viernes, 22 de julio de 2016

Los instintos y el arte de la paz

A finales del mes de mayo, fui invitado por el Instituto de Paz en Washington, para compartir con los benefactores de esta institución fundada por el Congreso Americano. El objetivo de la invitación, era tener una visión de un empresario que ha estado interesado en ofrecer una propuesta para la paz, alrededor de la innovación, en el contexto del evento anual: Alianza para la Construcción de la Paz 2016.

En ese evento, tuve acceso a un libro que me ha parecido extraordinario, porque aborda la construcción de la paz, aplicable en cualquier contexto, desde una perspectiva muy distinta e innovadora. Me parece que sus aportes son de una relevancia muy grande para el proceso que hoy se vive en Colombia con las FARC.


El libro del  Arte de Construir la Paz Grupal, de George Halvonson, fue inspirado por el libro de la Arte de la Guerra de Sun Tzu. En esta obra se establecen las estrategias que permiten ganar una guerra. Se enfoca principalmente en las diferentes técnicas que son necesarias para este fin. En él, se propone que el arte de la guerra, es absolutamente fundamental para la supervivencia del estado, donde el fin justifica los medios, y por lo tanto, la ética no tiene cabida.

En el libro del Arte de Construir la Paz Grupal, se describen "los terrenos mentales" para crear y apoyar la paz, y explica cómo manejar cada uno de ellos. Y a diferencia de Sun Tzu, el autor propone una aproximación ética y racional, porque el corazón de esta propuesta, tiene que ver con nuestros instintos y comportamientos básicos. Es necesario conocer cómo operan estos para poder entender cómo interactúan las personas, de un grupo con otros, en un contexto de conflicto. Cuando esto no se logra, el daño que se causa es inmenso.

Es muy importante entender que, el ser humano no se puede liberar de sus instintos, así como el impacto que estos tienen en definir las emociones y los pensamientos de las personas. De hecho, ellos manipulen estas emociones, y activan o desactivan, nuestro sentido de alineamiento interno.

Sin embargo, en este libro se propone una estrategia clara que permite lograr una victoria sin que sea necesario llegar al combate como lo establece Sun Tzu, pero en este caso, para ganar la paz manejando los instintos. Para esto, se necesita contar con líderes que tengan las habilidades para poner a funcionar este tipo de estrategias, de manera que la paz sea lo más probable, antes de que la interacción violenta se dispare entre los grupos, con resultados desastrosos para todos.

A pesar de que las estrategias pueden ser similares, los fines son totalmente distintos. En la guerra se busca hacer el mayor daño posible al enemigo, y la mentalidad es ganar/perder, donde el engañar al otro es parte del juego. En la paz, se busca fortalecer a la contraparte para tener éxito, por qué hay una mentalidad de ganar/ganar, para lo cual se necesita la honestidad, la transparencia y el candor.

El propósito en el arte de la guerra es lograr la rendición del otro, y su asimilación por la fuerza de las armas. Mientras que el objetivo del arte de la paz, es buscar la terminación del conflicto, consiguiendo que la contraparte acepte crear interacciones entre los  grupos en conflicto que permitan los acuerdos, la asimilación, y el alineamiento voluntario, como escogencias claves para crear una nueva relación.

Los dos libros recomiendan conocer bien al adversario. Pero a diferencia del Arte de la Guerra, donde el conocimiento se utiliza para destruir enemigo, en el Arte de la Paz, este conocimiento se propone para ayudar a todos a conseguir una situación gana/ gana que le de sostenibilidad al proceso de paz, porque cada parte puede lograr sus objetivos legítimos.

Para lograrlo, se necesitan enfrentar una serie de patrones de comportamientos instintivos, para conseguir que la gente trabaje junta, y se eviten los conflictos. Éstos comportamientos, que afectan muy negativamente la relación entre los grupos, tienden a dividir el mundo entre "ellos y nosotros". Esto explica porque  actualmente hay más de 200 conflictos a nivel internacional. Para evitarlo, es necesario entender con claridad cuáles son las dinámicas, detrás de estos instintos, que generan unos comportamientos destructivos entre grupos diversos de la sociedad.

