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sábado, 14 de diciembre de 2013

Las basuras: la punta del Iceberg de la incompetencia de Petro en Bogotá.

Las basuras: la punta del iceberg de la incompetencia de Petro en Bogotá

Por segunda semana consecutiva, el torbellino de hechos que nos atropellan todos los días, me obligan a posponer el último blog de la serie sobre la revisión de la Política de Innovación. En esta ocasión, no puedo dejar de referirme a la historia de la semana: la destitución de Petro por parte del procurador Ordoñez. Las reacciones que esta medida ha generado, así como las del protagonista de la película, me obligan a salirme del libreto que han seguido la mayoría de los comentaristas sobre el tema.

Como muchos casos complejos, que hoy se ven en este país, en su análisis hay una ausencia de profundidad y contexto, que permitan orientar al público de una manera más pedagógica sobre las consecuencias de los mismos. El resultado es funesto: se ahondan las confrontaciones y se pierde la oportunidad de generar una opinión bien informada . El caso de la destitución de Petro es un excelente ejemplo de esta situación. Veamos.


En la página oficial de la Procuraduría General de la Nación, se le textualmente: "esta es una institución que tiene la responsabilidad de vigilar el actuar de los servidores públicos y advertir cualquier hecho que pueda ser violatorio de las normas vigentes.. Su facultad de intervención no es facultativa sino imperativa y se desarrolla de forma selectiva cuando el Procurador General de la Nación lo considere necesario y cobra trascendencia siempre que se desarrolle en defensa de los derechos y las garantías fundamentales.  El subrayado es mío.

Más adelante se menciona: "la Procuraduría General de la Nación es la encargada de iniciar, adelantar y fallar las investigaciones que por faltas disciplinarias, se adelanten contra los servidores públicos y contra los particulares que ejercen funciones públicas o manejan dineros del estado, de conformidad con lo establecido en el Código Único Disciplinario ó Ley 734 de 2002."

Por otro lado, la constitución del 91, en su artículo 277 sobre las funciones, dice :" ejercer vigilancia superior en la conducta oficial de quienes desempeñan funciones públicas, inclusive las de elección popular; ejercer preferentemente el poder disciplinario; adelantar las investigaciones correspondientes, e imponer las respectivas sanciones conforme a la ley. Y en el artículo 278 se menciona que puede desvincular del cargo al funcionario público.

Luego, de acuerdo a las reglas vigentes, se ve claramente que una persona elegida por votación popular, si puede ser sancionada y destituida. De hecho, desde que esta norma está vigente, más de 800 alcaldes, 36 gobernadores y varios congresistas, han sido destituidos  en un periodo de 22 años. Y que  yo sepa, en ninguno de los casos anteriores, había habido la protesta que hoy se ve en el caso de Petro. Y la pregunta es: ¿porqué?.

El fallo de Ordóñez se fundamenta en varios temas que, según su evaluación, se constituyen en "faltas gravísimas", las cuales dieron pie para la destitución y la sanción a Petro sacándolo  de la vida política por 15 años. Hoy en Colombia, los privados pueden ser empresas prestadoras de servicios públicos. Petro buscó la forma de impedirlo y de ahí el pronunciamiento de la Procuraduría: de manera premeditada, “se vulneraron los principios constitucionales de libre empresa y competencia” de los operadores que estaban vigentes en el momento de la decisión.

El tema no es menor. Y si bien el robo de Moreno de los recursos públicos de Bogotá suena más escandaloso, igualmente lo debe ser la intención arbitraria de un funcionario público como Petro, dé cambiar las bases constitucionales que rigen nuestra sociedad.

Para la Procuraduría,  otra falla gravísima fue la “deliberada improvisación”, que la Alcaldía tuvo al comprar y alquilar compactadores nuevos y usados “con evidentes detrimentos al patrimonio público”. Como consecuencia de su decisión, la ineptitud y el capricho de Petro, le generaron pérdidas multimillonarias a la EAAB y a Aguas de Bogotá. Son recursos públicos que se perdieron que no pueden verse como una falla menor.

Según el Ministerio Público, “lo más incomprensible fue que el Distrito volvió a contratar a los operadores privados de quienes, según lo dicho por el señor alcalde en su momento, pretendía ‘descartelizar’”. ¿Cómo explicar la cruzada de Petro contra estas empresas, para terminar contratándolas de nuevo y en condiciones más beneficiosas para ellas?. Lo tuvo que hacer porque la ciudad no estaba preparada para asumir de nuevo el reto de recolección de las basuras. Y está por verse el impacto en las finanzas públicas de la EAAB de la parte que hoy quedó bajo su control.

El otro tema que señala la entidad de control, es que Petro estaba consiente del daño que estaba causando porque había sido advertido de manera clara por la Superintendencia de Industria y Comercio, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, la Contraloría Distrital y el Ministerio del Medio Ambiente, entre otros. Y este capítulo cae dentro de los motivos de destitución del Código Disciplinario, según entiendo.

