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En días pasados tuve una muy iluminante y agradable con mi hija Diana, fundadora del colegio de educación alternativa Kalapa, sobre la entrada de sus dos hijos a la adolescencia y las implicaciones que tiene esta etapa en la familia y en el colegio que ella dirige. El tema me pareció muy relevante en este momento de cambios demográficos drásticos ,en medio de un entorno de tanta incertidumbre y volatilidad. Entender que significa el desarrollo de las nuevas generaciones, en estas condiciones, es vital si queremos tener personas con mejores capacidades para ayudar a nuestro país a salir adelante.
A continuación , el extracto de mi conversación con Diana, que les puede servir a los lectores que tengan hijos o nietos entrando en esta época de la pubertad y sobre la cual hay unos mitos muy equivocados.
La adolescencia, a menudo es percibida como una fase problemática y de inestabilidad. Sin embargo, es en realidad una de las etapas más creativas y transformadoras en la vida del ser humano. Investigaciones en neurociencia y estudios psicológicos han arrojado luz sobre esta etapa crucial, mostrando que no solo es una fase de transición, sino un período de oportunidades únicas para el desarrollo personal. Comprender esta etapa, con una perspectiva informada y empática, puede transformar la manera en que padres, educadores y la sociedad acompañan a los adolescentes en su búsqueda de identidad y propósito.
La Adolescencia desde la Neurociencia
Uno de los hallazgos clave en la neurociencia, es que la neocorteza, la región del cerebro responsable de la toma de decisiones conscientes y racionales, no termina de madurar hasta los 24 o 25 años. Esto significa que durante la adolescencia, las decisiones suelen estar influenciadas más por emociones que por razonamientos lógicos. Este descubrimiento, lejos de etiquetar a los adolescentes como impulsivos o inmaduros, resalta la necesidad de un entorno que apoye su desarrollo.
El psicólogo Daniel J. Siegel, experto en adolescencia, enfatiza que esta etapa es el momento más creativo de la vida. Sin embargo, la percepción equivocada de los adultos, que a menudo ven la adolescencia como un período lleno de problemas, puede truncar este potencial. La clave radica en la actitud de los padres y en las expectativas que establecen para sus hijos. Un entorno que promueva el diálogo, la confianza y el acompañamiento puede potenciar las posibilidades creativas y el desarrollo personal de los adolescentes.
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De la Niñez al Mundo Adolescente
La adolescencia es el puente que conecta la niñez con la adultez. En la infancia, los niños exploran un “jardín” seguro, delimitado por los valores familiares y las normas sociales. Pero en la adolescencia, ese jardín se abre, y el adolescente debe desafiar lo aprendido para construir su propia identidad. Este proceso, aunque natural y necesario, genera conflictos con los padres, quienes a menudo desean que sus hijos sigan dentro del marco de valores que les inculcaron.
Un ejemplo práctico de esta transición es un niño que disfrutaba de caminatas en la montaña con sus padres, pero que en la adolescencia rechaza esa actividad. Aunque antes la disfrutaba, ahora necesita sentir que tiene la libertad de elegir. Los padres deben aprender a discernir entre lo negociable y lo esencial, dejando que los adolescentes exploren su autonomía en áreas menores, mientras se mantienen firmes en aspectos fundamentales que refuercen la unidad familiar.
El Entorno y su Influencia
Salir del “jardín” seguro implica entrar en un entorno más amplio, donde el adolescente se ve expuesto a prácticas culturales que pueden desafiar sus valores familiares. Este entorno puede ser desorientador, pero también es una oportunidad para que el adolescente construya una narrativa personal. Si durante la niñez se le proporcionaron valores sólidos y un ejemplo claro de resiliencia y de otros valores, el adolescente tendrá herramientas para navegar este nuevo mundo.
El mayor desafío para los padres es mantener el vínculo con sus hijos adolescentes mientras les permiten vivir su propia experiencia. La familia debe ser un “puerto seguro”, un lugar donde el adolescente pueda regresar cuando cometa errores, sabiendo que no será juzgado y si recibido con apoyo y orientación.
El Papel de los Modelos de Rol
No todos los adolescentes tienen la fortuna de crecer en un entorno familiar que les proporcione un “morral” lleno de valores y habilidades para enfrentar la vida. En estos casos, otros adultos, como profesores o mentores, pueden desempeñar un papel crucial. Un docente que inspire y guíe puede ser la diferencia entre un adolescente perdido y uno que encuentra su propósito. Sin embargo, esto no elimina la necesidad de que el adolescente realice un trabajo personal para sanar posibles heridas de su niñez.
Desde los primeros siete años de vida, los niños acumulan creencias y experiencias que pueden influir profundamente en su percepción del mundo y de sí mismos. Si estas creencias son negativas o limitantes, el camino hacia la adolescencia será más desafiante. Sin embargo, con el apoyo adecuado, es posible superar esas barreras.
La
Rebeldía y su Significado
La rebeldía es una característica inherente de la adolescencia. Puede ser positiva o negativa, dependiendo de los temas que la desencadenen. Los padres deben aprender a distinguir entre una rebeldía saludable, que forma parte del proceso de individuación, y una que provenga de un adolescente con sentimientos de rabia o resentimiento acumulados por sentirse ignorado o incomprendido. Este es un momento crucial para fortalecer la relación con el adolescente y ofrecerle modelos de rol positivos que lo inspiren a encontrar su camino.
La Adolescencia y el Futuro
El mundo actual, caracterizado por cambios rápidos y alta incertidumbre, añade presión a los adolescentes, quienes deben tomar decisiones sobre su futuro sin tener aún una visión clara de sus habilidades o intereses. Esto refuerza la importancia del manejo emocional, una habilidad fundamental que debería enseñarse desde la niñez. Aprender a gestionar emociones como la vulnerabilidad y la frustración puede ser tan valioso como el aprendizaje académico tradicional.
Instituciones como Kalapa han implementado programas que ayudan a los adolescentes a explorar su propósito de vida y sus posibilidades profesionales. Estos programas guían a los jóvenes a conectar sus intereses y habilidades con las necesidades del mundo, ofreciendo mapas que les muestran diferentes rutas para reflexionar y tomar decisiones informadas.
Conclusión: Una Etapa Clave para el Desarrollo Integral
La adolescencia es una etapa de la vida llena de preguntas, desafíos y oportunidades. Aunque a menudo se asocia con rebeldía y desorientación, es también el momento de mayor creatividad y exploración personal. El apoyo de los padres, educadores y mentores es fundamental para que los adolescentes puedan encontrar su propósito y construir una narrativa que los guíe hacia un futuro significativo.
Entender esta etapa como un proceso natural y necesario, en el que la vulnerabilidad y la incertidumbre son elementos clave, permite acompañar a los adolescentes con empatía y respeto. En última instancia, la adolescencia no es un problema que resolver, sino una oportunidad para crecer y construir una identidad sólida en un mundo complejo y cambiante.
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