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sábado, 28 de junio de 2025

La ignorancia y el poder


 En unos blogs de hace algunas semanas, me referí a la reflexiones del filósofo holandés del siglo XVII, Baruk Spinoza, sobre la estupidez humana. En este blog, voy a retomar otras reflexiones de este mismo pensador, sobre el papel que juega la ignorancia para entender nuestra situación actual en Colombia. La ignorancia exacerba la estupidez humana. 



Recordando sus antecedentes, el filósofo judío holandés, sufrió exilio, persecución y excomunión, por sus ideas que rompían todos los paradigmas de la época. 

Para no victimizarse, se refugió en el pensamiento racional, que, según sus palabras, busca liberar con la verdad, y no consolar con las ilusiones. Spinoza creía que el mundo funciona bajo una red infinita de causas y efectos, donde la ignorancia juega un rol crucial.



Hay una pregunta central , tan antigua como el hombre, que se hace Spinoza en una de sus obras: ¿ cómo es posible que individuos que les falta sabiduría e inteligencia, puedan llegar a posiciones de poder.? . Me parece que es una excelente pregunta cuando vemos a individuos como Petro y Trump, destruyendo a sus países.


Hay que recordar que la filosofía de Spinoza le pone una gran importancia a la racionalidad, por lo que argumenta que, cuando no la hay, la ignorancia exacerbada se vuelve extremadamente peligrosa. Se plantea entonces la relación de la incompetencia que refleja la ignorancia y su conexión con el poder. 



Hay que entender que la ignorancia genera incomprensión lo que produce miedo. Y esta emoción abre las puertas para que lleguen al poder líderes incompetentes, sin escrúpulos, audaces pero “sin sustancia”. Un pueblo ignorante no es libre, incluso si puede votar, porque no entiende el alcance de sus decisiones. Esta ilusión de libertad es explotada por los líderes incompetentes.



En este blog quiero resaltar los puntos que me parecen más relevantes de las reflexiones de Spinoza, y que  dan argumentos muy sólidos para explicar al papel que juega la ignorancia para el acceso al poder de personas incapaces .
  • La Irracionalidad en el Poder: Spinoza advierte sobre la prevalencia de la irracionalidad donde la comprensión racional es ignorada. La exaltación de la ignorancia incrementa su peligro. Los líderes incompetentes no son necesariamente malos, sino ignorantes activos que imponen su visión sin comprensión.
  • El Colapso del Sistema: Cuando la incompetencia llega al límite y el sistema ya no se sostiene, el colapso es inevitable. Sin comprensión, solo habrá más caos.
  • El Ignorante Activo: distingue entre la incompetencia por falta de oportunidad y la incompetencia activa donde el individuo, consciente o inconscientemente, se considera con derecho a imponer su visión a pesar de su falta de conocimiento. Este tipo de individuo se siente amenazado por el pensamiento crítico y se aferra a consignas en lugar de buscar la verdad.
  • El Sistema Premia la Ignorancia: El sistema de poder a menudo premia la obediencia ciega, convirtiendo a los que no piensan en herramientas perfectas para mantener estructuras injustas. La historia está llena de ejemplos de líderes que llegaron al poder por su capacidad de manipular la ignorancia de las masa.
  • La Pereza Intelectual: Los líderes incompetentes prosperan en sociedades educadas para la obediencia, donde se fomenta la ignorancia y  no el pensamiento crítico. Se castiga la creatividad y la duda, creando ciudadanos perfectos para dirigentes mediocres.

