sábado, 2 de abril de 2022

Razones para eliminar la inequidad de genero y su impacto en la campaña política.


En estos días, me llegó una información de la organización “Women in Connection” (WIC) con una propuesta para abordar el tema de inequidad de género en los programas de las campañas para la presidencia de Colombia. Al leer con cuidado los datos que presentan y las propuestas que hacen, me pareció muy importante apoyar esta iniciativa desde este blog. 


En el 2020 nació WIC con un propósito claro: “es una organización de mujeres líderes que, desde la diversidad de roles de sus integrantes, busca trascender en el empoderamiento de las mujeres y de su rol en el sector empresarial, en el sector público y en la sociedad civil en la búsqueda de equidad de género, diversidad e inclusión”. 


En la actualidad, más de 100 mujeres colombianas que desempeñan o han tenido cargos en la alta dirección de las más importantes empresas del país, vienen desarrollando un esfuerzo muy importante, para influenciar de manera significativa, la agenda de género en nuestro país. Para lograrlo, han constituido una red muy importante que aprovecha las conexiones de sus miembros, para impulsar, apoyar, o acompañar diferentes tipos de iniciativas. Pero especialmente para influenciar las decisiones de política pública, que afecten positivamente la posición de la mujer en la sociedad colombiana.


Con una frase muy potente: “Somos la mitad pero todavía no somos iguales” presentan unos aportes que puedan servir para construir un acuerdo por la equidad de Colombia. Y desarrollan su argumentación de manera muy clara y contundente. 



¿Porqué es tan importante que haya equidad de género en nuestro país?. Hay diversos ángulos para contestar esta pregunta. Las primera y más obvia, es que las mujeres son el 51% de la población. Desde esta perspectiva, debería ser inadmisible que se haga un tratamiento desequilibrado de la mujer  por su género cuando son mayoría. 


Una segunda razón de mucho peso, es que el acceso a la educación de las mujeres se ha triplicado desde 1994, según un informe publicado por la UNESCO en el 2021, especialmente en la Educación Superior. Gran parte de este crecimiento, se debe al aumento del nivel educativo de las mujeres, que con el tiempo, les permitió alcanzar niveles de educación más altos que los hombres. Como resultado, el crecimiento de las matrículas de las mujeres en las universidades, se ha acelerado muy por encima de estos.


Según el informe, “el  éxito general de las mujeres en la adquisición de capital humano podría ser uno de los principales cambios sociales de la historia reciente (Williams y Wolniak, 2021)”. Desde esta perspectiva global, Colombia no es una excepción. Así lo hemos podido confirmar en Connect Bogotá en conversaciones con muchos de los rectores de las 26 universidades que son miembros. 



Del aumento de la tasa de participación de la mujer en la Educación Superior, se deriva una tercera razón para cuestionar la discriminación contra la mujer. Cada vez es más evidente, que los niveles del desarrollo de un país, dependen de la formación y utilización eficiente de su capital humano.


Mirando hacia adelante, serán cada día más las profesionales mujeres que estarán llegando al mercado laboral. Esta realidad hace insostenible  la subutilización  de esta recurso humano tan valioso, y que se mantengan las desigualdades salariales y de responsabilidades que hoy existen.


Pero hay una cuarta razón para terminar con la discriminación de género. Según el informe citado, las mujeres llevan la ventaja a los hombres en cuanto a “habilidades no cognitivas, también conocidas como habilidades sociales y de comportamiento, como el comportamiento dirigido a objetivos, la organización, la constancia para la realización de tareas, la autodisciplina, la capacidad de cooperación y la atención”. Estas habilidades son  y serán cada vez más apetecidas por los empleadores, que deberán de reconocerlas eliminado las brechas de salario y responsabilidad para las mujeres.


Una quinta razón para rechazar la inequidad de género, no se conversa mucho pero tiene un gran impacto. Dado que las mujeres suelen ser más propensas que los hombres a invertir en el bienestar de sus hijos, su relativo menor poder de negociación salarial, puede dar lugar a una inversión insuficiente en la educación y la salud de los niños. Sus efectos se extienden a las siguientes generaciones. 



Una sexta razón para aumentar la participación de la mujer en es de tipo económico. En varios estudios realizados en Australia, Europa y en los Estados Unidos, hallaron pruebas de una relación positiva general entre la diversidad de género y la productividad de los empleados en las empresas. Y en cuanto a la participación de la mujer en los concejos de administración, obtuvieron unos resultados un 36% más elevados en términos de rendimiento bursátil en un período  de nueve años.


Asociado al punto anterior económico, la mujer está siendo castigada al tener menor acceso al crédito formal por sus niveles de ingreso inferiores a los de los hombres. Esto es irónico, porque como lo demuestra Bancamia, institución dedicada a apoyar a las mujeres, estas son muchísimo mejor sujetos de crédito 



Hay una séptima razón, y no por enumerarla en esta posición, es menos poderosa. Es fundamental que haya en Colombia un cambio cultural en nuestro país si queremos avanzar. El machismo, está de primero en la lista. Este rasgo cultural, está particularmente acentuado en nuestro medio, lo que se ha traducido en niveles inadmisibles de femicidios y violencia contra la mujer, que normalmente quedan impunes. Para no hablar, de los hombres que mantienen esclavas a sus parejas, no dejándolas trabajar. Los costos sociales del machismo son  enormes.


Pero a pesar de los avances de la mujer en la sociedad, las brechas subsisten. Las mayores tasas de crecimiento en la ES, les deberían abrir mucho más oportunidades, porque sus habilidades serán cada vez más apreciadas. Sin embargo, se mantienen las desigualdades salariales para un mismo rol y para el acceso a posiciones de mayor responsabilidad y decisión. La mujer, en su asenso en una organización, se estrella contra el techo de cristal. Esta realidad se ve reflejada, tanto en  las universidades, como en las empresas en general.


También, a pesar de las tendencias positivas ya mencionadas, también se puede evidenciar los obstáculos que están impidiendo la activación mucho más rápida y efectiva del 51% de la población del pais representada en sus mujeres, como motores de cambio, transformación y desarrollo para la sociedad.


Hay una triste realidad para la mujer: tiene menores posibilidades  a un empleo remunerado de acuerdos a sus capacidades y responsabilidades, en igualdad de condiciones a los hombres.  Están más  expuestas a  quedar desempleada, como se refleja en las estadísticas alarmantes que muestran una mayor desventaja para la mujer que para el hombre. 


Por estas razones, la tasa de desempleo para la mujer, durante este periodo tan crítico de la pandemia fue del 20.4% mientras para los hombres del 12.7%, han sido tan altas,  aún después de que se iniciara la recuperación en el año anterior. Y brecha de ocupación entre mujeres y hombres, que se había venido disminuyendo, retrocedió a los niveles del 2011.


Seguramente hay muchas otras razones para lograr que la equidad sea una política que se haga cumplir porque sus beneficios son enormes. Volviendo a la propuesta de WIC con la que comencé mi blog, y viendo las estadísticas en términos de la favorabillidad  del voto de las mujeres que no le apuntan a Petro, se abre una ventana de oportunidad contra el candidato que se ha caracterizado por sus posturas misogenas y despectivas, que nos recuerda a Trump en los Estados Unidos.


Invertir en la mujer es darle poder para trasformar a la cultura de la sociedad 


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