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sábado, 28 de octubre de 2023

Qué significa ser humano?

 


En el blog anterior me referí a los Objetivos de Desarrollo Interior (IDG en Inglés)  y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El mensaje es poderoso : los inmensos desafíos que tenemos los seres humanos son muy complejos y solo se podrán abordar, si logramos   entender el rol que juega nuestra capacidad de transformación interior, si queremos tener impacto individual y colectivo en el entorno del cual dependemos. 

Hay un mensaje que está emergiendo cada vez con más fuerza: hacen  faltan  unas habilidades básicas que nos hacen seres humanos,  como las propuestas por los IDG para construir relaciones y comunidades productivas. Hoy son cada vez más fundamentales par enfrentar los retos actuales y futuros. Para no hablar, de su inmensa importancia para quienes quieren ejercer el liderazgo, generando cambios a favor de sus comunidades.



Evolucionamos para vivir en pequeñas comunidades de personas. Ahora vivimos en sociedades mucho más  diversas, pero nuestras habilidades sociales no han evolucionado a la altura de estos nuevos retos. Son bastante inadecuadas para enfrentar un entorno tan complejo. 

Vivimos en una época donde la capacidad de construir  relaciones es cada vez más crítica, pero  curiosamente estamos cada vez menos preparados para lograrlo y el tema no llama la atención de los que ostentan el poder en la sociedad. De hecho, muchos de ellos se aprovechan de estas falencias para imponerse sobre los demás. 


Un factor común de los seres humanos en general, es su interés de conectarse con otros y  mirar a otros,  y ser vistos por ellos, con aceptación y respeto. Somos animales sociales por excelencia. Pero para conectarse,  necesitan de unas mínimas habilidades sociales como son la empatía para ponernos en el lugar del otro, la curiosidad para poder preguntar y descubrir bases comunes, el manejo de conflictos sin envenenar las relaciones, el aceptar la vulnerabilidad en medio de la incertidumbre, la escucha activa para entender antes de juzgar a la ligera, y  el saber pedir para manejar mejor las expectativas, entre otras.


Son habilidades sencillas pero a la vez mágicas, para hacer sentir cuidado y valorado al otro como ser humano. El problema es que no son habilidades que se enseñen de manera explícita, y como resultado, hay mucha desorientación para construir relaciones duraderas y productivas. Y en su ausencia, lo que hay son conflictos que pueden escalar a niveles muy grandes de intolerancia y violencia. Pero también, incapacitan para encontrar puntos de acuerdo que nos permitan acercarnos individual y colectivamente, para trabajar con inteligencia  en el bien común que nos hace humanos.. 


Hay mucho interés en tener un sistema educativo más pertinente para el mundo actual. Pero en la práctica con el que tenemos, hemos construido una sociedad volcada hacia los logros externos y de espaldas al desarrollo interior de las personas que la integran. El resultado es una disfuncionalidad creciente. Hay un aumento de la polarización que impide llegar a acuerdos que  protegen el bien común, cuando los peligros son cada día mayores que afectan a la humanidad entera..  


David Brooks,  columnista del NY Times, en un ensayo reciente sobre estos temas , mencionaba que había un síntoma que cada vez  le llama más la atención: la ausencia de la curiosidad  de otros por acercarse a él como persona. Mencionaba que lo esperable al  asistir a reuniones sociales, era que nadie le hubiera preguntado como estaba, o que le preocupaba en el momento.. De hecho, cuando alguien se interesaba, su primera reacción era de sorpresa por ser algo muy inusual.



A este analista agudo de la realidad de su país, las falencias en las relaciones humanas, están en el fondo de muchos de nuestros problemas como humanidad, independientemente  de la cultura. Y en el ensayo que escribió para el NY Times, menciona algunas habilidades que me llamaron mucho la atención, porque van en la misma dirección de las propuestas en los IDG a los que me referí en el blog anterior. Veamos algunas 


El don de la atención. Tenemos diferentes formas de aparecer ante el mundo. Cuando nos encontramos con alguien que irradia calidez muy seguramente nos sacará lo más luminoso que tenemos. Mientras que si es alguien es muy rígido y formal, seguramente su impresión será muy distinta porque reaccionaremos de la misma forma. La manera como le prestemos atención a otra persona, la hará brillas o desaparecer ante nuestros ojos. La atención envía un mensaje poderoso de respeto  a la condición humana que trasciende las palabras.