  • El Silencio de los competentes:
    estas personas a menudo callan por miedo o impotencia, dejando espacio para que los incompetentes llenen el vacío. Según Spinoza , es el problema de la filosofía, cuando se encierra en sí misma, deja de ser una herramienta de liberación.
  • La Lucha entre Claridad y Confusión: La verdadera lucha no es ideológica (izquierda vs. derecha), sino entre la claridad y la confusión, entre quienes comprenden y quienes imponen.
  • Las Emociones Colectivas: El éxito de los líderes incompetentes radica en su habilidad para apelar a emociones colectivas desatadas (resentimiento, miedo, desesperación, odio de clases). Simplifican problemas complejos con eslóganes emocionales en lugar de ofrecer soluciones racionales.
  • La Verdad vs. la Mentira: La verdad exige esfuerzo y tiempo, mientras que la mentira, especialmente cuando alimenta pasiones, se propaga rápidamente. Quien maneja las pasiones de los demás tiene el poder. El pensamiento verdadero nace de la duda, el cuestionamiento, y la investigación paciente, y de ahí el poder de la duda.
  • La Revolución del Entendimiento: Spinoza propone una revolución del entendimiento, no una revolución violenta. El verdadero enemigo de la incompetencia es el ciudadano que comprende, que no se deja llevar por el odio, la esperanza vacía, o la verborrea sin control. La comprensión es una necesidad vital, no un lujo. Consiste en entender las causas reales que nos mueven, incluyendo las emociones, sus orígenes e impactos en nuestra forma de pensar y actuar ante la realidad.
  • La Comprensión como Resistencia: La comprensión actúa como antídoto contra la manipulación. Los incompetentes hablan con seguridad y promesas que resuenan en el deseo colectivo, pero esta seguridad proviene de la ausencia de duda, no del conocimiento.
  • El Cambio Ético antes que Político: El cambio propuesto por Spinoza es ético antes que político. Es un trabajo interior lento y exigente que requiere observar y cuestionar las pasiones que nos gobiernan. Hoy, que tanto se habla “del cambio” , se olvida que este comienza por cada uno y su capacidad de introspección. 
  • La Conciencia Colectiva: Solo cuando una masa crítica de individuos realiza este trabajo interno, el sistema comienza a cambiar. Ya no bastarán las promesas vacías, sino que la gente exigirá argumentos y coherencia. Y para lograrlo, se requiere la libertad, entendida como la capacidad de crear nuevas formas de ser y convivir, no desde la emoción desbordada, sino desde la razón que es el principal motor de la argumentación de Spinoza
  • La Libertad como Construcción: La libertad no es una concesión, sino una forma de ser que se cultiva con esfuerzo y reflexión constante.
  • Tres Pasos hacia la Libertad: El camino hacia la libertad implica: 1) observar las pasiones sin juzgarlas; 2) abrirse al diálogo interior y a la investigación; y 3) vivir en coherencia.
  • El Despertar de la Conciencia: Cada generación necesita despertar del sueño que bloquea la razón y que lleva a la ignorancia que produce, no solo monstruos, sino líderes incompetentes.

  • Recuperar la voz:
    El poder del incompetente reside en la manipulación de la multitud anónima y las pasiones colectivas. Recuperar la voz propia y la capacidad de análisis rompe el dominio del incompetente activo y su poder. Se requiere del despertar del asombro, y la capacidad de cuestionar lo obvio, como herramientas poderosas para cambiar lo establecido, pero desde la iluminación, no la destrucción sin reflexión. En mi blog…. propuse como una estrategia de cara a las elecciones del 2026, el darle visibilidad y voz a millones de colombianos que han salido gravemente impactados en muchos frentes: seguridad, salud, educación, vivienda, etc.
  • La Comprensión como Acto Revolucionario: por todo lo anterior, en tiempos de confusión y gran incertidumbre, la comprensión para salir de la ignorancia, es el el acto más revolucionario que requiere nuestra sociedad y ese si que es un verdadero cambio en la cultura ciudadana. Recuerdo las campañas de  Antanas Mockus y Paul Bromerg para aumentar la comprensión colectiva de este tema tan crítico hoy en día.

En resumen, las reflexiones de Spinoza desde hace cuatro siglos, tienen hoy más relevancia que nunca. Este filósofo, propone que la solución a la incompetencia en el poder, no reside en cambios políticos superficiales, sino en una transformación individual y colectiva basada en la comprensión, la razón y el cultivo del pensamiento crítico. Se trata de una revolución silenciosa, pero profundamente transformadora, que comienza en el interior de cada persona.


