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sábado, 25 de marzo de 2023

Entender las nuevas generaciones

 


Recientemente tuve una reunión con el Padre Múnera, nuevo rector de la Universidad Javeriana. Entre los diferentes temas que tratamos, hubo uno muy importante que quiero exponer en este blog: el cierre de la brecha entre generaciones, que hoy se ha convertido en un problema para las familias y las organizaciones. 

Esta brecha hace que sea muy difícil entenderse mutuamente. Las dinámicas conversacionales son dialogos de sordos. Las malas interpretaciones son el pan de cada día. Cada generación se siente irrespetada e incomprendida.



Pero para personas como puede ser mi caso, para cerrar estas brechas, se hace necesario  conocer cuáles con las características que marcan y definen la forma de ser y de actuar de las nuevas generaciones. Sin tener esta claridad, superar la distancia que hoy nos separa, se vuelve muy difícil. 


Hoy, los jóvenes que han nacido desde finales de los años 90 en adelante, les ha tocado vivir una época de inmensas transformaciones sociales y tecnológicas. Todos ellos pertenecen a las nuevas generaciones digitales, que en lugar de un chupo, nacieron y se han creado con un celular inteligente con el que viven conectados 24 hrs al día..


Leyendo sobre el tema, veo que existe un consenso cada vez más amplió, que  estas nuevas generaciones,  han sido afectada por una estrategia equivocada de crianza. Posiblemente porque sus padres, crecieron en una época de más prosperidad, y creen equivocadamente que el poner límites puede tener un impacto negativo en el desarrollo de la personalidad sus hijos.



Ponerles  restricciones o límites a los niños y jóvenes, imponerles disciplina o hacerles acatar la autoridad de los mayores, son cosas que se perciben como muy negativas. Parece  que el ser permisivos o condescendientes, es visto como el camino correcto para una buena formación.  


Por esta razón, estamos viendo una generación acostumbrada a tener todo lo que quieren y piden, He escuchado a educadores escolares mencionar, que se ven forzados a ponerle buenas notas a sus alumnos, con tal de no tener que enfrentarse con la ira de los padres, que no resisten  la idea de ver fracasar a sus hijos. 


Como si la vida fuera siempre de éxitos y no de caídas de las cuales se deben levantar. Recordemos que la resiliencia es hoy una habilidad fundamental, que la educación contemporánea de los padres, no está preparando a sus hijos .. 


El problema es que, a medida que los miembros de estas nuevas generaciones, se van integrando a la vida laboral, tienen un choque doloroso con la realidad: ya no son las personas mimadas y especiales, que les hicieron creer sus padres . El impacto en la auto imagen es muy negativa. Aquí es donde la tecnología de las redes sociales entra a jugar un papel protagónico. 


En estas plataformas, estos jóvenes ponen sus perfiles de manera que los demás los vean de la mejor forma. Es una su vía de escape para encontrar aprobación. Su popularidad está asociada a los “likes” que reciben en las comunidades donde participan. Su uso, dispara la dopamina, que da un gran sentido de bienestar cuando hay una retroalimentación positiva.. 


Por esta razón, las investigaciones recientes, muestran que el uso de estas plataformas, genera una adición similar a la del alcohol, el cigarrillo y otras sustancias adictivas. 


Cuando estas generaciones llegan a la adultez y comienzan su vida laboral, estas  posibilidades de tener reconocimiento y gratificación,  claramente no están disponibles en el mundo del trabajo. Son personas que se encuentran desubicadas, pero que además, no han aprendido a pedir ayuda.


La necesidad de sentirse entendido y aprobado, es natural a todos los seres humanos. Desde pequeños se busca la aprobación de los padres. Más adelante de sus compañeros y amigos. Es parte del proceso muy estresante en el camino de crecer y aprender a vivir en comunidad. El uso del alcohol, que hoy se ve en jóvenes, es el mecanismo que utilizan para enfrentar su nueva realidad. Pero como ya se dijo, la tecnología juega un papel similar.


Lo paradójico es qué hay restricciones para el uso de sustancias tóxicas generadoras dopamina, como el alcohol, pero no existen en el caso del uso de las tecnologías que son adictivas. El resultado, es que estas nuevas generaciones no desarrollan capacidades para enfrentar situaciones complejas, frustrantes o estresantes. 



