Esta semana me alegré mucho, al haber sido invitado de nuevo, por la Fundación Origen Red de Liderazgo , para participar en el cierre de la cuarta promoción de su programa estrella: 1000 líderes por Colombia, patrocinado por Bancolombia, Caracol Televisión y Amarilo. Esta organización, a la que contribuí en su inicios hace 15 años, hoy es un referente nacional en la identificación y potencializacion del liderazgo colectivo que tanto necesita Colombia. Esta presidida por mi hija Rosita con el apoyo de un extraordinario equipo que la acompaña.
Se me pidió hacer una presentación, a partir de mi experiencia personal de varios años, liderando varias iniciativas, pero con un énfasis en la importancia de tener un propósito claro que oriente las decisiones y acciones en el camino de la vida. También se me pidió mostrar su impacto transformador en mucha gente. Aún recuerdo que al principio, esta iniciativa se veía como una locura sin futuro.
Sin ir muy lejos, hoy 15 años después, más de 4000 egresados de Origen, se han beneficiado de esa locura inicial. Hoy, la mayoría de ellos, son ejemplo en sus comunidades. Muestran lo que se puede lograr, cuando hay un un equipo excelente con un propósito claro , y sostenido a lo largo de los años, para formar líderes con capacidad de aportar a la transformación del país.
En este blog, voy a compartir algunas de las principales reflexiones que se derivan de mi presentación, con el ánimo de poner este tema en el radar de las conversaciones de mis lectores, de la misma manera que he buscado hacerlo en mis blogs anteriores y que invito a leerlos a quienes no lo han hecho.
Confieso que lo que me ha motivado a escribir este blog , fue la recepción que tuvo mi presentación que superó de lejos mis expectativas. Me emocionó mucho la reacción espontánea y sincera, reflejada en los comentarios que me hicieron la mayoría de los participantes, y en el interés de muchos de ellos por tomarse algunas fotos conmigo. Pero lo que más me llamó la atención, es que este tipo de reacciones me confirman una vez más, la hipótesis que yo he venido promoviendo desde hace cinco años, con otra de “mis locas iniciativas: Motores de Esperanza” .
Mi hipótesis es que hoy estamos viviendo un mundo donde hay mucha gente muy desorientada y vulnerable a las ofertas de milagros ofrecidos por embaucadores que llegan al poder, con sus cantos de sirenas, para convertirse en unos autócratas sin escrúpulos. El último ejemplo extremo fue la reelección de Trump en los Estados Unidos. (Ver mi blog anterior).
En medio de un entorno tan complejo y cambiante, también hay una avidez muy grande en mucha gente, por escuchar mensajes de esperanza, que los inspiren a asumir como adultos, la corresponsabilidad en el manejo de sus vidas.
Hay una necesidad existencial de encontrar un norte que le de sentido a lo que hacen, pero también, para que sea una fuente de energía que les impida desfallecer en el camino, que les de la resiliencia para recuperes de las caídas. Igualmente , les permita tomar mejores decisiones para actuar más inteligente, ante los múltiples obstáculos que se encuentren en el camino de la vida.
Darle significado a lo que se es y se hace, es crucial en una época tan confusa como la actual. Es tener el convencimiento inspirador, de que la vida con sentido, permite tener un gran impacto en el entorno donde la persona se mueve y con quienes interactúa. Lo interesante y paradójico, es que esa capacidad de impacto, puede ser apalancada y multiplicada considerablemente, por las mismas tecnologías que hoy, y hacia el futuro, van seguir generando aún más incertidumbre y desorientación.
Las preguntas: “¿para qué y porqué?, son fundamentales, porque mueven la pasión que permite perseverar y recuperarse después de un fracaso y aprender de él. Pero mucha gente no se toman el tiempo para hacérselas y se lanzan sin reflexionar a buscar los “ques y los comos”. Esto genera un activismo sin sentido y sin corazón, que no son las mejores bases para sostener apuestas de largo plazo y con la capacidad de impactar a mucha gente.
Otra consecuencia de no formularse estas preguntas fundamentales, para recorrer el camino de la vida, es que no se cuestionan las creencias subyacentes que están detrás de muchas de nuestras decisiones, como tampoco se reconoce el papel creciente de la emocionalidad. Estos dos temas son claves como parte de un ejercicio necesario de autoconocimiento, en momentos donde el reconocer los puntos fuertes y las vulnerabilidades, puede hacer toda la diferencia. Especialmente para quienes quieran liderar a otras personas y quieren que los sigan
Al poder aceptar que somos vulnerables, que tenemos puntos ciegos y emociones que nos impiden ver y entender mejor la realidad, es el primer paso para lograr encontrar un norte , un propósito orientador, que ilumine el camino de la vida y lo haga mucho más grato transitar . El reconocer que necesitamos ayuda, que hay que desaprender para volver a aprender, da adicionalmente algo muy importante: más flexibilidad y energía para levantarse y persistir, mejorando la capacidad de adaptación en un mundo cada vez más turbulento y difícil .
Para lo emprendedores hay una reflexión derivada de los puntos anteriores. Crear una empresa buscando solo ganar dinero y hacerse ricos, es un gran error. Crear algo nuevo requiere pasión, y esta se logra, cuando hay un propósito superior que le da sentido a los esfuerzos, y permite enfrentar y superar las dificultades. Hay un emprendimiento que busca resolver un problema que impacta a mucha gente. Esto facilita sostener el esfuerzo, y tener la flexibilidad de hacer los cambios de rumbo porque hay nuevas circunstancias, pero sin perder el norte
Esto me lleva a recordar una frase que me impactó mucho: “Cuando se tenga la opción de escoger priorizar entre el hacer algo con significado o el tener éxito, no lo dude: tome la primera opción ”. La razón ese es el camino del verdadero y duradero éxito .
Y otro concejo sabio para escoger en qué focalizarse: “Encuentre algo por lo que usted moriría y viviría para lograrlo”.
En mi presentación en Origen mencionaba que el propósito es como el faro que ilumina el camino de la vida. Pero para transitarlo, es necesario ir ligero de equipaje, dejando a un lado lo que no sirve, leer bien las señales que aparecen, entender que uno es el resultado de las decisiones que toma en las bifurcaciones del camino, y que este tiene muchas subidas y bajadas, con muchos obstáculos y posiblemente caídas, para los cuales hay que estar preparados física y emocionalmente.
Al final de estas reflexiones, es como recorrer el camino de la vida para que este valga la pena vivirlo y disfrutarlo a plenitud. Estar motivado por un propósito que permite levantarse todos los días con alegría y la energía para sostenerse dia a día . El resultado es un legado que deja huella, impacta a otros y hacer la diferencia.
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