sábado, 20 de abril de 2019

El mundo es plano

En mis últimos blogs me he referido al impacto de las tendencias globales en el trabajo, las universidades y el desarrollo de las empresas. En este blog, voy a aprovechar algunas de las reflexiones que registré en el curso de una conversación que tuvo Thomas L Friedman, periodista del NY Times, con James Manyika, CEO del McKinsey Global Institute. En esta entrevista, se analizaron los grandes cambios que se han producido, desde que el primero escribiera su libro “The world is flat” hace 19 años. 

En esa obra, el autor describía las tres grandes tendencias de la época: la globalización, la tecnología y el medio ambiente. Son unas tendencias que todavía se mantienen vigentes. 

La tecnología digital se ha movido en escalones, desde que aparecieron los grandes computadores a mediados del siglo pasado, y el desarrollo de los computadores personales. Al cerrar el siglo apareció el internet, lo que generó la formación de muchas nuevas empresas que veían una oportunidad de negocios, gracias a las nuevas tecnologías.

Pero cuando estalló la burbuja especulativa, que se había producido gracias al internet, en el año 2000 cayeron dramáticamente los precios de las redes ópticas tendidas para facilitar la conectividad que era necesaria para masificar el uso de la Web.  Este hecho sembró las bases de un nuevo escalón en el camino de la revolución digital. 

Con la plataforma de conexión ya desarrollada, comenzaron a aparecer aplicaciones que facilitaban la colaboración entre las personas, las empresas y de estas con sus clientes. Surgieron nuevos modelos de negocio, que rompieron muchas barreras, permitiendo la innovación y la competencia. Gracias al internet, se facilitó la conexión fácil, sencilla y económica, con cualquier parte del mundo, superando las barreras geográficas y acelerando el flujo de ideas y de comercio.

El siguiente peldaño de cambio sucedió a partir del 2007 con la aparición del iPhone, ICloud y Big Data. Hoy, las compañías pueden capturar datos en grandes cantidades, para analizarlos y encontrar tendencias muy precisas, que son utilizadas para diseñar respuestas individuales muy efectivas, que se pueden socializar y digitalizar.

Estas innovaciones, hicieron que la complejidad se volviera más fácil, los costos siguieron bajando, se aumentó dramáticamente la rapidez en las transacciones y en el flujo de información. El celular se convirtió en un ordenador móvil que acercó el mundo digital al consumidor, poniendo en sus manos el poder de las comunicaciones y la computación. 

En la actualidad, estamos viviendo el tercer escalón caracterizado por la profundización del uso tecnológico. Ya no es necesario tocar una pantalla para seleccionar una aplicación e interactuar con ella, como hoy se hace en un móvil, ya que la voz se ha convertido en el mecanismo de conexión, como sucede con Siri de la Apple, y versiones similares de Google y Amazon. 

Y mirando hacia adelante, posiblemente el cuarto peldaño de cambio, será la genómica que permitirá  leer el genoma humano, mediante micro sensores  embebidos en la ropa, en el reloj, y otros artículos de uso personal. Con esta tecnología será posible anticiparse a las necesidades de cada individuo. Pero estos avances muestran la necesidad de ponerle la luz a un tema cada vez más importante: la ética vrs la profundización tecnológica que afecta los derechos de los individuos.

Las tres grandes tendencias descritas por Friedman hace 19 años, como ya lo dije, hoy siguen su marcha pero su impacto se ha profundizado. La diferencia está en que la disrrupción tecnológica, que inicialmente impactó a las empresas, hoy le ha llegado con fuerza a los individuos. Sin embargo, los avances no han sido homogéneos en todas partes. El proceso ha impactado más a unos países, sectores y regiones, en donde los beneficios han sido más rápidos. 

Pero en la charla Friedman menciona otros efectos profundos de los cambios mencionados: el debilitamiento de la clase media que se caracterizaba por unos ingresos altos y unas habilidades medias. Hacia adelante, en un extremo aumentará el grupo de ingresos y niveles de habilidades altos, y en el otro extremo, el grupo de ingresos y niveles de habilidades bajos. El grupo que queda en la mitad seguirá siendo el más afectado. Por esta razón, el estancamiento de los salarios y la desigualdad económica y de competencias,  será el mayor reto que se genera por el proceso de cambio que está en marcha.