Pero hay otra característica que es muy preocupante  de estas generaciones : la impaciencia. Gracias a la tecnología, están acostumbrados a un mundo de satisfacciones instantáneas. A un click, tienen acceso a compras, descargas de películas o mensajes inmediatos.  Por buscar los resultados y gratificaciones rápidas, se les olvida disfrutar del camino y del goce del viaje por la vida.


Esta actitud fácil, explica el porqué las relaciones interpersonales en estas nuevas generaciones son muy efímeras. Ante la primera dificultad se rinden y no perseveran. El resultado es una gran inseguridad e incapacidad de enfrentar su realidad. Al final, los problemas se les van acumulando, sin entender que el principal problema radica en ellos mismos.


Como resultado, los niveles de depresión y el aumento de suicidios entre los jóvenes, se han disparado. También el uso de drogas sintéticas y de otros tipos. Pero han disminuido las habilidades para construir relaciones físicas sostenibles, profundas y significativas, sin tener como un intermediario un celular. 


La marca de sus relaciones de estas nuevas generaciones es la superficialidad y el narcisismo. No  son los mejores compañeros para enfrentar un mundo cada vez más complejo, y para el cual, estas nuevas generaciones no están siendo preparadas. No nos sorprendamos si en los años venideros,  haya mucha gente muy frustrada, deprimida y sigan creciendo los suicidios.. Cambiar esa realidad no va a ser fácil, salvo que los padres de familia, que hoy tienen hijos muy pequeños, entiendan el mensaje.




domingo, 19 de marzo de 2023

Reflexiones sobre el liderazgo

 


Recordando los tres blogs anteriores, tenemos un estado y una sociedad débiles, que no tienen las capacidades para enfrentar sus  problemas. Hay unos retos que son  de tipo técnico,  para los cuales se podrían esperar del estado unas soluciones efectivas y conocidas. Un ejemplo, sería contar una buena red de servicios públicos, promovidos por el estado en colaboración con la tecnología y capacidad de inversión del sector privado, que atienda las necesidades básicas de la población. 


Pero hay otros problemas, para los cuales, ni el estado ni la sociedad,  tienen una solución efectiva.  Requieren tener la capacidad de liderazgo en diferentes niveles, para lograr la movilización de toda la comunidad y la colaboración  con el estado. Se necesitan   desarrollar capacidades de liderazgo colectivo, que promuevan la corresponsabilidad de la gente, para adaptarse  a las nuevas circunstancias del entorno y ayudar a la solución del problema. Esa es la propuesta de Motores de Esperanza explicada en mi último blog


Esto implica  capacitar para ejercer el liderazgo, a gente seleccionada  a todos los niveles de la sociedad.  Es la manera de evitar  depender de lo que diga o haga  la figura con autoridad  . Hay que entender que los problemas complejos que hoy enfrentamos, desbordan ampliamente  las capacidades individuales y requieren de la movilización de talento y energia colectivas. 


Como ejemplo de un gran reto adaptativo, hoy enfrentamos el cambio climático, que requiere de nuevos comportamientos, valores y de una actitud de corresponsabilidad colectiva del problema. La dificultad  es que se abordan este tipo de problemas complejos, como si fueran unos retos técnicos cuando no lo son. Se  ofrecen soluciones que no comprometen a la gente para ser parte de la solución y no parte del problema .



Ante estas debilidades,  no es de extrañar que  para enfrentar los inmensos retos adaptativos del entorno actual, se perciba cada vez más  un profundo vacío de liderazgo individual y colectivo a todos los niveles de la sociedad. Sin embargo, cuando hoy la gente desesperanzada y desconfiada, demanda cambios profundos y radicales, hace mucha falta la  pedagogía  que explique el porqué el cambio y liderazgo, son dos caras de una misma moneda y cuál es la inmensa importancia que implica su comprensión. 


Sin embargo, en las circunstancias  de los retos adaptativos actuales,  la gente se encuentra muy desorientada, y  espera que alguien tenga las respuestas a los problemas complejos que enfrentan. Esta actitud pasiva, es la responsable de que se  abran las puertas para que  aparezcan  los caudillos populistas que ofrecen  las soluciones mágicas,  a situaciones muy complejas que no tienen una respuestas sencillas y que demanda una participación cada vez mayor  de la gente. 


