existentes, contra cientos de funcionarios a lo largo de más de dos décadas, desde que tenemos la nueva constitución. Pero, sobre todo, estaba en juego la idea de que Colombia es un país donde no ópera la Justicia, a pesar de que Petro, pudo utilizar todos los recursos bajo el sol, dentro de las reglas establecidas. Y cuando los resultados no le sirvieron, gritó desde el balcón de la Alcaldía, que Santos había hecho "un golpe de estado", al firmar su destitución y no aceptar la solicitud del organismo externo. La verdad es que no lo podía hacer !!!.

Me alegro por Bogotá que esta pesadilla haya terminado. ¿ o si terminó?. En depende sumercé , como diría un campesino de Boyacá. En los próximos 20 meses, los bogotanos habremos votado dos veces por un nuevo alcalde de la ciudad. Y lamentablemente, la calidad de los elegidos en esta última década ha sido desastrosa. ¿Será que habremos aprendido la lección?

La primera votación que se deberá hacer a finales de los siguientes dos meses, nombraremos a un alcalde de transición por 18 meses. Este es un tiempo muy corto para pensar enderezar el barco que hoy hace tanta agua. Los problemas estructurales de la ciudad, que hoy padecemos, son el resultado de diez años de malos manejos e ineptitud, que requieren de tiempo para arreglarlos. Sin embargo, quien llegue a la Alcaldía en este periodo, tiene la responsabilidad de dejar las bases firmes para el trabajo, serio que se debe que hacer a continuación.

Por lo tanto, la votación que se avecina no es un tema menor. Es el principio de una solución sería para los graves problemas de Bogotá, o es el último clavo para sepultar a esta urbe de siete y medio millones de habitantes. Los amigos de Petro, creen que pueden volver a poner a este personaje por interpuesta persona, como quiere hacer Uribe con Zuluaga. Si los dejamos y seguimos siendo indiferentes, sería muy posible que tengan la razón. Repito: ¿será que si aprendimos la lección?




1 comentario:

  1. He seguido tus publicaciones acerca del caso “Bogotá-Petro”, me parece muy interesante leer puntos de vista diferentes, a los que usualmente reviso, en mi concepto personal, acerca de tu argumentación (aunque jurídicamente bien sustentada), carece de un sentido objetivo.
    Explicando la tesis del párrafo anterior, me fundamento en el sector económico en el que te encuentras inmerso, es bien sabido que petro fue un alcalde que gestiono por una planeación adecuada antes que una acelerada construcción, algo que afecta directamente tu sector.
    Ahora bien haciendo alusión a tu párrafo:
    “Los 27 meses de la pesadilla de Petro, se sumaron a los ocho años del desmadre de la ciudad en manos del Polo Democrático. Hoy, este desastre tienen sumida a Bogotá en un caos de inmovilidad, y de falta de ejecución de proyectos vitales para la ciudad”.
    Podrían deducirse varias cosas: Primero, si planteamos el problema de la capital como un problema de un partido político, carecemos de objetividad al no decir que se han realizado peores atentados en administraciones anteriores que han conllevado al caos actual de Bogotá. Segundo, referente al tema de la movilidad o inmovilidad en la capital, no es un problema que únicamente se este empeorando por la carencia de administración en la parte publica, tendríamos que revisar cuales con las verdaderas causas.
    Tienes razón en parte, se tiene un mayor problema de movilidad en la administración pasada, pero esto se explicaría por el pensamiento de petro, el cual consistía en soluciones reales a largo plazo, y no cortoplacistas que proponen muchas administraciones, ahora bien, se sabe que este problema no es nuevo, y que petro no fue el causante, no veo entonces el motivo de celebración.
    Cito ahora un pensamiento que tanto resaltaba nuestro querido colega Juan Abel Lara QEPD “pobre país”, pobre país… ¿Porque se tiene que destituir un alcalde de “izquierda” “terrorista del M19” “incapaz”?, para que el gobierno por fin, brinde apoyo a la administración de la capital. Cito una denuncia publica del secretario de gobierno de petro la cual vi en un medio de comunicación masiva que no me parece tan objetivo “caracol”, este personaje mostraba que el problema de orden publico (otro tema tratado por ti), se debía en gran parte a la pobre cohesión que existía entre la autoridad y el gobierno de la capital, además del problema de corrupción que tiene esta entidad, ¿Por qué una vez destituido petro se cuenta con el apoyo total de la policía para controlar el orden publico? “Pobre país”… Si se revisa ahora, “supuestamente” los avances de la nueva administración en temas vitales, basta con compararlos con la “Bogotá humanitaria” y se ven que ya estaban propuestos, solo que faltaba apoyo.
    Ahora bien el tema de basuras, te pasare una pequeña investigación que tengo por ahí guardada, como te digo tu pensamiento es respetable, pero desafortunadamente no comparto que petro haya sido el peor alcalde de la historia de Bogotá, en mi concepto tenia grandes ideas, pero en una ciudad dirigida por los grandes inversionistas y adinerados, no se puede realizar un trabajo real en pro de los sectores mas vulnerables.

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