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sábado, 28 de octubre de 2023

Qué significa ser humano?

 


En el blog anterior me referí a los Objetivos de Desarrollo Interior (IDG en Inglés)  y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El mensaje es poderoso : los inmensos desafíos que tenemos los seres humanos son muy complejos y solo se podrán abordar, si logramos   entender el rol que juega nuestra capacidad de transformación interior, si queremos tener impacto individual y colectivo en el entorno del cual dependemos. 

Hay un mensaje que está emergiendo cada vez con más fuerza: hacen  faltan  unas habilidades básicas que nos hacen seres humanos,  como las propuestas por los IDG para construir relaciones y comunidades productivas. Hoy son cada vez más fundamentales par enfrentar los retos actuales y futuros. Para no hablar, de su inmensa importancia para quienes quieren ejercer el liderazgo, generando cambios a favor de sus comunidades.



Evolucionamos para vivir en pequeñas comunidades de personas. Ahora vivimos en sociedades mucho más  diversas, pero nuestras habilidades sociales no han evolucionado a la altura de estos nuevos retos. Son bastante inadecuadas para enfrentar un entorno tan complejo. 

Vivimos en una época donde la capacidad de construir  relaciones es cada vez más crítica, pero  curiosamente estamos cada vez menos preparados para lograrlo y el tema no llama la atención de los que ostentan el poder en la sociedad. De hecho, muchos de ellos se aprovechan de estas falencias para imponerse sobre los demás. 


Un factor común de los seres humanos en general, es su interés de conectarse con otros y  mirar a otros,  y ser vistos por ellos, con aceptación y respeto. Somos animales sociales por excelencia. Pero para conectarse,  necesitan de unas mínimas habilidades sociales como son la empatía para ponernos en el lugar del otro, la curiosidad para poder preguntar y descubrir bases comunes, el manejo de conflictos sin envenenar las relaciones, el aceptar la vulnerabilidad en medio de la incertidumbre, la escucha activa para entender antes de juzgar a la ligera, y  el saber pedir para manejar mejor las expectativas, entre otras.


Son habilidades sencillas pero a la vez mágicas, para hacer sentir cuidado y valorado al otro como ser humano. El problema es que no son habilidades que se enseñen de manera explícita, y como resultado, hay mucha desorientación para construir relaciones duraderas y productivas. Y en su ausencia, lo que hay son conflictos que pueden escalar a niveles muy grandes de intolerancia y violencia. Pero también, incapacitan para encontrar puntos de acuerdo que nos permitan acercarnos individual y colectivamente, para trabajar con inteligencia  en el bien común que nos hace humanos.. 


Hay mucho interés en tener un sistema educativo más pertinente para el mundo actual. Pero en la práctica con el que tenemos, hemos construido una sociedad volcada hacia los logros externos y de espaldas al desarrollo interior de las personas que la integran. El resultado es una disfuncionalidad creciente. Hay un aumento de la polarización que impide llegar a acuerdos que  protegen el bien común, cuando los peligros son cada día mayores que afectan a la humanidad entera..  


David Brooks,  columnista del NY Times, en un ensayo reciente sobre estos temas , mencionaba que había un síntoma que cada vez  le llama más la atención: la ausencia de la curiosidad  de otros por acercarse a él como persona. Mencionaba que lo esperable al  asistir a reuniones sociales, era que nadie le hubiera preguntado como estaba, o que le preocupaba en el momento.. De hecho, cuando alguien se interesaba, su primera reacción era de sorpresa por ser algo muy inusual.



A este analista agudo de la realidad de su país, las falencias en las relaciones humanas, están en el fondo de muchos de nuestros problemas como humanidad, independientemente  de la cultura. Y en el ensayo que escribió para el NY Times, menciona algunas habilidades que me llamaron mucho la atención, porque van en la misma dirección de las propuestas en los IDG a los que me referí en el blog anterior. Veamos algunas 


El don de la atención. Tenemos diferentes formas de aparecer ante el mundo. Cuando nos encontramos con alguien que irradia calidez muy seguramente nos sacará lo más luminoso que tenemos. Mientras que si es alguien es muy rígido y formal, seguramente su impresión será muy distinta porque reaccionaremos de la misma forma. La manera como le prestemos atención a otra persona, la hará brillas o desaparecer ante nuestros ojos. La atención envía un mensaje poderoso de respeto  a la condición humana que trasciende las palabras.