Por las razones anteriores, es importante entender que liderar  también implica  reconocer que el éxito no es tener siempre a la mano las respuestas, pero si la capacidad de hacer las preguntas difíciles que nadie quiere oír o enfrentar.


¿Qué se requiere para desarrollar la capacidad de liderar a una comunidad que enfrenta  estos retos adaptativos tan pronto complejos?



Lo primero,  es explicarle a la gente que, para enfrentar estos retos y lograr cambios sostenibles y de impacto en el tiempo,  necesitan hacer unos cambios adaptativos a nivel personal pero también colectivo.  Esto implican  el cuestionar muchos de sus supuestos, creencias y valores personales y de la comunidad . Requiere el aceptar  ser corresponsables, y no unos actores pasivos, lo que  implica abandonar su zona de confort. 


Liderar este proceso  no es nada fácil, de hecho puede ser muy peligroso hacerlo solo. Lo inteligente es hacerlo siendo parte de una comunidad de liderazgo colectivo que se apoyan entre sí, comparten aprendizajes que muestran victorias tempranas, lo que permite capturar la atención y la confianza de la gente.


Pero hay una realidad: a las personas se les capacita para desarrollar una tarea, pero no para asumir el liderazgo de personas que estén bajo su responsabilidad, y menos en un entorno tan complejo como el presente y que se proyecta aún más difícil hacia el futuro. Pero no todo el mundo puede o quiere hacerlo. La verdad es que el ejercicio del liderazgo requiere de un gran costo personal. Si todo funciona, el crédito es de los demás, pero si hay problemas, hay que asumir las consecuencias y manejar toda la presión que eso significa.


No es fácil hacer la transición de ejecutar unas tareas, a orientar a la gente que las debe realizar en condiciones de alta incertidumbre. En especial, cuando hay un entorno de grandes cambios, donde la gente tiene que desaprender para incorporar nuevos conocimientos, creencias, valores y hábitos. 


Para hacer esa transición se requiere tomar una decisión de poner el bien común por encima de los intereses personales para avanzar  y esto significa hacer un sacrificio. Implica estar dispuesto a perder el puesto o la posición de autoridad, por defender el haber hecho lo correcto. Por esta razón, lo decía el profesor de Hatvard Ronald Heifetz: liderar es como caminar en el filo de la navaja. 


Liderar en entornos de grandes cambios, incertidumbre, volatilidad y ambigüedad, requiere tener la capacidad para generar espacios seguros y practicar la empatía. Pero también,  regular la presión para que las personas hagan los cambios adaptativos que son necesarios dadás las circunstancias. 


Es necesario que la gente entienda  que no hay respuestas fáciles a problemas complejos. Lo que  si hay, son muchas preguntas. Esto  implica que, quien lidera el proceso, tenga el valor de  cuestionar los valores y supuestos más profundos de su gente. La tendencia y la mayor equivocación, es tratar los problemas adaptativos complejos como si fueran  situaciones técnicas   para los cuales hay una respuesta conocida.


Por lo anterior, para liderar, lo fundamental es poner en el centro la condición humana y no solo los resultados. Se necesitan espacios donde la vulnerabilidad sea bienvenida para reconocer que los errores son necesarios para aprender de ellos y avanzar. 



Liderar también implica generar espacios de contención seguros. Cuando no existen, el resultado es el cinismo , la paranoia, la desconfianza y la necesidad utilizar la energía para cuidarnos de los demás. 


Estos espacios seguros son fundamentales para enfrentar los peligros de un mundo cada vez más complejo y de grandes cambios sobre los cuales no tenemos ningún control. Pero ojo, hay que mantener la presión a un nivel suficiente para que la gente no le haga quite al problema adaptativo que tiene que enfrentar. 


Para entender el ejercicio del liderazgo es fundamental comprender que los seres humanos  somos animales sociales  que respondemos a los ambientes donde actuamos. Cuando se crean las condiciones de un ambiente propicio, porque se cuenta con el liderazgo adecuado que define el tono,  las personas son capaces de lograr resultados extraordinarios. En estos espacios la confianza y la colaboración son factores culturales esenciales. 


