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sábado, 4 de septiembre de 2021

Del acuerdo a la alineación una ventaja para una sociedad



 “Hemos conseguido un acuerdo de paz” que sin embargo no logró alinear a la sociedad colombiana para tener un soporte mayoritario. Dos palabras y dos significados distintos. ¿Porque no lo logramos, ni en La Paz, ni en otros temas críticos para la sociedad?

Es muy interesante como transitamos por el mundo utilizando un lenguaje conformado por palabras y frases cuyo significado lo damos por compartido y entendido por los demás. Y sin embargo, cuando se avanza en la conversación que busca lograr un objetivo, conseguir algo, o poner en marcha una dinámica determinada, nos sorprendemos porque no lo logramos, las expectativas se frustran, y los conflictos se multiplican. 


Finalmente, se atribuye el problema a “falta de comunicación”. Y claro no la hay, porque no se hizo un esfuerzo previo para validar los significados de las palabras y los supuestos que deberían sustentar el proceso. 


Los comentarios anteriores me surgen de haber participado del proceso de Dialogos de Futuro, que traté en el blog anterior, en el cual escuché en muchas ocasiones dos palabras que me pusieron a reflexionar: alineación y acuerdo. Era evidente que estaban en el corazón del proceso que nos tomó siete meses de trabajo, donde buscábamos la alineación de los participantes para lograr unos acuerdos. Parecería lógico su uso y su secuencia. Hasta que algo me sucedió. 


Un amigo norteamericano: Greg Horowitt, quien había sido invitado en un momento del proceso para aportar su visión y experiencia trabajando en la U de California y Stanford, para enriquecer la compresión de los temas que estábamos tratando en Dialogos, me envió un escrito que me mostró una nueva forma de entender qué significado tienen la alineación y el acuerdo. Y al hacerlo, me introdujo en una dimensión que no había explorado anteriormente. Veamos:



Según el trabajo presentado  en el 2003 en el “The Journal of Integral Thinking for Visionary Action”, por Yasuhiko Genku Kimura, la alineación es el encuentro entre las intensiones de varias o muchas personas. Un acuerdo es diferente: es el encuentro de opiniones. Pero el tema se vuelve aún más interesante cuando se entra a entender que significa una opinión y una intensión. 


Una opinión, es una suposición elevada al estado de una conclusión considerada correcta, pero sin el respaldo evidente de pruebas fácticas racionales. Esto permite entender algo muy importante: los desacuerdos se producen cuando hay diferencias de opinión, que con facilidad se pueden convertir en conflictos violentos relacionados con quien tiene la razón. La emocionalidad que acompaña este desacuerdo,  dificulta el uso de la argumentación lógica y se le da más peso a “lo que podría ser que se vuelve cierto” sin la evidencia que lo soporte. 


Desde  el coaching ontológico, una opinión en los términos anteriores, tiene detrás un juicio que no está fundamentado y se le da la calidad de una afirmación. Este tema lo he tratado en blogs recientes sobre el poder del lenguaje y los actos del habla, claves para que se tengan diálogos basados en conversaciones bien estructuradas.



En Colombia, todo el mundo parecería tener opiniones diferentes sobre lo divino y lo humano. Y está bien que se tengan. El problema surge, cuando son opiniones ligeras, no informadas, y sin sustento, que se llevan al nivel de “mi verdad” que no admite otra “verdad” y a la descalificación de quien la propone. Sobre esta base, se toman decisiones muy complejas, y que en el campo político, afectan a muchísima gente. Por esta razón, siempre es conveniente preguntarse cuáles son los fundamentos de mi opinión y que tan sólidos son en el momento de usarlos para actuar.


En cuanto a la alineación, Kimura menciona que esta se puede lograr sin las necesidades de llegar a un acuerdo, lo cual en principio sorprende. Y lo es, porque la alineación es un encuentro de intenciones acompañadas de la decisión de conseguir un resultado específico en el futuro. Y dado la incertidumbre de lograrlo, o predecirlos por anticipado, hay que reconocer el efecto de variables que lo impactan. Esto invita a entender que se necesita una actitud de exploración y de búsqueda en el proceso de lograr la alineación en función de unos resultados deseados. 


