sábado, 3 de noviembre de 2018

El cambio de la cultura ciudadana

¿Qué es lo más difícil de abordar cuando se busca implementar un cambio en una organización o en una comunidad? Esta sencilla pregunta, fue planteada en una reunión a la que asistí recientemente, para analizar como modificar la narrativa que tenemos los colombianos de nosotros mismos y que condiciona profundamente nuestra realidad. Es lo que nos impide valorar los avances que hemos hecho y a las personas que se han destacado.

A nivel macro de un país como el nuestro, los retos de cambio que enfrentamos son inmensos. En un entorno tan lleno de incertidumbre, la pregunta anterior debería ser fundamental para abordar uno de los momentos de transición más importantes en nuestra historia como nación. Pero sin embargo no lo hacemos. Nuestros dirigentes políticos siguen aferrados a sus viejas prácticas, y siguen buscando enfrentar estos retos, promulgando nuevas leyes y decretos, sustentados por una institucionalidad muy débil.

Curiosamente, y en otro ámbito distinto, se hizo una pregunta similar. En esta oportunidad, se orientó a los inmensos retos que enfrentan las empresas, debido al impacto de los cambios tecnológicos que están experimentando. El como lograr que haya una menor resistencia, y una mayor velocidad de adaptación a estos cambios, es un tema cada vez más estratégico en cualquier organización a nivel mundial.

En una encuesta reciente hecha por una firma internacional de consultoria, el 45% de los CEO entrevistados, mencionaban al cambio cultural como la principal barrera que tenían que manejar.  Es un tema fundamental para la supervivencia y competitividad empresarial, en un entorno caracterizado por cambios profundos y rápidos, donde el tiempo para adaptarse es cada vez menor.

Si lo anterior le sucede a las empresas, y en general a cualquier organización, sería muy ingenuo pensar que no le pasa a cualquier comunidad dentro del marco geográfico de un país. Estos cambios no perdonan e impactan a todos, así muchas personas no lo quieren a ver así. 

Partiendo de las consideraciones anteriores, me propongo abordar en dos blogs, el tema del cambio de cultura ciudadana, desde una perspectiva social más amplia. Para ello, pienso aprovechar las notas que tomé en varias reuniones con el Dr Henry Murrain, director de Corpovisionarios, entidad que fue fundada por Antanas Mockus para trabajar en este tema. Esta fue la marca que dejó hace más de dos décadas, cuando fue Alcalde de Bogotá.

La sociología nace como respuesta del papel fundamental que juega la cultura en la sociedad, contrariando la tesis marxista de que es el orden material y el económico, los que definen su bienestar. Por ejemplo, hoy se reconoce las diferencias que existen entre los paises protestantes y católicos en Europa. La impronta cultural de la ética  religiosa, dejó unas huellas profundas, que explican en buena medida las diferencias entre estas sociedades.

Con el fin de entender si los cambios en la cultura ciudadana, toman década en lograrse, o si por el contrario, es posible conseguir  resultados más rápidos, el Dr Murrain nos hizo una extraordinaria presentación sobre el tema. En ella, nos mostró algunos de los elementos que se deben de tener en cuenta para lograr un cambio sostenible, y en el menor tiempo posible.

Un concepto fundamental de entender, es el papel que juega el contexto en normar el comportamiento de una persona. También, que la cultura ciudadana, debe cumplir con normas morales y sociales. Y por esto, es fundamental el papel de estas últimas, al punto de que han ocupado la atención  de los últimos premios Nobel de Economia. La razon: porque son las que más seguimos los seres humanos, muchas veces en contra de la racionalidad y las convicciones personales.



¿Pero que son las normas sociales y porqué su importancia? Son las  representaciones que se tiene del otro, las que definen las expectativas que son colectivas, porque no pueden ser controlados por una persona, y son de naturaleza cultural.

Para entender mejor el punto anterior, es importante saber que, las expectativas que se tienen de un grupo, definen el comportamiento personal. El Dr Murrain explicaba lo siguiente “ la norma social es una preferencia condicional que resulta de la convergencia de dos expectativas: la empírica y la normativa. Es empírica a partir de lo que yo espero de los demás. Es normativa cuando parte de la creencia, de que si no me comparto como el grupo espera,  puedo ser rechazado socialmente”.

El poder de las normas sociales es que la gente difícilmente las viola. Un ejemplo es el vestuario o la etiqueta. Estas normas regulan de manera inconsciente el comportamiento de la gente en un contexto determinado. Solo cuando se cambia a otro diferente, la persona se da cuenta de lo que pasa, porque tendrá que hacer el ajuste a unas nuevas normas sociales que le son extrañas. Y no se califica como bueno o malo este cambio, solo hay un ajuste a la creencia sobre las expectativas personales sobre el nuevo grupo o contexto .

En entrevistas realizadas para estudios hechos por Corpovisionarios, se muestra como la gente que dice gustarle la ley, actúa en contra de esta. Este cambio se explica en función de lo que la gente piensa de su grupo. En Cartagena, los entrevistados piensan que los demás son corruptos pero ellos no. Mientras en Estocolmo, hay una visión mucho más generosa sobre el comportamiento de los demás. 

Las investigaciones realizadas por Norbert Elias, demuestran que las normas sociales existentes en una sociedad, explican muy bien sus niveles altos o bajos de convivencia. Y asociado a este concepto, una sociedad es más civilizada, cuando en ella se desarrolla más la emoción de la vergüenza, muy asociada a la sociabilidad y la interdependencia, características  distintivas del ser humano. 

En una sociedad que sus miembros no se “representen como iguales” , son menos reguladas por la vergüenza y hay menos cultura ciudadana. Generalmente tienen mas problemas serios de convivencia. En términos culturales, la desigualdad tiene un alto impacto negativo en los aspectos materiales y en el desarrollo de una sociedad.

En cuanto más avanzada es una sociedad, la vergüenza es un factor regulador fundamental , como resultado de las expectativas que se tengan del rechazo o aceptación de los demás. Es el reconocimiento de que el ser humano necesita de la cooperación con otros porque es interdependiente. Esto explica la importancia que juega la cultura y el lenguaje para mandarle señales a otros en la comunidad. 

Y es en este contexto, donde la vergüenza tiene sentido cuando se considera a los otros como iguales. Esta aparece cuando hay el temor de perder el aprecio de las personas que nos importan. Y también, cuando se percibe la capacidad de regulación social de la sociedad. El que una persona cambie depende del contexto donde se encuentre.

En resumen hasta este momento, he mostrado el papel que juegan las normas sociales en la construcción de una cultura ciudadana. Y estas se basan en las expectativas que una persona se hace del grupo donde quiere pertenecer, así como de la posibilidad de ser rechazado. La sanción social se basa en esta premisa.


En el siguiente blog, continuaré compartiendo mis notas y reflexiones sobre el papel de la cultura ciudadana y las normas sociales en su desarrollo. Mientras tanto, le dejó al lector la inquietud de pensar sobre la importancia de este tema para lnuestra realidad en Colombia.

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