En   circunstancias complejas, como ya lo he mencionado, también implica tener la empatía para crear las condiciones donde cada persona saque su mejor versión, se tomen mejores decisiones y se cambie la perspectiva del mundo que nos rodea. 


 ¿Pero que significa cambiar la perspectiva?  Para responder a esta pregunta vale la pena recordar la teoría de los juegos. Hay juegos finitos donde el tablero está determinado, se conocen los jugadores, las reglas y el objetivo es ganar. Hay juegos infinitos donde no se conocen los jugadores, las reglas, y el objetivo es permanecer. 


El mensaje es muy claro. En las condiciones actuales el éxito no es ganar sino permanecer. Se entiende qué en el largo plazo hay momentos positivos y también momentos donde no los hay. Para el ejerció del liderazgo, es fundamental entender en que tablero de juego se está actuando y tener la flexibilidad para adaptarse y sostenerse en el largo plazo.


Quiero terminar este blog insistiendo una vez más que el sector privado enfrenta unos inmensos retos adaptativos que invitan a ejercer el liderazgo colectivo en beneficio de la sociedad. La comprensión de lo que esto significa es fundamental para el éxito de la tarea de llenar los vacíos de liderazgo que hoy tenemos en Colombia.

sábado, 11 de marzo de 2023

Motores de Esperanza: un aporte desde el liderazgo colectivo

 


En mi blog de hace dos semanas: “Lo que está en juego en es la libertad” ofrecí presentar la propuesta de un grupo de empresarios y universidades como respuesta al análisis realizado en ese artículo. En este blog voy a compartir con mis lectores el contexto, los antecedentes y la iniciativa que ya está en marcha.

Contexto 



En un contexto de un  entorno global volátil, complejo, incierto y ambiguo sometido a muchos cambios, Colombia atraviesa un momento histórico sin antecedentes en su historia. Hoy tenemos una sociedad desorientada, un sistema democrático amenazador por la tenaza de una guerra de narrativas y el caudillismo populista, lo que se refleja en unos niveles de  desconfianza cada vez mayores, una desperanza generalizada y un profundo vacío de liderazgo. 


En este entorno tan complejo, llega un gobierno de extrema izquierda, proponiendo cambios que desconocen los avances que hemos logrado como sociedad, algunos de ellos con la clara intención de devolvernos al pasado. 


Pero lo más grave, con el propósito  de descalificar la participación del sector privado, viéndolo como parte del problema y no como un aliado invaluable, como lo ha sido en momentos anteriores tan difíciles como los vividos en la pasada pandemia. Hoy, la respuesta a este ataque frontal ha sido muy pobre. Brillan por su ausencia las propuestas innovadoras y agresivas para actuar de cara a la sociedad, quien en últimas debería ser la gran defensora del sector privado.



El  profesor James Robinson, en  su libro: “El corredor estrecho”,  plantea la tesis de que el desarrollo de un país, es el resultado de el fortalecimiento par y paso del poder del estado y de la sociedad. Una sociedad y un estado fuertes, se controlan mejor, pero además, permite un clima de colaboración mutua porque las dos partes se reconocen en su interdependencia. 


En su análisis coloca a Colombia en una situación muy precaria de las dos partes. Esto explica la brecha  entre las capacidades  de un estado débil  y las expectativas crecientes  de una población, que también es débil y fragmentada. Propuestas que atiendan estas dos grandes  debilidades serían una gran aporte que el sector privado debe hacer.


Es indudable que la sociedad colombiana requiere ver cambios en sus instituciones, pero sobre todo, en su manera de pensar y actuar para enfrentar la compleja realidad actual. Tenemos dos caminos. Esperar que un iluminado nos resuelva todos nuestros problemas, o el asumir nuestra corresponsabilidad de enfrentarlos, preparando a mucha gente que pueda asumir un rol de “liderazgo colectivo” y desde lo local.



Entendemos “el liderazgo colectivo” como  una filosofía que propone la corresponsabilidad en la movilización de la energía y el talento colectivo, en un entorno como el descrito que supera las habilidades individuales, de personas capacitadas para liderar desde diferentes ámbitos de actuación, los cambios que se requieren en función de unos valores y propósito superior compartido que busca el bien común.