Por esta razón, como lo plantea Halvonson, es fundamental comprender que tenemos una gran influencia por parte de los instintos en nuestros comportamientos y en nuestros procesos de pensamiento. Esta influencia es particularmente relevante en la relación con otros grupos. Tendemos a construir nuestras culturas, estrategias, relaciones y percepciones, alrededor de un juego básico de realidades instintivas y de procesos de pensamiento que de ellas se derivan.

Cuando no hay alineación entre comportamientos e instintos, nos sentimos mal. Cuando se logra, hay una sensación de estar haciendo lo correcto y las acciones se justifican fácilmente. La cultura establece el contexto para que esto suceda. El problema, es que las decisiones que se toman, así como la manera cómo actuamos, están altamente influenciadas por las emociones generadas por los instintos. Al no comprender estas dinámicas, los seres humanos no son capaces de manejarlos racionalmente.

La lista relevante de instintos que definen nuestras interacciones con otros grupos es relativamente fácil de entender. Tenemos instintos territoriales, jerárquicos y tribales. También tendemos a detestar y a castigar a los traidores. Tenemos el instinto de celebrar y recompensar las lealtades. Especialmente tenemos el instinto de ser leales a los líderes y a nuestros equipos de trabajo. Igualmente tenemos el instinto de construir culturas, y de crear un juego de reglas para cualquier situación, de manera que se refuerce y apoye nuestro juego de instintos dentro de ellas.

Para entender mejor los puntos anteriores, tendemos a sentirnos bien cuando actuamos en concordancia con nuestros instintos. Se siente bien cuando protegemos nuestro territorio y cuando los comportamientos de protección están alineados con nuestros instintos territoriales.

El juego más básico de instintos es el que divide al mundo entre "nosotros y ellos", lo cual define la interacción con otros grupos, porque tienen un gran poder de influenciar el pensamiento y los comportamientos de la gente. Reaccionamos de una manera muy distinta, con las personas que percibimos como "nosotros", que cuando las vemos como "ellos". Este es un punto central del paradigma y la estrategia, que según Halvonson, permite desarrollar aproximaciones creativas para generar la paz entre grupos diversos.

Es importante entender que, cuando percibimos a otra persona como parte de "nosotros", adoptamos un comportamiento de apoyo, protección, aceptación, perdón e inclusión. Tendemos a confiar en esta persona, y nos sentirnos confortables en su presencia.

Por el contrario, cuando vemos a una persona como parte de un grupo distinto, o de "ellos", tendemos a sospechar, desconfiar y tener una actitud antagónica. Hay un sentido de estrés y de peligro, cuando estamos rodeados de personas que los definimos como "ellos ". Lo descrito es universal en diferentes culturas

Cuánto lo anterior sucede, la gente no se siente confortable rodeada de personas que están en otra categoría, las tememos y demostramos animosidad en contra de ellas. Tendemos a querer que estas personas pierdan, sin que esto genere un sentido de culpabilidad, para lograr conseguir derrotarlas y producirles el mayor daño posible.

Cuando estos instintos están activados, sentimos rabia, desconfianza e inclusive odio. Estas emociones predisponen a la persona para la acción. Esto genera una serie de comportamientos que pueden ser muy crueles. Y como lo señala Halvonson, no hay pena o arrepentimiento. En este contexto la ética desaparece.

Desafortunadamente el instinto de "nosotros versus ellos" ha sido una constante histórica que ha causado heridas profundas, y que hoy después de muchos años, siguen definiendo los problemas entre diferentes grupos de la sociedad. Como resultado, el tema de la inclusión y la oportunidad igual para todos, está en el centro de la agenda de los países en el mundo para contrarrestar los efectos de este instinto tan perjudicial.

