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sábado, 28 de diciembre de 2019

La historia real de nuestro tiempo

Mientras en Colombia nos entretenemos con unas marchas que van para largo, y cuyos voceros han aumentado sus demandas de 12 a 105 en estos días, el mundo sigue adelante y hay eventos que están pasando que tienen repercusiones para nuestro país.

El proceso de destitución de Trump en los Estados Unidos sigue adelante, bajo la acusación gravísima de haber chantajeado al gobierno de Ucrania, para que suministrara información que perjudicara a su potencial opositor en las próximas elecciones. Los demócratas, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, ya lo han condenado. Sin embargo, gracias a los republicanos, con la mayoría en el Senado, lo dejaran libre para que pueda terminar su mandato. 

Pero lo más grave está por venir. A pesar de las pruebas, que han salido a la luz pública en contra de Trump y sus compinches en este proceso, es muy posible que este individuo logre ser reelegido para un segundo periodo.

De suceder lo que parece inevitable, la suerte estaría echada y el mensaje sería fatal. Hoy en los Estados Unidos, un presidente puede hacer lo que se le venga en gana para conseguir su reelección, y evitar con total impunidad responder por sus acciones. No importa si estas violentan los principios mismos, sobre los cuales se ha basado la democracia de este país, en otras épocas admirado y referente en el mundo, 

La señal es desastrosa por múltiples razones. El comportamiento de Trump en estos tres años como presidente, ha hecho una mofa de las reglas de juego, que antes dieron brillo a la democracia norteamericana. En el ambiente promovido por este individuo, se volvió legítimo  denigrar de la verdad y tolerar la corrupción a los más altos niveles del Estado. 

Y si Trump vuelve a ser elegido, el daño que le habrá hecho  a su país, con su comportamiento amoral será inmenso. Con la complicidad de los republicanos, habrán debilitado profundamente  a su país en su interior, y minado de manera irreparable su influencia e impacto en el exterior. 
  
El columnista Charles M Blow del N Y Times , califica lo que ha sucedido durante estos tres largos años con Trump, como una falla de proporciones teutónicas y de gran impacto en el largo plazo. Y hay razones de fondo para sustentar su afirmación.

Se han redefinido los límites de lo que es permitido, que dejó de ser fijo, para volverse flexible . Los comportamientos inaceptables se han vuelto aceptables. Y si algo es claro del perfil psicológico  de Trump, es que se sentirá con patente de corso para hacer lo que quiera después del que el Senado lo absuelva el próximo año, porque sabe que no hay un mecanismo institucional ni sanción social que se lo impida. Podrá seguir actuando con impunidad total y sin control.

Se ha comenzado a formar un consenso al rededor de una gran preocupación.  Los diferentes mecanismos de balance del poder, diseñados por los padres de la patria en los Estados Unidos, como es el de la destitución, habrán fallado. Nunca se previó un escenario con un tipo como Trump, ni un sistema político tan polarizado como el actual. La combinación de los dos, ha degradado la política de ese pais, posiblemente al más bajo nivel en su historia.

El mensaje es muy grave por otras razones. Si el dirigente que tiene en sus manos los destinos de la nación  más poderosa,  puede romper sin ningún costo las reglas que le dan legitimidad a la democracia, el resultado es el colapso de la misma. Y si su actuación, desde la más alta posición de poder, se vuelve el modelo de rol a seguir, se legitiman comportamientos similares en mucha gente. Trump ha abierto una caja de Pandora que es muy difícil volver a cerrar.

En esta época tan confusa de Trump, lo impensable se vuelve aceptable. Los desafueros que este señor comete, y que en otras épocas serían motivo de un gran escándalo, se convierten en las noticias normales de todos los días. Lo tóxico se vuelve normal y la dignidad de la más alta posición del estado queda en los suelos, Y si es reelegido, no tendrá freno para que siga cometiendo delitos con total impunidad.

¿Por qué se ha llegado a este nivel de desorientación ética y moral pública durante estos tres años? El comportamiento desmedido y sin antecedentes de Trump, simplemente ha desbordado la capacidad de asombro de la sociedad norteamericana, así como su posibilidad  de recuperarse y responder.

Como lo expresa Blow: “ el sentido de lo que es aceptable ha sido puesto al límite y ha sido reseteado”. Lo impensable sucede todos los días al punto que los escándalos son tan frecuentes que ya dejan de ser noticia. Y cuando esto sucede, y lo aberrante se vuelve normal, la sociedad que lo padece tiene un gran problema. 