Y uniendo el comentario anterior con mi blog sobre el liderazgo político, tenemos un reto adaptativo inmenso para despertar la conciencia y sacar a millones de personas de la ignorancia, y que los deja muy vulnerables a la manipulación de ignorantes activos, como calificaría Spinoza a Petro y a sus secuaces. Si vemos el mapa electoral en Colombia, o el caso de los Estados Unidos, se puede ver con claridad que los votantes de las zonas menos educadas tuvieron un gran impacto en los resultados. 


sábado, 21 de junio de 2025

 

¡


Colombia, la Nación Anclada en el Siglo XX: Un Llamado Urgente ante los Tsunamis del XXI


Ante los gravísimos acontecimientos recientes que nos devuelven a un pasado que creíamos haber superado, me surgen dos grandes preguntas: ¿Por qué, a pesar de nuestro inmenso potencial, Colombia parece girar en un ciclo interminable alrededor de los mismos problemas? ¿Por qué los debates que dominan nuestra esfera pública suenan a eco del pasado, mientras el resto del planeta se transforma a velocidades vertiginosas?



En una reciente entrevista con el Dr. Mauricio Gaona en el diario El Colombiano, y tras un incisivo e ilustrativo debate que tuvo en la W, otro medio de comunicación, con el actual Ministro de Justicia de Petro, este reconocido académico de talla mundial aportó reflexiones muy relevantes y oportunas. Su perspectiva privilegiada como profesor e investigador desde el exterior nos aporta una visión invaluable por su pertinencia e impacto .


Vale la pena señalar que el Dr. Gaona es un ilustre abogado con vasta experiencia en derecho constitucional, derechos humanos y tecnología en escenarios internacionales como Estados Unidos, Canadá, Francia y el Reino Unido. Nos ofrece una mirada que va más allá de la polarización local. Como uno de los muchos cerebros fugados y valiosos, ha observado con profunda preocupación cómo, en la Colombia de hoy, muchos dirigentes políticos se dan el lujo de ignorar los "tsunamis" globales que ya están reconfigurando el destino de las naciones en otras partes del mundo y de comprometer nuestra democracia manipulando la Constitución .

También es interesante anotar que su padre, Manuel Gaona Cruz, fue uno de los ilustres Magistrados inmolados hace 40 años en la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. Quedé con la impresión de que su decepción con la corrupción endémica y la miopía de nuestros dirigentes lo llevaron a buscar, con mucho éxito y reconocimiento , otros horizontes académicos en el exterior.


En este blog voy a resumir los aspectos que más me llamaron a la atención de sus dos intervenciones. En ellas, el Dr. Gaona no solo refutó la legalidad de la tesis jurídica del Ministro de Justicia relacionada con la "consulta popular" decretada esta semana por Petro, sino que también, en la segunda entrevista, nos aportó reflexiones muy inquietantes sobre las dos preguntas que propuse al iniciar este blog. Nos pinta un panorama francamente alarmante: Colombia, en su actual deriva política, social y económica, es una nación anclada en el siglo XX, luchando con herramientas, instituciones e ideas obsoletas contra los desafíos monumentales del siglo XXI.



El Peligroso "Camuflaje Democrático": Cuando el Siglo XX Viste de Siglo XXI

Uno de los pilares de la reflexión del Dr. Gaona, y que ilustra perfectamente nuestra fijación en el pasado, es el concepto del "Democratic Blending" o camuflaje democrático. Hay que olvidarse de los golpes de Estado militares de antaño, propios del siglo XX”, porque las dictaduras del siglo XXI se disfrazan. Se camuflan con ropajes democráticos, utilizando las propias herramientas legales y constitucionales para socavar la democracia desde adentro.


El Dr. Gaona es contundente al analizar la actual situación política de Colombia en lo referente a las maniobras legales de Petro y su Ministro de Justicia. Califica como "falsa", "letal" y un "exabrupto jurídico", la pretensión de este señor cuando afirma que el presidente puede ejercer un control constitucional directo, basándose en una interpretación errónea del artículo 4 de la Constitución (el principio de supremacía constitucional). Él nos recuerda que la función de declarar qué es constitucional o no recae, de forma exclusiva , en la Corte Constitucional.


En las dos entrevistas, el Dr. Gaona cita el famoso caso de Marbury vs. Madison de 1803. Este hito en la jurisprudencia estadounidense sentó las bases del "judicial review" o control difuso, estableciendo que es el poder judicial, no el ejecutivo ni el legislativo, quien tiene la última palabra sobre la constitucionalidad de las leyes. Que un ministro de Estado intente revertir este principio fundamental, dándole al presidente un poder de "supramagistrado" por encima de la Corte Constitucional, es una maniobra que huele a siglo XX, a esos autoritarismos personalistas que buscaban “concentrar todo el poder en una figura, sin importar las salvaguardas institucionales “.


