En días pasados, tuve una conversación con una de mis hijas, recreando una similar que había tenido a finales del 2012, sobre la educación de los hijos en el mundo de hoy. En esa época, escribí un blog sobre este tema, que tuvo una gran acogida de parte de personas de mi generación. En esta oportunidad, me veo motivado a retomar el tema, aprovechando un artículo que me llamó mucho la atención del Economist de la semana pasada, sobre los cambios en el comportamiento de los jóvenes de hoy en día.
Los artículos de esta excelente revista inglesa están siempre muy bien documentados, y ayudan mucho a ilustrar las tendencias, en temas relevantes de futuro, que se observan en diferentes partes del mundo. En esta oportunidad, se muestran datos sorprendentes de lo que está pasando con la generación del milenio y la que le sigue.
El tema es interesante, porque después de leer con atención el artículo, me impresionaron las coincidencias con los temas que tuve en la conversación con mi hija. Esto demuestra que las tendencias descritas también las estamos viviendo de alguna forma en Colombia. No es de extrañar dada la interconexión global que hoy facilita la rápida propagación de comportamientos, y la adopción de prácticas culturales homogéneas. Esta es la marca de la llamada generación digital, a la cual se refiere el Economist.
Datos recientes del 2013, muestran un panorama que contradice muchos prejuicios, que seguramente se tienen sobre los comportamientos de la juventud actual. Por ejemplo, en Inglaterra, en el 2007, 111.000 jóvenes fueron condenados por primera vez por infringir la ley. En ese año, la situación se veía como fuera de control. La percepción general sobre los jóvenes, era muy negativa: "irresponsables , sin respeto por los demás, sin auto disciplina, y con un afán por buscar la gratificación instantánea".
Siete años después, el panorama ha cambiado radicalmente. La cifra de detenidos cayó a 28,000 jóvenes. Evidentemente, ante los desmanes del 2008 y del 2011, se tomaron medidas draconianas, pero eso explica sólo parte de la historia. Estudios recientes, muestran que los jóvenes nacidos a finales de los 90 en ese país, hoy se comportan mucho mejor que sus antecesores, que formaron parte de los famosos "holligans", que tantos destrozos y disturbios generaron hace algunos años en UK y en Europa. Parecería que esta nueva generación tiene "más sentido de los límites" para enmarcar su comportamiento y hay una menor permisividad de parte de los padres y la sociedad.
Otro ejemplo. Según encuestas recientes, en Berlín el número de jóvenes que nunca han tomado una bebida alcohólica paso del 13% al 20% en diez años, y esta cifra sube al 30% entre los jóvenes de 18 a 25 años. El número de muertos por uso de drogas ha caído a la mitad en doce años. Estas tendencias también se registran en otros países occidentales.
Mientras tanto, en los Estados Unidos, el consumo de alcohol también ha decrecido un tercio en una década , lo mismo que el uso del tabaco. Según el Economist, la única tendencia preocupante, es el aumento del uso de drogas para mejorar la concentración y el desempeño.
Aún cuando ha caído el uso de estos estimulantes, lo interesante que muestran las estadísticas en los Estados Unidos, es el mayor consumo de drogas y alcohol entre los blancos que en los grupos de otras razas, como los negros, los asiáticos o los latinos. Si esta tendencia se mantiene en seis años, estos grupos, que van a representar más de la mitad de los jóvenes menores de 18 años, generarán unos cambios muy importantes de hábitos en materia de drogadicción y alcoholismo. En Europa, se ve el mismo fenómeno en las minorías musulmanas.
Pero este comportamiento no es parejo en todo el mundo. En 80 países en vías de desarrollo, la media de la edad de su población está por debajo de los 25 años. Desde los 70, el 80% de los conflictos sociales y étnicos armados, han ocurrido en ellos. Esta juventud, que han crecido en un mundo donde hay acceso a más recursos, movilidad y conexión, tiende a cuestionar más, a ser más irreverente, y tener más información. Este fenómeno es particularmente agudo en el Norte de África, el Oriente Medio, y Centro America.
Otro dato interesante que me sorprendió, porque contradice de alguna manera el imaginario existente, está relacionado con el tiempo que invierten en sus hijos los padres de esta nueva generación. De acuerdo a una encuesta realizada en 20 países, donde se compara este fenómeno con la generación anterior, se muestra un aumento significativo en el tiempo dedicado a los hijos por parte de las mujeres que trabajan, al igual que quienes se quedan en casa. También, hay una mayor participación de los papas. Esta tendencia parece contra intuitiva, teniendo en cuenta la queja generalizada de muchas mujeres, por el poco tiempo que tienen para atender a sus hijos.
