En mi blog anterior, dejé abiertas las preguntas que se deberán estar haciendo los dirigentes políticos que fueron elegidos, especialmente en las cuatro principales ciudades del país. También comenté que, los retos que van a enfrentar, son de naturaleza técnica y adaptativa.
Una ciudad cualquiera, pero especialmente una tan compleja como Bogotá, tiene una infraestructura física , donde caen muchos de estos retos técnicos. Por ejemplo, el control a las obras públicas, el suministro de agua de calidad, el mantenimiento de las vías sin huecos, la atencion al ciudadano, el mantenimiento de los parques y zonas verdes, etc. Para estos retos hay soluciones y conocimiento. Su manejo efectivo y oportuno, está en el ámbito de la práctica de una buena gerencia y administración pública a cargo las entidades responsables de estos frentes.
Pero también, la ciudad tiene una infraestructura mental, donde los retos adaptativos son fundamentales porque tienen que ver con la cultura ciudadana que afecta los comportamientos de la gente que la habita. Para enfrentarlos se necesita liderazgo para inspirar y motivar los cambios que nos invitan a todos los ciudadanos a ser corresponsables de lograrlos.
Ejemplos de estos cambios, los lideró Antanas Mockus alcalde entre 1995_1997, quien de una manera muy poco convencional y muy creativa:mimos, zebras, mimos, perinola, etc. , demostró que si era posible lograrlos en temas como la movilización hacia el consumo responsable del agua, el respeto a las normas del tráfico, etc. Con su liderazgo, puso en el radar de la sociedad colombiana, la importancia de una pedagogía orientada a impactar la cultura.
Lamentablemente, este gran aporte que hizo Mockus, se perdió en el tiempo, porque ninguno de sus sucesores lo pusieron de primero en la lista de sus prioridades de gobierno. Hoy, quienes vivimos esa época hace treinta años, lo recordamos con mucha nostalgia
Más recientemente, un gran aporte desde el liderazgo, los hizo la Alcaldesa Claudia López, cuando propició una nueva infraestructura institucional, para que la Ciencia, la Tecnología, la Innovación y el Emprendimiento, tuvieran unas raíces más profundas en cultura, las políticas y las ejecuciones de soluciones a los problemas complejos de Bogotá en temas de movilidad, seguridad, calidad del medio ambiente, etc.. Estos temas habían estado huérfanos en las administraciones anteriores .
Espero que el Dr Carlos Fernando Galan, quien reemplaza a la Dra López en la Alcaldía, sabrá mantener y profundizar estos cambios que tendrán un gran impacto en la ciudad. Espero que con su equipo de colaboradores, ejerzan el liderazgo que valore y priorice estos temas, que conectan a Bogotá con las grandes tendencias mundiales. Así como también, revivan como política pública, el desarrollo de iniciativas que promuevan la cultura ciudadana.
El RETO en mayúsculas, está en no descuidar la infraestructura mental de la ciudad que requiere de mucho liderazgo y creatividad . El peligro, es que la agenda de la nueva Administración se consuma apagando los incendios por una mala gerencia que afecte la infraestructura física.
Un ejemplo reciente de la Administración que termina su periodo, es la muy deficiente gestión por parte del IDU, instituto encargado de las obras públicas, que se reflejó en la apertura de innumerables frentes de trabajo sin ningún control. El resultado fue un despelote de obras que deberían haber durado semanas y duraron años y un gran impacto en la calidad de vida de la ciudad. Ese es un gran lunar en su gestión. Ver blog sobre el tema.
Los comentarios anteriores me abren la puerta para tratar de manera más amplia el ejerció del liderazgo político, que es fundamental para enfrentar los retos técnicos, pero sobre todo los retos adaptativos descritos. Hoy se siente un inmenso vacío en este campo, y la expectativa mía, y de muchos colombianos, es que los dirigentes políticos recién elegidos lo tengan muy en cuenta. Me imagino que los nuevos alcaldes de las ciudades principales de Colombia, lo deben de sentir , pero también entender el inmenso costo que vamos a pagar todos, si se equivocan.
El liderazgo político es un arte complejo que va más allá de la simple adquisición de poder. Implica la capacidad de inspirar, guiar y movilizar a individuos y comunidades hacia un objetivo común. En el caso de Bogotá, la pregunta que le dejó al Dr Galán, es cuál va a ser su invitación de un propósito superior que nos una a todos los bogotanos. La misma pregunta es válida para los demás alcaldes elegidos. Este reto requiere de una habilidad comunicacional alta y contacto permanente con la gente para estarle tomando el pulso y poder orientar a la gente.
En un contexto político, hay varias habilidad y características que adquieren una dimensión única, para que los líderes puedan equilibrar la toma de decisiones efectivas con la representación auténtica de las necesidades de la sociedad.
A continuación en este blog, voy a presentar algunas de las áreas necesarias para el ejercicio del liderazgo político, que le permitan al dirigente político electo, enfrentar los desafíos y oportunidades inherentes a su cargo. Requieren habilidades para enfrentar las tensiones, los retos y los dilemas, en el camino de lograr una transformaciones de impacto y cambios positivos
I. La Importancia de la Autenticidad: Uno de los pilares fundamentales del liderazgo político efectivo es la autenticidad. Los líderes deben ser capaces de conectarse genuinamente con la población, mostrando empatía y comprensión hacia sus preocupaciones. La autenticidad construye confianza y credibilidad, elementos cruciales para movilizar el apoyo público.
