Definitivamente, hay personas que tienen las condiciones para cambiar el mundo. Uno de ellos es Elon Musk, quien preside dos empresas que hoy están rompiendo los paradigmas en sectores muy distintos: el automotriz y el de el lanzamiento de cohetes. El primero con su empresa Telsa, y el segundo con la compañía SpaceX.
En ambos casos, hizo grandes apuestas que hoy las está transformado. Y en el camino, está retando la visión de lo que es posible hacer.
Con la primera, se atrevió a ir contra la corriente de dos industrias muy poderosas: la automotriz y la petrolera. Partiendo de cero, logró diseñar un vehículo con su sistema de producción muy innovador, que rompió con todos lo paradigmas anteriores. Y en el proceso, puso en marcha el cambio hacia los vehículos eléctricos que tendrán un inmenso impacto en el uso del petróleo como única fuente de energía para la movilidad.
Con la segunda apuesta, hace unos meses, consiguió enviar el cohete más potente que se haya construido por su capacidad de carga. Desde Cabo Cañaveral hubo un lanzamiento exitoso que dejó a sus críticos muy mal parados, porque logró demostrar que era posible su sueño de tener un vehículo poderoso para enviar carga a Marte.
Musk es el mejor ejemplo de lo que una persona puede hacer, con un espíritu emprendedor impresionante, una función de riesgo muy alta, sumada a un propósito superior y una pasión por ir en contravía de los paradigmas existentes.
No es el tener más dinero lo que lo mueve. En el caso de su empresa de cohetes, su visión es hacer “a la humanidad una especie interplanetaria, y por lo tanto, segura ante una catástrofe global al poder construir una civilización en Marte”. En el caso de Telsa, su propósito es “ acelerar la transición mundial hacia el uso de energía sostenible”.
Lo interesante de este caso, es que Musk es un excelente líder porque tiene una visión inspiradora que atrae el mejor talento y lo retiene. La gente paga por ser parte de las aventuras de este gran emprendedor. Pero a su vez, también es un excelente gerente, porque es capaz de coordinar y ejecutar proceso muy innovadores y complejos de alta tecnología.
Para muchos, Musk estaba loco por intentar lo imposible. Pero eso decían cuando inicio con su proyecto de cohetes en el 2002 y que hoy es una realidad. En el caso de los autos, ha logrado que su empresa tenga una valoración similar a GM, a pesar de vender 80 veces menos unidades. Lograr dos empresas de este calibre, demuestra unas raras habilidades de Musk como “estratega, gerente, líder inspirador, con grandes ambiciones”. Así lo describe The Economist en un artículo especial recientemente publicado sobre este talentoso empresario y visionario.
Lo impresionante del caso de SpaceX, es que ha logrado ofrecer los lanzamientos al espacio más económicos del mercado. El año pasado, consiguió enviar más carga y satélites al espacio, que todos los competidores públicos y privados en el mundo. Esto lo ha hecho innovando en el diseño y en la manufactura de este tipo de aparatos. Los motores impulsores pueden regresar a la tierra lo que le genera a Musk una gran ventaja competitiva. Hoy, esta compañía es muy rentable y está pensando en su siguiente proyecto que es más ambicioso aún..
El caso económico de Telsa es bastante diferente. Ha requerido de una creciente infusión de capital y no es todavía rentable. Sin embargo, su Modelo S, es el auto eléctrico mas vendido en el mercado americano. Su Modelo 3 tiene una gran demanda, pero ha tenido problemas importantes de producción, porque han querido introducir totalmente el proceso.
Lo interesante de los vehículos Telsa es que tienen solo 20 partes para construirlos, mientras que un modelo tradicional tiene 2000. Esto le permite pensar a Musk, que podrá lograr niveles de márgenes mucho más amplios en la venta de sus autos, una vez hayan logrado dominar el proceso de manufactura.
Para conseguir su ambiciosa apuesta: la transición hacia la energía sostenible, construyó la planta más grande del mundo de producción de baterías. Con ella intenta remplazar los motores de combustión interna. Pero también, ofrecer capacidad de almacenamiento para expandir las soluciones alternativas de generación de energía, que requieren de capacidades crecientes en este campo. Este negocio tiene el potencial de ser más grande que la producción de autos eléctricos.
El caso de Elon Musk, quien llegó de Sur Africa a los Estados Unidos, es un ejemplo muy notable de cómo vencer a las empresas líderes, combinando una clara visión del futuro, con una lectura muy fina del poder de la tecnología para cambiar lo que es posible lograr. Pero lo que es impresionante de este emprendedor y gran empresario, es que ha sido capaz de motivar a su gente para ampliar las posibilidades de las diferentes tecnologías que utiliza.
Lo que han analizado el caso de las dos empresas de Musk, y que hoy tienen un valor combinado de US 80 billones, es que su promotor va más allá de los productos y las utilidades. Esto le ha permitido mantener el vigor emprendedor que impulsa la visión y la búsqueda de la innovación en todo lo que hace. Como resultado, sus ambiciosos objetivos y nuevos modelos de negocio, sorprenden constantemente a todos los que lo han criticado.
Pero Musk y sus empresas enfrentan hacia adelante una dura competencia. Los grandes productores de autos, con su larga experiencia y recursos, finalmente han entendido que el paradigma del motor de combustión interna, está llegando a su fin. Están volcándose para ofrecer al mercado autos eléctricos a gran escala.
En el caso de SpaceX, va a tener un competidor que ha generado inmensas disrupciones: Jeff Bezos fundador de Amazon. Con su nueva empresa de cohetes: Blue Origen, espera lograr la misma disrupción que ha conseguido en los sectores donde a puesto su ojo.
El negocio de lanzamiento de miles de satélites para conectar al mundo por Internet, abre un mercado demasiado atractivo para los emprendedores del calibre de estos dos señores, que han demostrado una inmensa habilidad para convertir sus visiones en realidad.
Su capacidad de tomar grandes riesgos, les permite aceptar fallar como parte del juego, y no amedrentarse ante grandes apuestas. Lo hacen apalancados en ver lo que otros ignoran, y en una extraordinaria habilidad de liderazgo, gerencial, y de ejecución sistemática de lo que se proponen.
El caso de este emprendedor es un buen referente del tipo de líderes empresariales que hoy están cambiando los paradigmas de industrias maduras y consolidadas. Afortunadamente el mundo del emprendimiento, especialmente el que hoy vemos desarrollar alrededor del uso de nuevas tecnologías, se está extendiendo rápidamente en nuestro país. El próximo gobierno deberá darle un apoyo aún mayor a a esta tendencia que puede aportar significativamente a la modernización del aparato productivo en Colombia
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