Ya se acerca la fecha de noviembre 18, en la cual las negociaciones con las FARC en la Habana, deberán mostrar resultados concretos. Los cinco puntos acordados hace ya un año, deberían ser evacuados con el fin de presentárselos a los colombianos para su ratificación posterior.
Una jugada de esta naturaleza, seguramente se debió a una serie de supuestos que usted debió de meditar con su grupo más cercano de colaboradores. Una apuesta de esta envergadura, para quien como usted domina el juego del Poker, debería de contar con unas cartas , lo suficientemente sólidas, como para tener una mayor probabilidad de éxito. Su trayectoria anterior en la arena política lo demuestra así. Su carrera hacia la cima, la construyó en buena medida, a partir de esta capacidad de ser un buen jugador, que sabe cuando apostar, pero igualmente, cuando retirarse a tiempo.
Veamos ahora cuales debieron de ser sus supuestos para iniciar las conversaciones con las FARC.
Cuando se establecieron las reglas de juego del proceso, que se inició hace un año, se propuso una agenda acotada y una fecha límite. Se debió pensar que un año, era un tiempo razonable, para abordar unos temas complejos, pero delimitados. Seguramente, se vio con claridad la necesidad de blindar el ejercicio de un posible secuestro electoral, que le quitaría credibilidad y legitimidad al mismo.
También, hay otros supuestos claves que se debieron de tener en cuenta, en el momento de tomar la decisión de embarcar al país, en un nuevo proceso con las FARC. Seguramente, se esperaba haber llegado al final del 2013, con un ambiente político relativamente tranquilo, la coalición de Gobierno alineada, y una imagen de favorabilidad suya como Presidente, por encima del 60%.
Probablemente, se esperaba que las condiciones sociales y económicas del país, siguieran en un ambiente de calma. Y una premisa fundamental, que seguramente pesó mucho en su decisión, fue su experiencia anterior como Ministro de Defensa de Uribe, en relación a la lectura del estado de deterioro de las capacidades bélicas de las FARC, al iniciar su mandato en el 2010.
Yo no sé sí dentro de las variables que se tuvieron en cuenta para todo lo anterior, se consideraron los retos de venderle a los colombianos un nuevo proceso. Y en especial, si se subestimó el impacto, que sobre el mismo, iba a tener la posición de Uribe, cuando había declarado oponerse a cualquier iniciativa suya como Presidente, por motivos personales más que políticos.
Hoy nos acercamos inexorablemente a la fecha que usted definió como definitiva. En este momento, en mi humilde opinión, los supuestos establecidos deben de ser revaluados, porque claramente no se han cumplido.
Uribe se dedicó a destruir el proceso con la misma energía que demostró cuando era presidente, pero con un motivador muy peligroso: hacerle el mayor daño a usted e impedir su reelección a cualquier costo. Situación incompresible pero real, de quien quería pasar a la Historia como un estadista. Las vanidades, los egos y los odios de los políticos, son muy difíciles de entender para el común de los mortales.
A pesar de los esfuerzos del Grupo Negociador, encabezado por Humberto de La Calle, es claro que en términos mediáticos, las FARC le ganaron la parada. Estos, han logrado llevar el ritmo de las negociaciones al paso de tortuga, y han hecho lo posible y lo imposible, por saltarse la cerca de los cinco puntos, para remover el avispero político con sus propuestas. El resultado: sería un milagro que se logren avances significativos a cuatro semanas de la fecha final, señalada por el Gobierno.
Lo impensable también pasó. Los paros de los cafeteros, de los campesinos, y como vamos, hasta del gato, han generado una ambiente social muy enrarecido, como no se veía en mucho tiempo. La sensación de improvisación y de debilidad del Gobierno, se han visto reflejado en las encuestas. Los niveles de popularidad están por debajo del 40%, muy lejos de donde uno quisiera estar, para tener el pulso firme en la mano que se juega con las FARC, a nombre de todos los colombianos..!!!!.
Esta situación de inestabilidad puede tener un efecto perverso en las decisiones económicas. Porque otro tema impensable está hoy sobre la mesa: hoy su reelección no está garantizada. Aún más, se percibe por parte de los agentes económicos, que se están generando condiciones muy similares a las que le abrieron la puerta a Petro en Bogotá.
Sería inaudito que el Polo, disfrazado de oveja verde, después de haber saqueado a la Capital, llegara a hacer lo mismo con las arcas del Estado. La miopía de los dirigentes políticos en Bogotá, permitió que hoy continuemos con una ciudad destrozada. ¿Será que la historia se repite a una escala mayor en Colombia y tenemos a una Venezuela reeditada?.
Pero hay un supuesto que no he mencionado pero que es el más importante de todos: la actitud del pueblo colombiano ante el proceso de paz con las FARC. Seguramente, se esperaba que los altos niveles en las encuestas, que se deberían tener a estas alturas del partido, serían la señal del pleno respaldo a su gobierno. Sin embargo, hoy lo que existe es la indiferencia, apatía y una bajísima credibilidad sobre el proceso. Esto no se debe confundir con el anhelo de todos de vivir en paz, sin que esté claro que entendemos bien lo que esto significa.