Sin embargo, mantener la autenticidad en el ámbito político puede ser desafiante, ya que los líderes a menudo enfrentan presiones para conformarse a las expectativas de diversos grupos de interés. En este sentido, el ejercicio del liderazgo implica navegar cuidadosamente entre la autenticidad personal, la necesidad de representar a una sociedad diversa y muy polarizada, pero también y de manera fundamental, tener el valor de desafiar las creencias limitantes que colectivamente tenemos y que nos impiden progresar.
II. Toma de Decisiones y Ética: Otro aspecto crítico del liderazgo político es la toma de decisiones. Los líderes deben enfrentar constantemente dilemas éticos y tomar decisiones que afectan a comunidades enteras. La habilidad para equilibrar el pragmatismo político con principios éticos es esencial. En ocasiones, los líderes pueden encontrarse en situaciones donde las decisiones impopulares a corto plazo son necesarias para lograr objetivos a largo plazo.
La transparencia y la comunicación efectiva, son claves para explicar estas decisiones a la ciudadanía y conseguir su comprensión, incluso cuando la aceptación inicial de las consecuencias sea baja. Y hoy más que nunca, se requiere una gran capacidad para practicar un pedagogía creativa, como lo hizo Mockus hace treinta años para lograr la transformación cultural ciudadana que habilite los cambios requeridos.
III. Construcción de Consensos y Gestión de Conflictos: El liderazgo político implica la habilidad de construir consensos en medio de la diversidad de opiniones. Los líderes deben ser facilitadores de diálogo y capaces de encontrar puntos comunes en temas controversiales. Además, la gestión de conflictos es esencial para mantener la estabilidad social. Este es una de las más grandes fallas de Petro como presidente de todos los colombianos.
En un entorno político polarizado, los líderes deben buscar vías para reducir las tensiones y fomentar un sentido de unidad. La inclusión y el respeto hacia todas las voces, son principios fundamentales para superar divisiones y construir sociedades más cohesionadas.
IV. Responsabilidad y Rendición de Cuentas! El liderazgo político va de la mano con la responsabilidad y la rendición de cuentas. ( en inglés: accountability ) Los líderes deben ser transparentes en sus acciones y responsables ante la población que los eligió. La rendición de cuentas, no solo implica aceptar críticas constructivas, sino también aprender de los errores y estar dispuesto a ajustar el curso cuando sea necesario. Esta es una inmensa falla de Petro cuyo costo lo vamos a pagar muy caro todos los colombianos.
Los líderes políticos efectivos entienden que el servicio público implica un compromiso constante con los ciudadanos y una responsabilidad ética de trabajar en beneficio de la sociedad en su conjunto. Pero sobre todo, ser un ejemplo vivo de lo que predica lo practica. La incoherencia es un pecado capital en el ejercicio del liderazgo, que mina confianza, que es el fundamento de cualquier relación entre quien lidera y quienes lo siguen.
V. Adaptabilidad y Liderazgo en Tiempos de Crisis: En un mundo caracterizado por la incertidumbre, la complejidad y los rápidos cambios que aumentan los desafíos, los líderes políticos deben ser inherentemente adaptables y resilientes. La capacidad de liderar en tiempos de crisis es especialmente crucial, y hoy estamos viviendo en ese entorno. La pandemia global, los desastres naturales y las crisis económicas son ejemplos de situaciones que demandan liderazgo resiliente y efectivo.
Para adaptarse a un entorno cambiante, incierto y muy volátil, los líderes deben ser capaces de tomar decisiones rápidas, comunicarse de manera clara y movilizar recursos de manera efectiva, para abordar emergencias y las sorpresas que son el pan de cada día.
VI. Visión de un liderazgo colectivo. En un entorno tan complejo como el actual, al líder político lo debe de acompañar la humildad, para reconocer que solo no podrá enfrentar los inmensos retos, ni cumplir las muchas veces, las exageradas expectativas de sus votantes. Por esta razón, debe de construir capacidades de liderazgo colectivo a nivel de las localidades o comunas, para que la genere asuma en sus manos más control y corresponsabilidad de su destino.
Hay que ir girando, de la cultura que espera milagros del funcionario de turno, a la cultura colectiva donde entre todos lo podemos conseguir lo que queremos. El líder político que tiene la autoridad de un alcalde, debe de propiciar este cambio cultural. Ese sería su verdadero legado, que ayudaría a demoler la narrativa de la dependencia del Estado, que es una muy pobre base para lograr el desarrollo de una sociedad y que es la que nos quiere imponer Petro.
Conclusión: en resumen, el ejercicio del liderazgo político es un desafío que demanda una combinación única de habilidades. La autenticidad, la toma de decisiones éticas, la construcción de consensos, la responsabilidad y la adaptabilidad son elementos esenciales para liderar en un entorno político dinámico. A pesar de los desafíos, el liderazgo político bien ejercido puede ser un motor poderoso para el cambio positivo, construyendo sociedades más justas, inclusivas y resilientes.
En última instancia, el líder político exitoso es aquel que no solo busca el poder, sino que utiliza ese poder para servir y mejorar la vida de aquellos a quienes representa. Espero por el bien de Colombia, que los nuevos mandatarios entiendan y practiquen este mensaje.
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