Es muy interesante que, en el momento en que Petro busca imponer a la sociedad una visión estatista de gobierno, no hayan habido comentarios sobre las implicaciones generales que esto tiene. Pero ya comenzamos a ver algunas de sus consecuencias, como es el caso de la reforma a la salud para los maestros , que puso patas arriba su sistema . Lo sucedido evidenció donde están los verdaderos intereses de Fecode, sindicato que agrupa a la mayoría de los maestros.
Este desastre, en otro gobierno, habría generado una huelga nacional y unas marchas violentas. Pero como han sido incondicionales de este gobierno, guardan un silencio cómplices y permanecen impávidos ante una situación que está jugando con la vida de sus afiliados. Pero lo más Increíble ha sido la pasividad de tantos maestros, ante este atropello, que compromete su salud y la de sus familiares.
Este ejemplo muestra una radiografía muy preocupante de la sociedad colombiana, y del grado de enajenación de la voluntad, cuando miles de colombianos le han entregado el poder sobre su presente y su futuro, a un sindicato que le vendió su alma al diablo y cuyos intereses claramente no están alineados con los de sus afiliados.
Este caso me obligó a volver los ojos al últimos libro de Andrés Oppenhaimer sobre el cual escribí mi blog hace dos semanas. Y se preguntará el lector cuál es la relación entre un libro que investiga la felicidad y nuestra situación en Colombia. Pues bien, va a sonar paradójico , porque lo que me llamó la atención, fue el análisis que Oppenhaimer documenta, del lado obscuro de las sociedades nórdicas que son referentes de ser las más felices del mundo.
El punto de encuentro con nuestro caso , es el interés de estatizar la sociedad colombiana y buscar como pretexto el ejemplo del Estado de bienestar de los países nórdicos. Sin embargo en su investigación, Oppenhaimer mostró los problemas que genera la excesiva dependencia del Estado, aún en países donde sus instituciones son modelo de eficiencia, , pero que hoy se está poniendo en duda su viabilidad hacia adelante.
Lo que se comienza a cuestionar es la viabilidad económica del modelo cuando el 60% de los daneses viven del Estado, o porque son empleados , o pensionados, o reciben subsidios de desempleo . Y la presencia estatal sigue aumentando cuando la productividad no crece, y los costos de los servicios públicos son muy altos y los impuestos son del nivel del 75% pero con necesidad de aumentarlos aún más estrangulando al aparato productivo . Y el problema se agrava más cuando la población está envejeciendo, lo que a su vez ha aumentado la carga de subsidios a los jubilados y se disminuye la base de contribuyentes activos. .
Y como también lo muestra el libro, a los problemas anteriores se les suma el aumento de las expectativas de la gente, por encima de las mismas capacidades del Estado y de los impuestos que son los más altos del mundo para pagarlas. Esa dinámica está comprometiendo la economía por falta de innovación y de estímulo a los emprendedores que generen nuevas empresas.
Y otro mensaje que me impresionó. Cuando se genera una dependencia del Estado tan grande , se pierde la motivación de la gente a sostenerse por si mismos. Y la frase que más me impactó : “hay una tendencia a que la gente trate de triunfar fracasando” porque se estimula las mentiras para justificar el subsidio del Estado.
Las consecuencias ya se están sintiendo en problemas crecientes de salud mental , especialmente entre los jóvenes. La presión, falta de sueño por abuso de las redes sociales, han aumentado la ansiedad y la depresión, que se suman al problema social .
Y quiero insistir, lo que hoy está pasando en países que hoy son considerados los más desarrollados como Dinamarca y que cuentan con unas instituciones eficientes reconocidas y respetadas por sus habitantes que confían en ellas, nos deben de poner en alerta roja. Más grave aún cuando las tendencias anotadas por Oppenhaimer , demuestran que, a pesar de las fortalezas institucionales y de contar con una sociedad educada en esos países , el modelo de entregarle el futuro al Estado es insostenible.
Que podemos esperar en el caso colombiano, cuando se quiere imponer el modelo estatista . Pues es muy grave cuando las ya enclenques instituciones nuestras, están haciendo agua en manos de la extrema izquierda y se están debilitando cada vez más. En estas condiciones, las expectativas de cambio generadas por Petro, no se van a cumplir por su misma incapacidad y de un Estado más vulnerado e incapaz.
A lo anterior, se suman las tendencias demográficas de envejecimiento de la población. Colombia muestra una de las tasas más altas en AL. que juegan en contra de un modelo ideologizado del papel del Estado en la sociedad. Y cuyo manejo hoy esta en manos de unos ineptos, cuyas verdaderas intensiones no son mejorar el bienestar de la gente como lo demuestra la tragedia de los maestros, sino destruir la democracia y quedarse en el poder.
Cómo tenemos una cultura individualista e inmediatistas, los problemas al futuro que se están cocinando hoy, parecería que no son preocupación de los millones de colombianos, que le dieron irresponsablemente a Petro, el poder de definir su futuro, dejando montada una bomba pensional que no habrá como pagar y un sistema de salud colapsado . Para no hablar del inmenso riesgo que los ahorros pensiónales se esfumen por mal manejo, como sucedió en Argentina.
El resumen de este análisis simple, es que queremos estatizar el modelo de sociedad sin contar con instituciones bien manejadas y muy efectivas. Pero que aún si las tuviéramos, hay tendencias que hacen el modelo muy vulnerable. Peor aún, mientras los países como Dinamarca, ocupan los primeros lugares en el ranking del manejo de la democracia y la felicidad asociada al bienestar general de la población, , aquí partimos de un sistema democrático muy debilitado y con un individuo en el poder que quiere acabarlo. ¿Hasta cuando vamos a seguir permitiendo este proceso de desmantelamiento de nuestro país sin hacer nada al respecto?.
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