Vivimos una época de confusión y cinismo, es donde tipos como TRUMP pueden florecer. Y a pesar de que durante la campaña del 2016, este personaje ofreció llegar a WASHINGTON a limpiar el sistema, en la práctica lo que ha hecho es beneficiarse de él. Gracias a su comportamiento amoral, la deshonestidad se ha vuelto lo normal y una estrategia ganadora.

Pero esta situación es más preocupante, cuando la democracia y las instituciones que la sustentan, se encuentran atacadas desde adentro por quien las representa y las debe de orientar. Trump es el principal instigador del caos imperante, y lo hace impunemente y sin pudor, porque ha descubierto que es una estrategia exitosa que usa en su propio beneficio.

Pero hay algo que debería preocupar mucho más a los norteamericanos: la falta de líderes dentro del partido  demócrata, que se conecten con los votantes que Trump ha logrado atraer de la clase trabajadora. Pero lo más grave, es la falta de principios del partido republicano, que ha decidido arropar a Trump contra viento y marea, ignorando sus abusos de poder, y sin importar el costo para la democracia, ni la credibilidad de los ideales que dicen defender.

Visto desde afuera, es como si el sistema democrático norteamericano se hubiera quedado sin anticuerpos suficientes. Hoy, los gringos están profundamente divididos, y cada vez les cuesta más trabajo defenderse de los ataques sistemáticos que Trump ha realizado en contra de los valores y las instituciones de su país . 

Pero hay más razones para preocuparse. Trump ha hecho evidente que a millones de sus compatriotas no les molesta, e inclusive aplauden, cuando el presidente de su país miente descaradamente, atropella a las mujeres, es un racista consumado, o ataca a las propias instituciones que juró defender. Respaldado por el 40% de la población según las encuestas, Trump siente que los interpreta y defiende, y esto le da más sentido de legitimidad a su propia impunidad. 

Lo que iba a venir se evidenció, cuando sin ningún escrúpulo, usó y fue utilizado por los rusos para ganar las elecciones. Y ahora, pretende ser reelegido, usando el chantaje en contra de otro país ( Ucrania), y con los recursos del Estado . Este es la razón del proceso de destitución que está en marcha, pero que con la complicidad de los republicanos en el Senado donde son la mayoría, saldrá absuelto el próximo año. 

Capítulo aparte merece el papel de los medios conservadores como la cadena Fox, que han sido fundamentales para crear una caja de resonancia para Trump. Estos son los espacios,  donde millones de norteamericanos, se alimentan diariamente de las noticias falsas y verdades a medias, producidas por Trump. 

Los medios de extrema derecha, se han convertido en el vehículo perfecto para que, un personaje amoral como es el actual presidente gringo, utilice la desinformación como mecanismo vital para lograr su objetivo de desorientar y dividir. Y lo hace al quitarle el sentido a la verdad y relativizando los hechos, como una nueva manera de mantener el poder a cualquier costo, en la sociedad democrática norteamericana

Como consecuencia de lo que está sucediendo en los Estados Unidos, este país que después de la Segunda Guerra Mundial, se volvió el faro y referente del sistema democrático en el mundo, hoy tiene a un tipo despreciable en la Presidencia, dando un pésimo ejemplo que ha minado profundamente la posición de su país en el mundo.

El exito de los Estados Unidos no se derivó de su poderío militar ni de su riqueza, sino de sus valores que le permitieron liderar la arquitectura multilateral internacional. También,  la apertura de su sociedad que le facilitó el irse redefiniendo y asimilando las diferentes olas de emigrantes que llegaron a su territorio. El comportamiento y las decisiones de Trump, están socavando los fundamentos mismos de su país, y remplazándolos por unos anti valores muy preocupantes.  

La repercusión en el resto del mundo es inmensa. Para solo poner tres  ejemplos. El primero, su desprecio por el tema ambiental al retirarse de los acuerdos de Paris. El segundo, desmantelar la arquitectura institucional que su país lideró después de la post guerra. Y en cuanto a Colombia, la  narcotización de la agenda  entre los dos paises, y la continuación de la guerra absurda contra las drogas, donde hemos pagado unos costos inmensos gracias a la posición de los gringos.

Nada resume mejor lo que está sucediendo en los Estados Unidos en la actualidad, con un impresionante paralelo en el Reino Unido, como lo describe en el siguiente párrafo Roger Cohen, otro columnista del NY Times : “esta es la historia de Trump , quien convierte en marionetas a la gente mediante la manipulación de la indignación y el desprecio de la verdad. Esta es la historia real de nuestro tiempo” 


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