A continuación, quiero compartir con el lector una carta que le he enviado a Ronald Heifetz, profesor de Liderazgo, en la Escuela Kennedy de Gobierno, en la Universidad de Harvard.
Estimado Profesor Heifetz
Después de varias conversaciones con amigos, he resuelto escribirle esta nota con algunas reflexiones sobre la situación actual del Gobierno, después de la reelección. La razón: desde hace más de diez y ocho meses, he venido liderando un proyecto de Innovación y Educación al servicio de la paz en Colombia. Me interesan muchos sus comentarios.
La reelección del Presidente Santos, representa uno de esos momentos de coyuntura histórica, donde se bifurcan claramente dos escenarios, para lograr que Colombia sea capaz de superar una historia de violencia que ha frenado su potencial por muchos años. El que se escoja una u otra alternativa, va a depender de muchos factores, pero en especial, que el Jefe del Estado esté a la altura del reto histórico, en el cual nos ha metido.
En el primer escenario, se hacen unos pocos ajustes a la estrategia del manejo actual de la negociación con las FARC. Se mejora algo la comunicación, que ha sido el punto más débil hasta la fecha, y se tratan de acomodar las perspectivas de la izquierda, quienes fueron claves para la reelección.
En términos de su teoría de liderazgo, en este escenario se continúa manejando el proceso con las FARC como un problema técnico, que tiene unas soluciones conocidas, y donde unos pocos tienen la respuesta. Para los demás, es decir el resto de la población colombiana, la vida sigue igual y todos se mantienen en su zona de confort, especialmente quienes viven en las zonas urbanas, tradicionalmente las menos afectadas por el conflicto. Si este fuera el caso, Colombia pierde una gran oportunidad, de enfrentar de verdad, los cambios estructurales que han sido pospuestos por muchos años, y que hoy son parte de los acuerdos en la Habana.
Pero en este posible escenario, hay un problema. Hace cuatro años, la votación que obtuvo Santos de 9 millones, le dio un margen de maniobra muy amplio. Este respaldo representaba una visión unificada del mundo alrededor de la Seguridad Democrática, política central del ex presidente Uribe contra las FARC.
En esta oportunidad, los 7.8 millones de votos a favor de Santos, representan un calidoscopio de visiones, alrededor de un entendimiento muy frágil de lo que está en juego en la Habana, y su impacto posterior para tener un país en paz. Ahora va a contar con una oposición de Uribe desde el Senado , enemigo de cualquier negociación que no sea la rendición de las FARC, respaldado por el 45% de los votantes de las pasadas elecciones.
En este escenario, las posibilidades son muy bajas de que Santos pueda cumplir las expectativas del grupo heterogéneo que lo eligió. Y serán aún menores, de convencer al grupo que votó en su contra. En esas condiciones, lograr unificar al país alrededor de los acuerdos de la Habana, será muy difícil. Y aún más, lograr evitar, que la polarización de la sociedad aumente más, especialmente cuando Uribe hará hasta lo imposible, por descarrilar cualquier iniciativa.
Profesor Heifetz, hay un segundo escenario posible: se reconoce que estamos ante un coyuntura histórica, que puede ser un punto de inflexión, y también de cambios necesarios de gran magnitud. En términos de su teoría de liderazgo, es un problema adaptativo de grandes proporciones. En estas circunstancias, cada colombiano va a tener que aceptar, que los reflectores, que normalmente iluminan el escenario, se enfoquen en los espectadores, es decir en toda la sociedad colombiana.
También, vamos a tener que aceptar que no hay respuestas fáciles para los problemas difíciles que tenemos que enfrentar, si queremos cambiar la trayectoria de una sociedad violenta, que ha sido nuestro INRI por tantos años . Sin embargo, como usted nos enseño en Harvard, la gente espera que Santos si tenga las soluciones. Como Presidente, que fue reelecto como la primera figura de autoridad del país, se supone que debería tener siempre "el as bajo la manga". La realidad es que no lo tiene. Y frustrar estas expectativas, además de ser muy costoso en términos de imagen, es muy peligroso. Me recuerdo mucho su comentario en una de sus charlas: liderar es como caminar en el filo de una navaja.
De hecho, Santos va a tener que preparar a la sociedad, especialmente la urbana que votó en su contra, porque el proceso que sigue, va a generar muchas más preguntas que respuestas. Además, van a haber grandes tensiones, porque son muy numerosas las fuerzas opuestas al éxito del proceso. Adicionalmente, va a necesitar una gran capacidad para improvisar. Hacia adelante, estamos entrando en un territorio desconocido: el entorno mundial hoy es muy distinto al que existía a finales de los 80, cuando se negoció con el M-19 y otros grupos similares. Además, nunca hemos experimentado verdaderamente una etapa de postconflicto.
