Entrada destacada

A veces SI a veces NO...

Finalmente se firmó el acuerdo con las FARC. Por esta razón, en  las próximos semanas, me propongo oír la letra de la canción de Julio Igles...

sábado, 18 de octubre de 2025

De la Comuna 13 al corazón de Colombia

  


Comunal 13: donde nace la esperanza de una Colombia que se cuida

 Esta semana, desde la Comuna 13 de Medellín, en el Instituto Educativo Las Independencias en el barrio San Javier, una zona que alguna vez fue sinónima de dolor y exclusión, se alzó una voz nueva para Colombia: “Colombia es buena y vale la pena cuidarla”. No fue un acto simbólico más. Fue el primer lanzamiento público del movimiento nacional que se ha venido construyendo, y que hoy comienza a encontrar tierra fértil en los corazones de miles de ciudadanos que se resisten a rendirse ante la desesperanza.

El lugar no pudo ser más significativo. Allí, en un colegio que forma a 2000 niños y jóvenes, en medio de las montañas y de una comunidad que ha hecho de la transformación su bandera, se plantó una semilla poderosa: la de una narrativa positiva y compartida, capaz de unir a un país que ha vivido demasiado tiempo dividido por el miedo, la rabia y la frustración.

Este blog quiero resaltar el hito de este lanzamiento de este movimiento en Medellín, que pretende aportar a la transformación positiva de Colombia. Un movimiento que no representa ninguna ideología política ni tiene un dueño visible, y que invita a quienes quieran apoyarlo a aportar a su desarrollo.

Un nuevo relato para un nuevo país

En las últimas décadas, Colombia ha sufrido una profunda erosión emocional. La desconfianza ha reemplazado la colaboración. El cinismo ha reemplazado la esperanza. Y muchas veces, las emociones que dominan nuestra conversación pública —ira, odio, resentimiento, miedo— han alimentado más la destrucción que la construcción.

Generar una nueva nueva narrativa para Colombia es un tema de preocupación nacional de mucha gente. Por eso, este movimiento no nace como una estrategia política ni como una moda pasajera. Es una respuesta profunda y urgente, que muestra cómo se pude hacer en respuesta a la crisis emocional y simbólica que vive Colombia. Lo que está en juego es el alma del país. Y para recuperarla, los colombianos necesitamos, más que propuestas técnicas, necesitamos una revolución emocional, una cultura del cuidado, una narrativa compartida que despierte las emociones brillantes que aún habitan en lo más profundo de nuestra sociedad.

Cultura del cuidado: el corazón del movimiento

El eje central de la narrativa que quiere impulsar este movimiento es simple, pero poderoso: cuidar lo que importa. En un mundo donde predomina el individualismo, el cuidado colectivo se convierte en una acción subversiva. Cuidar significa ver al otro. Escuchar. Acompañar. Reconocer lo que funciona y valorar los avances obtenidos. Construir sobre lo que ya une, en lugar de seguir repitiendo lo que nos divide.

Esta cultura del cuidado no se limita al ámbito individual y privado. Es un proyecto colectivo. Cuidamos el país cuando cuidamos el espacio público, cuando protegemos el medio ambiente, cuando tejemos redes de solidaridad en nuestros barrios, cuando participamos en decisiones que afectan a todos.

Y lo más importante: cuidar a Colombia implica también cuidarnos emocionalmente. Reconocer que nuestras emociones tienen poder político. Que no podemos construir un país distinto con las mismas pasiones que lo han desgarrado.

De la Comuna 13 al corazón de Colombia

El acto en Medellín fue más que un evento. Fue una señal de lo posible. Medios como El Tiempo,  se ha sumado al grupo de organizaciones y personas que apoyan el movimiento, y que estuvo presentes junto con RCN Televisión y El País de Cali para divulgar el evento . Pero, sobre todo, estuvo presente la comunidad. Niños, jóvenes, profesores, líderes locales. Personas que han vivido en carne propia la dureza de un país desigual, pero que no han perdido la capacidad de soñar que cuidar a Colombia tiene sentido. 

Muy importante resaltar la participación de artistas raperos muy reconocidos  como Bomby, Andrés ADP y el Dago , y grafiteros como El Perro y La Crespa, que han aportado con su arte a cambiar la imagen de su comuna. Todos ellos quisieron sumar para apoyar esta iniciativa, donde la música, la pintura y las artes escénicas, van a jugar un papel muy importante para inspirar a la gente  con el mensaje de que Colombia es buena y vale la pena cuidarla. 

En los rostros, en las palabras, en los gestos de los participantes , y en el coro de cientos de niños gritando al unísono “Colombia es buena” , se sintió lo que se quiere despertar en toda Colombia: una emoción brillante llamada esperanza.

Porque sí, es posible volver a creer en nosotros mismos los colombianos y recuperar la autoestima. Y se tiene que hacer desde la base de la sociedad, desde los territorios, desde las historias de transformación que muchos, que no cuidan a Colombia, quisieran ocultar, pero que están ahí, listas para inspirar, a donde hay gente extraordinaria que son Motores de Esperanza. Este si es el verdadero cambio que necesita nuestro país y no el que propone Petro que desconoce los logros y polariza a la sociedad.

