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viernes, 3 de febrero de 2017

Las creencias y la post verdad


Bienvenidos a la era de "los hechos alternativos" promovidos por Trump. Este siniestro personaje,  ante su incapacidad de respaldar con hechos que había habido un fraude en la votación donde perdió el voto popular por casi 3 millones, contestó: "¿Sabe usted que es lo importante? Millones de personas están de acuerdo conmigo cuando yo lo digo"..En otras palabras , los hechos no son importantes ; la confianza ciega en el líder lo es. NY TImes 1/30/17.

La llegada de este personaje al poder recuerda la novela " 1984" de George Orwell, cuyas ventas se ha disparado en Amazon. En esta obra se muestra lo que sucede cuando un personaje autoritario como Trump, no acepta opiniones contrarias, y trastoca el significado de las palabras: guerra es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza. A esta lista hoy se le añaden los "hechos alternativos"



La verdad no mancha los labios de quien la dice pero si la consciencia de quien la oculta

En un mundo donde la verdad y los hechos no cuentan, las emociones y las creencias tienen precedencia para formar la opinión pública, surgen dos preguntas fundamentales:¿cómo hacerle frente a esta tendencia tan corrosiva?, y otra: ¿cómo lograr convencer o persuadir a otros para que compren la idea de apoyar un proyecto, o una causa, cuando solo se guían por sus creencias negando la evidencia de los hechos ?

Es un mundo cada vez más dividido por la forma en que la gente ve la realidad, filtrada por sus creencias, sus miedos, y el contexto de personas similares que se juntan para reforzar lo que quieren creer. Esta dinámica tiene un impacto muy grande en la medida que hace muy difícil cambiar la manera en que estas personas ven su entorno.


Desde el campo de la ciencias sociales, la sicología  y el estudio del comportamiento humano, hace mucho tiempo se sabe que las creencias profundas afectan la manera en que el ser humano se ve a sí mismo, las decisiones y las acciones que realiza, los juicios que emite sobre lo que es bueno o no lo es, y la manera cómo interactúa con los demás..

Estas creencias son aprendidas a través de la vida y dentro del contexto en que nos movemos de la familia, los amigos, y en general de la sociedad donde  se está. También influye la religión que practica, la ideología política que se tiene y el valor que se le da a ciertos comportamientos y acciones.

Por ejemplo, una persona valora a quienes han llegado a la tercera edad en situaciones muy precarias, y tiene la creencia que merecen un apoyo importante del estado. Otro ejemplo muy actual: la defensa de la igualdad de géneros, y el repudio al abuso de la mujer. A partir de estas creencias, uno esperaría una apertura para ayudar a personas en estas circunstancias o apoyar a quienes promuevan estas causas.

Otro ejemplo muy de actualidad son los comportamientos de Trump al llegar al poder, y que son una prolongación de la campaña, pero más aún, de la vida de este narcisista y mitómano profesional. El tiene la creencia profunda de que es un brillante negociante, donde lo que el gana su contra parte pierde. Esto justifica el uso amoral de todas las formas de lucha. El "bullying" o matoneo que ha desplegado contra México, y sus amenazas que pueden destruir la economía de ese país, son el resultado de su manera muy particular y peligrosa de ver el mundo y su papel en el.

Uno de los grandes problemas que explican el impacto de las redes sociales, el surgimiento de movimientos extremistas, y sorpresas como la llegada de Trump al poder, es el rechazo de la gente a la información que vaya en contra vía de sus creencias. Cualquier intento de generar un cambio a través de información verificada, presentación de datos, o esquemas similares, ponen a la defensiva a estas personas, e inclusive, se producen reacciones violentas.

Esta dinámica  explica el fenómeno de Trump, a partir de la utilización de la mentira como instrumento político para llegar a la Presidencia de su país, sin pagar las consecuencias. Sus mentiras están diseñadas para resonar con las creencias xenófobas, de ser las víctimas del sistema, etc. de sus seguidores. Están diseñadas para amplificar las emociones negativas, como el miedo o el odio hacia otros, a quienes se les atribuye el deterioro de su situación personal.

Al tener alternativas de información, que no son los medios tradicionales que actuaban como filtros, quienes han sido movilizados por personajes como Trump, tienden a buscar en las redes sociales tribus movidas por las mismas creencias. Son ghettos o burbujas que impiden incorporar visiones diferentes, desconociendo o ignorando, la información  que no las  refuerza.

¿Cómo lograr enfrentar a personas con creencias ancladas ideológicamente? Esta pregunta debe de estar en la cabeza de muchos políticos , periodistas y analistas de la situación actual . Es un territorio nuevo exacerbado por los avances tecnológicos que han eliminado la intermediación y los filtros a la información. Con la llegada de Trump al poder, el problema adquiere dimensiones extraordinarias, por el daño que estas tendencias van a tener en el mundo, al ser personificadas por el Presidente de los Estados Unidos.

