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sábado, 1 de abril de 2023

El Terminator criollo




 The Terminator ( El Exterminador ) fue una película  dirigida  por James Cameron  en 1984 y protagonizada por Arnold Schwarzenegger.  Esta película me vino a la memoria, al estar viendo lo que está sucediendo , bajo la dirección de Gustavo Petro, hoy en el poder.

Estamos presenciando la versión criolla dirigida por nuestro mesiánico presidente. La primera  película era de ciencia ficción/acción. En el caso de la película que se estrenó el 7 de agosto del 2022 en el Capitolio Nacional, el día de la posesión de Petro , comenzamos a ver  una versión  que busca volver la ficción, una realidad a punta de verbo, y cero gestión. 



Y lo que es peor: no reconoce que, el mayor problema de Colombia, es la incapacidad del Estado de responder a las crecientes expectativas de los colombianos. Todas las reformas propuestas por nuestro Terminator criollo, buscan darle un inmenso poder al Estado y a las mafias criminales, mientras de manera descarada, descalifica y arremete contra el Sector Privado .


En este caso, el guion  de la narrativa que se viene ejecutando por parte del Exterminador colombiano, nos muestra cómo, hasta ahora, nos hemos estado comportando como unos observadores pasivos. Mientras tanto, nuestro Terminator colombiano, ha hecho uso de la democracia para lograr sus propósitos  y ha aprovechado  las débiles instituciones  para llegar al poder. No es una partitura muy original, ni sus resultados de horror son únicos, como lo muestran los casos de Venezuela y Nicaragua.



Bajo su grito de guerra del “cambio”, montó una aplanadora legislativa para ferrocarrilear las reformas mal intencionadas y sin estructura, que propuso durante su campaña, con las cuales busca refundar  al país. Siguiendo el ejemplo de la versión original de Terminator, que acaba con todo lo que se le atraviesa a su paso,  en la versión colombiana, nuestro Terminator criollo, está convencido  que la escasa mayoría que obtuvo para llegar al poder,  le ha dado la patente de corso para acabar  las instituciones, que nos han tomado décadas,  construir.


Desde la elección de Petro en agosto del año pasado, como Presidente de Colombia,  millones de colombianos, ya teníamos  la sospecha que esto iba a ocurrir. A mi me preocupaba la aparente moderación de sus mensajes durante la segunda vuelta y en su discurso de posesión. La razón: el haber escuchado sus explosivos planteamientos durante la mayor parte de su campaña, y recordando su comportamiento  cuando fue Alcalde de Bogotá. Por esta razón  mi pregunta siempre fue: ¿cuáles son las verdaderas intensiones de Petro?. 


En mi blog del 3 de Septiembre del 2022: “ Camarón que duerme se lo lleva la corriente”, me anticipaba a lo que iba a suceder y que hoy es una realidad. 


“Esta es una etapa inédita de la llegada de la izquierda al poder. Para quienes votaron por Petro , el problema está en las altísimas expectativas que generó al ofrecer  un milagro de cambio en muy corto plazo. Para quienes no lo hicieron,  el tema de fondo que genera  una inmensa  preocupación,  es  la verdadera  intención de los cambios propuestos, que reflejan  la partitura ya conocida del Foro de San Pablo, que se implementó en Venezuela y Nicaragua, con la asesoría de Cuba, con los desastrosos resultados conocidos”.


Más recientemente, en mi blog del 18 de febrero de este año: “El lobo se quita la piel de oveja” también escribía:


“ Ante la posibilidad de que, sus alocadas e irresponsables propuestas de destrozar los sistemas de salud, pensional, etc y reemplazarlos por “el poderoso Estado”, bajo el paraguas “del cambio”, fueran rechazadas, resolvió convocar unas marchas en todo el país para que “el pueblo” avalara sus caprichos. 


Al señor Petro también se le ha olvidado otro pequeño detalle. Que si bien fue electo por una escasa mayoría, ese voto no le da la patente de corso para obligar a la totalidad de los colombianos, a aceptar sus propuestas improvisadas, sin discusión y análisis. Y que Colombia no es su imperio donde su palabra es la ley y tiene  la sumisión de sus súbditos”.



Los comentarios anteriores hoy están siendo refrendados por la realidad. Las verdaderas intensiones se están poniendo al descubierto. Nuestro Exterminador criollo ,  bajo el paraguas de su “Paz total”, está demoliendo la capacidad de disuasión del Estado al forzar unas negociaciones con los peores criminales, entregándoles inmensos territorios, mientras inmoviliza y desmoraliza a las Fuerzas Armadas y la Policía.



Las maniobras de este viernes, son una muestra de hasta dónde nuestro Terminator Criollo, está dispuesto a fracturar el sistema que lo llevó al poder. De manera descarada, está buscando comprar los votos individuales de los congresista de los partidos tradicionales, y pasarse por la faja a las bancadas, que se le habían arrodillado para la reforma tributaria , pero que parece estar recobrando algo de sensatez al oponerse a la reforma de la Salud. 


Si los Conservadores y el Partido de la U, son capaces de contrarrestar la descarada compra de votos individuales, y sumarse a los Liberales que por fin han declarado su oposición a esta última reforma, se estaría sentando una primera línea de defensa, apoyada por la Corte Constitucional y el Concejo de Estado,  contra las intensiones que son cada vez más claras, de nuestro Terminator criollo:  arremeter contra las instituciones, y devolvernos décadas de logros, en temas críticos como la Salud, las Pensiones, las condiciones laborales, y la Seguridad. 


Aquí quiero dejar claro, lo que mucha gente como yo pensamos hoy en Colombia. Es evidente que en todos estos temas, a pesar de los avance logrados,  se necesitan cambios y mejoras para alinearlos a las nuevas condiciones, expectativas y realidades de la sociedad colombiana. 


Lo que Petro, nuestro Terminator criollo y sus acólitos ideologizados  que lo acolitan, no han entendido, es que no es posible buscar cambios estructurales, sin valorar los logros conseguidos, sin conciliar y escuchar a quienes son actores en cada uno de los campos. Y mucho menos, cuando se  utilizan trapisondas y mentiras descaradas como lo ha hecho  la señora Corcho, ministra de Salud. Pero también, es inaceptable  que Petro  amenace con generar situaciones explosivas en las calles, cuando la situación de orden público hoy se está saliendo de control. 



Además de Terminator, Petro como Nerón, parece estar dispuesto a incendiar al país con tal de lograr sus sueños de emperador y reformador de Colombia. Y eso no lo podemos permitir.


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