En una carta enviada este viernes por el Dr Gaona a la W Radio, reitera de  manera  contundente sus críticas al Ministro de Justicia y hace de nuevo unas advertencias muy pertinentes . Veamos


(…) mucho me temo que más que una posición jurídica incontrovertible, el ministro está articulando una voluntad política, manifiestamente peligrosa y profundamente anti ética. El decreto y su defensa constituye  un paso de velado pero firme hacia la dictadura constitucional en Colombia


En el efecto dúctil del tiempo se apreciaría con distancia, que lo que ocurrió en esta fecha en Colombia, era más grave de lo que parecía. Cada vez que una rama del poder público se toma atribuciones que la Constitución no lo otorga, se rompe el balance institucional que impide el ascenso de la autoritarismo y sus vicios, más endémicos . Este es un momento de vital importancia para la República, y para preservar el estado derecho en Colombia.


Y refiriéndose a los periodistas: (..) no fallezcan  ante el sofisma  desarticulado ni la voz autoritaria. Recuerden que, al final, la prensa es la última voz que se escucha antes de perder la democracia. (Este comentario le recuerda al Sr Sánchez Cristo y su equipo de la W, que no pueden seguir tratando con guantes de seda a quien hoy pretende destruir a nuestro pala )


A la situación anterior, hay que sumar la narrativa de invocar al "pueblo" de Petro, para justificar acciones inconstitucionales, desprestigiar al Congreso y buscar atajos legales. Es un manual que ya hemos visto desplegarse en países como Venezuela y Nicaragua. No es una teoría conspirativa; es un patrón de comportamiento que el Dr. Gaona ha estudiado a fondo. Mientras Colombia se enfrasca en esta lucha por la concentración del poder, debatiendo si el presidente puede saltarse los procesos democráticos porque "el pueblo así lo quiere", estamos reeditando conflictos y modelos de gobierno que el mundo democrático ya superó. Este debate, aunque parece actual, es profundamente anacrónico, una reliquia de un siglo pasado donde la voluntad de un líder se anteponía a la solidez de las instituciones.


Pero hay otras reflexiones muy valiosas que nos ha aportado el Dr Gaona. 



Los Tsunamis del Siglo XXI: Colombia al Borde del Abismo Tecnológico y Geopolítico

Pero la mayor preocupación del Dr. Gaona no es solo la regresión política, sino lo que esta miopía significa para el futuro de Colombia. Mientras nos enfrascamos en discusiones sobre si un presidente puede o no pasar por encima del Congreso, el mundo avanza como un tren bala, a una velocidad "sin precedentes", enfrentando desafíos que ningún gobierno anterior había visto.


Estos son los "tsunamis" del siglo XXI que Colombia ignora a su propio riesgo:


1. La Revolución de la Inteligencia Artificial y la Tecnología Cuántica :El cambio más disruptivo, según el Dr. Gaona, proviene de la inteligencia artificial (IA) y su inminente fusión con la tecnología cuántica. Los avances científicos y tecnológicos, que antes se medían en años, ahora ocurren "cada tres meses". Esto no es una tendencia; es una transformación fundamental que está redefiniendo la economía global, el mercado laboral y la estructura de las naciones. La IA y la computación cuántica no solo prometen eficiencia, sino que están creando una brecha abismal que crece todos los días . El Dr. Gaona advierte que esta nueva era diferenciará entre "países que producen inteligencia artificial y países que no la producen como Colombia". La consecuencia es aterradora: una diferencia de "al menos medio siglo" en desarrollo y poder.


Mientras en Colombia discutimos la validez de una consulta popular o la interpretación de un artículo constitucional que parece sacado de un manual de autoritarismo del siglo XX, las grandes potencias están invirtiendo billones en crear la infraestructura del futuro. ¿Dónde está Colombia en esta carrera? Según Gaona, tenemos "populismo tecnológico, pero ninguna elaboración real". Sin una infraestructura robusta y una visión de futuro en estas áreas, el país no solo corre el riesgo de ser irrelevante, sino de ver cómo sus ciclos económicos se desestabilizan y la desigualdad entre ricos y pobres, y entre países, se profundiza a niveles insostenibles. Las decisiones que no se tomen hoy, en materia de ciencia y tecnología, las pagarán nuestros hijos.


