A mediados de marzo de este año, el columnistas del NY Times Ross Doudhat, escribió un artículo titulado: “El Papa Francisco es adorado pero su papado puede ser un desastre”. Es parte de una investigación sobre este personaje para un libro que será publicado próximamente. El artículo toca temas que yo no había leído, pero que alertan sobre unas dinámicas al interior de la Iglesia Católica, que pueden tener profundas consecuencias hacia adelante.
Coincidió la lectura del tema, con una invitación que me hizo la Universidad Javeriana, para dirigirme al grupo de obispos latinoamericanos reunidos en BOGOTÁ, con motivo de la conferencia anual del CELAM. Es una reunión de reflexión para personas, que en su mayoría, son mayores de sesenta años, y que tienen sobre sus hombros la responsabilidad de orientar a millones de católicos en America Latina.
Como uno de los temas de este año, la Javeriana le propuso a los organizadores del evento, que abrieran un espacio para analizar el papel que puede y debe tener la Innovación, en los momentos actuales de grandes cambios que está afectando a la Iglesia Católica en nuestra región. Como todas las organizaciones en el mundo, estas dinámicas aceleradas, también están teniendo un dramático impacto en las instituciones religiosas, ya que están cuestionando y presionando al cambio de creencias muy profundas de doctrina y aún de fé.
Como parte de estos grandes cambios, hay un fenómeno creciente, que está afectando a la Iglesia Católica desde hace más de dos décadas, y que ahora se ha agudizado mucho más. Me refiero a la proliferación de los movimientos cristianos, que han venido surgiendo a costa de la deserción de los católicos, para quienes las enseñanzas religiosas de estos grupos tienen más eco para sus necesidades espirituales.
Pero el problema de la Iglesia Católica se había venido agravando aún más, por la imagen esclerótica que enviaba la cúpula de la jerarquía eclesiástica, en temas como el sexo, el aborto, el matrimonio gay y la eutanasia. Tampoco ayudó mucho la imagen distante, y sin carisma de Benedicto XVI, y el manejo que Roma le dio a los grandes escándalos de abusos de menores que se han destapado en estos últimos años.
El aumento de crisis de la Iglesia Católica forzó el retiro del Papa Benedicto XVI. Se produjo este hecho sin antecedentes en los tiempos modernos del Papado. Se abrió la puerta hace cinco años, para que llegara al escenario, el Cardenal argentino Jorge Bergoglio, quien fue elegido como Papa bajo el nombre de Francisco .
Según lo que he leído de este Papa, es un austero personaje que proviene de la Comunidad Jesuita. De él no se esperaban mayores transformaciones a pesar de la situación bastante caótica que heredó. Sin embargo, sorprendió a propios y extraños, porque como su tocayo de Asís, ha sido muy hábil para ganarse el cariño de la gente con sus gestos sencillos y espontáneos. Pero también, porque al iniciar su periodo, propuso una agenda muy ambiciosa de cambios.
Gracias a la imagen que ha cultivado cuidadosamente, Francisco ha logrado retener a muchos católicos dispuestos a desertar, y a granjearse por igual, el cariño de las gentes de otras religiones. Sus partidarios lo defienden, porque le devolvió a sus fieles un sentido de cercanía y esperanza, que se había perdido por la situación anotada anteriormente.
El nuevo Papa, esbozó una agenda de cambios, que rápidamente generó mucha expectativa y controversia al interior del estamento conservador de la Iglesia. Francisco había heredado la historia de una década marcada por los abusos sexuales de sacerdotes pederastas, protegidos por las jerarquías, y una oficina papal “frecuentemente vista como una reliquia medieval”
Con una imagen que ha suscitado cariño, y una agenda de cambios importantes, Francisco le ha dado a los católicos, razones para el optimismo y la esperanza de su Iglesia, más alineada con las necesidades del mundo actual y de los desafíos venideros. Como cabeza de una congregación de más de mil millones de personas, que se declaran católicos practicantes, la responsabilidad no podía ser mayor.