El acompañamiento. Esta habilidad , dice Brooks, se refiere a la forma en que una esta con otra persona durante las rutinas de la vida. Las personas que son hábiles como acompañantes de otros, tienen el don de animarlos   a ser auténticos, y lo hacen estando presentes, estando ahí  y “haciendo de la conversación una forma de juego” .



El arte de la conversación.
Tuve una muy iluminante definición que aprendí de que es conversar,  cuando estuve un año formándome de “coach”. Conversar es “cambiar juntos” . En una buena conversación, quienes la sostienen entran siendo unas personas muy diferentes a las que emergen cuando esta se termina.


Hay que entender que en una conversación hay dos planos que se dan simultáneamente. El plano del lenguaje que es lo que se habla, y el plano emocional que rodea a las partes que intervienen. Si ambas partes demuestran respeto a pesar de sus diferencias, permite que haya un sentimiento de seguridad y no de amenaza. Abre las puertas a la mutua vulnerabilidad que es la llave que permite construir sobre las diferencias y reparar los malos entendidos.


Cuando el mutuo respeto existe en una conversación, las cosas fluyen y nadie lo nota. Pero cuando no existe el respeto, es lo único que finalmente importa.  La emocionalidad en cada caso abre o cierra posibilidades.


Pero las conversaciones  requieren de dos habilidades complementarias: la vapaciodax de  hacer buenas preguntas, desde una genuina  curiosidad,  y el saber escuchar que también exige la presencia plena para ponerse en la posición del otro



El arte de hacer buenas preguntas
. En nuestra cultura, la gente le cuesta hacer preguntas . Y a quien las hacen, se les puede percibir equivocadamente. Pero una buena pregunta puede abrir la posibilidad de historias maravillosas y que posiblemente nadie había tenido la curiosidad o la valentía de hacerlas. 


Las preguntas poderosas suelen ser muy sencillas y facilitan construir relaciones de  confianza. ¿En qué coyuntura se encuentra usted en estos momentos de su vida? ¿Que es el “no” que usted sigue posponiendo? ¿Cuál es talento que usted tiene que no está utilizando?. ¿Qué lo hace sentir a usted orgulloso de sus antepasados? Estos son algunos ejemplos de preguntas que pueden abrir conversaciones poderosas que nos acercan como seres humanos.


Estar en los zapatos del otro. Para evitar los juicios de valor que están mal fundamentados, y que pueden conducir a posturas violentas o a decisiones equivocadas, se necesita  la habilidad de ponerse en el lugar del  otro.  Es el primer paso que se debe de dar cuando se están iniciando unas nuevas relaciones con gente que es muy distinta y tiene puntos de vista muy distantes de los propios.  Es necesario tratar de entender cómo se ve el mundo desde esa perspectiva. Por eso es una buena práctica refraciar lo que el otro dice para cerciorarse que nos estamos entendiendo las dos partes


En resumen, está emergiendo un paradigma muy fuerte que nos está obligando a reconocer que nuestros principales problemas no son los síntomas externos que acaparan la atención. El verdadero problema es que nos olvidamos que significa ser humanos, lo que pone el foco al problema principal que está al interior de cada uno de nosotros, y de su relación entre sí y con su entorno. Esto debería cambiar el foco de atención y de la acción, porque si nos demoramos más se está comprometiendo seriamente nuestra existencia como especie que puede desaparecer de la faz de la tierra.



