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sábado, 3 de febrero de 2024

La cultura ciudadana o infraestructura mental de una ciudad

 


En mi blog anterior planteé el panorama de los retos que van a enfrentar los nuevos alcaldes de las principales ciudades colombianas. Propuse  que,  en los próximos cuatro años, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, tienen  que enfrentarlos en el marco de dos grandes bloques de intervención prioritarios: i) la infraestructura física de la ciudad, y ii) su infraestructura mental. 

La primera tiene que ver con las obras, los ajustes institucionales y otras intervenciones visibles, como son la seguridad y la movilidad. La segunda tiene relación  con la cultura que define el comportamiento de la gente, y  que  es indispensable para cuidar los bienes públicos  y respaldar  las buenas soluciones, que las administraciones locales logren  implementar para hacerlas sostenibles en el tiempo.  Un buen ejemplo de que eso es posible, ha sido la cultura del cuidado que generó el Metro de Medellín.



Hay que entender que, más allá de preparar a la gente  para ganarse de manera digna y productiva la vida, es fundamental formar ciudadanos que también se sientan corresponsables de lo que suceda en su entorno más próximo.  Por esta razón, la “Infraestructura Mental”,  tiene que ver con volver a poner el foco en la iniciativa de la cultura ciudadana, que propusiera Antanas Mockus hace treinta años, pero corrigiendo sus errores.



En esa época , como alcalde de Bogotá, Mockus demostró que se podían hacer cambios muy grandes de comportamiento, en una urbe caótica y compleja  de 6 millones de habitantes. Sin embargo esta iniciativa no se sostuvo porque se personalizó en su autor y no contó con un liderazgo colectivo de base que la defendiera, sostuviera y la escalara.  Estas lecciones deberían de ser tenidas en cuenta en una estrategia que busque fortalecer la “infraestructura mental” en los planes de desarrollo locales.



La cultura está representada en los valores, las narrativas y las creencias individuales y colectivas, que definen como las personas filtran la realidad y se relacionan y se comportan en ella. La cultura es un tema invisible que no se toca, pero que juega un papel fundamental como acelerador o freno del desarrollo de una sociedad. La cultura es el corazón de lo que he denominado “la Infraestructura Mental “ de una comunidad.



Dado lo anterior, propiciar  una cultura ciudadana sólida, es  una condición necesaria para que,  las iniciativas y proyectos que se hagan  en la infraestructura física de una ciudad, cuenten con una ciudadanía que los apropie , los cuiden y los sostengan.  Ya mencioné el  ejemplo de Medellín. Su sistema de metro fue protegido por sus ciudadanos durante los conflictos violentos del 2021, que destrozaron otros sistemas de transporte como Transmilenio en Bogotá y el MÍO en Cali.



Por lo tanto, es urgente que los nuevos mandatarios de estas ciudades, retomen y mejoren la experiencia de Mockus con la Cultura Ciudadana, para propiciar un apoyo colectivo a las iniciativas que busquen el bienestar de la comunidad. Pero esta decisión  necesita de un liderazgo que se debe de ver reflejado en sus Planes de Desarrollo , donde se impulse el fortalecimiento de una cultura ciudadana sólida, como una estrategia fundamental para la “Infraestructura Mental” de ciudad.


Dentro de una estrategia de participación ciudadana  a nivel local, deberían apoyarse en otros  actores  que tienen capacidad de liderazgo, y ayudar en su fortalecimiento, para que entre todos y de la mano de las administraciones locales, lideren colectivamente a sus  comunidades, y las involucren  en iniciativas  que impacten  su calidad de vida



Las nuevas administraciones  también podrían apoyar movimientos  como “Motores de Esperanza” y “Dialogos de Futuro” , que son unas iniciativas que están orientadas a propiciar la formación comunidades de liderazgo locales, que aporten al desarrollo de sus comunidades, con la participación muy activa de personas capacitadas, empresas, universidades y otros actores sociales.



Se necesita que los alcaldes que se interesen en esta estrategia,  apoyen  con fuerza  posicionar  la narrativa de la participación y el liderazgo colectivo de todos  los actores sociales. Deberán verlos como unos aliados muy importantes y corresponsables,  en la apuesta  de  tener  una cultura  cívica sostenible, que soporte el desarrollo de la ciudad y de las comunidades  locales. 


La razón : la complejidad de los problemas que enfrentan los nuevos alcaldes, en un entorno nacional cada vez más enrarecido, impone buscar la ayuda de mucha gente que esté interesada en el progreso de sus ciudad y en que estas nuevas autoridades tengan éxito .  Para lograr convocar a estas personas , es necesario utilizar el rol de las primeras autoridades de sus ciudades , para ayudar a posicionar con convicción,  la narrativa de la participación y el liderazgo colectivo, que garanticen el  desarrollo sostenible  de sus comunidades.



Sería muy oportuno que,  en un momento de una  coyuntura histórica como la actual, los alcaldes que hoy no son de la corriente de Petro, capitalicen los esfuerzos de décadas de las organizaciones que han estado dedicadas  a la formación de líderes, con perspectiva pública, como es el caso de la Fundación Oriegen y la Fundación Corona en Bogotá, y que hoy tienen también una experiencia nacional.




Estoy seguro que estas instituciones , y otras similares, ayudarían al desarrollo de la infraestructura mental de estas ciudades con un gran impacto en todos el país. Los líderes, que se han formado, se constituyen en un gran activo basado en una red de comunidades de liderazgo muy potentes, que pueden apoyar desde lo local, los cambios que estas grandes urbes necesitan, y ser unos potentes catalizadores de nuevos liderazgos políticos, sociales y empresariales  en sus entornos. 


Se que para el Alcalde Bogotá, es un tema prioritario el fortalecer a las alcaldías locales para acercar su Administración a los ciudadanos, con iniciativas sostenibles en el tiempo. La propuesta de Motores de Esperanza que hoy se comienza a desplegar experimentalmente en 10 municipios de la Sabana de Bogotá y en la localidad de Suba, propone la constitución de una red de comunidades de desarrollo, conformadas por líderes locales capacitados , que pueden ser muy importantes para promover en estos territorios, una cultura de colaboración y participación ciudadana, apoyados por empresas y universidades


Esta seria una estrategia que abonaría el camino, para que en las siguientes administraciones, la ciudadanía   defienda   los logros alcanzados y se siga construyendo sobre lo ya construido. 


Termino recordando que la ciudadanía tiene una altísima expectativa frente a los nuevos gobiernos locales y quiere ver resultados tempranos en varias áreas que los afectan en su calidad de vida. El tiempo es corto y la complejidad es muy grande , por lo que promover la unión organizada  de voluntades y de fuerzas activas, para impactar la cultura ciudadana, alrededor de alianzas y temas específicos, sería el camino más inteligente para abordar los inmenso retos que tienen los nuevos alcaldes. 








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