Y sin embargo, como lo demuestra Ross Doudhat en su investigación, la buena imagen de Francisco es el lado luminoso de su papado. Según este escritor, las reformas ambiciosas que se esperaban, están empantanadas y han suscitado una gran división al interior de la Iglesia Católica.
Las críticas provenientes del interior de la Curia, y de practicantes alrededor del mundo, no demeritan para nada la importancia que ha tenido Francisco en recuperar la imagen de una Iglesia más humana y cercana a los fieles, ni su importancia histórica. Pero si son necesarias para ilustrar las dinámicas que hoy se viven y las posibles consecuencias para el futuro de la Institución y todos sus creyentes.
Según Doudhat, la revolución que se esperaba no sucedió. Pero la vida en el Vaticano, durante estos cinco años de papado de Francisco , hoy si está pasando por momentos más difíciles que los que vivieron con su antecesor Benedicto XVI. Las luchas de poder, las perspectivas de despidos y aún purgas, y de ser el objeto de los comentarios duros del Papa actual, son parte de las dinámicas terrenales que hoy afectan el centro del poder del Catolicismo en el mundo.
Preocupa mucho, que la agenda de cambios del actual Papa, se haya quedado estancada cuando más se necesitaba que avanzara. Según personas cercanas al proceso, hay una actitud de “posponer y posponer para el próximo año” los cambios planteados.
Y en temas tan delicados, como la respuesta mucho más contundente a los abusos sexuales, se ha visto comprometida por posiciones “parcializadas y por corrupción de personas muy cercanas” a Francisco. Para la prueba dos ejemplos. El caso de la defensa que hizo del Obispo en Chile, acusado de hacerse el ciego ante los abusos sexuales cometidos en su comunidad, o del Cardenal Marandinga en Guatemala, también acusado de hacer lo mismo con seminaristas.
Si a lo anterior, se suman los conflictos generados por la agenda propuesta por Francisco , el panorama es aún más negro. Según Doudhat, hay una profunda discusión sobre si esta es visionaria o es una herejía doctrinal. Quienes defienden al Papa, no les están poniendo atención a la falta de reformas de fondo, y de la limpieza prometida, cinco años después de haber llegado el nuevo Papa a la silla de San Pedro.
El tema no es un asunto menor, dado que toca temas tremendamente controversiales con las enseñanzas tradicionales de la Religión Católica, relacionadas con la moralidad sexual, y con una visión más liberal de la estructura jerárquica de la Iglesia. Como pasa con las Fuerzas Armadas, este tipo de organizaciones son tremendamente conservadoras, aferradas a la tradición, y temerosas de cualquier cambio que socave la autoridad, el poder, o los valores doctrinarios que dicen defender.
El problema es de fondo: la sociedad está cambiando mucho y muy rápidamente. Está demandando cambios importantes en las actitudes culturales relacionadas con todos estos temas. Un ejemplo cercano, es el aumento exponencial de las parejas que viven juntas, sin pensar ni remotamente en el matrimonio. La consecuencia, es que hoy nacen más niños por fuera de esta institución que dentro de ella.
Otro ejemplo es la práctica del sexo por los jóvenes muy alejados de las enseñanzas religiosas. Y ni para que hablar del tratamiento de la homosexualidad, que paradójicamente, está en el centro del huracán de los escándalos que hoy sacuden a la Iglesia. ¿Va a seguir la Iglesia Católica ignorando estas realidades ?
Francisco dio la impresión de que iba a asumir los riesgos teológicos inmensos que implicaban enfrentar estas dinámicas sociales y emprender las reformas requeridas. Al iniciar su Papado, asumió una actitud realista, porque era mucho más peligroso seguir ignorándolas, so pena de alienar a mucha más gente y alejarla del Catolicismo. Sin embargo, como ya se dijo, cinco años después de su elección, según Doudhat, Francisco no está a la altura de las expectativas generadas.
Más bien, como lo menciona este columnista, la atención de este Papa se ha centrado en dos frentes que pueden ser definitivos para definir la orientación que tendrá la Iglesia Católica en los próximos años. El primero de ellos, es el acercamiento con el Gobierno de la China, en defensa del movimiento ilegal católico vrs el auspiciado directamente por el Estado. El segundo frente, es el conflicto entre las enseñanzas morales de la Iglesia y la cultura actual.