Antecedentes



Desde el año 2006 la Fundación Orígen ha venido desarrollando una labor de identificar a personas con alto potencial de liderazgo para invitarlas a vivir un proceso que aumenta sus capacidades individuales y colectivas de liderazgo. Desde el 2018, con la participación de la Fundación Corona, se invitó a un grupo de empresas con intereses en los municipios de Madrid, Mosquera y Funza, a identificar personas con alto potencial de liderazgo en esos territorios y apoyar su capacitación. 


Después de cuatro años del proceso, hoy se evidencia un clima de confianza y de relacionamiento que no existía, donde los empleados de las empresas participantes, son parte integral del proceso. Se comprobó la hipótesis que teníamos después de haber capacitado a más de 3000 personas en todo el país : la importancia de impactar al que impacta, y visibilizar, conectar y apoyar a personas muy diversas y con alto interés en sus territorios para invitarlas a dar el siguiente paso de liderar colectivamente la construcción de agendas de intervención con proyectos específicos. Y mientras tanto, Orígen sigue capacitando a más gente para que forme parte del movimiento y de la red, y hoy activamente promoviendo una agenda territorial.


Propuesta



Nuestra iniciativa  busca generar un movimiento nacional para la constitución de una red de comunidades de liderazgo, que a nivel local, son capaces de liderar agendas de desarrollo, con la participación incluyente de la diversidad de  los diferentes actores relevantes de un territorio ( sector publico, sector privado, sector social, y otros )


Al ser una red, cada uno de sus nodos está conformado por un grupo de comunidades de liderazgo que avanzan agendas en temas, sociales, ambientales, económicos y públicos. La interconexión de estos nodos permite crear “una comunidad de aprendizaje “ que se retroalimenta de las experiencias colectivas alrededor de problemas comunes, aumentando significativamente la velocidad e impacto de sus intervenciones. Esta red fomenta una cultura de colaboración y de confianza que son tan críticas para el momento actual de nuestro país. De ahí se deriva el nombre de la iniciativa’ “Motores de Esperanza “


Dados los resultado obtenidos en los últimos cuatro años, la Fundación Orígen y la Fundación Corona, tomaron la decisión de ampliar la apuesta experimental  de Sabana Occidente, a otros territorios para ir creciendo la red. Es así como, a principios de mayo, se inicia un proceso similar en cuatro municipios de Sabana Centro y en Suba en Bogotá. Estamos en conversaciones con la Fundación LUKER para desarrollar el mismo proceso en Caldas, y con la U del Área Andina en su sede en Valledupar


Al plantear una red de comunidades de liderazgo, con el propósito de hacerse corresponsables de  transformar  su realidad territorial, buscamos crear un movimiento que sea apropiado de abajo hacia arriba, con una activa participación del sector privado.  Pensamos que de esta manera estaríamos generando las bases de un proceso de transformación colectiva sostenible y escalable a nivel nacional. 


Y como dice Robinson en su último libro: fortaleciendo el poder del estado y de la sociedad, se está transitando por el camino  de un corredor estrecho que conduce a la verdadera libertad, que al final, es lo que hoy está en juego. 


Nuestra invitación



Reunir una masa crítica de empresas y  universidades, que en representación del sector privado, le ofrecen al país  una propuesta innovadora y de alto impacto, en el marco del movimiento de Motores de Esperanza. Es  una invitación a aportar unos recursos para ir consolidando los pilotos que están en marcho. Pero también, que sientan que como parte de ser ciudadanos, concepto  que nos convoca a todos, participen activamente en la formación de las comunidades de liderazgo y en la construcción de las agendas territoriales en sus sitios de interés. 


Con las dos fundaciones, ya existe un plan con su presupuesto detallado para avanzar los pilotos en  las tres zonas seleccionadas.


En resumen: el sector privado colombiano,  debe de hacer sentir fuertemente  su voz, en rechazo a la forma en que el actual gobierno lo ha querido hacer ver ante la sociedad, pero eso no es suficiente. Debe liderar un movimiento nacional de iniciativas orientadas por un propósito superior: ayudar a fortalezcer las capacidades de Estado y la Sociedad en su conjunto, como lo propone Robinson, para que puedan colaborar desde lo local en la solución de retos y oportunidades conjuntas.


