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sábado, 26 de febrero de 2022

La colaboración extendida, una nueva visión.


Si algo ha dejado en claro la pandemia, en estos dos años de desbarajuste en todo el mundo, es una realidad que no podemos ignorar: la interdependencia que se evidencia cuando enfrentamos una situación que tiene la capacidad de repercutir muy rápidamente y de maneará casi que simultanea en muchos países, en diferentes continentes y culturas. 

Hoy es el COVID 19 y sus diferentes variantes, pero hoy también estamos comenzando a dimensionar el verdadero impacto del cambio climático, que tampoco discrimina, aunque esté teniendo mayor impacto en ciertas zonas del planeta. Los dos fenómenos son señales muy poderosas que vamos a seguir viendo y viviendo hacia el futuro. 


Vivimos una época de grandes cambios, con gran volatilidad e incertidumbre y una complejidad cada vez más exponencial.  En este entorno,  enfrentamos retos que afectan las vidas de millones de personas.  Esta realidad está asociada a la interdependencia que implica la necesidad de coordinar acciones con otros, de colaborar.  No es posible que un individuo, organización, o inclusive un país, por poderosos que sean, puedan enfrentarlos solos. 


Como un ejemplo negativo de colaboración ante un reto mundial, fue lo sucedido con el acaparamiento de las vacunas para proteger a la población en la pandemia. Los países ricos como Canada, adoptaron la visión egoísta y miope de sálvense el que pueda. Compraron cinco veces más vacunas que el total de su población. 


Ante el reto de la pandemia la colaboración brilló por su ausencia. El resultado: dos años después hay países en Africa sin ninguna protección, donde puede surgir la siguiente variante del virus o uno peor, con capacidad de repetir el ciclo de contagios a nivel global. 



El problema de las vacunas afortunadamente se ha podido ir manejando, porque en la comunidad científica mundial, si hubo mucho más abertura a la colaboración, con lunares negros como los impuestos por el gobierno de la China a sus investigadores. Pero la colaboración finalmente permitió el desarrollo en tiempo récord de varias alternativas que han ayudado a controlar el impacto del virus.



Pero hay otra realidad. La falta de colaboración es una tremenda barreará para enfrentar el proceso en marcha del calentamiento global. Las instituciones multilaterales como la ONU, no han sido ni suficientes ni efectivas en lograr coordinar esfuerzos colaborativos a nivel mundial. ¿Porque?

Esta pregunta es de fondo, porque no solo pone en evidencia que la institucionalidad internacional, vigente después de la II Guerra es insuficiente, sino que la velocidad de los cambios que estamos experimentando, están desbordando las capacidades de las sociedades a todo nivel. La paradoja es que estamos necesitando más  capacidades de colaboración pero es cada vez más difícil lograrlo. 


Estas reflexiones me han acompañado desde hace ya algún tiempo, porque estoy envuelto y proyectos como Motores de Esperanza y Dialogos de Futuro (sobre los cuales he escrito en otros blogs). Ambos tienen dos puntos en común: requieren desarrollar la capacidad del ejercicio del liderazgo colectivo y de colaboración. Sin estas dos capacidades, yo veo muy difícil que podamos cambiar nuestra realidad.


Estando en estas disquisiciones, me acordé de un libro que había comprado y no lo había terminado de leer: “Colaborando con el enemigo” de Adama Kahane. Tuve el gusto de conocer al autor en varios ejercicios de escenarios, tema en el cual es un experto reconocido internacionalmente. Y su libro lo escribe precisamente, por su experiencia global con varias culturas y situaciones complejas, donde al final y dados unos futuros posibles , el gran reto es el de colaborar.


Después de años de reflexiones, llegó a una sencilla conclusión. Nuestra concepción de la colaboración tradicional esta equivocada. Desarrolla una nueva versión: la colaboración extendida. que explica el título del libro. 



La colaboración tradicional, parte de un supuesto de que es posible, cuando hay un control sobre el equipo que tiene que lograr un objetivo común sobre el cual están de acuerdo, un plan para avanzar y unos indicadores compartidos de medición. En estas condiciones normalmente hay una figura de autoridad que controla y unas consecuencias individuales y colectivas si no lo logran. En ambientes relativamente estables es una opción aceptable.


