Con el título: “Al borde del abismo”, la revista Caretas encabeza uno de los artículos en su edición del 22 de abril de este año, donde varios comentaristas analizan la peligrosa encrucijada en la que quedó el Peru, después de los resultados de la primera vuelta para la elección del Presidente, que debe regir los destinos del vecino país hasta el 2026.
Para la segunda vuelta que se realizará en junio, quedó de primero el maestro y sindicalista Pedro Castillo de Perú Libre, quien se disputará la Presidencia con Keiko Fujimori de Fuerza Popular.
Castillo representa el ala más recalcitrante de extrema izquierda con vínculos demostrados con el Sendero Luminoso. En el 2017, lideró el paro de maestros más prolongado de la historia de ese país que doblegó al gobierno de Kuczynsky, lo que le permitió contar con una base política para su campaña presidencial.
Castillo cuenta con el respaldo total del MOVADEF (Movimiento para la admistía y los derechos fundamentales) que busca la liberación Abimael Guzmán, fundador del Sendero Luminoso, y de otros terroristas de ese grupo. Además, tiene el apoyo de CONARE SUTEP que es la división que Castillo propició para la toma marxista de este sindicato de maestros.
El Partido Perú Libre, que le dio el respaldo a Castillo, fue fundado por Vladimir Cerrón. Este personaje estudió medicina en Cuba, y actualmente está condenado a tres años de prisión aunque hoy se encuentra en libertad, por actos de corrupción cuando era gobernador de la región de Junín. Este señor es quien le ofreció una alianza a Castillo y le redactó el plan de gobierno, de orientación leninista, como plataforma de su campaña.
Keiko es la hija del expresidente Fujimori. Desde hace más de dos décadas, montó un partido político que ha gravitado en la vida política peruana desde que su padre fue condenado a 25 años de prisión. Participó en la contienda presidencial en el 2011 y el 2016, cuando obtuvo una bancada mayoritaria en el Congreso, con la cual hizo una feroz oposición a los cuatro presidentes que ha tenido el Peru en este último periodo.
Fujimori, fue acusada hace dos años, de haber recibido dineros de Oderbrecht, como otros políticos peruanos. Después de más de un año, su prisión preventiva fue revocada mientras avanzan las investigaciones en su contra. Esta decisión judicial le permitió lanzarse a otra campaña por la Presidencia de su país para el periodo 2021 - 2026. De llegar al poder, uno de sus principales objetivos, es concederle la amnistía a su padre, con quien se reconcilió y quien paga una condena de 25 años, por los abusos de poder y corrupción cometidos durante su mandato.
La paradoja de esta nueva elección en el Perú, es que se enfrenta un dirigente sindical, que busca liberar a Abimael Guzmán, con la hija de quien lo puso tras las rejas, porque lideró un movimiento terrorista que le hizo un inmenso daño al país.
Pero las paradojas no paran ahí. Castillo representa una visión del mundo de una ideología política de más de cien años, que ha demostrado su rotundo fracaso para avanzar en el desarrollo de la sociedad. Fujimori, carga con las acusaciones en contra de su padre como si fueran de ella, pero también, es responsable de sus errores políticos recientes, lo que la ha vuelto una figura divisaba y repudiada por mucha gente. Y los peruanos tienen que escoger en junio entre estos dos personajes, “entre el sida y el cancer”, como afirmaba hace cinco años el Nobel Vargas Llosa en esa oportunidad.
En el contexto anterior, me parece fundamental ponerle el foco a las principales propuestas que hace Castillo, porque son un campanazo de alerta para Colombia. Este señor, asesorado por Cerrón, de ganar las alecciones propone un viaje al pasado utilizando como modelos a Correa del Ecuador, Morales de Bolivia y Chávez y Maduro en Venezuela: una dictadura del proletariado versión 2021. Veamos algunos de sus planteamientos públicos.
