Hace una semana, estalló la peor crisis de Petro hasta la fecha, y como lo mencioné en mi blog anterior, la respuesta fue la del prestidigitador, que busca convertir el estiércol de su cosecha en oro para “su pueblo”, culpando a otros de sus equivocaciones. Esta reflexión me llevó a repasar algunas de las columnas escritas sobre los errores de este individuo, en estos largos diez meses de desgobierno, que hoy tienen envuelto al país en un halo emocional y anímico muy negativo. Para no hablar, de una sensación de desorientación sin antecedentes, y de gran peligro de la inseguridad para nuestra sociedad.
El cuadro que emerge no puede ser más alarmante, peligroso y vergonzoso. Por acción deliberada, o por incapacidad de gestión, los errores cada vez más protuberantes de Petro, nos están destruyendo la ya precarias institucionalidad y poniendo en serio riesgo nuestra democracia. El caso más preocupante es el de las Fuerzas Armadas. Veamos.
El primer gran error de Petro es su “Paz total” . Como lo señala Pedro Medellin en su columna “El autogolpe” del 9 de junio en El Tiempo, la situación de inseguridad está desbordada. Las cifras de expansión territorial de los grupos armados son alarmantes y aberrantes mientras las FA se encuentran maniatadas:
El clan del Golfo: de 12 a 24 departamentos en 392 municipios; el ELN en 19 departamentos y 224 municipios; las disidencias de las FARC en 19 departamentos y 180 municipios y la Segunda Marquetalia en 15 departamentos y 69 municipios.
Esta expansión ha venido acompañada de un aumento en el reclutamiento de menores, de los secuestros , el boleteo y la extorsión. Más de 6000 familias desplazadas en cinco meses.
De cara a las elecciones , estos criminales impondrán sus candidatos a gobernadores, alcaldes, concejales y diputados en sus áreas de influencia. Y como bien dice Medellin, Petro se va a quedar sin territorio para gobernar. Y yo añadiría que los colombianos sin país y sin protección. Vaticino que este gran error será el talón de Aquiles de Petro.
Su segundo gran error, como lo señala Juan Carlos Botero en su columna en El Espectador de la misma fecha, es invitar al suicidio colectivo de los colombianos en aras de combatir el cambio climático, acabando con la exploración petrolera. Esta entupida decisión llega, cuando las reservas apenas nos alcanzan para 7 años, según el último informe de la agencia de gobierno encargada de estos temas. Y para rematar, saca la Directora de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, y nombra en su remplazo a un ex guerrillero de las FARC. Mata al mensajero que le informó de la realidad.
Pero también se señalan otros errores muy preocupantes que muestran un cuadro muy complejo y peligroso de la personalidad del actual inquilino de la Casa de Nariño.
La forma despótica, injusta, inmerecida e innecesaria, de tratar a sus ministros, no recibirlos, echarlos por Twitter o por los medios, sin explicaciones.
El manejo de su familia, comenzando por la rueda suelta de su hermano, quien estuvo armando componendas con los peores criminarles. Y su icónica respuesta ; “yo no lo críe”, cuando se descubrió que su hijo se quedó con dineros indebidos entregados para la campaña.
La falta de criterio en la selección de su equipo confidente más inmediato . Armando Benedetti personaje muy poco confiable por sus antecedentes de innumerables escándalos, alcoholismo y vida desordenada. Pero en este caso se aplica el dicho popular: “Dios los cría y ellos se juntan”. Esto explica el porqué Benedetti terminó siendo compañero y confidente de las parrandas y “desaparecidas” de Petro.
Y para cerrar su círculo íntimo, nombró a Laura Sarabia, joven ambiciosa e inexperta a la que la volvió el poder detrás del trono. Para no hablar del nombramiento de algunos de sus ministros más controversiales como la Corcho, que por su inflexibilidad, le obligó a deshacer la coalición política y comprometer su reforma de salud.
La respuesta inicial en Twitter, cuando estalló el escándalo de sus dos confidentes más cercanos: un selfi con su hija y el texto que lo acompaña “¿intranquilos? ¡Que va!”. Es una reacción que con un estilo muy a lo Trump, demostró su desprecio por la dimensión del escándalo que está enfrentando.
Su comportamiento inexplicable de incumplimientos sistemáticos para llegar a reuniones importantes, como fue la de dejar metido al Presidente de Francia; no asistir sin explicación a los eventos protocolarios en los viajes internacionales; o dejar plantados a los gobernadores que habían sido convocados para recibir instrucciones ante los gravísimos problemas de seguridad.
Y el más protuberante de los problemas de Petro, es su increíble incapacidad de reconocer sus errores, no aceptar sus consecuencias, y desviar la atención buscando los culpables en los medios, los empresarios, las cortes, y hasta el gato. Todo un experto en lavarse las manos, y no asumir la responsabilidad de sus decisiones y acciones, como lo demuestra ampliamente el listado de los errores anteriores.
Este cuadro debería de movilizar a la mayoría de los colombianos, quienes no votamos por Petro y quienes se abstuvieron de votar por él. Pero además , a quienes hoy se deben de encontrar muy arrepentidos de haberlo apoyado creyendo que el comportamiento errático de Petro, iba a ser diferente al que nos mostró cuando fue Alcalde de Bogotá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Favor colocar aquí sus comentarios