La colaboración extendida propuesta por Kahane, parte de un supuesto totalmente diferente al de la colaboración tradicional. Se necesita en situaciones altamente complejas, donde convergen personas con opiniones contrarias, no se gustan y desconfían entre todos. El tema que los convoca suele ser también muy incierto. No hay una respuesta pero si hay un solo punto de acuerdo: la necesidad de cambiar la realidad que los afecta a todos. Sobre este grupo no hay figura de autoridad  ni tampoco control sobre lo que cada uno hace o deja de hacer. 


En condiciones de colaboración tradicional, se suele buscar la armonía para avanzar, hay bastante certidumbre del camino a seguir, y posiblemente hay antecedentes que sirven de guía. 


En la colaboración extendida, el conflicto es parte del proceso, es inevitable. No existen antecedentes que puedan servir de referencia. La mentalidad de experimentar, la prueba y el error, son mandatorias. Y además hay que realizarlo en ambientes de profunda  desconfianza.


En resumen,  las condiciones descritas al inicio de este blog de un entorno cada vez más complejo, la necesidad de sentarse con personas con las cuales no se sentaría uno en otras circunstancias, es cada vez más imperiosa. Ese es inmenso reto poner en la práctica  los valores de la diversidad y la inclusión como  va a suceder  en las iniciativas que estoy trabajando en la actualidad. 


El gran reto y problema a la vez, está precisamente en construir relaciones productivas con personas con las que somos muy diferentes. Por lo tanto, en la colaboración extendida, se necesita cambiar la forma como nos relacionamos con quienes no queremos pero tenemos que trabajar, en ambientes conflictivos y muy diversos.


Kahane subraya que en estas condiciones no es posible esperar acuerdos en relación a la definición del problema o su solución. Es necesario si, lograr un acuerdo hacia una dinámica de experimentación vinculando diferentes perspectivas y posibilidades. Tampoco podemos esperar cambiar lo que las otras personas hacen, tenemos que entrar en la acción con la apertura a cambiar personalmente. 


Hay otra  advertencia que va contra natura. En lugar de apartarse de la complejidad hay que abrazarla lo que es difícil de manejar y para muchos genera miedo. 



También Kahane habla de que la colaboración extendida requiere que se acepte la pluralidad, que en mis palabras es la misma diversidad. Si se logra manejar a pesar de los riesgos mencionados, puede ser muy poderosa para superar colectivamente situaciones muy complejas. 


Finalmente, advierte el autor del síndrome de volver enemigo a las personas con las que no tenemos confianza, piensan muy diferente y a quien finalmente se le responsabiliza de todos los problemas.


Dada la importancia del tema , en un próximo blog, voy a seguir profundizando en el concepto de la colaboración extendida, de la mano de Kahane.  Me parece de singular importancia tener una visión distinta de lo que significa colaborar, dados los momentos tan complejos por los que atravesamos como sociedad en Colombia  y los inmensos retos que enfrentamos. 

sábado, 19 de febrero de 2022

En defensa de la libertad

 


En mi blog anterior, sobre las omisiones que se observan en la campaña política actual, me referí al profesor James A Robinson, autor del libro “Porqué fracasan las naciones”, y de otro más reciente publicado en el 2019: “El corredor estrecho”,  en donde propone un modelo para profundizar en el análisis del papel que juega el estado y la sociedad, en el manejo de la libertad y el desarrollo de la prosperidad.

Al leer con mucho cuidado las dos obras del profesor Robinson, es más fácil entender las barreras que frenan el desarrollo de un país como el nuestro, pero a su vez, muestra una luz de oportunidad, que ilumina el camino para mejorar las condiciones actuales. 



Además, el autor nos invita a reflexionar sobre lo que realmente está en juego hoy en día, cuando la democracia y las instituciones que la sustentan, están siendo atacadas por varios frentes. Nos propone una mirada distinta a la importancia que le debemos de dar al desarrollo balanceado del estado y la sociedad, para lograr un prosperidad colectiva, equilibrada e incluyente, pero en el marco del ejercicio responsable de  libertad que debemos defender.