Iniciativas como “ Motores de Esperanza” “Compromiso Valle”, podrían ser parte del portafolio selecto y focalizado, que se comience a adoptar en muchas regiones del país.


Peonas y organizaciones interesadas pueden escribirme a fmanrique@mac.com 


sábado, 4 de marzo de 2023

Los riesgos de la policrisis para Colombia

 



Lo que más preocupa son las cosas que no son obvias o sobre lo que no conoce nada. Esto debe de llevar a la pregunta: ¿qué es lo qué hay allá afuera que no se ve y se debería considerar? (Davos Global Risk Report)


Para la reunión de Davos, que se realizó en el pasado mes de enero, se presentó el Reporte Global de Riesgos  2023. Al leer este informe, y escuchar algunas entrevistas con expertos en estos temas, me di cuenta que a mi blog anterior, le estaba faltando algo muy importante. En este blog quiero compartir con el lector, algunos de los principales puntos y reflexiones , que saqué de la lectura del informe, para entender  la gravedad del momento actual y los inmensos riesgos que enfrentamos.



Cuando se pretende impulsar reformas o cambios de gran calado, como los que Petro está buscando conseguir en su gobierno, el  equivocarse al no tener en cuenta la oportunidad de los mismos en el contexto de los riesgos globales e internos, puede tener un impacto muy negativo . Especialmente, si la tesis propuesta en mi pasado blog es cierta: lo que está en juego es nuestra libertad porque el poder del estado y de la sociedad colombiana, demuestran una gran debilidad e incapacidad para enfrentar la complejidad y los riesgos del entorno actual.

De las muchas cosas que más sorprenden de este gobierno, es la ausencia de una pedagogía para el manejo del riesgo, en especial dadás sus pretensiones de cambios radicales en un entorno como el que voy a compartir en este blog.


El reporte de Davos,  está sustentado en el aporte  a más de 1200 expertos de su Red   a nivel mundial, en el manejo de riesgos. También, en  la encuesta de opinión hechas a 12,000 lideres de negocios. para identificar los más severos riesgos en 121 economías, La metodología se basa en varios componentes:predicciones, severidad, consecuencias, nivel de preparación, nuevos riesgos.



Los riesgos de hoy, son el resultado de la sumatoria de las recientes dinámicas económicas, geopolíticas, ambientales, y del impacto del COVID 19 en la salud. Sus efectos se han multiplicado y han producido una serie de crisis que se han retroalimentado entre sí. “Los primeros años de esta década, están mostrando un periodo de la historia humana particularmente disruptivo, disparando  problemas  que habían sido tratados de resolver por muchas décadas ” (Reporte de Riesgos Globales)


La guerra en Ucrania ha hecho que la energía y los alimentos  se hayan convertido en armas de guerra. Se ha disparado la inflación a niveles no vistos en varias décadas. La disrupción del suministro de gas y petróleo desde Rusia, aumentó su consumo contaminante. El impacto ha sido un gran malestar social y la aceleración del cambio climático, en un entorno muy complejo de gran volatilidad e incertidumbre. 



Estamos entrando a la era de “la policrisis”: múltiples crisis que se retroalimentan entre sí, producidas entre otras razones, por “el retorno a  temas que se consideraban superados  como el alto costo de vida, la disparada de la inflación, la agudización de las guerras comerciales, la multiplicación de las protestas sociales y el fantasma de una guerra nuclear”. (Reporte de Riesgos Globales)

Estas tendencias han agudizado las dinámicas geopolíticas negativas hacia la colaboración, que permitiría enfrentar mejor el riesgo del cambio climático, que en el reporte, es el mayor riesgo a mediano y largo plazo . Pero en el corto plazo: “el mundo se mueve de manera colectiva hacia un foco de supervivencia a la luz de las crisis actuales: costo de vida, polarización social y política, suministro de alimentos y energía”.


El resultado que se avizora para los próximos años, es un entorno de bajo crecimiento, baja inversión, que dificulta aún más la colaboración que permitiría aumentar la resiliencia y capacidad de enfrentar los riesgos futuros que demandan escogencia complejas en los campos sociales y ambientales.


Un panelista entrevistado en Davos formulaba la siguiente pregunta: “¿Como combatir la naturaleza humana cuando  tenemos que lidiar con riesgos de hoy,  y simultáneamente, con los de mediano y largo plazo? Estamos diseñados para reaccionar a lo que tenemos enfrente pero nos cuesta mucho trabajo hacerlo con perspectivas de más largo plazo”. 