PD. Hoy vivimos un patético ejemplo de que significa la ausencia de las habilidades mencionadas en este blog y en los anteriores, cuando estamos hablando  de  Petro como Presidente de Colombia,  Sus comportamientos  erráticos han sido de  irrespeto hacia los demás, como también lo es su incapacidad de escuchar a quienes no piensan igual. Habla de diálogo pero   rehuye conversar sin descalificar o ignorar los avances que hemos tenido como nación, Hoy  estamos viendo los resultados: un entorno desestabilizador y de gran incertidumbre,  que está paralizando al país,  aumentando la inseguridad y auyentando la inversión, e impidiendo cerrar las heridas que tenemos como nación. Sus inhabilidades como ser humano nos  está haciendo retroceder a millones de colombianos en la historia.


sábado, 21 de octubre de 2023

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están cojos


 La semana pasada, hubo una conferencia internacional donde, durante dos días asistieron presencial y virtualmente 13.000 personas, para reflexionar sobre las razones por las cuales los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han avanzado solo el 17% desde el 2015. Como lo reconoció la cabeza de la ONU para este gran desafío, hoy es cada vez más claro que los ODS están cojos en su concepción, les faltó una pieza clave: el ser humano.  

Esta realidad ha generado un movimiento internacional que nació en el 2019, pero que ha venido cogiendo cada día más fuerza: IDG (Inner Development Goals), promovido por una organización que nació en Suecia,  que cuenta con el aporte de Otto Scharmer  y Peter Senge, del MIT y otros académicos de universidades como Harvard, Oxford y Karolinska; pero, también de un grupo creciente de científicos, empresarios y activistas, a nivel mundial. Este apoyo interdisciplinario tan variado le da una gran fuerza a la iniciativa.


Los Inner Development Goals, IDGs, son un concepto relativamente nuevo que ha ganado impulso en los últimos  cuatro años, a medida que la humanidad ha avanzado en la comprensión de lo que implica el desarrollo sostenible y el bienestar integral de las personas. 

Lo que escuché en el evento en Suecia me impactó mucho.  En este blog, quiero mostrar el por qué doy tanta importancia a esta iniciativa y cómo se conecta con los Objetivos del Milenio del 2000 y su revisión en el 2015, que yo interpreto como el nacimiento de un nuevo paradigma para repensar el concepto y el significado real del desarrollo sostenible. 

Los Objetivos del Milenio 

Los Objetivos del Milenio fueron una serie de 8 objetivos acordados por las Naciones Unidas en el año 2000 con la intención de abordar algunos de los problemas más apremiantes que enfrentaba la humanidad en ese momento. Estos objetivos se establecieron para ser alcanzados para el año 2015. En ese año, 192 países convocados por la ONU, ampliaron el número a 17 objetivos , con una fecha de cumplimiento al 2030; es lo que se denomina la Agenda 2030 u Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-.

Como lo reconoce la ONU, hoy los avances son muy bajos. Sin embargo, también es claro que el desarrollo sostenible va más allá de abordar únicamente las necesidades económicas y físicas de las personas.

Los Inner Developing Goals (IDG)

El paradigma emergente de los IDG le pone la luz a lo que sucede al interior de un ser humano, porque esto impacta profundamente su potencial de ser efectivo cuando enfrenta temas complejos, especialmente en interacción con la diversidad  de perspectivas e intereses  que involucra un mundo cada vez más interconectado y cambiante. Los IDG buscan promover un desarrollo integral que tenga en cuenta aspectos más profundos de la esencia de un ser humano. 

El mensaje de este nuevo paradigma es contundente: El desarrollo sostenible verdadero es el resultado de despertar la consciencia  sobre el impacto que tiene el  desarrollo interior de los miembros de una comunidad, para que puedan abordar colectivamente los inmensos retos que enfrentan. Esa consciencia está apenas emergiendo hoy, como lo vi en el evento de Estocolmo, lo cual invita a repensar lo que se está haciendo y pone el foco en el papel del liderazgo y la cultura, que se vuelven fundamentales en una sociedad que quiera avanzar.  

Hay cinco dimensiones y 23 habilidades que constituyen el marco conceptual y de actuación de los IDGs, que los he tomado de los documentos de la conferencia:


El ser
. Propone el cultivo de la vida interior, desarrollando y profundizando la relación con nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestro cuerpo. Invita a estar presentes y a no ser reactivos al enfrentar la complejidad. 

Esto implica desarrollar varias habilidades. 