Una travesía emocional: lo que viene en mi blog

Para darle más fuerza al movimiento, en las próximas dos semanas, voy a tocar uno de los temas más difíciles pero necesarios: las pasiones oscuras. Son esas emociones que hoy están haciendo tanto dañado a nuestra democracia: la ira que se vuelve crónica, el odio que deshumaniza, el resentimiento que corroe, el miedo que paraliza, el impulso de dominio que destruye. Y que son unas poderosas barreras para desarrollar y sostener el movimiento Colombia es buena, vale la pena cuidarla. 

No quiero quedarme en el diagnóstico, sino poder aportar a entender el cómo estas emociones operan y podemos transformarlas . Porque si no las comprendemos colectivamente, seguirán ganando terreno. Y si no las enfrentamos, los liderazgos destructivos seguirán creciendo.

La travesía emocional que voy a proponer no es cómoda, pero es necesaria. Solo si iluminamos las sombras podremos fortalecer la luz. Cómo diría Antanas Mockus en su época: se necesitan procesos pedagógicos sostenidos , para mostrarle a la gente las ventajas de la cultura ciudadana y los costos de no desarrollarla y sostenerla. La propuesta del movimiento Colombia es buena, busca retomar el tema desde la cultura del cuidado y el liderazgo colectivo. 

Lo que vendrá: una red de actores cuidadores 

Después de abordar el tema de las emociones oscuras, en las siguientes semanas , retomaremos la agenda de participación activa que se requiere para impulsar el movimiento de Colombia es buena, que ya hemos iniciado en blogs anteriores, como aporte que he querido hacerle al movimiento. Hace unos meses propuse las contribuciones  claves  que pueden hacer las universidades, y las Fuerzas Armadas, que son actores estratégicos que pueden sumarse para impulsar la iniciativa.

Pero esto es solo el inicio. En los próximos blogs, seguiré haciendo  propuestas que muestren  la participación de  nuevos actores que se pudieran sumar a la iniciativa :

  • Conjuntos habitacionales, como espacios de vida cotidiana que pueden convertirse en semilleros de cultura ciudadana y liderazgo colaborativo.
  • Cajas de compensación, con su enorme capacidad de resonancia entre millones de afiliados y empresas.
  • Las mujeres, protagonistas silenciosas de muchos procesos de cuidado que hoy deben ocupar un lugar central.
  • La tercera edad, guardianes de la memoria moral del país.
  • Los jóvenes, portadores de una nueva sensibilidad ética y estética.
  • Las fundaciones y ONG, que han tejido por décadas capacidades locales invisibles para el poder central.
  • Los artistas, que pueden traducir el cuidado en lenguajes simbólicos que movilizan.
  • Los medios de comunicación, cuya responsabilidad en cambiar el relato del país es hoy más grande que nunca.
  • Las empresas como motores para el desarrollo y que hoy están siendo atacadas desde el Gobierno Nacional.

Seguramente a esta lista podrán ir sumando otros actores, desde donde el mensaje de cuidar a Colombia seguirá difundiéndose y amplificándose. Con este esfuerzo quiero mostrar cómo se puede accionar el apoyo para fortalecer  la nueva narrativa: Colombia es buena y vale la pena cuidarla . Permitirá entender que no es un simple eslogan, sino un movimiento vivo que que nos permite visibilizar y reconocer la inmensa riqueza de experiencias valiosas de nuestra sociedad para cuidar a Colombia , así como las múltiples acciones —diversas pero concretas— que le dan sentido a la cultura ciudadana del cuidado que buscamos promover. Buscaré mostrar cómo estas acciones van a permitir  aterrizar la propuesta en los territorios a lo largo y ancho de Colombia fortaleciendo la nueva narrativa que se quiere difundir.

Una nueva partitura nacional

Lo que está en juego es algo más grande que un proyecto puntual. Los promotores  de la iniciativa quieren aportar a escribir la nueva partitura para la narrativa de Colombia. Una partitura en la que cada sector social, cada ciudadano, cada territorio, pueda aportar su nota. No una melodía unánime y homogénea, sino una sinfonía diversa, armonizada por un propósito superior: cuidar lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos llegar a ser.

Por eso, desde este blog quiero declarar que me sumo al movimiento e invitar a mis lectores, desde sonde  se encuentren, a apoyarlo y participar en este esfuerzo colectivo. No se necesita un cargo, ni un permiso, ni una agenda política. Para participar, solo se necesita tener la convicción de que Colombia es buena y vale la pena cuidarla.

Medellín: una llama que se prende , no un punto de llegada

La Comuna 13 no fue un acto cualquiera. Fue un punto de partida. Lo que allí sucedió será replicado en otros territorios, con otros lenguajes, con otros actores. Pero la esencia será la misma: llevar el mensaje del cuidado y la esperanza a todos los rincones del país.

Estamos en un momento crítico. Las pasiones oscuras están avanzando, así como también la desconfianza. La polarización se profundiza. Pero también hay una energía nueva que está surgiendo. Una fuerza que nace de abajo, del encuentro improbable entre sectores, generaciones y regiones. Una ciudadanía que despierta.

Este blog es una celebración, pero también es una convocatoria. A  no quedarse  al margen de la historia. A saber leer lo que viene. A compartir, proponer, construir colectivamente . Porque este movimiento no tiene dueños. Tiene impulsadores  que, con su ejemplo,  son unos motores de esperanza . Y usted lector o lectora, puede ser uno de ellos.

¿Usted, lector de este blog, se unen a este viaje emocional colectivo que nos invita a  cuidar lo mejor de Colombia?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Favor colocar aquí sus comentarios