Y esta actitud  permite entender algo muy importante. Se generan acciones permanentes y evolutivas que hacen del dialogo una necesidad que permite incorporar diferentes puntos de vistas de quienes participan, con opiniones diferentes pero unidos por un propósito común. Y Kimura menciona que “cuando de manera conjunta escogen un curso de acción, reconocen que la escogencia se fundamenta en un acuerdo mutuo y tentativo, que puede ser modificado o descartado en el camino. La pregunta no es “quién tiene la razón”, si no “qué es lo mejor” para lograr el propósito deseado”.


La reflexión anterior es muy poderosa para procesos como el de Diálogo de Futuro para poder seguir adelante. También, para explicar el porqué nos cuesta tanto trabajo en Colombia construir proyectos colectivos ambiciosos. 



Un acuerdo no genera sinergias porque su fundamento son las opiniones, cuyas bases hemos visto, no tienen un sustento fáctico creíble, lo que conduce muchas veces a conflictos improductivos relacionados a quien tiene la razón. Los movimientos o las organizaciones que se basan sólo en acuerdos , tienen un riesgo mucho mayor de terminar en disolución y son muy difíciles de sostener.


Mientras que la alineación genera sinergias, porque hay un propósito mayor y compartido, que permite el invitar a la inteligencia colectiva a aportar y enriquecer,  desde la diversidad de puntos de vista e inclusive de opiniones diferentes , para conseguir un resultado deseado superior al que se puede lograr individualmente. 


La explicación anterior, también invita a otra reflexión profunda para nuestra sociedad en las condiciones de alta complejidad, miedo e incertidumbre que tenemos, para lograr manejar los desafíos y problemas que enfrentamos. 


Al no tener un propósito mayor que nos una, un liderazgo que lo facilite, no lograremos alinearnos para sacarle provecho a nuestra inteligencia colectiva. Como resultado, nos desgastamos en unos conflictos muy mal manejados, enfocados a enfrentar las opiniones,  la razón de unos contra la de los otros, y sin fundamentos sólidos que soporten las dos opiniones contrarias.


Aprovecho para recalcar, como ya lo he hecho anteriormente en otros blogs, la importancia del ejercicio del liderazgo para lograr la alineación de un grupo humano hacia un resultado deseado y en función de un propósito mayor. Y como también lo he mencionado, en nuestro país hay un inmenso vacío de liderazgo, lo que impide que se gesten muchas iniciativas de alineación que inspiren e inviten a trabajar desde lo colectivo y no desde lo individual.



Una derivada de lo anterior, es que el lograr la alineación de intensiones es un prerrequisito para movilizar la inteligencia colectiva y un mayor empoderamiento de la gente porque “hay una coherencia espiritual”. Y la sinergia que se genera, permite un manejo mucho más efectivo de los desacuerdos dentro del movimiento, que ha invitado a la alineación en función de un propósito compartido y de la pluralidad de ideas. Recuerdo que la alineación puede existir con gente que tiene opiniones diferentes pero que comparten las intenciones y el propósito.


¿Es posible cambiar una organización o un movimiento basado sólo en acuerdos? La respuesta sería positiva si hay un cambio de foco que permita pasar de solo tener opiniones a compartir las intenciones. Pero hay que entender que el proceso de alineación es muy dinámico y está en flujo permanente, lo que requiere de flexibilidad para hacer los ajustes necesarios a medida que se avanza hacia la intensión que convocó al grupo. También se requiere de darle paso a la cocreación y colaboración en un ambiente que permita el trabajo colectivo. 


¿Cuál es el reto? Superar las diferencias de opinión dando mayor peso a las intenciones y el propósito compartido que ha alineado al grupo.


Espero haber contribuido con este blog al entendimiento de las diferencias en el significado de un acuerdo y la alineación, temas cada vez más críticos en entorno cada vez más en un entorno interconectado y dinámico. Pero además, es una ventaja muy grande para una sociedad para superar los retos, aprovechar las oportunidades y devolverle credibilidad al sistema democrático, que hoy muestra una profundas debilidades para lograr un propósito superior compartido.





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