El acompañamiento. Esta habilidad , dice Brooks, se refiere a la forma en que una esta con otra persona durante las rutinas de la vida. Las personas que son hábiles como acompañantes de otros, tienen el don de animarlos   a ser auténticos, y lo hacen estando presentes, estando ahí  y “haciendo de la conversación una forma de juego” .



El arte de la conversación.
Tuve una muy iluminante definición que aprendí de que es conversar,  cuando estuve un año formándome de “coach”. Conversar es “cambiar juntos” . En una buena conversación, quienes la sostienen entran siendo unas personas muy diferentes a las que emergen cuando esta se termina.


Hay que entender que en una conversación hay dos planos que se dan simultáneamente. El plano del lenguaje que es lo que se habla, y el plano emocional que rodea a las partes que intervienen. Si ambas partes demuestran respeto a pesar de sus diferencias, permite que haya un sentimiento de seguridad y no de amenaza. Abre las puertas a la mutua vulnerabilidad que es la llave que permite construir sobre las diferencias y reparar los malos entendidos.


Cuando el mutuo respeto existe en una conversación, las cosas fluyen y nadie lo nota. Pero cuando no existe el respeto, es lo único que finalmente importa.  La emocionalidad en cada caso abre o cierra posibilidades.


Pero las conversaciones  requieren de dos habilidades complementarias: la vapaciodax de  hacer buenas preguntas, desde una genuina  curiosidad,  y el saber escuchar que también exige la presencia plena para ponerse en la posición del otro



El arte de hacer buenas preguntas
. En nuestra cultura, la gente le cuesta hacer preguntas . Y a quien las hacen, se les puede percibir equivocadamente. Pero una buena pregunta puede abrir la posibilidad de historias maravillosas y que posiblemente nadie había tenido la curiosidad o la valentía de hacerlas. 


Las preguntas poderosas suelen ser muy sencillas y facilitan construir relaciones de  confianza. ¿En qué coyuntura se encuentra usted en estos momentos de su vida? ¿Que es el “no” que usted sigue posponiendo? ¿Cuál es talento que usted tiene que no está utilizando?. ¿Qué lo hace sentir a usted orgulloso de sus antepasados? Estos son algunos ejemplos de preguntas que pueden abrir conversaciones poderosas que nos acercan como seres humanos.


Estar en los zapatos del otro. Para evitar los juicios de valor que están mal fundamentados, y que pueden conducir a posturas violentas o a decisiones equivocadas, se necesita  la habilidad de ponerse en el lugar del  otro.  Es el primer paso que se debe de dar cuando se están iniciando unas nuevas relaciones con gente que es muy distinta y tiene puntos de vista muy distantes de los propios.  Es necesario tratar de entender cómo se ve el mundo desde esa perspectiva. Por eso es una buena práctica refraciar lo que el otro dice para cerciorarse que nos estamos entendiendo las dos partes


En resumen, está emergiendo un paradigma muy fuerte que nos está obligando a reconocer que nuestros principales problemas no son los síntomas externos que acaparan la atención. El verdadero problema es que nos olvidamos que significa ser humanos, lo que pone el foco al problema principal que está al interior de cada uno de nosotros, y de su relación entre sí y con su entorno. Esto debería cambiar el foco de atención y de la acción, porque si nos demoramos más se está comprometiendo seriamente nuestra existencia como especie que puede desaparecer de la faz de la tierra.



PD. Hoy vivimos un patético ejemplo de que significa la ausencia de las habilidades mencionadas en este blog y en los anteriores, cuando estamos hablando  de  Petro como Presidente de Colombia,  Sus comportamientos  erráticos han sido de  irrespeto hacia los demás, como también lo es su incapacidad de escuchar a quienes no piensan igual. Habla de diálogo pero   rehuye conversar sin descalificar o ignorar los avances que hemos tenido como nación, Hoy  estamos viendo los resultados: un entorno desestabilizador y de gran incertidumbre,  que está paralizando al país,  aumentando la inseguridad y auyentando la inversión, e impidiendo cerrar las heridas que tenemos como nación. Sus inhabilidades como ser humano nos  está haciendo retroceder a millones de colombianos en la historia.


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