- El Estado debe ser el único responsable en salud, educación y seguridad. Los privados ya no podrán intervenir en estos rubros, es la idea de nuevo régimen económico del Estado.
- El Estado será el nuevo empresario que combatirá el monopolio de los medios de comunicación, electricidad, luz, agua, cemento, etc.
- Estado fuerte con facultades. Cambio del Estado vigilante supervisor por un Estado interventor, planificador, innovador, empresario y protector.
- Todos los contratos firmados por el Estado se podrán revisar y recuperar las empresas privatizadas que fueron vendidas, sin previa consulta al pueblo.
- Estado regulador del mercado. Cambio del Estado regulado por el mercado por un Estado que regula al mercado.
- Estado nacionalizador. Cambio del Estado privatizador y exportador de capitales por un estado nacionalizador y soberano, que fortalezca la economía interna invirtiendo sus capitales en el país
Ademas, tiene como otros de sus principales planteamientos, el cambio la Constitución política del Perú, porque la actual propuso un modelo neoliberal contrario los intereses populares. Esto requiere de una modificación constitucional basada en las experiencias venezolanas , ecuatoriana y boliviana.
Lo que está sucediendo en el Perú es tremendamente preocupante. Es una clara demostración de lo que sucede cuando el sistema político se fragmenta (18 candidatos en primera vuelta), la corrupción corroe las mismas bases de la democracia, la capacidad del Estado es desbordada por las expectativas de la gente y la complejidad de la realidad (pandemia descontrolada: Perú con el más alto índice de muertos por cien mil habitantes).
El ejemplo del Perú muestra el peor de todos los escenarios: tener que votar por el mal menor porque su sociedad no ha formado verdaderos líderes políticos, sino una casta de dirigentes que aprendieron a lucrarse del Estado, entronizando la corrupción como modus de vida . Esto ha generado una cultura de gran desconfianza y escepticismo en la sociedad, particularmente entre los jóvenes. Y la verdad es que no les falta razón, veamos.
El nivel de deterioro al que ha llegado la gobernabilidad del Perú es impresionante. Fujimori condenado a 25 años, Toledo prisionero en los USA esperando extradición, García se suicidó antes de ser aprendido, Ahúmala estuvo en la cárcel y con otro juicio en curso, Kuczinski con arresto domiciliario, Vizcarra declarado incapaz moral e inhabilitado por el Congreso. Y los dos contendientes actuales también con problemas legales.
El caso peruano, muestra otro ejemplo de cómo la extrema izquierda ya aprendido la lección. Al no haber podido cambiar el sistema por la fuerza y desde afuera, se acogen a las reglas del mismo para demolerlo desde adentro y perpetuarse en el poder, como lo ha recomendado el propio Guzmán desde la prisión.
El gran interrogante es qué camino van a tomar las Fuerzas Armadas: ¿Se repetirá la historia de ese país en los años 70 cuando los militares de izquierda destrozaron su economía? , o ¿seguirá la ruta de Venezuela, donde se convirtieron en el brazo armado de la mafia que se quedó en el poder?
El solo hecho que se piense que los ejemplos de Venezuela , Ecuador, Bolivia, Nicaragua, no sirvan de disuasores, especialmente el primero que ha destruido a ese país y impulsado al vacío a más de cinco millones de sus ciudadanos que han migrado escapándose de la miseria, nos muestra el grado de postración al que ha llegado la democracia, como la hemos practicado en AL. ¿Será que en Colombia reaccionaremos antes de que sea tarde, como lo acaba de hacer el Ecuador que caminó al borde del abismo hasta hace pocas semanas?. Estas preguntas son muy relevantes ad portas de una elección presidencial en mayo del 2022.
PD: parecería que muy poco si se tiene en cuenta el escasísimo cubrimiento que ha tenido el proceso electoral peruano por parte de los medios y los inexistentes comentarios de los formadores de opinión. ¿Que se necesita para llamar su atención?