Para comenzar, en su segundo libro, Robinson introduce su propuesta haciendo referencia al papel y la importancia que juega el ejercicio de la libertad, la cual define así: 


“La libertad  comienza cuando la gente es libre de violencia, intimidación y otros actos amenazantes. Las personas deben de poder tomar sus decisiones de manera libre acerca de su vidas y la forma de lograr sus objetivos, pero sin la amenaza de una penalización irrazonable o de unas sanciones sociales draconianas”.


Y menciona algo muy importante. La libertad no solo significa el poder escoger opciones, sino de ejercerla sin que haya factores externos que la limiten por la utilización de la fuerza, el poder desequilibrado, la amenaza o el uso de otros medios. Lamentablemente estos factores siempre han estado presentes en la historia de  la humanidad. 


Para enfrentarlos y controlarlos,  nació el concepto del estado democrático, cuyo desarrollo se ha venido consolidando desde finales del siglo XVIII, para que además preste otros servicios que mejoren la calidad de vida de la gente. Desde esta perspectiva, el estado juega una papel fundamental en la sociedad. Pero ese poder que tiene, puede ser utilizado de manera excluyente,  en beneficio de unos pocos y en detrimento del ejercicio de la libertad de los demás. 


Y yo añadiría lo siguiente.


Uno de los elementos fundamentales para que el estado cumpla su rol sin abusos, es el de contar con un diseño  legal y normativo que sea respetado y acatado por la sociedad. Un marco que  defina y acote muy bien los límites para el ejercicio de la libertad con responsabilidad, en defensa del bien común pero protegiendo los derechos individuales. 


El lograr este equilibrio genera confianza y permite sentar unas bases sostenibles para la democracia, el desarrollo incluyente del país y de una versión del capitalismo más alineada con los cambios y necesidades de la sociedad actual.


Pero para que el estado juegue bien su papel, también se necesita una arquitectura institucional que establezca controles y balances para que no hayan excesos en la utilización de los poderes que la sociedad le confiere al estado. Por esta razón, este poder se ha divido al interior del estado en tres ramas : la ejecutiva, la legislativo y la judicial. 


Pero hay algo muy importante que se olvida muy fácilmente. Estas tres ramas que representan al estado , requieren de una sociedad fuerte, que como lo señala Robinson, se pueda movilizar para exigir que cumplan con los aspectos positivos que debe de ofrecer el conjunto del estado. Así se evita que, por falta de esta capacidad de actuación y control social, surjan los factores negativos  que se traducen en los abusos de poder que caracterizan los estados autoritarios y despóticos, y que además benefician a unos pocos, con unos altísimos costos de pérdida de libertad y de bienestar para los demás.


En el juego para desarrollar un estado y una sociedad fuertes, Robinson propone que existe “un corredor” en el cual hay unas dinámicas de interacción entre las dos partes, donde se controlan mutuamente, pero en un proceso dinámico  de competencia y también de colaboración. La confianza es un elemento central para que esta dinámica funcione, genere mucho valor y permita manejar los conflictos de una manera más inteligente.


Por fuera de ese corredor, hay cuatro posibilidades. Un estado fuerte y una sociedad débil que abre el espacio al despotismo y el autoritarismo. Un estado débil y una sociedad ausente, que define un estado de papel. Un estado débil y una sociedad más fuerte que define a un estado ausente. Finalmente un estado fuerte y una sociedad que también lo es que se encuentran en el corredor, y el que crea al estado que es controlado  y colaborando con la sociedad. 


Para Robinson Colombia está en esta la categoría del estado de papel. Esta es la peor posición que explica el descuido de las regiones marginadas, el conflicto armado bajo diferentes ropajes a lo largo de siete décadas, la corrupción como un cancer,  los muy mediocres resultados de crecimiento económico y el aumento de las brechas sociales, entre otros temas. El autor había sido muy crítico de nuestro país en su  primer  libro, y en su segundo lo vuelve a hacer pero muestra un marco para la acción. 