2. Una Nueva Carrera Armamentista Global: El Peligro Olvidado : Otro frente que el Dr. Gaona señala es la alarmante carrera armamentista global. Países como Japón, que históricamente ha tenido una cláusula anti guerra en su Constitución, triplican su presupuesto militar. Polonia se convierte en la tercera potencia militar de Europa. Finlandia, Suecia, Canadá, Arabia Saudita se suman a la lista es larga de países que siguen por el mismo camino. El mundo se está armando a una velocidad sin precedentes, y las armas de hoy no son operadas exclusivamente por humanos.


Este escenario, impulsado por tensiones geopolíticas entre potencias como China y Estados Unidos, así como por conflictos subregionales, eleva el riesgo de una confrontación militar internacional a niveles que no se veían hace décadas. Mientras Colombia sigue lidiando con una guerrilla del siglo XX –un problema que el Dr. Gaona subraya como  único en el mundo en la actualidad–, el panorama global se vuelve cada vez más volátil. Nuestra política exterior y de defensa, anclada en viejos paradigmas, no parece estar a la altura de esta nueva realidad.


3. El Riesgo de Recesión Económica Global: La Vulnerabilidad Silenciosa. Finalmente, el Dr. Gaona advierte sobre la posibilidad de una recesión económica global, impulsada por las fluctuaciones de los sistemas económicos a raíz de la IA y la inestabilidad geopolítica. Un país como Colombia, con una economía que aún depende en gran medida de los commodities y con una infraestructura tecnológica incipiente, es particularmente vulnerable a estas turbulencias. Los problemas del siglo XX (corrupción, inestabilidad política, bajos índices de productividad) solo exacerbarán el impacto de una crisis económica global que se gesta en el siglo XXI.



La Encrucijada de Colombia: ¿Preservar el Poder o Afrontar el Futuro?

La profunda reflexión del Dr. Gaona es que nuestros líderes, están enfrascados en la "preservación del poder político",  descuidando los problemas fundamentales que asfixian a los colombianos y, lo que es peor, están ignorando los desafíos existenciales del futuro. La obsesión por el control y la manipulación de las instituciones desvía recursos, tiempo y talento que deberían estar dedicados a preparar al país para la era de la IA, a fortalecer nuestra posición en un mundo inestable y a construir una economía resiliente.


El populismo, con su retórica divisiva de lucha de clases, y su enfoque en buscar chivos expiatorios, es un problema distractor muy grave que se suma. Si Colombia es el "único país que tiene guerrilla en el siglo XXI" y es dirigido por un exguerrillero, esto, para Gaona, subraya cómo “estamos atrapados en ciclos sociológicos y políticos del pasado”, incapaces de romper con dinámicas que son un lastre para el futuro.



El Deber de la Corte Constitucional y la Urgencia de un Nuevo Liderazgo

Frente a este panorama, el Dr. Gaona hace un llamado directo a la Corte Constitucional. Los magistrados, dice, tienen un "deber constitucional, una misión institucional y un compromiso moral e histórico" para preservar el sistema. Es su responsabilidad, y no la del ejecutivo, definir los límites y salvaguardas constitucionales. Es un llamado a que el guardián de la Constitución actúe oportunamente con la independencia y la visión que exige el momento.


Pero más allá de la coyuntura, la segunda intervención del Dr Gaona, nos deja una verdad cruda: Colombia necesita el gobierno "más calificado que jamás haya tenido" para afrontar los retos sin precedentes del próximo lustro. No podemos seguir con "discursos y soluciones del siglo XX en el siglo XXI" o con líderes que priorizan sus proyectos políticos sobre el bienestar de la nación. 


Ojo, esta última reflexión no se refiere solo a la calificación de la  persona que llegue a la Presidencia de Colombia en el 2026, sino también  al equipo muy preparado que lo acompañe para desenredar el país que Petro ha querido acabar. Pero también, va a requerir una ciudadanía mucho más consciente y corresponsable que acompañe desde lo local, la reconstrucción de nuestro país. El daño que heredaría el próximo gobierno va a requerir de décadas para reparar y esta debe de ser una consideración fundamental que necesita un compromiso colectivo sin antecedentes en la historia. Implica un cambio monumental de mentalidad en la sociedad colombiana. Y para lograrlo se va necesitar desplegar capacidades de liderazgo colectivo a escala nacional que hay que despertar y activar.