Profesor Heifetz, como usted también nos enseñara en Harvard, en épocas de grandes cambios, como el que se nos avecina, no es nada fácil la dinámica para sacar a la sociedad de su zona de confort. Si Santos quiere tener éxito en el ejercicio del liderazgo, que se requiere en este momento histórico, tendrá que mantener la presión en la sociedad colombiana, sin que le estalle la olla express en mil pedazos, y de paso "evitar morir en el proceso".
Y sobre todo, en esta oportunidad, no podrá tratar de complacer a todo el mundo, como de hecho fue la impresión que dejó en su primer periodo. Va a ser un momento de escogencias muy difíciles donde no es posible dejar contentos a tiros y troyanos. Son muchos los cayos que habrá que pisar, y también son muchos más, los intereses arraigados que hay que desmontar. Pero lo más importante, implica sembrar bien las semillas de una cultura más tolerante, menos violenta, sobre la cual se pueda escribir una nueva narrativa para la Colombia del Siglo XXI.
Bajo estas condiciones, el desafío del liderazgo no consiste solamente en mejorar las comunicaciones. Esta es una percepción incompleta. El reto adaptativo, de conducir a los colombianos a través de territorios muy hostiles y desconocidos, va a requerir del ejercicio de un liderazgo mucho más sofisticado. Al mismo tiempo, que se avanzan en las conversaciones en la Habana, se deberá mejorar significativamente la pedagogía que se ha hecho hasta la fecha, y que en mi concepto ha sido muy pobre.
Esta pedagogía debe sustentarse en la construcción de una nueva narrativa creíble, que inspire y emocione, alrededor de un escenario posible que muestra como es vivir en un país en paz. Hay que usar estos recursos para explicar muy bien el porqué esta es una alternativa mucho mejor, que la de no hacer nada, y así convencer a los escépticos, para que contribuyan constructivamente, a volver este sueño una realidad.
Hay que lograr que se construya un significado compartido alrededor de este futuro posible, que se busca crear, en términos de creencias, valores y comportamientos. Hoy, esta visión compartida no la tenemos como sociedad. Significa, desafiar a mucha gente, para aceptar que hay una gran incoherencia entre el discurso de la paz, y los comportamientos violentos que se ven en la vida cotidiana en nuestro país. Ver( http://www.semana.com/nacion/articulo/radiografia-de-como-se-agreden-los-colombianos/396711-3?hq_e=el&hq_m=502060&hq_l=27&hq_v=466919afab ). Esto explica que estadísticamente, la mayoría de los hechos de sangre, ocurran en las familias, las escuelas, los espacios laborales y los vecindarios. A esto me refería, cuando mencionaba que los reflectores se deben de enfocar sobre todos nosotros. El reto de Santos, es salirse de escenario para orquestar el proceso.
Mandela, fue capaz de utilizar recursos muy creativos para capturar la imaginación de su pueblo en favor de lograr la paz, porque aprendió a conocer y respetar a sus adversarios. En la película Invictus, se muestra como se enfrentó a su partido, por defender el derecho de los blancos a conservar su himno, y sus colores, porque eran una parte fundamental de su identidad y su historia. También, cuando promovió el rugby, odiado por los negros, como un punto de unión en la nación del arco iris.
En cada situación, Mandela no desperdiciaba oportunidad para lograr enviar consistentemente el mismo mensaje: había que cambiar la mentalidad, y el fue siempre un modelo de rol que se arriesgó a romper los patrones establecidos y a pensar diferente. Siempre sorprendía a propios y extraños.
Por ejemplo, motivó al equipo nacional de rugby, para que ganara el campeonato mundial de ese deporte en 1995. Alrededor de ese sentimiento compartido que se generó, les demostró a sus compatriotas, que todos eran UNO, independientemente del color de su piel o de su pasado. Este es un tema muy pertinente después de lo que ha sucedido con la selección nacional de fútbol en nuestro país. ¿Lo aprovechará Santos?.
El reto para el Presidente, será desarrollar rápidamente, una gran capacidad para convencer e inspirar a la gente, que hasta ahora, le ha costado mucho trabajo lograr. Va a necesitar sorprender a partidarios y contradictores, con propuestas audaces, como de hecho lo fue su iniciativa de negociar con las FARC, y de paso, convertir a Uribe en su enemigo . Una de estas propuestas, podría ser que aceptara las exigencias, planteadas por sus adversarios, para continuar con las conversaciones con este grupo guerrillero: no más minas, no más secuestro y no más reclutamiento de menores. Sería un gesto para tender un puente con la oposición.