En resumen, la tesis de Robinson en su libro “El corredor estrecho”, es que hay un espacio en donde el estado y la sociedad fuertes, se encuentran e interactúan para reforzar el ejercicio de la libertad responsable. Donde hay ausencia de un estado para hacer cumplir la ley, no hay libertad. Y donde no hay una sociedad fuerte, hay un estado ausente o despótico y  unas élites sin control que lo manejan. y que solo defienden los intereses particulares de unos pocos, y no el bienestar incluyente de todos.

 

Pero el tema no solo es el control mutuo. La colaboración entre las partes es esencial, si está basada en la confianza y en el respeto de los roles, definidos dentro del marco legal vigente . Esto significa, que la sociedad y el estado, desde los niveles locales, regionales y nacionales, deben contar con personas con la capacidad de ejercer el liderazgo, para movilizar a otros y conseguir su contribución. 


Un objetivo de todo lo anterior, es la formación de una ciudadanía responsable y actuante que se interese y defienda el bien colectivo y público. Pero para que el planteamiento propuesto funcione, es fundamental la vinculación  de las instituciones del estado.  Con su aporte, el objetivo es lograr una participación colectiva y responsable, en la formulación y ejecución de iniciativas y proyectos que beneficien a la comunidad.  


Sin una sociedad con ciudadanos dolientes que les importe su entorno y su comunidad, es imposible construir una nacionalidad que haga sentir orgullosos a los habitantes de un país y defender las instituciones que hacen posible su bienestar. Esta es la lamentable situación que vemos hoy en Colombia y que se ve reflejada en la calidad de la campaña actual  por la Presidencia. 


Si se lograra estructurar la dinámica  de una ciudadanía mas responsable  y activa, soportada por una mayor capacidad de liderazgo colectivo a nivel territorial en todo el país, se estaría generando las bases de una red de nodos de desarrollo local, que al estar conectados entre sí, se convertirían en un vehículo poderosísimo de participación para el ejercicio de la libertad y el fortalecimiento de una cultura que aprecie y defienda la democracia.



El equilibrio que propone Robinson, que se debe de dar “en el corredor” , entre una mayor capacidad del estado para cumplir con sus funciones, y una mayor capacidad de la sociedad para controlarlo pero también participando activamente, permite que el componente colaborativo e incluyente, se pueda desarrollar y tener una mirada complementaria.


Me refiero al desarrollo de agendas equilibradas, para el desarrollo territorial desde lo local,  que impacten de manera incluyente los aspectos sociales, económicos y políticos de un territorio. Solo así se logra que haya apropiación social porque hay un beneficio colectivo que le da credibilidad y sostenibilidad en el tiempo a las iniciativas. 


Como lo afirma Robinson, esto toma tiempo y mucho esfuerzo, así como el aprendizaje de las limitaciones que la sociedad les establece a  los diferentes actores. También requiere aprender a trabajar juntos. Y yo reiteraría, que se necesita de un liderazgo colectivo a todos los niveles de la sociedad y en el mismo estado, porque implica un profundo cambio de mentalidad y de valores para lograrlo. 



El marco conceptual del profesor Robinson le da mucho más solidez y urgencia a que hayan propuestas innovadoras en el país que permitan incrementar las capacidades del estado y de la sociedad para responder a las crecientes expectativas y necesidades de la gente. En la campaña actual estas brillan por su ausencia. 


Se proponen soluciones técnicas  a los  problemas adaptativos  que se enfrentan desde el estado, muchos de los cuales no tienen una solución o una respuesta. Hay un inmenso vacío  programático para abordar el aumento de sus capacidades de desempeño institucional y normativo.  Hoy estas están desbordadas por la velocidad de los cambios y el incremento exponencial de las insatisfacciones de la sociedad.


Pero el otro gran vacío programático, es que no se aborda la necesidad de aumentar la capacidad de la sociedad desde lo local, dentro del marco propuesto por Robinson. Y mucho menos se toca el papel del ejercicio del liderazgo colectivo para cambiar nuestra realidad. 


Sin que estos temas sean parte de una agenda nacional para orientar la conversación de futuro que requiere Colombia con urgencia, no es posible que podamos esperar nada distinto hacia adelante. Y como lo mencionaba en mi blog anterior, lo único cierto será el aumento de las protestas sociales y la ingobernabilidad del país.