En la realidad colombiana, se ha impuesto entre los dirigentes políticos, la teoría de "quién no está conmigo, está contra mí" , basada en el instinto de "ellos y nosotros". Esta posición dividido la sociedad en dos en las pasadas elecciones hace dos años.

La dinámica de las relaciones de adversarios, entre Santos y Uribe, es otro ejemplo excelente del instinto de detestar y castigar a quien se considera un traidor. En este caso, Uribe no le perdona a  Santos por haberlo "traicionado",  quebrándole sus huevitos de la " seguridad democrática". Su rechazo tajante a reunirse con Santos, ante la invitación que este último le hiciera hace unos días, es otra manifestación, de las muchas que hemos sido testigos asombrados, que muestra la dinámica descrita por Halvonson. Y los resultados están a la vista.

Los desplazados, y los emigrantes, son otro ejemplo patético de las consecuencias de este instinto. Éstas personas se les rechaza porque son percibidos como "ellos ". La respuesta, que se está viendo en la GB con motivo del resultado del referéndum, es otra evidencia muy contundente, de cómo este instinto ha puesto  a este país al borde del abismo, utilizando el peligro de los emigrantes como argumento que despierta unas reacciones muy destructivas en la sociedad.

En el caso mencionado, mentir, desfigurar los datos, usar los insultos y la descalificación del otro, demuestra que la ética fue la gran sacrificada en lo que ha debido ser un  debate muy serio sobre el futuro de la GB. Y esta es una realidad que está presente en muchos entornos en el mundo actual. Lo sucedido en Europa, permite entender que, el instinto de "nosotros versus ellos", es muy poderoso y está presente en muchos espacios de nuestras vidas, como las escuelas, la comunidad y en el lugar de trabajo.

Hay una realidad práctica que debe ser entendida: la paz no se puede lograr usando comportamientos anti éticos . Una frase que cae como anillo al dedo en el momento actual en Colombia: los engaños ganan guerras pero no funcionan en la construcción de la paz. Por esta razón, los comportamientos éticos que deben de tener las partes, son fundamentales, y deben de ser un componente de las habilidades y las herramientas que se utilizan para conseguir la paz. Es la única manera de construir confianza para poder sostener los acuerdos entre los grupos que están en el proceso.

Un mensaje fundamental: no se pueden utilizar las mismas habilidades y juegos de valores que son necesarios para ganar la guerra, para poder conseguir la paz. Este punto se lo deberían enviar al ex presidente Uribe. Sin este entendimiento es muy difícil que el proceso sobreviva.

Como corolario de lo anterior, Halvonson menciona que, la paz no se puede basar utilizando la traición, la duplicidad y la deshonestidad, porque estos son comportamientos que siembran la semilla del fracaso y de la continuación  del conflicto. Lo único que si habría logrado es una tregua muy frágil, cuyas consecuencias posteriores serán cada vez más difíciles de manejar.

No es fácil hacer la transición, de un entorno, donde estos comportamientos han marcado la relación entre las partes, a otro, donde se haga todo lo contrario. Por esta razón, los procesos de paz necesitan de un sistema de creencias muy distinto, y estar anclados en unos compromisos claros por parte de todos, que hagan que la duplicidad sea innecesaria y peligrosa. Esto requiere de unos cambios personales muy profundos, más allá de los cambios formales, plasmados en las páginas de un acuerdo de paz.

En este contexto, la paz necesita ser un valor, a la vez que una estrategia y una forma de vivir que permita defenderlo de una manera no violenta. Esta posición  tiene que estar anclada en la creencia de que es un tema bueno para todas las partes. En Colombia va a costar mucho trabajo, porque construir relaciones y negociaciones, a partir de la idea de ganar- ganar, no está en nuestro ADN. Y esto es una tragedia.

También hay que entender, que si este tema no es claro y se maneja de manera abierta, rápidamente va hacer leído por la contraparte, lo cual se va a interpretar como una violación a los acuerdos conseguidos. Éstas personas se van a sentir engañadas y traicionadas. La traición es un sentimiento que puede ser altamente destructivo en un contexto de conflictos entre grupos, lo cual genera reacciones violentas más adelante. La tentación automática, es la de la venganza que no es dulce,  sino  que puede ser sumamente costosa para todo el mundo, como lo menciona Halvonson .