Para ilustrar un problema, antes se reunían los hechos y los datos, que permitían tener una opinión informada. En el mundo de  "la post verdad", donde las mentiras y la desinformación dan réditos políticos, las aproximaciones tradicionales ya no funcionan más. El tema se agrava cuando hay la tendencia de filtrar el riesgo y el daño potencial que se puede producir, utilizando las creencias personales. Esta dinámica dificulta tremendamente el entendimiento de los problemas sistémicos complejos,  que afectan a la humanidad en la actualidad, y se cierran las puertas para la movilización colectiva que permita los cambios  requeridos

El mejor ejemplo es el rechazo a aceptar los efectos negativos del cambio climático.  Al atacar  la evidencia científica, se busca negar que hay un problema, a pesar de una acumulación creciente de datos y hechos  que lo confirman.  Por motivos ideológicos, se le voltea la espalda a la realidad, y se minimiza el costo correspondiente. La respuesta típica de un republicano en los US sobre el tema:"no creo y por lo tanto el problema no existe", el resultado es que se minimizan los riesgos o simplemente se ignoran.

En Colombia hay un excelente ejemplo en relación al tema de paz. Las estadísticas muestran que el 94% de las muertes violentas, se producen por fuera de los actos de la guerrilla y bandas criminales, y sin embargo existe la creencia, compartida por mucha gente, de atribuirles a las FARC todos los males de este país. Esto permitió fracturar al país y seguirá siendo el caballito de batalla de Uribe hacia adelante. Pero más grave aún, le quitó la responsabilidad a la gente en la construcción de una cultura violenta.

Otro ejemplo es el porte de armas en los Estados Unidos. Culturalmente hay la creencia de que  su posición  es un símbolo de libertad, a pesar de que las muertes violentas, en manos de locos que pueden adquirir armamentos sofisticados sin control, causan tantas muertes anualmente como los accidentes de tráfico. Pero la evidencia estadística es combatida ideológicamente como un ataque a esa libertad.y al machismo que se alborota con una pistola en la mano.

En estos ejemplos, el significado simbólico, anclado en unas creencias muchas veces manipuladas por políticos sin escrúpulos, se convierte en una barrera formidable contra la cual chocan los datos, la evidencia y el trabajo científico. Esta es la tragedia que vivimos en la actualidad.

Ante esta realidad, ha cobrado cada vez más importancia encontrar mecanismos que permitan cerrar la brecha de las creencias y minimizar el impacto de la manipulación al que están sometidas las personas que se encierran en su pequeños mundos de información. Hoy el recurso de contar historias, se ha identificado como un mecanismo que se puede utilizar para distinguir entre los hechos y las opiniones no sustentadas.

Hace varios meses escribí sobre el arte de contar historias. Para que sean efectivas, estas deben de construirse de manera que resuenen con el grupo que se quiere abordar, a partir de temas que les sean familiares, y los conecten con las creencias compartidas con las cuales se resisten al cambio. El truco es mostrar cómo estás no son un obstáculo para poder ver el problema desde otras perspectivas.

Un caso muy interesante, de cómo abordar un cambio de percepción de creencias fundamentales, se dio hace dos años en Irlanda en relación a la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo. El tema no era fácil en un país eminentemente católico. Los promotores de la campaña, dirigieron el mensaje especialmente a los hombres, apoyándose en las creencias muy profundas irlandesas de ciudadanía y justicia. Utilizaron muchos  testimonios de gente muy diversa y respetada por el grupo objetivo. Al final, el tema se re enmarcó alrededor de los derechos de todos los irlandeses.

Asociada a la tendencia de minimizar el riesgo, está la de hacerlo con los problemas cuando la solución propuesta no gusta, va en contra de las creencias establecidas o comportamientos muy enraizados. Quienes detestan a las FARC, solo quieren oír soluciones de fuerza y rechazan una salida negociada. Con este filtro,  invisibilizan la cultura violenta de la sociedad colombiana.

Cuando se trata de promover causas sociales, generar cambios, o buscar soluciones a problemas complejos en la sociedad, la construcción de historias debe tener en cuenta los valores y las creencias de la audiencia que busca influir. Y al haber diferencias entre los  grupos, las historias y los mensajes, se deben de ajustar para que no se sientan atacados, a pesar de la lógica de los argumentos que se utilicen.

En estas circunstancias, los mensajes basados en datos y hechos, no funcionan en un ambiente político secuestrado por los populistas. Hay que recurrir a la sicología, la sociología, la antropología  y la investigación cultural, para adecuar el mensaje y las historia a los perfiles psicológicos de la audiencia.

Ahora que se calienta anticipadamente la campaña por la Presidencia de Colombia en el 2018, la desafortunada experiencia en los Estados Unidos, nos debería servir para abrir la discusión sobre cómo enfrentar esta nueva tendencia de la "post verdad", especialmente por la historia de la pasada campaña del 2014, donde Uribe y su gente, mostraron el camino al mundo.

Hay una lección final.  Es necesario  identificar a quienes se sienten marginados y atropellados por el sistema, porque serán los blancos preferidos de las mentiras, por parte de personas sin escrúpulos, para obtener réditos políticos, explotando sus creencias y sus miedos. Y estas personas invisibles, en una votación, pueden cambiar al mundo. Y si no, que le pregunten a los gringos y los ingleses sobre esta materia. No hay cosa que se propague más  que un mal ejemplo, como es el caso de Trump.

Tengo una curiosidad muy grande. ¿Será que el sistema inmunológico de las democracias maduras en US y en Europa, responderá a los ataques que hoy provienen de las entrañas del sistema? ¿Surgirá el liderazgo que movilice a mucha gente, para oponerse a personajes como Trump que ven en el caso que están creando, la oportunidad para volver una realidad la novela de Orwell?




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