La primera, una brújula interna, que convoca a la responsabilidad y el compromiso con valores y con un propósito superior relacionado con el bien común. La integridad y la autenticidad, que implican actuar con sinceridad y honestidad.  La apertura y la mentalidad de aprendizaje, que implican curiosidad y voluntad para aceptar la vulnerabilidad frente al cambio. La auto consciencia; esta capacidad propone la reflexión sobre los propios pensamientos, emociones y deseos, desde el autoconocimiento  y capacidad de auto regulación. Y finalmente, estar presentes en el el aquí y el ahora para estar plenamente atentos, de manera sensible y sin juicios, en los encuentros con otros.

El pensamiento. .Desarrollar habilidades cognitivas incluyendo diferentes perspectivas; evaluación de información y comprensión del mundo como un sistema interconectado para tomar mejores decisiones 

Esto propone varias habilidades 

Pensamiento crítico para revisar la validez de la evidencia. La conciencia del impacto de la complejidad y dinámica de los sistemas. Perspectiva en la búsqueda activa y el entendimiento de las mismas, aceptando que es una interpretación limitada de la realidad. Identificar el sentido para ver patrones, estructurar lo desconocido y crear historias conscientemente. Orientación y visión de largo plazo en función de un contexto mayor. 


El relacionamiento
. Apreciar, cuidar y sentirse conectado con otros en función de un sistema y una sociedad sostenible. 

Esto propone varias habilidades 

Apreciación y gratitud hacia los otros y el mundo. Conectar y sentirse parte de un todo mayor fundamental para tener sentido de identidad. Humildad para actuar. Empatía y compasión para relacionarse desde la bondad con el sufrimiento de otros. Fundamental para construir conexiones y confianza, esenciales para un desempeño creativo y colaborativo.

La colaboración. Incluir, dar espacio y comunicarse con otros grupos de interés con diferentes valores, habilidades y competencias, para lograr progreso en temas de interés común. 

Esto propone varias habilidades 

Comunicación con otros para generar un diálogo genuino, manejo productivo de los conflictos, escucha activa y uso de preguntas abiertas y constructivas. Co creación para construir y desarrollar conversaciones que promuevan el foco, la confianza y las relaciones colaborativas y creativas con grupos diversos, en un ambiente seguro y genuino. Mentalidad incluyente y competencias interculturales para acoger la diversidad. Confianza para generar relaciones duraderas. Movilización para inspirar hacia un propósito compartido. 


La acción
. Enfrentar el cambio implica coraje y optimismo para actuar, romper paradigmas y patrones, generar ideas originales y persistir en tiempos inciertos.  

Esto propone varias habilidades

Coraje para defender los valores; tomar decisiones y acciones que desafíen las estructuras existentes y generen resultados tangibles. Creatividad para generar ideas originales y disruptivas. Optimismo, como la capacidad de inspirar esperanza  y confianza en un cambio con significado. Perseverancia para sostener con determinación y paciencia en el largo plazo. . 

Como se puede observar, las cinco dimensiones propuestas implican  desarrollar unas habilidades interiores críticas para que la persona pueda asumir un rol de corresponsabilidad compartida para colaborar con la solución de los retos más grandes que enfrentamos colectivamente como humanidad. Es una invitación a mirarnos primero desde adentro, para después poder asumir un papel más constructivo que contribuya a cuidar “nuestra casa común” como lo propone el Papa Francisco.


La Conexión entre IDGs y Objetivos del Milenio y ODS

A primera vista, los IDGs pueden parecer desconectados de los Objetivos del Milenio revisados en 2015, ya que estos últimos se centran en métricas más tangibles, como la reducción de la pobreza o la mejora de la salud materna. Sin embargo, existe una conexión profunda entre ambos conjuntos de objetivos.