Sin embargo, no quiero terminar con un mensaje pesimista porque si hay propuestas innovadoras que están apareciendo en diferentes regiones. En Bogota están en marcha Diálogos de Futuro y Motores de Esperanza, a los cuales me he referido en otros blogs. 


Con estas iniciativas de largo plazo, se busca fortalecer el liderazgo colectivo que movilice  las capacidades de la sociedad para intervenir en la formulación  de políticas, planes e iniciativas, para que  de la mano  del estado, aporten a la construcción y ejecución de unas agendas para desarrollo local  y regional. El corazón de estas propuestas es la movilización de los actores claves en un territorio,  agrupados en nodos de desarrollo cubriendo los frentes sociales, económicos y políticos.






sábado, 12 de febrero de 2022

Sobre la polarización y el odio no se construye una nación.




 Al escuchar a los candidatos en las entrevistas y debates que se han tenido en las últimas semanas, hay muchas cosas muy preocupantes que por acción y omisión,  pintan un panorama muy complejo para la gobernabilidad del país en los próximos cuatro años. 


Para comenzar, quiero señalar que el foco en estos debates ha estado concentrado principalmente en los problemas recurrentes que seguimos pateando hacia adelante como nación y que no hemos podido resolver. Pero también, hay omisiones que son muy protuberantes. Veamos


Por ejemplo, la mayoría de los candidatos han fallado en explicar el por qué no hemos sido capaces de encontrar soluciones de fondo y que sean apoyadas por un sector muy amplio de la población. Tampoco, se han referido al porqué nos cuesta tanto trabajo reconocer los logros que hemos construido como sociedad en las últimas décadas y que son muchos, además de ser fundamentales como bases para avanzar. 



Pero hay  algo más  particular. En mi concepto, ninguno de los candidatos ha demostrado una capacidad para inspirar a los colombianos alrededor de los temas que deberían unirnos y hacernos sentir orgullosos como colombianos. No hay propuestas  para construir una narrativa más optimista y motivadora  del  país, distintas a las  pesimistas y negativas que nos están  vendido los políticos en esta campaña.. 


Aquí quiero poner la luz sobre una forma de hacer política muy grave para la democracia, que se ha venido entronizando en la actualidad con unas consecuencias impredecibles.



En lugar de inspirar, el  énfasis de algunos de políticos, está en mover el capote rojo de las emociones negativas del odio, el miedo y la desesperanza de sus huestes para llevarlos a votar. Los  ilusionan ofreciéndoles, que si los eligen,  todo va a cambiar y a ser diferente. En cuatro años, van a hacer la magia de solucionar todos los problemas del país. Pero parece que la intención es quedarse en el poder por tiempo indefinido como ha sucedido en otros países de la región.


Es una estrategia premeditada que favorece los intereses electorales de estos políticos,  al enfatizar lo negativo, promover la lucha de clases, y así capitalizar el descontento y la desorientación de la gente. El uso enfermizo de la mentira, para crear expectativas incumplibles, no les preocupa ni les ruboriza, si esto  ayuda a su causa. Son unos fieles practicantes del “el fin justifica los medios” y por eso hacen un uso intensivo e inteligente de las redes sociales, donde se ha impuesto las noticias falsas como estrategia de movilización.


Para estos políticos sin escrúpulos, que hoy dominan el panorama electoral colombiano, es mucho mejor ganar votos vendiendo solo las lacras que no podemos desconocer, pero sin  balancearlas con los logros que también tenemos en nuestra sociedad y el valor de tantos colombianos que trabajan construyendo país.



Para mi es un gran misterio, como tanta gente puede ser tan ingenua, y que se nieguen  a ver lo que está pasando al otro lado de la frontera en el paraíso del totalitarismo venezolano. Y no lo hacen, a pesar de que muchos de ellos, pueden estar sufriendo las consecuencias de más de 2 millones de venezolanos que han huido hacia nuestro país. ¿Qué puede explicar esta ceguera?