También, sería muy impactante, que Santos invitara a la sociedad colombiana, a usar su talento, para proponer ideas y proyectos innovadores para un eventual postconflicto. Finalmente, hace cuatros años propuso por primera vez una política de Innovación. ¿Porqué no utilizarla para enfrentar los retos de un proceso tan complejo?. Este es un tema que no radicaliza, y más bien, si convoca al uso del talento, el emprendimiento y la creatividad.
Hubo un consenso entre los diferentes candidatos de la pasada campaña presidencial, que el tema de la educación es un imperativo para Colombia. Igualmente sería muy impactante, que el Presidente le asignará al sistema educativo, y a los padres de familia, la responsabilidad de asumir un papel protagónico en la construcción de una sociedad capaz de dirimir sus diferencias de manera incluyente, aceptando la diversidad, y donde se sancione socialmente el recurrir a los métodos violentos. Esto sería el verdadero significado y fundamento de una sociedad que se atreve a vivir en paz.
Profesor Heifetz, las reflexiones anteriores, son el resultado de muchas horas de trabajo colectivo, tratando de impulsar la idea de Innovación + Educación = Desarrollo + Paz. Sabemos que es un gran reto adaptativo cambiar la narrativa que hemos venido teniendo en Colombia, pero no desfallecemos. Somos un buen ejemplo de lo que usted llamaba el ejercicio del liderazgo desde una posición de no autoridad.
Yo siento que nuestra historia de violencia se ha convertido en un ancla que no nos deja avanzar y ver un futuro mejor. Esto lo he dicho muchas veces a quien me quiere escuchar. Se necesita un liderazgo, como el que usted propone y enseña, para invitar de manera incluyente, a una mayoría de la sociedad colombiana, a construir una nueva narrativa para escribir el nuevo capítulo de nuestra historia y que lo veamos como una gran oportunidad. Es la manera de capturar la imaginación de la gente para que crean que si es posible construir entre todos ese futuro mejor, a pesar de los múltiples obstáculos que se van a presentar. Esta es la responsabilidad de todos, no sólo del presidente como líder del proceso.
Se que usted ha venido colaborando con este gobierno desde hace cuatro años en diferentes oportunidades. Me preocupa mucho que Santos, y el nuevo equipo que lo acompañe, no entiendan el profundo desafío en que nos montaron y puedan enmarcar bien el reto de liderazgo que se requiere.
O lo que sería peor, lo interpreten de manera equivocada. Este no es un problema técnico con soluciones conocidas y probadas. No, es un problema adaptativo que implica profundos cambios en toda la sociedad. Y como ya lo dije anteriormente , son más las preguntas que las respuestas porque no existe una sola solución. Habrá necesidad de experimentar, de aprender a fallar, pero sobre todo, de tener una visión inspiradora que nos ilumine durante el camino que tomará mucho tiempo.
Si no se logra mantener clara la visión de largo plazo, que sea apropiada por toda la sociedad, vamos a tener cuatro largos y tormentosos años por delante. Se necesita que la gente tenga buenas razones para apoyar el proceso. Se requiere la esperanza que nos permita creer en una Colombia donde se puede vivir en paz. Sin estos requisitos, va a ser muy difícil el trabajo adaptativo que se requiere para cambiar el norte de violencia que llevamos por tantos años.
Hay otra realidad: en simultánea con el proceso de paz, Santos tendrá que atender los incendios del corto plazo de un país en crecimiento, pero también, las tensiones propias del proceso, que serán muchas. Especialmente, las motivadas por el manejo muy difícil del calidoscopio de alianzas, que va a tener que manejar, como resultado de las elecciones. Pero igualmente difícil, será un acercamiento con Uribe, quien no ha demostrado ningún interés en hacerlo. Y si no se logra manejar todo lo anterior, a Colombia la va a dejar el tren de la historia.
Me encantaría escuchar su opinión sobre estas reflexiones . Yo sigo adelante con mi proyecto de Innovación y Educacion al servicio de la paz, en compañía de un grupo creciente de apoyo, que se ha inspirado por esta posibilidad. Desde hace varias semanas, he venido conformando una coalición para ello, y cualquier idea suya será de un gran valor para todos. Recuerdo muy bien una de lecciones en Harvard: el ejercicio del liderazgo requiere de tener clara una estrategia y la capacidad de adaptación para ir improvisando en el camino.
Saludos
Francisco Manrique
Impecable reflexión sobre el papel del liderazgo en el proceso de paz desde la perspectiva de un problema de adaptación y no de un problema técnico como parecería se ha venido abordando el tema. Muy interesante conocer la mirada del profesor Haifetz sobre este tema y qué bueno que pueda sumarse a esta iniciativa.
ResponderEliminarbuscando tener injerencia política en el tema, como ha sido la costumbre del Don Manrique....sera que quiere quedar en Colciencias???
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