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sábado, 17 de agosto de 2024

El costo de la cultura traqueta

 


El sistema inmunológico de los seres humanos está diseñado para proteger al cuerpo de los microorganismos infecciosos que puedan entrar y destruir a los que ya lo  habitan . Esta metáfora se debería de aplicar en el caso de una sociedad que está expuesta a múltiples amenazas externas e internas, y que comprometen de manera grave su funcionamiento , e inclusive, su propia viabilidad. 


Desde esa perspectiva, es que se debe de ver la importancia del concepto del Capital Social definido por James Coleman : “es la habilidad de la gente de trabajar juntos por un propósito común en una sociedad en grupos y en organizaciones”. Y para lograr esta asociación: “ se requiere la construcción de comunidades culturales basadas en una confianza mutua entre sus miembros. No dependen de un conjunto de reglas, normas y regulaciones, sino hábitos éticos y obligaciones recíprocas morales, internalizadas por cada miembro de la comunidad “ Francis Fukuyama Libro Trust 


La existencia de confianza entre sus miembros, es el factor que distingue a las comunidades exitosas de las que no lo son. Es el factor esencial en un mundo que cada vez más le pone un Primiun a la construcción de relaciones productivas . Pero se requiere además, que los miembros de la comunidad tengan unos valores comunes y una mínimas normas de convivencia que les permita tener un propósito común que los una. También debe existir una disposición colectiva de subordinar los intereses individuales a los de la comunidad. Lo anterior es el fundamento para construir confianza en una sociedad.


Lamentablemente, hoy la sociedad occidental, que cobija a la nuestra, muestra un marcado sesgo creciente hacia el individualismo. “Cada quien que se defienda como pueda, ese no es mi problema” y como resultado tenemos una sociedad insolidaria y sin empatía por los demás. Esta frase es un buen reflejo de lo que hoy nos caracteriza  a la mayoría de los colombianos. 

El costo que pagan sociedades como la nuestra por tener una  cultura individualista , egoísta  y sin empatía, es incalculable en términos sociales y económicos. Su manifestación más preocupante es la anarquía que hoy se está apoderando del país y los altísimos niveles de desconfianza a los que hemos llegado. En Bogotá estos rondaban en el orden del 98% hace menos de dos años. Pero lo mismo está sucediendo  en otras  regiones del país. 


Lo más grave es que la anarquía está  siendo aprovechada por quienes más  se benefician de ella : los traquetos que están desplazando la presencia del Estado y lo han venido remplazando en varias zonas del país. Alguien, con quien conversaba en estos días fue más lejos. Sin darnos cuenta la cultura traqueta ha venido permeando  la sociedad colombiana, al punto que ya llegó a la cabeza de las instituciones, como lo demuestran los escándalos diarios que envuelven a Petro como presidente de Colombia. Inaudito y vergonzoso pero así es.



Hoy, sabemos cómo el capital social se puede ir destruyendo rápidamente. Y también estamos cada vez más conciertes de los inmensos costos que este proceso está infligiendo en toda la sociedad. Pero el problema y el mayor reto, es cómo cambiar esa tendencia y volver a construir un proceso sostenible de acumulación de capital social con un entorno tan complejo como el actual.


Cómo lo mencionaba Francis Fukuyama en su libro Trust escrito hace más de tres décadas :


 “la ley, los contratos, y la racionalidad económica proveen una base necesaria pero que no es suficiente para la sostenibilidad y prosperidad de las sociedades postindustriales; deben de ser apalancadas con reciprocidad, obligaciones morales y deber hacia la comunidad. Pero además confianza y todos basados en hábitos en lugar de un cálculo racional”


El problema de los colombianos, comienza cuando no somos capaces de percibir que caracteriza a nuestra sociedad y los elementos culturales diversos que la definen. Interesante que, hace más de trescientos  años, nació Adam Smith considerado el padre del Capitalismo. Y desde que comenzó a desarrollar sus teorías, entendió muy bien que la vida económica estaba integrada profundamente con la vida social. Y que esta no podía ser entendida aparte de las costumbres, la moral y los hábitos de la sociedad en la cual ocurre. Es decir, no puede estar divorciada de la cultura.


Dada esa reflexión, es más fácil ver el porqué la cultura debe estar cada vez más en el centro de las conversaciones relacionadas con el estado actual de nuestro país. Y también, poder entender el porqué la economía va en picada, mientras la cultura traqueta se apodera del imaginario público como un cancer, minando la capacidad de respuesta del cuerpo social. 


Y termino este blog por donde comencé. Cuando el sistema inmunológico está débil o no funciona, el resultado es que al cuerpo lo pueden invadir los microorganismos infectarlo y fallecer. Pues bien, yo afirmo que el sistema inmunológico de la sociedad colombiana está en serio proceso de deterioro, y si no hacemos de manera urgente algo para reversarlo, vamos a terminar igual o peor que Venezuela , cuyos resultados los volvimos a vivir con mucha intensidad con el fraude monstruoso cometido por los mafiosos que están en el poder.


En un próximo blog continuaré con este tema tan crítico para el país y mencionar lo que el sector privado debe y puede hacer antes de que ya sea muy tarde. 





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