Pero hay una realidad: siembra vientos y recoge tempestades. Sobre la polarización extrema y el odio no  se construye una nación. Para quien llegue a la Presidencia de Colombia, le va a quedar imposible gobernar un país fracturado hasta los tuétanos y sin la capacidad del estado y la sociedad, para asumir la corresponsabilidad en encontrar las mejores soluciones a los problemas que tenemos que resolver juntos. 



No es difícil pronosticar lo que nos va a suceder. Los problemas sin resolver, se seguirán acumulando y patentando hacia adelante. Las expectativas no cumplidas irán aumentando exponencialmente el descontento de la gente. Las marchas sociales, como las que sufrimos el año pasado, se volverán cada vez más numerosas y violentas, atizadas por los grupos armados y los dineros del narcotráfico, que son los más beneficiados de esta situación. 


Ahora analicemos con más cuidado otras omisiones en esta campaña política y sus consecuencias.


Cuando la dinámica política imperante premia el foco hacia lo negativo que tenemos como sociedad, entonces no es difícil de entender el comportamiento de nuestros flamantes candidatos. No solo no mencionan los logros obtenidos, si no que invisibilizan  los muchísimos ejemplos de gente extraordinaria, que de manera individual y colectiva, han venido trabajando silenciosamente en sus comunidades, ayudando a crear una historia mucho más positiva y esperanzadora de lo que somos, tenemos, y podemos lograr. 



Además, los candidatos actuales están cometiendo otro error fundamental. No utilizar los avances y ejemplos positivos que tenemos en Colombia para orientar a la gente, e invitarlos a dejar de fomentar la auto imagen muy pesimista y negativa que tenemos de nosotros mismos. A los ojos de los extranjeros, los colombianos nos castramos mental y emocionalmente de una manera impresionante. 



Lo anterior explica que los candidatos están  fallando en algo todavía más grave. A ninguno de ellos les he escuchado cuál es su propuesta para construir una visión positiva de futuro, que sea inspiradora, y que nos una y ofrezca una mejor narrativa que nos oriente hacia dónde beberíamos ir como sociedad.


Con estos vacíos tan profundos, es más fácil  explicar el por qué la campaña política actual, que no se diferencia mucho de las anteriores aunque tiene unos riesgos posiblemente mayores, no está generando confianza y optimismo. Por el contrario, la dinámica política que se está viendo por parte de quienes aspiran al cargo más alto del país, está fomentando una gran incertidumbre, reforzando la desconfianza sobre el sistema político y sus instituciones y minando aún más nuestra precaria democracia.. 


La miopía y la soberbia de Santos y Uribe, junto con la clase política que los acompaño,  abrieron las puertas para que aparezcan personajes como Petro, que irresponsablemente mienten y ofrecen el oro y el moro, para mover unas  agendas qué han demostrado su fracaso en otros países latinoamericanos, capitalizando el tremendo descontento qué hay hoy en Colombia.


El comentario anterior no implica ni mucho menos, desconocer los grandísimos retos que tiene la sociedad colombiana hacia adelante. Retos que además, están enmarcados en un entorno cada vez más complejo, incierto y cambiante, que responde a muchas dinámicas globales que no están bajo nuestro control. 



Tampoco implica desconocer el profundo vacío de liderazgo que ha tenido la clase dirigente política y económica de nuestro país. La pandemia y los cambios globales de estos últimos tres años, han servido para correr las cortinas y ver con mayor fuerza  esta cruda realidad.


Teniendo inmensos retos, pero también oportunidades por delante, quienes aspiran a gobernar a Colombia parece que no han  entendido,  que se necesita una mentalidad diferente a la que no se ha conducido a la situación actual en el país. Pero lo que es peor, la gran masa de votantes tampoco lo han entendido, porque ha faltado el liderazgo en la clase dirigente para señalarlo. Este es el verdadero panorama, que hoy estamos observando con muchísima preocupación, en esta campaña crucial para Colombia.



Las reflexiones anteriores las hice, cuado estaba terminando de leer el último libro del  profesor James A Robinson, autor  de  una obra anterior : “ Porqué fallan las naciones “. Robinson público su nuevo libro a finales del 2019 con el titulo: “ El corredor estrecho” donde aborda con una mayor profundidad, el desarrollo del estado y la sociedad. En este libro hace  unos aportes conceptuales muy valiosos.