  • El bienestar personal y el éxito económico: El bienestar emocional y la satisfacción personal desempeñan un papel crucial en el éxito económico y la capacidad de las personas para salir de la pobreza. Un individuo que goza de buena salud mental y emocional, y que se siente satisfecho en su vida, es más propenso a ser productivo y aprovechar las oportunidades que se le presenten.
  • La igualdad de género y los IDGs: Los IDGs también pueden abordar la igualdad de género, uno de los Objetivos del Milenio. Promover la autorreflexión y el autoconocimiento puede ayudar a superar estereotipos de género y fomentar la igualdad.
  • Sostenibilidad ambiental y bienestar espiritual: La conexión con la espiritualidad y la satisfacción personal puede motivar a las personas a cuidar mejor del medio ambiente y promover la sostenibilidad.
  • La lucha contra enfermedades y salud mental: La salud mental es un componente esencial en la lucha contra enfermedades, como el VIH/SIDA. La resiliencia y la capacidad de afrontar situaciones adversas también son vitales para superar desafíos de salud.
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La  importancia de Integrar IDGs y Objetivos del Desarrollo Sostenible

Hoy en día, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han reemplazado a los Objetivos del Milenio, y se han convertido en la hoja de ruta global para abordar los desafíos mundiales, que incluyen la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, la salud y el bienestar, y la sostenibilidad ambiental, entre otros. Los IDGs pueden desempeñar un papel fundamental  para el logro de los ODS, ya que se centran en el desarrollo holístico de las personas y comunidades 

La transformación no la hacen los gobiernos o las instituciones, sino se logra con la toma de consciencia de  cada persona del papel que juega su desarrollo interno. En mi comprensión del tema, cada ODS tiene detrás un tema humano, tanto en quienes somos responsables de trabajarlo, como en quienes son receptores de lo que sucede: los seres humanos que se constituyen en comunidades. 

El verdadero desarrollo sostenible se hace desde lo local con personas con las habilidades propuestas por IDG y su resultado son los ODS y la mejora colectiva de las condiciones de vida materiales de las personas, pero fundamentadas en su bienestar emocional, mental y espiritual. Esto, a su vez, contribuirá a la creación de sociedades más justas y equitativas en todo el mundo.

En resumen, los IDG (Inner Development Goals) representan un enfoque más profundo y personal del desarrollo humano que se conecta y potencializa de manera significativa el lograr  los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Al reconocer la importancia de abordar, tanto las necesidades materiales como las internas de las personas, podemos trabajar juntos para construir un mundo más justo y sostenible en el siglo XXI.


PD : esta nueva visión que propone  un nuevo paradigma emergente para el desarrollo, le da una luz diferente al concepto de las “competencias suaves” en los procesos de formación a lo largo de todo el proceso de educación, desde preescolar hasta la universidad. Hay que formar ciudadanos preparados para enfrentar un entorno cambiante y muy complejo, donde el conocimiento, centro de atención actual del sistema educativo, es solo uno de los componentes, para lograr transformaciones con sentido. Se necesitan personas con las habilidades propuestas por los IDG para que hayan resultados sostenibles en el tiempo.

sábado, 14 de octubre de 2023

La cultura y su impacto en el desarrollo de una sociedad

 


En el momento histórico que vivimos en la actualidad, donde hay tanta gente desorientada y resentida, en un entorno cada vez más complejo, incierto y cambiante, es curioso que entender el papel de la Cultura, no sea un tema de gran interés y preocupación. Cómo veremos en este blog, esta termina siendo la habilitadora de los verdaderos cambios que se necesitan para que una sociedad progrese, tanto a nivel local, regional como nacional, respetando su diversidad.

En mis dos blogs anteriores comencé a escribir sobre algunos aspectos, que desde la psicología impactan la cultura, como son los sesgos cognitivos y las emociones. En este blog, voy a ampliar  mi aporte desde otras perspectivas que nos pueden ayudar,  a ponerle mucho más  luz, a un tema que habilita o frena   nuestro desarrollo como sociedad. 

La importancia de la  Cultura se ha estudiado desde varias disciplinas o campos de conocimiento .

Desde el campo de la sociología, la cultura se analiza como las formas de pensar y concebir el mundo,  que impactan en el de actuar, y los objetos materiales que, en su conjunto, dan forma al modo de vida de un colectivo.

Desde la perspectiva de la antropología, se refiere al comportamiento y las creencias que la gente aprende y comparte con otros. Incluye tópicos como la religión, organización social y política, economía, artes, narraciones y lenguaje.