Es evidente  que entramos  una era de gran volatilidad y de crisis en cascada o “policrisis” . Estamos saliendo de una era de dos décadas  de relativa estabilidad, que no es lo natural,  cuando se compara con periodos anteriores de la historia humana, donde la marca fue la inestabilidad por largos periodos de tiempo


Como lo mencionaba otro de los expertos que escuché: “Venimos de un periodo de creación de riqueza generada por la apertura y la interconexión. Pero los logros no han sido lo suficientemente sólidos para garantizar su sostenibilidad. Hoy nos estamos confrontando con una nueva realidad, donde algunos de los beneficios obtenidos, paradójicamente se pueden perder, gracias a la misma globalización de las últimas dos décadas que los produjo. Esto va impactar los niveles de riqueza”. 



En el Reporte Global de Riesgos de Davos, hay varias conclusiones muy importantes que claramente el gobierno de Petro en Colombia, no ha tenido en cuenta ni le importa, cuando propone cambios estructurales . 

“No se pueden aplicar soluciones fáciles a temas que requieren soluciones a largo plazo . Los riesgos actuales tienen unas implicación muy serias hacia adelante. Hay que pensar de manera más colaborativa y con imaginación, para prepararnos y tener resiliencia. Hay que invertir en los cambios que sean más estructurales”.



En el caso colombiano, la aproximación a los cambios propuestos, ha sido de confrontación, sordera aguda, cero colaboración, y de desconocimiento de los avances obtenidos durante décadas. Aún más, de descalificación del sector privado que es un actor fundamental en su implementación. 

Pero más grave aún, cuando se tocan simultáneamente sistemas bien complejos como el de la salud, las pensiones, la reforma política, y “la Paz Total”. Y peor cuando el Estado actual, que es muy débil y muy mal ejecutor,  pretende hacer estos cambios sin oposición y con una sociedad igualmente fragmentada y débil.


“No se ha aceptado que la era de energía barata basada en combustibles fósiles está llegando a su fin mientras se va destruyendo el planeta”.


El planteamiento de Petro en esta materia es correcto pero propone que Colombia se sacrifique económicamente, cuando su contribución al problema global del cambio climático es mínimo (0.6%), mientras que debido a las crisis de Ucrania, en Europa, se ven obligados a consumir más combustibles fósiles. 



“Pero la gente no invierte en soluciones de mediano y largo plazo, porque no confían en la estabilidad de la regulación para hacer las inversiones. Si no hay señales claras a la gente, desde la política pública, para generar la confianza y hacer la transición hacia las energías limpias, esta no se va a dar en el tiempo”

“La estabilidad y la confianza se logra a un costo muy bajo, pero se requiere voluntad y predecibilidad  política, lo que no se ven en esta época”. 


Estas dos observaciones, claramente no están en el radar del gobierno de izquierda de Petro, a quien no le importa estar dando las señales equivocadas, y de falta de seriedad, que minan la estabilidad y la confianza en las políticas públicas. El impacto va ser una parálisis en la inversión, no solo en la transición hacia las energías limpias, sino en campos críticos como el de la salud y la infraestructura entre otros. Y el mensaje más grave: tenemos un estado débil e incapaz, que además no es confiable porque  irrespeta sus compromisos. 



“La mentalidad de resiliencia nos debe de invitar a prepararnos para los riesgos en el mediano y largo plazo, y así reducir la incertidumbre que permita tomar mejores decisiones de dónde invertir los recursos limitados.  Hay que entender, que muchos de los riesgos que se están viendo, están interconectados entre sí”.


En este punto, Petro parece tener una tendencia contraria. Cada twitteo que hace, aumenta la incertidumbre. Y sus decisiones erráticas e improvisadas, que claramente no miden sus consecuencias en el mediano y largo plazo,  no son las mejores. Hay un gran  riesgo de malgastar los inmensos recursos, con los que hoy cuenta su gobierno, en aventuras como la reforma al sistema de salud, para no hablar de poner en riesgo la vida de miles de colombianos.