La venganza parece que es el motor que mueve a Uribe contra las FARC, como también contra  Santos, a quien acusa de haberlo traicionado, como ya lo dije. Y recordemos, que este es uno de los instintos mencionados por Halvonson. Este comportamiento, personificado por un jefe político como Uribe, tiene y seguirá teniendo, un gran daño para el país.

Un mensaje muy importante para un proceso de paz, es que no es suficiente terminar con la violencia y el derramamiento de sangre. Es fundamental resolver los temas que están en el corazón de lo que creó el conflicto. Hay que reconocer que hay situaciones reales que hay que confrontar, pero también, entender que los instintos pueden explican las dinámicas que frenan estos esfuerzos.

Por todo lo anterior, se puede afirmar que, la historia de una nación, está definida por este juego de instintos que definen el comportamiento entre los grupos, y la capacidad de sus líderes de entender las dinámicas que se generan. En su rol, estas personas, tienen una inmensa responsabilidad ante sus comunidades, porque uno de los instintos del ser humano, es seguir a sus líderes. Si estos se dejan llevar por los  instintos destructivos, se generan consecuencias muy negativas con resultados nefastos para todos.

Por último, tener presente los instintos mencionados, es un tema fundamental para poder construir un entorno de paz, que como un rompecabezas, se arma pieza a pieza y de manera paciente en el tiempo. Esto debe ser un proceso intencional, en cada uno de los contextos donde la gente interactúa,  para hacer lo que se necesita y lograr los resultados buscados.

En próximos blogs seguiré usando las ideas y reflexiones de Halvonson, para poner mi granito de arena para la compresión de la compleja etapa que se inicia, firmados los acuerdos en la Habana. Como creo que es evidente, la comprensión de cómo actuamos los seres humanos, va a ser más crítico, que los compromisos bien intencionados que se hagan.













2 comentarios:

  1. Los proyectos o procesos de cualquier índole requieren de líderes para que se vuelvan realidad. Personas capaces de COMPARTIR una VISION MOVILIZADORA de la cual la gente se sienta orgullosa y partícipe. Que la puedan demostrar a los demás viviéndola como ejemplo de un real compromiso. Que ayuden a cada uno de los participantes a comprender su rol o papel en esa visión, para que se sientan parte de ella y apoyen su realización. Pero es requisito obligatorio líderes con ética y valores como la verdad, la transparencia, la lealtad etc. para generar confianza y razones para probar modificar nuestros instintos. Caso contrario, como creo ocurre actualmente en Colombia, por adolecer de estos lideres, se genera mas desconfianza, polarización y desde luego mayor conflicto.
    Es hora de dejar los odios y posiciones personales contra Uribe o contra Santos y de tomar una posición realmente altruista y propositiva que este por encima de estos instintos. Que realmente otorgue beneficios para la comunidad como lo menciona Halvorson. No esperemos que los demás cambien empecemos por cada uno de nosotros.
    Si no lo hacemos veamos como va el proceso y recordemos el dicho "En río revuelto ganancia de pescadores" Los inmensos ganadores están siendo los FARACOS quien sabe con que reales intenciones.

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  2. Francisco.. Muy agradecido por este aporte.
    Los instintos hacen parte de la batería del cerebro primario, el reptiliano que asegura la supervivencia y el poder, que no siente ni piensa.. solo reacciona... automáticamente. No es controlable, Leon XIII instauró los 7 pecados capitales para hacerlo y el resultado está a la vista..

    El StoryTelling es el arte de construir historias que, curiosamente, se dirigen al reptiliano para despertar emociones; bajo esta perspectiva es una gran herramienta para invocar los instintos frente al tema de la paz.. nada fácil, pero es una ventana que vale la pena abrir..

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