Blog de FM: las voces del silencio en la Habana
Quiero agradecer a las personas que me han han hecho sus comentarios acerca de la serie que he escrito sobre al cuestionamiento del liderazgo del Presidente Santos, a la luz de los problemas que hoy enfrenta. Me hubiera gustado que, las valiosas reflexiones que recibí en mi correo y personalmente, hubieran quedado registradas en beneficio de otros lectores. Por esta razón, los invito a usar el espacio que se tiene para este propósito, con el fin de enriquecer el ejercicio dialéctico, que ha sido mi propósito, desde que escribo hace más de cuatro años..
Ahora que repasó las noticias de los últimos meses, sobre el proceso de paz en Colombia, y la movilización estudiantil de ayer, hay una vacío que cada vez me llama la atención, al cual hice referencia al final de mis último blog. Me refiero al silencio sepulcral, de las voces de las generaciones jóvenes y de las mujeres, que han estado ausentes en el proceso con las FARC. Y este hecho, me genera varias reflexiones.
Como lo comenté la semana pasada, quienes van a salir más beneficiados o perjudicados, de las decisiones que se tomen en las próximas semanas sobre el proceso, y del rumbo que este coja, van a ser los jóvenes que han estado ausentes y quienes no conocen lo que significa vivir en un país en paz. Pero igualmente, las mujeres, que dejarían ser objeto de los atropellos a las que ha sido sometidas en sus cuerpos y en sus almas.
Al ver las fotografías de los negociadores, que representan las dos caras del largo conflicto colombiano, la mayoría de ellos por su edad o su ocupación, probablemente no estarán vivos en pocos años. Y para rematar, todos son hombres, salvo la holandesa que los acompaña. Y sin embargo, sus aciertos y equivocaciones, los pagarán los jóvenes y mujeres de hoy y los que vienen en el futuro. Por el bien de todos, espero que sea lo primero, porque la alternativa es continuar con la tragedia que ha enlutado tantos hogares en nuestro pais.
Los errores cometidos desde hace más sesenta años, por quienes han manejado los destinos de Colombia, y la indiferencia de su gente, han generado cientos de miles de muertes y millones de desplazados. La sangre de tanta gente, y los horrores que hoy comienzan a emerger, son una vergüenza que cargamos en nuestras espaldas todos los colombianos.
Una característica de esta tragedia, que parece no tener fin, es que las voces de las víctimas hasta ahora no han sido oídas. Y. este es precisamente uno de los puntos vitales del proceso que hoy concentra la atención de los colombianos. Pero estas son las voces del pasado, que son necesarias pero no suficientes, para dejar atrás este capítulo sangriento de nuestra historia.
Pienso que, también es fundamental, oír las voces de los jóvenes que representan el futuro, pero igualmente, la de las mujeres que lo gestan. Los primeros son quienes están llamados a ser los protagonistas que escriban el nuevo capítulo de nuestra historia. ¿Pero donde están?....¿porqué no se hacen oír en estos momentos donde el proceso está comprometido?.
No me atrevo a definir si es por apatía, indiferencia, falta de solidaridad, o por resignación, la razón por la cual, las nuevas generaciones y las mujeres, no se han hecho oír hasta ahora. Tampoco se sí está desconexión se debe a la manera en que se ha adelantado el proceso. Intuyo que es la forma como hemos educado a estas nuevas generaciones, y por el machismo tolerado en nuestra sociedad. Lo que si estoy convencido, es que su silencio, le hace mucho daño a un proceso, que pide a gritos las perspectivas de todos los jóvenes y todas las mujeres, que tanto pueden aportar a cambiar nuestra cruenta realidad hacia adelante.
Pero el tema tiene muchas más aristas. Si hay algo que hoy comienza a calar en la conciencia de los colombianos, es el monstruoso delito cometido por las FARC, de secuestrar a niños de 8 años en adelante, para convertirlos en unos criminales y cómplices de las barbaries que han cometido a lo largo y ancho de la geografía de nuestro país. También, el vejamen, al que han sido sometidas las niñas, y en general, las mujeres, que han sido carne de cañón de las FARC y los paramilitares. Invito al lector a repasar mi blog, publicado a principios de esta año, titulado " Víctima o victimaria".
En este testimonio desgarrador, quise mostrar el inmenso perjuicio que esta práctica inaudita, dejó y continúa dejando, en miles de jóvenes, de ambos sexos, que cayeron en las garras de estos criminales. Y traigo a colación este blog, porque este tema debería de mover a actuar a la juventud y a todas las mujeres de nuestro pais. Este sólo hecho, tendría que despertar su indignación y su reclamo, en solidaridad de los miles de personas, que han sufrido estos atropellos, en manos de las FARC y de los grupos criminales, y que han hecho tanto daño a Colombia.
La historia de estas víctimas, debería movilizar a los jóvenes de hoy, para exigir el ser oídos, amparados en el derecho que tienen de reclamar un futuro diferente. Sus voces, hoy ausentes, deberían estar presentes en la Habana, retumbando en los oídos sordos de los "líderes" de las FARC y amplificadas por los representantes del Gobierno.
Repito, no es sólo la última página del pasado, la que se está escribiendo en este proceso, es la primera página del siguiente capítulo de nuestra historia que tenemos que ser capaces de escribir los colombianos. Pero hay que entender, que este nuevo capítulo, requiere de una mucho más activa participación de quienes serán sus máximos beneficiados: los jóvenes y los niños de nuestro país, y las mujeres que han llevado una carga desproporcionada de esta tragedia.
Quiero utilizar de nuevo mi blog, sobre la historia de una niña secuestrada, hoy madre soltera de cuatro niños, que fue violada y maltratada por muchos años, hasta que tuvo el valor de escaparse de las garras de las FARC. Lo hago para reclamar, con mucho más fuerza, las voces de las mujeres colombianas. Y apelando a las mismas razones, expresadas anteriormente, se necesita escuchar su solidaridad en respaldo de miles de mujeres, de todas las edades, que probablemente has sido las víctimas más afectadas, por la ola de barbarie que ha impactado profundamente a Colombia por tantos años.
¿Porqué el Presidente Santos tomó la decisión de no incluir a una o más mujeres, en el equipo de negociación de la Habana?. ¿Porqué la sociedad colombiana no le ha reclamado este hecho?. ¿Y porque las FARC, tienen a una holandesa en representación de tantas mujeres, ellas sí colombianas, que fueron sometidas a los abusos y a servir los caprichos machistas y sanguinarios de esta guerrilla?. No me da vergüenza decirlo: nosotros los hombres, somos un asco en la guerra, pero al ver a tantas mujeres abandonadas y abusadas en todas partes, también en la paz.
Si hacemos unas cuentas rápidas, entre los jóvenes y los niños que hoy no se hacen oír, y las mujeres de todas las edades que tampoco están presentes, podemos estar hablando de más de un 60% de la población de este pais, que hoy no está representada en el proceso que se adelanta en Cuba. ¿De verdad, en serio piensan el Gobierno y las FARC, que en estas condiciones, se va a contar con el respaldo mayoritario y sostenible de los colombianos?.
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