“En relación a la oportunidad de colaboración entre el sector privado y los gobiernos alrededor de las visiones de corto y de largo plazo, lo que se requiere son regulaciones más ágiles que pueden responder rápidamente a los nuevos riesgos”


“Hay que pensar de manera diferente acerca de los riesgos , de cómo están interconectados y cómo pueden impactar. acelerarse y retroalimentarse, y cuáles son las opciones de respuesta colaborativa”. 


Si hay algo que me ha llamado la atención del Reporte y los comentarios que escuché, es que     la principal conclusión gira alrededor la necesidad de propiciar unas  mayores relaciones colaborativas entre el estado y la sociedad, especialmente con el sector privado. Esta colaboración fortalecería a las dos partes, para minimizar los riesgos, y mejorar las decisiones y sus consecuencias en el mediano y largo plazo. Esta es la tesis central del profesor  James Robinson, en su libro “El corredor estrecho” que presenté en el blog anterior. 


Lamentablemente hoy con Petro, tenemos mucho más fricción, confrontación y descalificación, que colaboración. Además de su falta de liderazgo que permita dinámicas más constructivas, el problema también es el individualismo de las sociedades contemporáneas, donde el bien individual prima sobre el colectivo. El reto es lograr que el bien comun sea igualmente valioso


La visión estatista e ideologizada de Petro y su ala extrema, lo ha llevado a descalificar la participación del sector privado. Y de esto se desprende que, si pasan los cambios como los está proponiendo, no solo no habrá colaboración, sino que tampoco regulaciones ágiles, para minimizar los riesgos de las intervenciones radicales y muy complejas, en temas como los de la salud. 


En el reporte del 2023, se hace énfasis en la necesidad de desarrollar nuevas capacidades para ver hacia el futuro y recalibrar el valor presente de los riesgos futuros.  Esto significa invertir en preparar a las organizaciones para enfrentar  escenarios con distintos riesgos. El curso de acción del gobierno de Petro no contempla ni de lejos esta posibilidad.



Pero hay varias recomendaciones para enfrentar los riesgos globales que muestran hacia donde nos deberíamos mover. La primera de ellas: entender la interconexión de las crisis y como se impactan negativamente y se amplifican. Esto implica revisar los supuestos y creencias para cambiar la forma como vemos al mundo, y  prepararnos para actuar más ágilmente, en un entorno de “policrisis” y de cambios estructurales. 


La segunda recomendación:  hay que tener una mentalidad de resilencia más desarrollada en el largo plazo, para tomar mejores decisiones, que permitan  invertir mejor los recursos limitados disponibles. Esto requiere creatividad y la voluntad de  colaboración entre los sectores público y privado.



La tercera recomendación: hay que tomar decisiones colectivas, con visiones de largo plazo, lo cual requiere  que el estado y la sociedad se fortalezcan, se reconozcan y generen un clima de confianza que les permita colaborar. Solo así es posible enfrentar los inmensos riesgos y desafíos de una época caracterizada por la incertidumbre, volatilidad, complejidad crecientes y cambios muy rápidos.  En este nuevo e inédito escenario, las experiencias y políticas pasadas nos son las mejores consejeras


La cuarta recomendación: la falta de un  nivel del optimismo y capacidad de adaptación al cambio, es lo que nos está impidiendo avanzar hacia el fituro, a donde vamos a llegar de todas maneras. Pero es nuestra mentalidad la que nos frena hoy 



En resumen: la esperanza es poderse mover de la fricción ocasionada por la confrontación ideológica, a una mayor mentalidad de  colaboración, para así enfrentar los múltiples riesgos que se ven en el largo plazo. Son muy limitadas la oportunidades de hacer algo individual ante los desafíos que enfrentamos, especialmente cuando tenemos un estado y una sociedad débil como es el caso de Colombia. 


Como se puede observar de la lectura de estas conclusiones sobre los riesgos globales, el gobierno actual está buscando refundar a Colombia, cuando hay un entorno de múltiples crisis a nivel mundial y nacional. Esta realidad nos hacen aún más vulnerables y expuestos, a que aparezcan otros riesgos,  con un alto impacto negativo en nuestra sociedad. El cambio por el cambio, y sin un liderazgo colectivo, sin tener en cuenta estas consideraciones, es un salto al vacío, contra el cual tenemos que reaccionar ya.