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Hay un hecho evidente: los jóvenes de la generación de los 70 y 80, fueron criados por padres que se casaron muy jóvenes y tuvieron sus hijos muy temprano, como fue mi caso. Sin embargo, la generación de padres que se casaron más tarde, a finales de los 80 y en los 90, fueron parejas que se esperaron mucho más tiempo para tener hijos. Hoy, estos son los jóvenes de la generación del milenio, que vienen de familias más pequeñas, y con padres que han tomado la responsabilidad de educar a sus hijos más en serio. Este fenómeno obedece a que posiblemente hay más presión social para que haya un cambio de actitud, en relación al rol educador de los padres de familia
En generaciones anteriores, los hijos fueron generalmente ignorados, y reprendidos con violencia. Ahora, debido al cambio de tendencia, se espera que los padres estén mucho más involucrados con sus hijos, ayudando en las tareas, yendo a las reuniones de colegio, aprendiendo de psicología de niños, etc. Esta tendencia también se observa en familias de un sólo padre según informa el Economist.
El resultado de todo lo anterior son hijos que tienen una mayor supervisión, contrario a lo que se piensa. Sin embargo, parece que esto no se traduce automáticamente en niños más felices. De hecho, hay un aumento en el tratamiento de la depresión y la ansiedad en los niños de esta nueva generación. También se observa una mayor obsesión por sus carreras y poca satisfacción con lo que hacen los jóvenes con sus vidas.
Otra tendencia muy llamativa de esta nueva generación en estos países, se refiere a las prácticas sexuales . Hoy hay una orientación a esperar más tiempo para tener relaciones, lo cual se traduce en una caída, de más del 40% en dos décadas, en los embarazos juveniles. Y esto también se refleja estadísticamente, en un menor número de personas jóvenes con enfermedades transmitidas sexualmente. Lamentablemente, entiendo que en Colombia, esta tendencia no nos ha llegado. Es impresionante el número de niñas embarazadas que hoy engrosan las estadísticas de madres solteras.
El artículo menciona que jóvenes de esta generación, cometen menos excesos, y pasan mucho más tiempo viendo películas, hipnotizados por los video juegos, e interactuando con sus redes sociales. Esto se refleja en menos tiempo para otras actividades, como ir a bares y cafés, como lo hacían posiblemente sus padres. Por esta razón, el Economist menciona que estos negocios han sido afectados. En países como Francia, Grecia y España, muchos de estos establecimientos se han cerrado, especialmente en los pueblos pequeños, según lo muestra el informe.
Pero este cambio va más allá. Programas de TV, que solían promover los comportamientos violentos y la rebeldía de los jóvenes, han tenido que sacarlos del aire. Por ejemplo, hoy en Alemania, los programas más populares, son los que les enseñan a los jóvenes a ganarse la vida y promover el emprendimiento. Berlín, es hoy la Meca europea en este campo..
Sin embargo, estas tendencias no son uniformes en todas partes. En Francia se evidencia un incremento de la violencia juvenil.
Hay otras tendencias identificadas en los países desarrollados, que tienen gran impacto en los jóvenes: la exportación de puestos de trabajo no calificado a países menos desarrollados, y el contratar con emigrantes las labores que no son atractivas, especialmente en el sector de servicios. Estas tendencias son motivadas por el peso creciente de la economía del conocimiento como fundamento para el desarrollo de un país.
Por lo tanto, no es de extrañar que se de un premium cada vez mayor, a una mejor educación. Esto se ha traducido en un aumento en el número de años de estudio que tienen los jóvenes europeos, americanos y en algunos países asiáticos, comparados con generaciones anteriores. La preparación del talento humano, se ha convertido en un factor crítico de éxito para las economías más avanzadas.
En los 34 países de la OECD , el 83% de los jóvenes de 15 a 18 años están estudiando. Para personas mayores de 20 años, el aumento ha sido del 33% en una década. El análisis que se hace en el informe del Economist, muestra que al estar estudiando, estos jóvenes tienen menos tiempo libre y dinero para actividades "más hedonistas" y menos productivas.
Otro factor que impulsa esta tendencia en los USA , son los altos costos de la Educación Superior, que han subido considerablemente en los últimos años. Este fenómeno, que está generando mucha innovación en la oferta educativa universitaria por Internet, es otro incentivo para tomar mucho más en serio la oportunidad de estudiar.