La automatización, que hoy es cada vez un factor que aumenta la disrrupción laboral, va aumentar la pérdida de puestos de trabajo. El impacto va a ser profundo en términos de las ocupaciones que se necesitan, las habilidades que se demandan y los salarios que se paguen. 

Hay la preocupación legítima de si se crearán nuevos puestos de trabajo para remplazar los que se irán perdiendo.  También, como lograr facilitar la transición de una ocupación a otra de manera que los ingresos no sigan disminuyendo. Lo que sí se puede apostar, es que crecerá la demanda por personas con habilidades y competencias más sofisticadas, y con salarios más altos. 

Para minimizar el impacto en la clase media, Friedman propone que se fortalezcan, a nivel nacional,  los sistemas de salud, pensiones y de formación permanente. Pero a nivel local la necesidad de contar con comunidades y redes que permitan formar “coaliciones adaptativas complejas” para aumentar el nivel de resiliencia y la apertura al aprendizaje permanente.

Este es un concepto muy interesante,  que invita a la formación de coaliciones para desarrollar la capacidad de adaptación, en un entorno de cambios VICA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos). Y es fundamental para tejer una red que proteja a los miembros pero que les permita también experimentar.

Los cambios que se están produciendo, hacen que se modifique la pregunta que se le hacía a los niños y niñas: ¿qué es lo que quieren hacer cuando sean adultos? por ¿cómo quieren ser cuando crezcan? Más que acumular conocimientos, que rápidamente se vuelven obsoletos, lo que va a ser más importante es tener una mentalidad ágil y abierta, que permita aprender y desaprender. En un blog anterior sobre las universidades, mostraba como la flexibilidad, la creatividad, el razonamiento lógico, la sensibilidad a los problemas, el razonamiento matemático, y la visualización, serán las capacidades más importantes.

En este mundo que está emergiendo, lo importante va a ser el cerrar la brecha automotivacional fundamental para el aprendizaje permanente, ya que la brecha digital desaparecerá en muy pocos años. Además, será cada vez más crítica esta capacidad en un mundo que cambia cada vez más rápidamente. 

Pero para formar este tipo de comunidades, que acompañan a sus miembros en este proceso, se necesitan líderes sin autoridad capaces de lograr coaliciones entre diferentes actores y comunidades.  En una sociedad donde la unidad familiar es cada vez más débil, este tipo de liderazgo va a ser esencial. Surge la necesidad de que haya formas distintas de ejercer la política a nivel local.

Es muy interesante que Friedman valide en su charla, el marco teórico para el ejercicio del liderazgo del profesor Ronald Heifetz de Harvard. Este catedrático, hace una distinción importante entre los problemas técnicos y adapatativos, y el liderazgo con autoridad o sin ella. En varios blogs anteriores, he escrito extensivamente sobre estos temas. 

Pero también, toca un punto fundamental relacionado con los cambios que se deben de ver en el ejerció de la política, la cual hoy va muy rezagada para responder a las crecientes expectativas de las comunidades sometidas a tantos y profundos cambios.

Necesitamos construir nuevos sistemas que sean más abiertos porque tienen la capacidad de recibir más rápidamente las señales de los cambios. Y aprender de la la madre naturaleza, donde se acoge la pluralidad, la adaptabilidad, la diversidad y la interconexión de sub sistemas complejos. 

También hay que entender que la magnitud de los cambios tiene a mucha gente paralizada, desorientada e indignada, lo cual explica la llegada al poder de tipos como Trump, Bolsonaro y Endogan. Estos votantes no entendieron lo que les está pasando, se sienten maltratados por el sistema, y su voto está promovido por el miedo y la rabia. 

Estas reacciones explican, en buena medida, la inestabilidad política y los movimientos nacionalistas y populistas actuales. La falta de líderes capaces de entender este proceso, de orientar a la gente, crear confianza, y de ayudarlos a adaptarse, son la marca de esta época tan apasionante pero igualmente peligrosa. 


Espero que con las reflexiones anteriores, el lector pueda mejorar la comprensión de lo que hoy está sucediendo y de los retos que vamos a tener que enfrentar hacia adelante

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