En este calidoscopio de noticias que hemos tenido en estos días, no es fácil escoger una de ellas para comentar o reflexionar. Por lo tanto, inicio por agradecer los comentarios de todas las personas que me hicieron a mi blog anterior: La Tormenta Perfecta. Hay un consenso sobre las señales preocupantes que hoy se ciernen sobre la economía colombiana. Sin embargo, hay un aspecto que me llamó la atención: la polarización política que se está generando.
Es muy preocupante ver las posiciones encontradas que suscitan las intervenciones del ex presidente Uribe, en relación a su postura crítica al proceso de paz. También, por el antagonismo personal que demuestra contra el Presidente Santos y la respuesta que éste le está dando a Uribe. El ejemplo de estos dirigentes políticos no es el más ejemplarizante para una sociedad enferma, que ha demostrado tanta incapacidad de manejar sus diferencias de manera constructiva y no a punta de balas.
En medio de unas señales tan claras de peligro del descarrilamiento de las locomotoras de este gobierno, en medio de un proceso muy difícil de negociación con las FARC y ad portas de una intensa campaña política, se necesita algo muy diferente. Hace mucha falta un liderazgo que invite al análisis equilibrado y objetivo de nuestra realidad, dadas las condiciones actuales del entorno internacional. Se necesitan personas que muestren, de manera pedagógica como lo hacía Mokus en Bogotá, cuáles son las oportunidades y los riesgos que hoy tiene la sociedad colombiana.
Colombia hizo la apuesta de insertarse en el mundo al firmar acuerdos de libre comercio con las principales economías del mundo. Sin embargo, su comportamiento interno esta lejos de ser el que se necesita para tener éxito hacia adelante. Competir en un mundo cada vez más complejo, cambiante y sofisticado, requiere de instituciones, empresas y personas con una mentalidad alineada, con estas nuevas realidades. Lamentablemente nuestros dirigentes políticos y económicos, parecerían estar de espaldas a esta realidad.
Al escribir estas líneas me parece que cae como anillo al dedo la columna de Joseph Stiglitz , premio Nobel de Economía, publicada por el Espectador y titulada : " Autocomplacencia en un mundo sin dirigentes:
Con los EE.UU. políticamente paralizados por las pueriles rabietas políticas de los republicanos y Europa centrada en velar por la supervivencia del mal concebido proyecto del euro, la falta de una dirección mundial fue una queja importante expresada en Davos. En los 25 últimos años hemos pasado de un mundo dominado por dos superpotencias a otro dominado por una sola y ahora a un mundo multipolar y sin dirigentes. Aunque podemos hablar del G-7 o del G-8 o del G-20, la denominación más idónea es la de G-0. Vamos a tener que aprender a vivir y prosperar en este nuevo mundo.
Cuando todas las energías y la inteligencia de nuestros dirigentes, deberían estar siendo canalizada para sacarle provecho a los avances logrados por Uribe y Santos, y corregir sus errores, estamos en una carrera loca que no construye. Esta estupidez permitió que los Chávez y Petros de este mundo lleguen al poder. Y lo que critico de estos dos casos, no son sus visiones del mundo. Lo que los hace tan peligrosos es su desconexión con la realidad mundial y su descalificación de las opiniones de los demás. Por esta razón me pregunto : ¿Cuál sería la nota que escribiría este superado economista si estuviera refiriéndose a la situación colombiana?...
Felicito a Medellín por los avances que está mostrando y lo hago con envidia de la buena. Mientras tanto, Bogotá sigue caminando hacia el despeñadero por la indiferencia de sus ciudadanos. La convocatoria de la revocatoria del mandato a Petro , promovida por Miguel Gomez, debería recibir todo nuestro apoyo. No es un problema de ideología, es simplemente de supervivencia. Un incapaz e irresponsable no puede seguir al frente de la ciudad más importante de Colombia. Tan simple como eso....
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