Desde el campo de las organizaciones, se reconoce cada vez más el papel que juega la cultura en los resultados y desempeño colectivo. Peter Drucker, el padre de la gerencia contemporánea , afirmaba:  “La cultura se come a la estrategia al desayuno” 

Dicho lo anterior, es importante  entender que Cultura es un concepto amplio y multifacético que abarca las creencias, los supuestos y los valores compartidos por un grupo de personas, influenciados por sus sesgos cognitivos y sus emociones individuales, a través de los cuales, ven, interpretan, emiten juicios e infieren conclusiones, que afectan las decisiones y actuaciones individuales y colectivas.


En este blog, voy a profundizar sobre los elementos constitutivos de la Cultura, y cómo esta influye en el desarrollo de una sociedad, y puede dar forma a sus instituciones, normas sociales y comportamientos individuales y colectivos.

Pero antes de profundizar en el impacto de la Cultura en la sociedad, es importante comprender cuáles son sus elementos que la integran:


Creencias: Las creencias son las ideas fundamentales que una sociedad comparte acerca de lo que es verdad y lo que es importante. Estas creencias pueden ser religiosas, políticas, filosóficas o morales. Por ejemplo, en algunas culturas, la religión desempeña un papel central en la vida cotidiana, mientras que en otras, la secularidad es la norma.

Supuestos: Los supuestos son las ideas preconcebidas y no cuestionadas que una sociedad tiene sobre el mundo que la rodea. Estos supuestos pueden influir en la forma en que la sociedad aborda los desafíos y las oportunidades. Por ejemplo, una sociedad que asume que el progreso tecnológico es siempre beneficioso, puede abrazar la innovación de manera más entusiasta que una que sea escéptica al respecto.

Valores: Los valores son los principios y las normas que una sociedad considera deseables y dignos de búsqueda. Los valores pueden incluir la colaboración, el respeto a la diversidad, la igualdad, la justicia, la libertad, la solidaridad y muchos otros. Los valores también pueden variar de una sociedad a otra y pueden influir en la legislación y las políticas públicas.

El conjunto de supuestos, creencias y valores definen los modelos mentales imperantes, a través de los cuales los individuos y las comunidades, interpretan su realidad y condicionan sus actuaciones. Hoy se reconoce la necesidad de estar haciendo visibles estos elementos para poder cuestionar su validez y pertinencia en función de los cambios del entorno. 

Ahora veamos el porqué la Cultura ejerce una influencia profunda en la sociedad en varios aspectos clave:



1. Identidad y Pertenencia: La Cultura es un componente fundamental de la identidad individual y colectiva. Las personas se identifican y se relacionan con su cultura, y esto puede influir en su sentido de pertenencia a una comunidad más amplia. La cultura a menudo actúa como un factor de cohesión social, uniendo a las personas que comparten creencias, valores y tradiciones similares.

2. Normas y Comportamiento: La Cultura también establece las normas y los comportamientos aceptables en una sociedad. Define lo que se considera apropiado o inapropiado en situaciones diversas, desde cómo saludar a alguien hasta cómo relacionarse con gente diversa  o cuidar a los ancianos. Estas normas pueden ser tanto explícitas como implícitas, pero juegan un papel fundamental en la vida cotidiana y en la regulación de las interacciones y construcción de relaciones sociales .

3. Instituciones Sociales: Las instituciones sociales, como la familia, la educación, la religión y el gobierno, están influenciadas en gran medida por la cultura. Las estructuras familiares, los sistemas educativos y las prácticas religiosas varían ampliamente en todo el mundo debido a las diferencias culturales. La cultura también influye en la forma en que se organizan y operan las instituciones gubernamentales y políticas.

4. Cambio y Evolución: La cultura no es estática; evoluciona con el tiempo. A medida que una sociedad enfrenta nuevos desafíos y oportunidades, sus creencias, supuestos y valores pueden cambiar. Esto puede dar lugar a cambios significativos en la forma en que se organiza y opera una sociedad. Por ejemplo, los movimientos sociales y los avances tecnológicos pueden desafiar y cambiar las normas y valores establecidos. De ahí la necesidad de estar cuestionando permanentemente los supuestos, las creencias y los valores que definen los modelos mentales de los integrantes de una sociedad.