En mi próximo blog, me voy a referir a este libro para dar un marco diferente que permita entender mejor  nuestra difícil situación. Pero lo interesante, es que ofrece una luz de optimismo y esperanza, al mostrar hacia dónde deberíamos dirigirnos como sociedad. Voy a demostrar que, hoy ya hay iniciativas muy importantes en la dirección propuesta por Robinson,  y que pueden contribuir precisamente, al cambio de mentalidad y de narrativa, que nuestros candidatos no quieren o son incapaces de ver. 



Somosimpuy. Con.somostincuy. Con café con vos

sábado, 5 de febrero de 2022

El aporte del capitalismo al progreso


En estas épocas tan turbulentas en el entorno político, donde la democracia está siendo atacada por todos los frentes, el capitalismo también está expuesto a esta dinámica muy negativa. Como resultado, los niveles de confianza en el sistema y en sus instituciones, están en el punto más bajo desde que se hacen encuestas en esta materia. 


En una charla en el Tec de Monterrey dadá por el profesor  Raj Sisodia, promotor del concepto del Capitalismo Consciente, hace un recorrido por la historia, para demostrar el porqué la percepción negativa sobre el capitalismo y las empresas, reflejadas en las encuestas, no solo no tiene un fundamento sólido, sino que muestra que capitalismo ha jugado un papel fundamental para el desarrollo de la humanidad en los últimos dos siglos. 


El profesor Sisodia nos recuerda la importancia de mirar hacia atrás en la historia, para ver de donde venimos, y así tener una perspectiva más clara y equilibrada para analizar el presente y proyectar el futuro, y así poder valorar mejor lo que hoy hemos logrado. Ese es un uso constructivo de la Historia y no como lo hacemos en nuestro medio, que la utilizamos como una ancla que nos mantiene amarrados al pasado.


Hay varias dimensiones que nos ayudan en este análisis de la historia. Durante más dos mil años, el 90% de los seres humanos vivían con niveles de pobreza extrema con el equivalente de US 1/ día. La expectativa de vida no superaba los 30 años.  Estas condiciones han cambiado hoy dramáticamente: niveles de pobreza extrema inferiores al 15% después de la pandemia, y una expectativa de vida superior a los 70 años. 



Hay algunos eventos que suceden en la Historia que cambian la trayectoria de la sociedad y generan nuevos paradigmas. El surgimiento de la Revolución Industrial, el libro de Adam Smith sobre la Riqueza de la Naciones, y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos se pueden clasificar entre ellos y que sucedieron entre 1750 y 1776. 


La Revolución Industrial, abrió la puerta al uso de la tecnología para aumentar la productividad y cambiar muy positivamente el progreso de los países que fueron pioneros, como Inglaterra. En su libro, Smith demostró otro factor clave en este proceso: el grado de libertad que tuvieran las personas en emprender y comerciar con otros, era un determinante  de mucho valor en el proceso. En ese entorno, nace el concepto de la mano libre del mercado, que orienta y alinea las energías y genera más progreso.


La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, añade otro componente muy importante. Ha sido el único caso de la creación de una nación fundamentada en la libertad como tema central en todos los ámbitos de la sociedad. Como consecuencia, la persona se hace responsable de su propio destino. Pero también, las circunstancias del nacimiento de un individuo, no determinan su futuro porque puede progresar y el país le ofrece oportunidades para todos.



La combinación de los tres factores anteriores cambiaron la trayectoria plana de progreso de la humanidad gracias al surgimiento del capitalismo. En los siguientes dos siglos, el crecimiento fue exponencial. El ingreso per capita subió entre 15 a 100 veces. Mientras tanto, la población se multiplicó por siete y el crecimiento en la expectativa de vida que se multiplicó por más de 2.


Y a pesar de qué hay un lado obscuro del capitalismo, que es la desigualdad en el ingreso, su papel ha sido determinante para sacar de la pobreza a cientos de millones de personas en el mundo. En solo dos décadas India y China sacaron de la pobreza extrema a más de mil millones de personas. Más aún, en un régimen comunista como el chino, se utilizó el capitalismo para lograr posicionar a ese país hoy como la segunda economía del mundo. 