La reflexión del Dr. Gaona es una invitación a la ciudadanía, a los líderes emergentes y a las instituciones a despertar. No podemos permitir que la política del siglo XX siga anclando a Colombia mientras el tren del siglo XXI acelera. Es hora de dejar atrás los debates estériles, las divisiones artificiales y la obsesión por el poder, y comenzar a construir una nación que pueda no solo sobrevivir, sino prosperar en la nueva era global. En este momento histórico, es una obligación  de rodear a la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, así como a la Registraduría. Ya vimos como el miedo amedrentó al Congreso para aprobar la reforma laboral que quería Petro  , El futuro ya no espera. ¿Estaremos a la altura?


P.D. Las reflexiones del Dr. Gaona, un experto en temas constitucionales a nivel internacional, hacen un aporte pedagógico muy oportuno y valioso en momentos donde Petro y sus cómplices quieren destruir las instituciones y la Constitución de nuestro país. A esas reflexiones, yo insisto en los temas que he venido tratando en mis últimos blogs: no solo es necesaria una pedagogía política y constitucional, también es fundamental que la haya en los temas del liderazgo colectivo, la cultura y moralidad cívica para que haya sostenibilidad en los cambios que Colombia necesita .


Si considera valioso es blog le agradecería ayudar a divulgarlo


sábado, 14 de junio de 2025

Colombia ante el espejo moral…

 



Colombia ante el espejo moral: elecciones, liderazgo y la urgencia de un nuevo pacto ético


En los dos blogs anteriores desarrollé una serie de reflexiones sobre la importancia de la moral, la moralidad y su impacto en la cultura de una sociedad. En este blog, el último de la serie, voy a enfocarme en la aplicación de estos conceptos para entender mejor lo que estamos viviendo en la Colombia de hoy. Desafortunadamente el lamentable atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, actos de violencia de esta semana, y la radicalización de la polarización de Petro, demuestran la gravísima crisis moral que hoy enfrenta nuestro país.

¿Qué es la moral y por qué importa hoy más que nunca?

Para quienes leyeron los blogs anteriores, como para quienes no lo hicieron, quiero recordarles los conceptos que son la base de mi argumentación principal.

La moral —entendida como el conjunto de principios, valores y normas que orientan nuestras decisiones sobre lo que está bien y lo que está mal— es uno de los fundamentos invisibles pero esenciales de cualquier sociedad que aspire a convivir con dignidad, confianza y respeto mutuo. La moralidad, como expresión concreta de ese orden en nuestras acciones individuales y colectivas, nos permite establecer lo que se puede esperar de los demás y lo que los demás pueden esperar de nosotros. Sin ella, la vida social se fragmenta y la política se degrada.

En una sociedad moralmente alineada, la confianza no es una excepción sino la norma. La justicia no es negociable. La democracia se defiende porque es el menos malo de todos los sistemas, como decía Wiston Churchill . La convivencia se sostiene sobre acuerdos éticos compartidos, no sobre la arbitrariedad del poder o el cinismo de la conveniencia. 

Es desde esta perspectiva que, la crisis moral que enfrentamos en Colombia, adquiere una relevancia crítica de cara a las elecciones de 2026. Si no somos capaces de restaurar un orden moral compartido, ningún proyecto político —por bien intencionado o técnicamente sólido que sea— podrá consolidar la esperanza, ni mucho menos la transformación que el país requiere.

La privatización de la moralidad: de lo común a lo individual

En mi blog anterior, se planteó una idea central: la moralidad se ha privatizado. Es decir, hemos pasado de tener un marco ético colectivo —que funcionaba como base segura para construir confianza, establecer límites y fomentar cooperación— a una lógica donde cada quien define su propia moral, su propia verdad, su propio criterio sobre lo correcto y lo incorrecto. Este proceso ha tenido múltiples causas, pero una de las más profundas ha sido la transformación del sistema educativo, que ha venido promoviendo una idea radical de autonomía moral desvinculada de cualquier referente ético común.