En relación al primer tema, reconciliar las dos corrientes católicas en la China tiene implicaciones muy serias. Por ejemplo, dejar que el Partido Comunista comparta la autoridad en el nombramiento de los obispos, como se hacia en la Edad Media. Pero algo más importante, aceptar negociar con régimen que ha demostrado su menosprecio por la dignidad humana cediendo la autoridad moral que ha tenido la Iglesia en este campo.
Pero hay otra razón de fondo para entender este cambio, si finalmente se da. Al finalizar el siglo XXI, China tendría la población católica más numerosa del mundo. No es un tema despreciable, cuando los evangélicos han venido avanzando aceleradamente y de manera pragmática en ese país. Como se puede observar, más que consideraciones puramente religiosas, Francisco le está apuntando a otras de índole geopolítico, parecidas a las que tuvo Pio XII con Hitler.
En cuanto al tema cultural, está definido por el conflicto entre la ética sexual del Nuevo Testamento, las enseñanzas morales que de él se derivan, y las prácticas culturales de la sociedad contemporánea cada vez más urbanizada. Esta dinámica, confronta a la Iglesia con el dilema de temas tan sensibles como su posición históricas frente al divorcio, el sexo entre personas del mismo género, la eutanasia, etc.
Para enfrentar estas posiciones religiosas con la realidad cultural, Francisco está impulsando una distinción entre las doctrina y las prácticas pastorales. Como lo menciona Doudhat, esto permite no tocar las primeras, de manera que alguien divorciado y vuelto a casar, puede comulgar y mantener su segundo matrimonio, o darle los ritos finales a alguien que se quiere suicidar. Todos estos casos se tratan como una excepción, sin ir contra las enseñanzas doctrinarias.
Sin embargo, sobre el tema de la autoridad doctrinal, el Papa ha permitido su descentralización para poder enfrentar situaciones difíciles, teniendo en cuenta el contexto geográfico y cultural. En Alemania se han generado movimientos mas liberales, como dar la comunión a los que se han vuelto a casar después de separados. Mientras que en Polonia, la Iglesia se mantiene en una posición muy conservadora. En el Occidente del Canadá hay un postura flexible frente a suicidio.
Teniendo en cuenta lo anterior, Doudhat interpreta las intenciones del Papa, como un experimento con un modelo más parecido al Anglicano para operar la Iglesia. La tendencia es hacia una confederación de iglesias nacionales, donde las enseñanzas están disponibles pero no son obligatorias. Unos países más liberales en el norte de Europa y otros mucho más conservadores en el sur , en AL y en el Africa.
El lector ya se puede imaginar las tensiones que estas decisiones de Francisco están produciendo, enfrentando a los Cardenales, los Obispos, las comunidades y al mismo Papa. Su papado será recordado por el éxito que logré en atravesar las aguas turbulentas doctrinales y lograr los cambios requeridos. Para esto va a necesitar mucho más que su carisma: requerirá de tiempo, mucha innovación, y de evitar que, el ala reaccionaria católica, le juegue una muy mala pasada.
En estas épocas de movimientos derechistas extremistas, particularmente en Europa, Francisco está jugando contra la corriente y hasta ahora no tiene mucho que mostrar. Y la Iglesia, a pesar de sus más de dos mil años de historia, va a tener que reconocer que los cambios de esta época, no se parecen en nada a los experimentados en otros momentos anteriores muy turbulentos de su historia. Le va tocar innovar y cambiar, si quiere seguir siendo una institución relevante en un siglo tan impredecible y turbulento como el actual.
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Francisco es muy clara tu posición que comparto contigo ,: la iglesia cambia o desaparece ,
ResponderEliminarLas deudas que tiene con su feligresía a través de temas como la pederastia , el celibato , el matrimonio , el divorcio y tantos temas en el congelador deben ser resueltos ,
Se requieren soluciones que relrienten la iglesia sin perder la cercanía de los fieles , sin llegar al libertinaje pero compitiendo y enfrentando a las sectas. cristianas que han ganado mucho terreno ,