La verdad, es que ha brillado por su ausencia la labor pedagógica y de liderazgo tan necesarias para un proceso tan complejo, como el que usted decidió emprender. El tema es crucial, cuando lo que está en juego, es la apropiación de la responsabilidad de toda la sociedad de tener un país en paz. Es un problema de adaptación monumental para una generación que no sabe lo es es vivir, de esa manera.
Hoy hay mucha gente que percibe el proceso, como algo que usted quiere para buscar su reelección a cualquier costo. A pesar del inmenso costo político que usted está pagando por su apuesta, la percepción más fuerte, es que hay una actitud egoísta de su parte que lo puede llevar a venderle el alma al diablo de las FARC. Con este argumento, Uribe y su combo, recorren el país, prendiendo incendios en todas partes.
La verdad, señor Presidente, hoy las bases de su apuesta, están en entredicho. Los costos de seguir como vamos, van a ser muy altos y los riesgos absolutamente inaceptables. Por esta razón, si yo fuera Presidente, suspendería el proceso el 18 de noviembre. Si los logros que se han conseguido, pero que no son conocidos por la sociedad colombiana, son lo suficientemente sólidos, la suspensión debe ser la decisión acertada. Si este no es el caso, será lamentable seguir como vamos, pero sería mucho más peligroso que la dinámica electoral colombiana, nos jugara una muy mala pasada.
De suspenderse el proceso, cuya decisión serviría para taparle la boca a su contradictores, en mi opinión sería un acto de liderazgo que muchos le reconoceríamos. Hacer una pausa, mientras pasa la época electoral, y de ser usted reelegido, permitiría corregir varios de los vacíos que hoy se evidencian en todo el ejercicio.
He sido el abanderando de que la Innovación, que hoy es uno de los pilares de su Gobierno, debe ser traída al centro del escenario de la paz. Hoy se necesitan ideas nuevas, asumir el riesgo de propiciar nuevos proyectos, para encontrar salidas novedosas a los problemas estructurales de la sociedad colombiana. Tantos años de historia sangrienta, parecería que nos han cegado a nuevas posibilidades.
Si yo fuera Presidente, estaría aglutinando a la sociedad colombiana alrededor de una nueva narrativa, de lo que es posible, si logramos tener un país, donde aprendimos a dirimir sin violencia nuestras diferencias. Un país, que entiende que el concepto de la Paz , parte de la aceptación del otro desde su diferencia. Todos hablan de la paz, pero nadie le ha dado el significado que enganche el corazón y la mente de los colombianos.
Si yo fuera Presidente, estaría propiciando el ambiente, para que muchísimos colombianos propusieran ideas para crear nuevas realidades. Buscaría que la Política de la Innovación, sirviera para aportar creativamente, a la solución del reto más grande de nuestro país. Y de esta forma, para mostrarle al mundo, que Colombia está entrando de lleno a jugar un papel importante en la comunidad de naciones en el siglo XXI. Llevo un año buscando que, alguien en su Gobierno, asuma el riesgo de abrirle las puertas con recursos, a una propuesta novedosa que cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales. Hasta ahora esto no ha sido posible y le cuento que es tremendamente frustrante.
Finalmente, si yo fuera Presidente, entendería que, a pesar de las dificultades de la apuesta, y de los costos personales y políticos incurridos hasta ahora, lo que ha pasado es una oportunidad histórica para ejercer el liderazgo. Es un punto de quiebre para corregir el rumbo y para invitar a bordo a la sociedad colombiana. Es una invitación para escribir el nuevo capítulo de nuestra historia, basado en la participación y el talento de todos, y no de la sangre y la destrucción, que son las marcas de las últimas seis décadas. En estas condiciones, estoy seguro que muchísimos colombianos, se lo estaríamos reconociendo con nuestro voto en las próximas elecciones.
PD: le sugiero al lector que no lo ha hecho, leer los dos blogs anteriores. En estos encontrarán elementos de contexto para entender el reto de liderazgo en el que está comprometido juan Manuel Santos, como presidente de todos los colombianos.
Y hay reflexión final, las veces de los jóvenes brillan por su ausencia en este debate. La verdad, es que las consecuencias de una equivocación en las decisiones que Santos tome en las próximas semanas, las van a pagar por años quienes hoy están de espalda a este proceso. Este debería ser un punto para reflexionar.
"Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter,
ResponderEliminarSi hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación.
si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo."
-Confucio-
La paz es un derecho y un deber que tenemos todos y cada uno de nosotros y que debemos asumir de acuerdo a nuestro papel en la sociedad.
LLevamos cincuenta años de conflicto, donde en resumen, los pobres asumen las consecuencias y los ricos del poder, del narcotrafico, la corrupción y el crimen lo ganan todo.
Debe existir un real acto de contrición de corazón, como disposición de la inteligencia y la voluntad libre, por parte de los que acaudillan las negociaciones en representación aparente de las partes involucradas, ya que faltan algunas, que contenga la verdadera esencia y sentido de la paz y no solo la negociación y cesión de aspectos relacionados con intereses individuales de las partes e incluso de algunas personas.
Esta misión es mucho mas sublime y noble para lo que se requiere de los hombres y mujeres con el perfil y la talla para ello. Lideres que realmente deseen crear valor a la comunidad. Esos lideres lograrán transmitir ese sentir a la comunidad y esta a su vez se empoderará del proceso.