Así, frases como “tú decides lo que está bien para ti” o “sigue tu verdad” sustituyeron las preguntas clásicas de la filosofía moral: ¿qué debo hacer?, ¿por qué es esto justo o injusto?, ¿cuál es el bien común? El resultado ha sido una creciente fragmentación moral que dificulta la construcción de acuerdos básicos sobre cómo comportarnos en sociedad. Y cuando no hay acuerdos sobre lo correcto y lo incorrecto, lo que queda es la fuerza, la astucia o el populismo como herramientas de acción política.


Colombia: una sociedad en proceso avanzado de desmoralización cívica

En Colombia, esta pérdida del orden moral compartido se expresa de múltiples maneras, el atentado contra Miguel Uribe por parte de un sicario de 14 años es una de ellas. Pero también, se manifiesta en la corrupción normalizada, en la impunidad que ya no indigna, en el desprecio por la ley cuando no favorece intereses particulares, en el clientelismo que premia la lealtad política por encima de la competencia técnica, en la desconfianza generalizada que paraliza la acción colectiva. Pero igualmente —y esto es más grave— en la indiferencia frente al sufrimiento ajeno, en la deshumanización o descalificación del adversario a quien se le tacha de enemigo, en la erosión de la empatía como base de la vida en comunidad.

Las encuestas sobre confianza muestran desde hace tiempo un país que ya no cree en sus instituciones, que duda de sus líderes, que sospecha de sus vecinos. Esta es una señal clara de que la crisis que enfrentamos no es solo política o económica, sino profundamente moral y por eso la importancia de ponerle luz al tema. Yo creo que las elecciones de 2026, no se pueden entender únicamente como una disputa entre partidos o programas, sino como una oportunidad —posiblemente la última en mucho tiempo— para redefinir el pacto ético que nos permite convivir y que ayude a construir una nueva narrativa para nuestra sociedad. 

Sin embargo, este es un tema invisible que no se trata y más bien se le saca el cuerpo, porque no se entiende bien su importancia, o porque es incómodo para quienes se benefician de la situación actual.

Elecciones 2026: ¿qué tipo de liderazgo necesitamos?

Un nuevo liderazgo no puede limitarse a ganar votos o formular propuestas bien diseñadas. Colombia necesita líderes con autoridad moral, capaces de inspirar confianza no solo por lo que dicen, sino por lo que representan y por lo que hacen. Personas que comprendan que el poder no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para servir al bien común. Líderes capaces de decir la verdad incluso cuando duela y no les convenga, de poner límites cuando toca, de actuar con coherencia incluso cuando es impopular.

El reto no es técnico, es adaptativo, como lo plantea Ronald Heifetz profesor de liderazgo en la universidad de Harvard: requiere una transformación profunda en las creencias, valores y hábitos de los ciudadanos, no solo en las políticas públicas. Por eso, no basta con tener candidatos bien preparados. Se necesita una ciudadanía que sepa distinguir entre un vendedor de ilusiones como Petro y un constructor de futuro con capacidad de volver los sueños colectivos en realidades tangibles . Se necesita una sociedad que valore la integridad más que la astucia y la demagogia, la coherencia más que el carisma, la verdad más que el espectáculo.

Experiencias internacionales: lecciones para Colombia

Muchos países han enfrentado momentos similares de crisis moral y han ensayado caminos para superarlos. Algunos lo han hecho con éxito; otros han caído en formas autoritarias de restauración ética que solo agravaron el problema.

  • Ejemplo positivo: Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. La reconstrucción moral de la sociedad alemana implicó un proceso profundo de educación cívica, memoria histórica y responsabilidad compartida. No fue fácil ni rápido, pero demostró que es posible reconstituir un marco ético común incluso después de la barbarie.
  • Ejemplo negativo: Venezuela y la descomposición del orden moral. El colapso institucional vino acompañado de una erosión de las normas cívicas más básicas. La lealtad al líder sustituyó la legalidad, y el país cayó en una espiral de violencia, corrupción y empobrecimiento moral del que aún no ha logrado salir.
  • Ejemplo ambivalente: Estados Unidos en la era Trump. La ruptura del consenso moral básico sobre la verdad, el respeto al adversario y la integridad en el poder, han generado una polarización sin precedentes como lo demuestran lamentablemente las noticias en esta semana en ese país . Hoy los norteamericanos son una sociedad sin capacidad de lograr acuerdos fundamentales para su sostenibilidad. Sin un marco ético que define una moral  compartida, incluso las democracias más sólidas pueden tambalearse.