No soy abogado, ni pretendo serlo en este caso. El criterio que me he ido formando sobre la materia, me lleva a la conclusión que Petro no cometió unas faltas menores, como lo defienden algunos de sus seguidores. Puso en peligro la salud de los habitantes de la ciudad, se brincó olímpicamente por encima de normas vigentes, y lo hizo de manera deliberada con alto impacto en los recursos públicos. Por menos, en los últimos años, otros alcaldes fueron destituidos de sus cargos. ¿Que tiene Petro para hacerlo diferente?.

El señor argumenta, que por haber sido ex guerrillero del M-19, su destitución compromete el proceso de paz con las FARC. Y esto hay que rechazarlo de fondo. Se estaría diciendo que cualquier reinsertado, que llegue a desempeñar un cargo público, tendría patente de corso para hacer y deshacer, por el simple hecho de haber sido subversivo. Increíble !!!!.

Según abogados expertos en temas disciplinarios, que pude consultar para este blog, las normas vigentes y fallos de la Corte Constitucional,  amparan la decisión y las sanciones del Procurador a Petro, debido a la gravedad de sus faltas.  En el marco de las mismas, Ordóñez estaría cumpliendo con lo que debe hacer. Estas normas, como ya lo mencioné, han estado operando por más de dos décadas. Lo que hace que su decisión sea tremendamente cuestionada ahora, es la actitud poco transparente, coherente y equilibrada de Ordoñez en casos anteriores. Y esta es la otra cara de la moneda que genera mucha confusión en la opinión pública.

Es especialmente inaceptable, la posición del Procurador respecto a la suspensión, sin que se haya emitido el fallo definitivo,  contra  Moreno y otros comprometidos en un hecho notorio, dada la magnitud del robo a la ciudad. Pero también lo es la que le impuso al Superintendente Financiero y el ex alcalde Salazar que se consideran desproporcionadas. Pero sobre todo, lo que le mina credibilidad y autoridad para el caso de Petro, son sus posturas sectarias y religiosas en otras actuaciones anteriores. Esto se está percibiendo como un abuso del poder. Y lo paradójico, es que en el caso del alcalde, el Procurador está actuando dentro de la normatividad vigente como ya lo mencioné.

En mi concepto, el problema de Ordóñez radica en sus comportamientos anteriores que no han sido equilibrados, y hacen que se le tema más por el poder inmenso que tiene su cargo, que por el respeto que inspiran sus decisiones. Sus sesgos ideológicos y religiosos, le han minado la confianza, ingredientes fundamentales para darle la credibilidad y el respaldo a su posición  en un caso tan explosivo como es el de Petro en Bogotá. Ahora el foco no está en Petro sino en la legitimidad del Procurador..!!!

Como se puede observar, el problema con la destitución de Petro es que se mezclan discursos cruzados con temas complejos y dos personajes autocráticos. Pero también, la trayectoria del Alcalde es la historia de un individuo que mostró su competencia política cuando era congresista, para mostrar su incompetencia administrativa en el manejo de los destinos de una ciudad de más de 7 millones de habitantes.

Por esta razón,  hay un tema de fondo que no puede pasar agachado: el pésimo manejo de las basuras, es apenas la punta del iceberg de la ineptitud en la gestión de los recursos públicos de la ciudad. Hoy Bogotá muestra retroceso muy graves en términos de planeación, movilidad, productividad urbana, y ejecución presupuestal en general. Y los cacareados logros  de Petro, de dar subsidios de transporte y agua, comprometen seriamente las finanzas del Sistema Transmilenio y de la EAAB.

El fallo del Procurador, más allá de lo controvertido del personaje en cuestión, se debe ver como un llamado de atención sobre el hecho de que es muy grave el manejo improvisado e irresponsable de los recursos públicos. También, que por capricho, un funcionario público no puede birlar las normas existentes. Los dos temas sumados , son otra manera de fomentar la corrupción. Si los comportamientos autoritarios, la falta de planeación y la ligereza, no tienen consecuencias, el mensaje no puede ser más funesto para un país que tiene una crisis muy grave en la gestión de lo público.

Y lo triste de este proceso de desistiticionalización, que se suma a otros recientes igualmente graves, es que se está volviendo víctima a Petro. Y repito, se saca del centro del debate el tema central: su incompetencia, agravada por su actitud  recurrente, de despreciar la normatividad vigente, como también sucedió recientemente con el POT. Y lo que es peor, ahora lo vemos en el balcón de la Alcaldía, incitando al desconocimiento de la decisión, movilizando a empleados oficiales y a otros, con recursos públicos y medios como el Canal Capital.

Petro quiere aprovechar esta situación para generar solidaridad, promover un movimiento de "los indignados" y todo esto buscando desviar la atención sobre su incompetencia y arbitrariedad reiterada. Por esta razón, quisiera promover también el movimiento de "los indignados contra Petro", que estén hastiados de los malos manejos por parte de  personajes como él, que tanto mal le ha hecho a Bogotá.




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