Me llamó mucho la atención , la tendencia del porcentaje de jóvenes que viven con sus padres, lo cual genera más control sobre sus hábitos de vida. En Europa, más de la mitad de los jóvenes tienen esta condición. En USA, el número registrados de casos similares, es el mayor en 70 años. Este fenómeno también se observa hoy en Colombia.
Sin embargo, más que el control de los padres, el comportamiento sorprendente que muestra esta nueva generación, y que contradice los estereotipos existentes, es la influencia que tienen en ellos la manera en que han sido educados, "las acciones de gobierno, la presión social y una menor tolerancia a los comportamientos bárbaros de otras épocas".
Confieso que esta afirmación me sorprendió muchísimo. De hecho, parte de mi discrepancia con mi hija, es que los padres de hoy en día, son demasiado laxos con sus hijos. Les cuesta trabajo ponerles límites y entender el papel que juega un buen jalón de orejas a tiempo. Quienes lo recibimos en otras épocas, no quedamos traumatizados. Pero acepto que hoy hay unas nuevas realidades.
Sin embargo, no es una casualidad la caída en los arrestos de jóvenes en Inglaterra, en los últimos cinco años, que en buena medida, se deben a una menor tolerancia a los comportamientos vandálicos, y a una posición sancionatoria mucho más enérgica de las autoridades. Creo que este es un buen mensaje de reflexión para los padres que hoy tienen hijos muy jóvenes.
Parodiando el lema de La Tercera Vía, tan en boga por estos días, aplicada a la Educación de los hijos: Libertad hasta donde sea posible, pero un buen jalón de rojas cuando sea necesario.
Hoy es evidente el efecto de las redes sociales en el comportamiento de los jóvenes. Al estar permanentemente conectados con sus pares, les permite comparar su situación contra los perfiles de sus amigos y conocidos, lo cual sirve de estímulo para tener unos estándares más altos, a los cuales aspirarían emular. Claro que este comentario puede tener contradictores. De hecho, parece que el crecimiento en el uso de estas redes, se está dando más en adultos mayores, que en los jóvenes de la generación digital.
Esta nueva generación ha encontrado nuevos espacios para ejercer "su creatividad en el desarrollo de Apps para mezclar música, trabajar con audiovisuales y con ideas de nuevos restaurantes, buscando construir un mundo mejor".
Pero hay otras tendencias que son muy preocupantes. El nivel de confianza de los jóvenes del "milenio" en los USA, han caído a menos de la mitad de la generación nacida a finales de la segunda guerra. Mientras tanto, en Francia, se triplicó la percepción entre los jóvenes de 15 a 24 años, que la solución de los problemas de la sociedad, sólo se puede hacer por una revolución. En Colombia, la participación de los jóvenes en las elecciones pasadas fue muy baja.
Todo lo anterior se traduce en una pérdida de interés de esta generación por participar en los procesos políticos, desencantados por lo que ven. Como lo menciona el Economist, son las personas mayores de cincuenta, las que están detrás de los movimientos ultra conservadores como el "Tea Party" en los USA, y el Frente Nacional en Francia, y posiblemente en Colombia. Estas personas son las menos dispuestas a cambiar.
Ante la crisis económica en Europa, los jóvenes de esta generación, prefieren más las soluciones individuales que las colectivas. Piensan que los movimientos políticos son cada vez más menos relevantes. Son más liberales y no tienen la propensión a las protestas que se vieron a finales de los 60 con la guerra de Vietnam, o en la Universidad Nacional en Colombia en esa misma época como fue mi experiencia.
También, es una generación que tiene mucho menos prejuicios con relación a gente de otras razas o tendencias sexuales.
Lo interesante de todo lo anterior, presentado por el Economist en su artículo, es que los hábitos desarrollados durante estos años, tienen una alta probabilidad de proyectarse hacia adelante, a medida en que envejece la gente, lo cual significa que tendrán un impacto significativo en la cultura y la sociedad en unos años. Como consecuencia, es posible que se pierdan muchos de los rasgos de la cultura de los jóvenes de las últimas cinco décadas. Además, no hay que olvidar el proceso de envejecimiento de la sociedad en la mayoría de los países más avanzados.
En mis últimos dos blogs, hice mención a la importancia de unir la Innovación a la Educación. A la luz de lo presentado en este blog, es evidente que estas tendencias deberán de ser tenidas en cuenta para la revisión de las políticas públicas en estos dos temas, su implementación en las instituciones de educación en general, por los padres de familia y las empresas. A todos los impacta.
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