Colombia puede —y debe— aprender de estos casos. La recuperación del orden moral compartido no puede delegarse en un partido o un candidato. Es una tarea de todos: empresarios, educadores, medios de comunicación, líderes sociales, iglesias, universidades y ciudadanía en general.

El camino hacia un nuevo pacto moral nacional

Restaurar el orden moral compartido no significa imponer una ideología, ni volver a una moral dogmática o excluyente. Significa recuperar la capacidad de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, y establecer acuerdos mínimos sobre lo que se espera de todos en una sociedad decente que la hace viable. Significa volver a hablar de deberes, no solo de derechos; de principios, no solo de resultados; de carácter, no solo de competencia.

Este pacto debe construirse desde la base: en la familia, en la escuela, en los barrios, en las empresas, en las redes sociales, en las iglesias, en los clubes, en todos los espacios donde se forma el carácter y se cultiva la virtud. Y debe reflejarse en las decisiones políticas: en los programas de gobierno, en los liderazgos que promovemos, en los valores que exigimos a nuestros candidatos.

Conclusión: de la indignación a la regeneración

La crisis que vivimos no es solo institucional, ni únicamente política. Es una crisis del alma nacional. Una crisis que solo podrá superarse si somos capaces de reconstruir los fundamentos éticos de nuestra convivencia. Las elecciones de 2026 serán una prueba decisiva: o seguimos anestesiados por la indiferencia, el cinismo y la resignación, o asumimos el reto de regenerar moralmente nuestra sociedad.

No será fácil. Pero tampoco es imposible. Hay una reserva moral en Colombia que sigue viva, aunque esté silenciosa. Hay líderes íntegros, aunque no salgan en los titulares. Hay ciudadanos dispuestos a recuperar el valor de la palabra, la decencia, la coherencia y la verdad. Es hora de que esa Colombia moral tenga voz, se despierte, se organice y actúe.

Llamado a la acción

Invito a todos los que creen en una Colombia decente a sumarse a esta conversación. A promover diálogos ciudadanos sobre lo que está bien y lo que está mal. A exigir liderazgos con carácter moral. A participar activamente en las decisiones que definirán el rumbo del país. No dejemos que la resignación nos robe el futuro. La reconstrucción ética de Colombia comienza con cada uno de nosotros. ¿Estás dispuesto a asumir tu parte?

Este es último blog de la serie que vengo desarrollando desde hace varias semanas. He buscado aportar para subir el nivel de la conversación que defina un marco de reflexión y comprensión, que sirva para orientar las decisiones y acciones individuales y colectivas, que se deben de emprender muy rápidamente de cara a las elecciones del 2026, y  que sean la base de la reconstrucción  de Colombia en los siguientes años. Para quien no los haya leído esta es la lista relevante.

La ética, la moral y la cultura, lo que todo ciudadano debe de saber

La privatización de la moralidad y su impacto en la crisis relacional

De la crisis moral a la renovación cívica: lecciones desde EE.UU. para el futuro político de Colombia.

Liderar para Transformar: El Despertar de un Liderazgo Colectivo en Colombia

No más parálisis, un llamado a la acción

No más mesías, hacia un liderazgo que reconstruya a Colombia

La complejidad del liderazgo en el ejercicio del poder

El precio de la ignorancia

La Estupidez Colectiva: Un Sistema que la Fomenta


PD:


Espero que Miguel Uribe, a quien conozco y aprecio, se pueda recuperar y continuar su brillante carrera política al servicio del país. Por estar fuera de Colombia  no puedo salir hoy a marchar, pero invito a todos los colombianos que están indignado por el estado de nuestro país, que levanten su voz hoy y digan “ NO MAS “


Estamos en un mundo cada vez más interconectado, viviendo en un mundo cada vez más interdependiente, y esa no es una decisión, sino una condición de nuestro entorno.


La confianza es la única droga buena que mejora el desempeño. Lo grave es que estamos viendo los dirigentes políticos están destruyendo la confianza,’ sin la cual los grandes problemas no se pueden enfrentar.