Estuve este viernes en Quito, celebrando la mayoría de edad de una empresa en la cual soy socio muy pequeño pero con un cariño muy grande. Romero & Pazminio (R&P), cumplió 18 años de fundada por dos jóvenes, que en el 2001, se atrevieron a iniciar un emprendimiento en el sector inmobiliario cuando el Ecuador estaba pasado por un tsunami económico. Fue una época muy compleja para la economía de ese país, en la que se tuvieron que tomar medidas extremas, como la congelación de las cuentas bancarias, y la dolarización de la economía.
Y como lo mencionó Xavier, uno de los socios, durante el evento de celebración al cual fui invitado, a pesar de la crisis que se estaba viviendo en su país en el 2001, con Alejandro el otro socio, se atrevieron a hacerse una pregunta importante: ¿es el momento de iniciar una aventura empresarial cuando todas las señales del entorno no se veían favorables? Y a esta pregunta de fondo y casi que existencial, se la respondieron con otra gran pregunta: ¿y porqué no hacerlo?.
Al tomar la decisión de lanzarse al gua, los dos demostraron que tenían en sus venas una de las características necesarias para poder emprender: confiar en sus capacidades para asumir riesgos difíciles y saberlos enfrentar.
Su experiencia como funcionarios del Banco Solidario, interactuando con compañías del sector inmobiliario, les había permitido ver un error que era el común denominador en todas ellas: una mentalidad cortoplacista orientada al negocio y no al desarrollo de empresas profesionales y de largo plazo. Esta mentalidad fue la causante, de que muchas firmas, no resistieran la crisis que estremeció la economía ecuatoriana en esos años.
La oportunidad que vieron los dos socios, era la de iniciar una compañía con una visión: la ingeniería inmobiliaria puesta al servicio de la sostenibilidad empresarial. Fue así como en junio del 2001, y en medio de una gran incertidumbre economía en el Ecuador, este par de quijotes, se lanzaron al agua para iniciar una nueva vida profesional como empresarios.
Lo impactante de esta historia, es que en 1998, Xavier y Alejandro habían viajado a Bogotá, a buscar empresas colombianas que pudieran estar interesadas en asociarse con el banco para el desarrollo de proyectos de vivienda popular en el Ecuador. Esa fue la razón, por la que tuve la oportunidad de conocerlos unos meses antes, de que el Banco de la Republica, subiera las tasas de interés a la estratosfera y precipitara la más profunda crisis de la economía colombiana en 70 años y de la historia del sector inmobiliario en nuestro país.
Lo interesante de este paralelo, que estoy recordando con motivo de mi viaje a Quito, es que el común denominador identificado por Xavier y Alejandro hace 18 años, era muy similar al que afectaba el sector inmobiliario colombiano en esa época. Había una visión de negociantes, más que de empresarios, y que en un entorno tan complejo, también tuvo unas consecuencias desbastadores entre 1999 y el 2003, periodo de la crisis en el sector inmobiliario en nuestro país.
Es muy común y fácil decir, que detrás de una crisis siempre hay una oportunidad, pero la verdad es que se requiere mucho coraje para lanzarse al agua, e iniciar una nueva empresa en medio de un gran temporal, como lo hicieron Xavier y Alejandro en esa época.
Pero también, se necesitó mucho valor y visión, para reinventarse como lo hicimos en Colombia al iniciar el nuevo siglo, para aprovechar las oportunidades que estaban escondidas detrás de la más grande crisis que había afectado al sector inmobiliario en esos años. Este periodo de crisis, sirvió para formar las bases de solidez, que hoy tienen muchas de las empresas que hay en nuestro país en este sector.
Han pasado casi dos décadas, desde que R&P nació en medio de una situación muy compleja, e inició su exitosa trayectoria, en el desarrollo de proyectos de vivienda en Quito. Durante este tiempo, han sorteado con éxito varías situaciones, que han puesto a prueba su visión y los valores que los han unido.
A lo largo de la vida como empresarios, Alejandro y Xavier han desarrollado una profunda amistad. Este valor, así como el de siempre actuar de manera recta en cualquier circunstancia, por difícil que esta fuera, ha sido la marca que los ha caracterizado. Su conducta intachable, les genera una gran confianza y credibilidad en quienes hemos tenido la fortuna de conocerlos, trabar o invertir con ellos
Estos valores pasaron por una gran prueba de fuego hace tres años, cuando Alejandro tuvo un grave accidente que casi le cuesta la vida. Afortunadamente, ha ido recuperándose con éxito, porque ha contado siempre con el inmenso respaldo de su socio y de su familia. También, ha contado con el apoyo incondicional de quienes los conocen a los dos. Cuando se siembra bien se cosecha bien. Y su caso es el mejor ejemplo de la validez de esta afirmación.
Por las razones anteriores, R & P ha logrado prosperar, a pesar de que estas dos décadas en el Ecuador, han sido complejas con mucha turbulencia política y con un impacto económico importante en el sector inmobiliario. Y hoy esta firma, puede darse el lujo de celebrar su mayoría de edad, mostrando una empresa sólida y reconocida en su mercado, lo cual valida la premisa con la que nació: el crecimiento sostenible se logra cuando se tiene una mentalidad empresarial.
Al escribir una corta historia de esta empresa inmobiliaria ecuatoriana, lo he hecho en homenaje a mis queridos socios. Pero también, lo he querido hacer, para enviarle un mensaje a los jóvenes emprendedores en Colombia y otros países, que hoy están buscando crear la próxima empresa unicornio ( valorada en más de mil millones de US) , como ha sido el caso de Rapid en Colombia.
- Para crear una nueva empresa y no un simple negocio, hay que asumir riesgos y tener el coraje para recuperarse de los fracasos, que los habrá, para aprender y no desfallecer.
- Crear verdaderas empresas en entornos VICA ( volátiles, inciertos, cambiantes y ambiguos ), como los que caracterizan a nuestros países en Latinoamerica, no es nada fácil porque se requiere de una visión clara y muy buena capacidad de ejecución, para sortear los múltiples obstáculos que todos los días aparecen en el camino.
- No hay cosa más difícil que manejar el éxito y dejarse deslumbrar por él, especialmente en un entorno VICA, porque el éxito como la droga enceguecen. Y esto sucede, cuando más se necesita poder ver para reaccionar rápidamente, y ojalá poder anticiparse, a los cambios del entorno.
- Los mejores y más sostenibles negocios, se hacen cimentados en valores verdaderos, especialmente cuando se enfrentan situaciones inesperadas en la vida.
Necesitamos muchos emprendedores, como el caso de Xavier y Alejandro en el Ecuador, para que podamos contar con una base empresarial que genere riqueza y calidad de vida para la sociedad.
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