5. Conflicto y Cambio Social: Las diferencias culturales a menudo son la fuente de conflictos en la sociedad. El mejor ejemplo lo estamos viendo hoy entre Israel y Palestina. Las disputas basadas en la religión, la etnia, la raza o la ideología pueden ser intensas y duraderas, como en la práctica lo estamos viendo en la actualidad. Al mismo tiempo, el cambio social a menudo implica un conflicto entre las normas y valores tradicionales y las nuevas ideas y perspectivas. Estos conflictos pueden dar forma a la dirección futura de una sociedad.

6. Narrativas imperantes. Cada vez se ve más el papel importante de las narrativas en la conformación del imaginario colectivo y por ende en la cultura. Las redes sociales son un mecanismo que hoy está teniendo un gran impacto en la formación de narrativas lo cual tiene aspectos positivos, pero también muy negativos cuando se configuran silos. 

Por esta razón los rituales, las historias individuales y colectivas, que refuerzan elementos de una cultura o la pueden cambiar. 

Este último punto es fundamental para entender la polarización que se ha constituido como una marca de nuestra época. Un ejemplo emblemático es el Cambio Climático. A pesar de la evidencia cada vez más contundente de los hechos, hay un sector amplio de la población norteamericana, afiliada a el ala extrema del Partido Republicano, cuyas creencias e ideología les impide aceptar la realidad y se oponen a cualquier medida para enfrentar el problema , 

Los elementos anteriores que constituyen una cultura,  tienen un impacto profundo en la forma en que una comunidad y una sociedad más amplia se desarrollan, evolucionan y enfrentan su realidad de manera colectiva. 

También, son elementos que facilitan o impiden llegar a consensos y actuar de manera colaborativa en función de un propósito superior compartido y un bien común. Cuando esto ocurre, como hoy lo estamos viendo en Colombia, los problemas se acumulan, las instituciones se paralizan, y se abre un campo para que demagogos y populistas como Petro, lleguen al poder a ofrecer lo que no pueden cumplir. 


Conclusiones

La cultura desempeña un papel fundamental en el desarrollo de una sociedad y por ende, debe ser un objeto de conversación y de estudio permanente. Pero también de intervenciones deliberadas cuando es evidente que es un freno para el desarrollo armónico de una comunidad y de la sociedad en general. 


 Las creencias, supuestos y valores compartidos, que definen los modelos mentales imperantes individuales y colectivos de una cultura, influyen en su identidad, en las normas, las instituciones, los comportamientos y las decisiones colectivas e individuales, así como el manejo de los conflictos. 


El ejercicio del liderazgo en Colombia tiene una inmensa importancia, precisamente porque su objetivo último, tiene que ver con la cultura de una  sociedad muy diversa, para que pueda enfrentar mejor el reto de su desarrollo en un entorno cuyo contexto es de crecientes cambios y gran complejidad . 


El gran desafío de quien busca liderar, es cuestionar la coherencia de las creencias, supuestos y valores del grupo, con el comportamiento individual y colectivo. Ronald Heifetz, gurú del Liderazgo en Harvard, afirmaba que esta es la razón por la cual liderar es tan peligroso como caminar por el filo de una navaja.


Las incoherencias y falta de alineación colectiva dentro de una cultura, pueden ser un factor que afecta la cohesión y la estabilidad social.  Pero también,  dar lugar a muchos conflictos sin sentido, frenado o imposibilitado el llegar a acuerdos que beneficien a todos, impactando negativamente el desarrollo de la sociedad a nivel local, regional y nacional como país. 


Por todo lo anterior, reconocer la importancia de la cultura en el desarrollo de la sociedad, es un factor  esencial para comprender y abordar los desafíos y oportunidades que enfrenta cualquier comunidad en constante evolución para su desarrollo. Cuando se proponen grandes cambios, como los que  Petro quiere imponer en la actualidad en Colombia, sin tener en cuenta las reflexiones anteriores, el resultado está condenado al fracaso y a polarizar aún más a la sociedad y frustrar las expectativas de mucha gente