Pero también, el capitalismo que promovió la competencia del libre mercado, incentivó y aceleró la innovación que impulsó  avances impresionantes en todos loa campos. Ayudó a mejorar significativamente la calidad de vida de la humanidad en los últimos doscientos años.


Pero como sucedió en el siglo XVIII, a finales de los 80, sucedieron varios eventos que cambiaron la trayectoria de la historia. La caída del muro de a Berlín que acabó con el régimen comunista en Europa Oriental sin que se disparara Thianamenun solo un tiro. La masacre de la plaza de Thianamen en Benín que consolidó la dictadura del Partido Comunista en China. El derramamiento del petróleo en Alaska, que despertó la consciencia ambiental. El surgimiento del fundamentalismo religioso en Irán, que desestabilizó el Oriente Medio.


Y algo muy importante, el surgimiento del Internet que abrió el acceso instantáneo a la información. Pero el capitalismo también ha propiciado inmensos cambios que han acelerado esa interconexión. Hace quince años, la mitad de los seres humanos no habían hecho nunca una llamada telefónica. Hoy hay más celulares que la población total del mundo. Este aparato ha llegado a los lugares más recónditos del planeta.


Bajo el radar, al finalizar el siglo XX, se estaba dando una revolución demográfica. Por primera vez, en un país como los Estados Unidos, hoy hay más mayores de 40 años que gente por debajo de esa edad. También, por  primera vez en más de cien países, la taza de natalidad cayó por debajo de 2.1 hijos y la longevidad aumentó significativamente. En Europa la edad media está por encima de los 50 años y en el Japón por encima de los 60 años.


Se inicia un proceso de cambio de prioridades que definen el éxito basado sólo en lo material. Hay una tendencia creciente hacia la búsqueda de sentido y de propósito que comienza a generar un cambio hacia un  capitalismo mas consistente de su entorno y del impacto que tiene en la sociedad. Es el resultado  de la interdependencia e interconexión creciente con otros, como lo evidencian los problemas ambientales. 


Este despertar de la conciencia colectiva, tiene otras implicaciones: ver las consecuencias sistémicas de nuestras acciones, en un mundo cada vez más interconectado, gracias a la tecnología desarrollada dentro de un sistema capitalista. Como resultado del aumento de conciencia, muchas cosas que antes eran aceptadas, están siendo duramente cuestionadas a medida que las expectativas de la gente está aumentando exponencialmente. 


Como lo escribió Abraham Lincoln: “los dogmas del pasado tranquilo no son adecuados para enfrentar el presente tormentoso. Y dado que nuestro caso es nuevo, tenemos también que pensar de una manera diferente para también actuar diferente”


La frase anterior, llevó al profesor Sisodia  a afirmar y preguntarse: “hoy la frase es más cierta, especialmente cuando se piensa en el propósito y el rol de las empresas en la sociedad. ¿Que se necesita para que las empresas florezcan hoy y en el futuro? “


Posiblemente, la necesidad de que hagan una declaración explícita y consistente de su interdependencia, conexión con la sociedad y su entorno, que afecta el bienestar de todos. Se necesita que la empresa construya relaciones gana gana, y asuma un liderazgo que propicie un desarrollo más equilibrado entre lo económico, lo social y lo político.



Entonces ¿que es el Capitalismo Consciente?. Es una nueva manera de hacer negocios, en la que la responsabilidad social corporativa gana un rol protagonista. Es un paradigma de negocio en evolución, que crea simultáneamente múltiples tipos de valor y bienestar para todas las partes interesadas en la dimensión financiera intelectual, física, ecológica, social, cultural, emocional, ética, e incluso espiritual.


Para lograrlo, toda empresa debe de tener un propósito superior más allá de hacer dinero. Este es el resultado solamente. Debe: integrar a todos los stakeholders, asumir un liderazgo 

que inspire, y promover  una cultura consciente que cuide las relaciones con su entorno.. 


Sisodia lo sintetizó en su charla de manera muy contundente: “el interés propio y el cuidado de otros, son dos fuerzas muy poderosas que pueden hacer una gran diferencia en el mundo”.